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T r i b u n a c h i l e n a

La Otra Cara del Jarrazo. Por: Jaime Ceresa®

Flor de Jarrazo ha quedado gracias a las acciones de María Música Sepúlveda contra la Ministra de Educación, Mónica Jiménez.
Los medios se han hecho un caldillo con la chica de 14 años, la sociedad ha encontrado una nueva ídola de masas o villana a quien volcar sus frustraciones y el Gobierno una oportunidad de oro para validar todas sus ineptitudes, pero hasta ahora no se ha realizado ningún análisis fino del escenario.
Con 4 sencillas preguntas la idea es partir con este ejercicio.

¿Qué hice yo para merecer esto?
Pocos pueden refutar que el Gobierno Ciudadano de Michelle Bachelet desde la revolución pingüino se transformó en un eufemismo.
La Jefa de Estado creyó entender que escuchar a la gente trae costos políticos, y en un cambió de timón cerró todos los canales.

Los mapuches, los funcionarios de la salud, los deudores habitacionales, los profesores, los trabajadores, y los estudiantes son algunos de los ejemplos que se han encontrado con bloques de piedra entre ellos y el Gobierno, cada vez que ha habido demandas sociales. Peor aun, en muchos casos se han encontrado con opresión inentendible, ya que se puede justificar el uso de la fuerza cuando hay destrozos públicos, lo que no se puede es entenderlo cuando el único pecado es tomarse una calle o bien hacer una marcha no autorizada (partiendo de la base que la autorización de las marchas es un manejo político que el Gobierno tiene a través de la Intendencia y el Ministerio del Interior).

Cuando vemos que estamos frente a un Gobierno que entiende la participación ciudadana con el ejercicio de poner a un pelotudo en un acto a escuchar manifiestos de grupos sociales, y no a sentarse en una mesa a aunar criterios y buscar soluciones es cuando nos damos cuenta que el Gobierno Ciudadano es una mentira tan grande como el iceberg que hundió al Titanic.

Sea como sea, ha sido Francisco Vidal cada vez que dijo que no se hablaría con el sector sea, Edmundo Pérez Yoma cada vez que tomó el teléfono para dar la orden a las fuerzas públicas de barrer con cualquier manifestación que desnudara a La Moneda, Michelle Bachelet con su soberbia encubierta y evidente falta de liderazgo, Antonio Viera Gallo con sus negociadas de leyes en el Congreso que cada vez más huelen a chantaje, ha sido el Gobierno completo el que llenó el jarro con agua.
María Música sólo lo tiró en la cara de Mónica Jiménez, y pierdan cuidado, que si la chica se contiene, no hubiera pasado poco tiempo antes que otro actor social, ante otro Ministro, en otro escenario hubiera hecho lo mismo o algo peor.


¿Esto me identifica de alguna forma?

En los años 80s fue un grupo de personas que a través de marchas y bayonetas intentaban abrir una puerta de diálogo con la dictadura de Pinochet para comenzar a pensar en como plantear un debate para terminar con ella.
Todo este trabajo dio frutos en 1988, cuando se hizo el plebiscito y Chile eligió el fin de la era Pinochet.
Los mismos que cargaron bayonetas, hoy inundan el palacio de La Moneda.

Esto se nos vendió como “la vuelta de la democracia”, otra de las tantas falacias que venimos escuchando desde 1990.
Acá no hay, ni ha habido democracia, el PRI y el Juntos Podemos Más pueden dar fe de ellos. Acá sólo se instauró un sistema participativo para privilegiar a dos bloques que se toman los copetes juntos.
Podrán haber variaciones. Mañana puede que sean 3 bloques en vez de dos, pero el resultado final es que siempre serán los mismos.

Hoy vemos a una generación de actores sociales que buscan un nuevo sigma y éste no es más que volver a tener democracia. Ser escuchados, ser protagonistas de la evolución de un país, porque les cuento un secreto, la evolución del país no es patrimonio de quienes ponemos como autoridades y les pagamos el sueldo, es responsabilidad de todos como chilenos.

Por lo mismo se entiende como el Gobierno viene obrando, mal que mal, cuando el discurso político se centra en frases como “Debemos buscar a un candidato para seguir en el poder o para derrotar al contrincante” y no en “Debemos conseguir un candidato para construir un proyecto país” quiere decir que esa misma gente que con bayoneta luchó por ideales, hoy está apernada y cegada por el poder.

