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“Están aquí más vivos que nunca”

“Están aquí más vivos que nunca”

Con Hebe de Bonafini a la cabeza, la Asociación Madres de Plaza de Mayo empezó a transformar ayer el ex Liceo Naval en un “lugar de vida”. El inmenso predio de la ex Escuela de Mecánica de la Armada se va convirtiendo así en el Espacio de la Memoria. El 30 de abril será inaugurado el Centro Cultural Nuestros Hijos.

“Vivan nuestros hijos desaparecidos, viva la vida, le ganamos a la muerte”, dijo emocionada la presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini. El lugar se llenó de aplausos. Así terminó ayer el “desembarco” de las Madres en el ex Liceo Naval de la Escuela de Mecánica de la Armada, donde funcionará desde el 30 de abril el Centro Cultural Nuestros Hijos, que dirigirá la cantante Teresa Parodi. Soles y flores de todos colores le “dieron vida” a las paredes ocres de lo que fue hasta hace poco un instituto de formación de la Marina y parte del centro clandestino de detención por el que pasaron cerca de 5 mil desaparecidos.

Un camino sembrado de flores de papel con pañuelos blancos pegados en el centro guiaba a la gente por los doscientos metros que unen la entrada del futuro centro cultural con el portón de entrada a la ESMA por Avenida del Libertador. Las Madres, con Bonafini a la cabeza, llegaron caminando y entraron de a dos al ex liceo donde se montó un pequeño escenario. “Vamos a pintar la vida compañeros”, invitó la presidenta de Madres mientras se escuchaba a coro: “Madres de la plaza, el pueblo las abraza”. Vasitos de plástico con temperas de colores, pinceles y hasta las manos sirvieron para decorar con banderas argentinas, corazones, flores, soles, estrellas y frases el hall central del lugar. “Podrán cortar las flores pero nunca detendrán la primavera”, se repetía entre las cuatro paredes.

Más temprano, Bonafini se había reunido con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, para agradecerle la apertura del predio a la sociedad civil (ver aparte). Así comenzó su discurso la presidenta de Madres, reconociéndole a Néstor Kirchner “la reivindicación de nuestros hijos revolucionarios”. El proceso de traspaso de todo el predio comenzó el 24 de marzo de 2004, cuando el gobierno nacional anunció que allí funcionaría el Espacio de la Memoria. Desde entonces, este es el primer proyecto que se pone en marcha. En noviembre pasado, a días del cambio de mando el matrimonio presidencial encabezó el acto en el que se firmó el acta acuerdo entre los gobiernos. El predio de 17 hectáreas y 34 edificios será administrado en conjunto por el Estado nacional, la ciudad de Buenos Aires y entidades sociales y de derechos humanos, entre ellas Madres, Abuelas y los sobrevivientes de la ESMA.

“Iremos diseñando para que esto no sea un mosaico de cosas dispersas sino un proyecto integral”, le explicó el secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde, a Página/12. Acompañando a las Madres también estaba Judith Said, la coordinadora del Ente Tripartito del proyecto en la ESMA. Estuvieron presentes el director del Archivo de la Memoria, Ramón Torres Molina, y el del futuro director del Centro Cultural Haroldo Conti, Eduardo Jozami. Ambos funcionarán en otros dos edificios de la ESMA.

Después de recorrer las paredes pintando, las Madres se acercaron al escenario y escucharon a la directora del centro cultural. Parodi, con borrador en mano para no olvidarse de nada en medio de “tantas emociones”, comenzó por explicar su objetivo al frente del proyecto: “Estoy aquí porque he aceptado este enorme desafío de cambiar odio por amor, llanto por alegría, muerte por vida”. Como un poema, se imaginó las actividades que se desarrollarán: “Cantaremos canciones dentro de estos muros, hablaremos de poesía, seremos maestros, alumnos, alfareros, músicos, actores, artesanos, poetas, titiriteros, honestos soñadores, esperanzados habitantes de un mundo mejor, en el que creemos porque creemos en nosotros mismos”.

Aunque no hace mucho el edificio era utilizado por los militares, en los casi tres meses que restan hasta la apertura queda por verificar el funcionamiento de todos los servicios y el acondicionamiento de la estructura edilicia. Más adelante esperan lograr editar una publicación para “llegar a todos lados y que la gente sepa lo que se hace en el centro”.

Entre cientos de personas que participaron del “desembarco” de las Madres había representantes de la Hotel Bauen, recuperado por sus trabajadores y obreros de los planes de construcción de viviendas en las villas. También estaba la ex ministra de Economía y actual coordinadora general de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Felisa Miceli, y el diputado porteño, Juan Cabandié, nacido en la ESMA durante la dictadura y recuperado por las Abuelas de Plaza de Mayo. El consideró que es necesario “resignificar el dolor con una propuesta de vida que abarque la generación actual y las venideras”. Sin embargo, desde otros organismos plantean que no se debería modificar el lugar para que funcione como un museo donde se muestre el horror del terrorismo de estado.

Lejos quedó el recuerdo de un decreto firmado en 1998 por el entonces presidente Carlos Menem, en el que ordenaba la demolición de los edificios del centro clandestino para crear “un espacio verde de uso público y el lugar de emplazamiento de un símbolo de la unión nacional”. Otro de los fallidos proyectos para la ESMA, fue la creación de “un polo educativo militar”, que incluía una escuela de guerra del Ejército y la Fuerza Aérea. Esa idea había sido analizada en el 2000 por el entonces ministro de Defensa, Ricardo López Murphy, durante el gobierno de la Alianza.

“¡Los quemaron vivos y no pudieron, los tiraron al río vivos y no pudieron, los enterraron abajo de las autopistas y no pudieron! ¡Nuestros hijos no son huesos, son vida que nace siempre como semilla en cada uno de ustedes!”, concluyó Bonafini.

Informe: Sebastián Abrevaya.

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