Piñera y Santos, dos presidentes peligrosamente reaccionarios
Por Celso Calfullan
La reciente detención de Manuel Olate, militante del Partido Comunista de Chile e integrante del Movimiento Continental Bolivariano, ha dejado al descubierto la estrecha relación que existe entre el gobierno chileno y el colombiano, junto con la coordinación que existe entre sus servicios de “inteligencia” o mejor dicho de los montajes levantados contra las organizaciones sociales y políticas que se oponen al actual sistema de explotación y abuso que se aplica en este continente.
La especialidad del gobierno de Piñera son los montajes y los show
Para levantar y validar los montajes Sebastián Piñera al igual que Pinochet cuenta con toda la complicidad de la prensa chilena, que sin lugar a duda debe ser la más reaccionaria del continente, tanto que ni siquiera se cuidan de las apariencias a la hora de “informar”. En teoría Manuel Olate fue detenido en Chile a raíz de una orden de extradición solicitada desde Colombia, pero según la propia prensa chilena, “Santos celebro la detención de chileno vinculado a las FARC y dice que pedirá su extradición”, bueno en que quedamos ¿ya la pidieron o la van a pedir?
Ya se han detectado varias rarezas en la detención de Olate, por ejemplo es bueno preguntarse ¿porque no fue detenido cuando ingreso a Chile, hace poco más de dos semanas? ¿Si ya existía una orden de detención? o ¿el gobierno chileno informo y le pidió al colombiano que lo hiciera?
Lo que se oculta bajo el pretexto de la lucha contra el terrorismo
Las FARC-EC son usadas como excusa para vincular a los activistas por los derechos humanos y sociales del continente con un supuesto plan terrorista. La idea de fondo es criminalizar a los activistas que luchan contra el actual sistema de injusticias y con esta excusa justificar la represión y el asesinato de algunos activistas, en los poco más de dos meses que lleva el gobierno de Juan Manuel Santos en Colombia, ya han sido asesinados más de 20 activistas de derechos humanos, tampoco debemos olvidar que en Colombia son asesinados cientos de dirigentes sindicales cada año.
El gobierno de Chile, Colombia y México, son sin lugar a dudas los más reaccionarios de América Latina y los más serviles a la hora de aplicar las políticas reaccionarias gatilladas desde el imperialismo Norteamericano.
Los mapuche y la supuesta conexión con las FARC
Hace tiempo que la derecha esta tratando de vincular al movimiento mapuche con las FARC y de esta forma demostrar el carácter terrorista de las reivindicaciones por tierra que hoy tienen las comunidades del sur de Chile.
El Senador Alberto Espina ha sido uno de los que ha encabezado esta campaña, este “señor”, no debemos olvidarlo, fue parte de la dictadura de Pinochet, una de las más sangrientas de América Latina y que aplico el terrorismo de Estado en forma sistemática en contra de todos los que no estuvieran de acuerdo con los postulados de la derecha, torturando y asesinando a sus opositores, estas son las “credenciales democráticas” de la derecha chilena.
La única forma que tienen de probar los supuestos nexos de la guerrilla colombiana con el movimiento mapuche, es usando los documentos inventados por la inteligencia colombiana con la ayuda de la CIA norteamericana.
Libertad a todos los luchadores sociales y políticos
Libertad inmediata a todos los detenidos por el caso bombas, los presos políticos mapuche y de Manuel Olate, todos ellos son víctimas de los montajes creados por las fuerzas represivas del Estado chileno, que ahora esta trabajando en alianza con los colombianos, que hoy debe ser uno de los aparatos represivos más oscuros y criminales del continente.
Es necesario movilizarnos para terminar con los montajes
La tarea de terminar con los montajes, con los “testigos” encubiertos, debe ser una tarea del conjunto de la clase trabajadora, no debemos olvidar que a los primeros que le aplicaron estos métodos fue a los mapuche, pero ahora ya se lo están aplicando al conjunto del movimiento social y político, de ahí a que pasen a perseguir y asesinar dirigentes sindicales, de pobladores o de derechos humanos (como en la “democracia” colombiana) estamos a un paso.
Es necesario y urgente denunciar y desenmascarar estas tácticas represivas, a las que quieren darle un carácter legal y democrático a pesar de sus evidentes vicios y de estar basados en pruebas inventadas.
Los únicos terroristas y criminales que existen en este país, son los que están detrás de los montajes y que son parte de la elite dominante.
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