No es muy distinto el fondo. Cambia el escenario, las circunstancias y los contextos, pero la esencia es la misma. Acá los jóvenes están luchando contra los mismos que lucharon hace 25 años por devolver un equilibrio perdido.
Así de simple.


¿Quién capitaliza de esto?

Curioso por decir lo menos ha sido la postura de la Alianza de pedir que se expulse a la chica de su colegio. Llama la atención.
Considerando que la chica estaba de vacaciones y no representaba a su Liceo (el Darío Salas) en el acto donde se desencadenaron los hechos, no se puede entender tamaña petición (que por cierto el Gobierno si sigue obrando tan erráticamente como lo ha hecho la va a llevar a cabo sin problema, por más que digan que la decisión es del director del liceo donde la chica es alumna), uno se pregunta ¿Dónde queda el estado de derecho? ¿Estamos ante un Gobierno que puede pasar por arriba de éste? ¿No vivimos en democracia como ellos dicen?

Aun así, y volviendo al punto, ¿Qué gana la Alianza sabiendo que si la chica es expulsada se transformará en una nueva Juana de Arco? ¿Se acordará alguien que ellos fueron quienes patrocinaron su ida a la hoguera?

Peor aun, cuando el tema acá es el acceso a la educación, el mensaje que dan las autoridades sancionando a alguien negándole a la chica el acceso a tal vez uno de los mejores liceos (o el menos malo, llámenlo como quieran) del sistema es por decir lo menos errático.

¿Qué pasa si los Tribunales de la Familia la sancionan? Acá entonces el discurso se traslada al hecho que si las autoridades pueden ser amparadas ante excesos sociales, quién nos ampara ante los excesos de las autoridades hacia los grupos sociales. Menuda discusión.

¿Dónde va a parar esto?

Nadie sabe la verdad. Puede que decante con el tiempo, puede que sea una bomba de tiempo.

Tal vez lo único cierto es que al ver como los medios han mostrado a los actores detrás de esto (víctimas y victimarios) con una demonización que asusta (basta ver como han hecho de la palabra entender un sinónimo de justificar para cubrir las declaraciones del Colegio de Profesores).
Al ver a las autoridades como la misma Ministra, que usando la duda como herramienta, deslegitima a la alumna (“Hay que ver que estaba haciendo cuando la tomaron presa en una marcha”, “Supe por ahí que la alumna tendría un comportamiento muy errático en su colegio”).
Al ver como una chica que protagonizó un hecho que según el criterio de quien lo interprete podría verse como patriada o falta de respeto es víctima de terrorismo de Estado (Sí, terrorismo de Estado, no tiene otro nombre).
Al ver con tristeza que el léxico de nuestras autoridades no le llega ni a los talones a una manga de pendejos de 16 años que se suponen que vienen de un pésimo sistema de educación
Al ver como acá se está jugando al juego de las víctimas en vez de afrontar y enmendar las responsabilidades, es que lo único que queda claro es que ni el agua del jarro de María Música fue capaz de sacar algo de mugre a quienes nos dirigen.

Se puede entender la molestia de las autoridades, vaya que si se puede, lo que no se entiende, es como han montado un show de victimización para revertir lo que ha sido hasta ahora una pésima gestión como Gobierno.

1 comentario

Vero Palma -

Sé que el ejemplo puede ser exagerado pero lo coloco igual:

Cuando se destruyeron las torres gemelas, junto con lamentar lo sucedido, me imagino que todo ser, con un mínimo de información, se dio cuenta que lo acaecido no fue obra del azar ni de la casualidad, nadie puede (salvo los autores) justificar estos ataques pero sí se comprende que sucedieran.

En el caso del Jarro a la ministra es algo similar, personalmente he pasado la experiencia y la incertidumbre de tener aun hijo con su lugar de estudio (liceo) en toma; comprendo y apoyo lo que moviliza a los chicos a querer ser escuchados para impulsar un cambio, sin embargo se encuentran con una Señora “cara de palo” que ni se inmuta con los esfuerzos que involucra una movilización. La Señora, que me imagino estudió en tiempos en que las Universidades eran gratis, no comprende que una tropa de holgazanes la moleste con peticiones tan absurdas como querer una educación decente y que no sea un privilegio de ricos. La niña Música, no creo que sea líder pero sí es una chicuela impulsiva que ha participado y vio con impotencia como nuevamente las autoridades “democráticas” se corrían al no querer escuchar el sentir de la gente.