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T r i b u n a c h i l e n a

Soberania Alimentaria

Enfadarse en vacaciones

Enfadarse en vacaciones

Escrito por Vicent Boix y Gustavo Duch.

La Fundación Antama ya está presente con su columna institucional junto a la noticia de la no autorización de un arroz transgénico experimental en Vinaròs. La fundación en cuestión tiene como misión favorecer la ‘excelencia’ de los cultivos ‘frankestenianos’ por España y hablar de sus bondades y lo que haga falta para que su implantación sea total. Su aspiración es un planeta Tierra cultivado con unas pocas variedades de ‘sus’ semillas.

Pero ¿Por qué se enfadan tanto? ¿Por qué aluden a la importancia de los Organismos Genéticamente Modificados en el futuro agrícola? El cultivo en cuestión, nos han explicado hasta la saciedad, no tiene interés industrial, solo es un ensayo para combatir una enfermedad que afecta a 300 personas en toda España (y que ya tienen tratamientos). Es decir, no es un transgénico para apoyar a los agricultores (ninguno lo es) sino una invención de la tecnología farmacéutica.

La vertiginosa réplica de Antama elude hábilmente el asunto principal, la falta de documentación del cultivo experimental que ha sido clave para que la Conselleria denegara el permiso; y por el contrario, se ceba con la declaración de Vinaròs como zona libre de transgénicos. La fundación cuestiona que un municipio se declare “zona libre de”, porque según ellos atenta a la libertad individual y no es de su competencia.

Antama discute el eje básico de la democracia, que el pueblo puede opinar y decidir, en este caso a través de un plenario municipal. Se entiende y respeta que una fundación que defiende los intereses de grandes corporaciones del agronegocio, se oponga a la declaración, pero parece grave que les moleste la actuación de la sociedad civil, que buscando los canales de representación legítimos, socializando y debatiendo el tema entre las partes implicadas, con las organizaciones que representan los sectores, hacen aquello que debería de ser norma: construir democracia participativa, construir propuestas colectivas. Lo colectivo no piensa con la mano en el bolsillo.

Nuestro minúsculo granito de arena

Nuestro minúsculo granito de arena

Por Gustavo Duch

En la calle de Girona de Barcelona, compartiendo local, se esconden tres pequeños colectivos que han logrado, por ejemplo, denunciar y visibilizar el fenómeno de acaparamiento de tierras agrarias en todo el mundo por parte de fondos especulativos. Después de ellos, las cabeceras de prensa internacional más destacadas, muchos movimientos sociales, instituciones como el Banco Mundial o la FAO, están dando toda la relevancia que el tema merece. Otra de las organizaciones ahí instaladas es parte responsable -y consecuente- de las campañas que a muchos ciudadanos nos han abierto los ojos respecto al papel de las multinacionales españolas (expoliando) por el mundo, o el cariño existente entre las empresas armamentistas y algunas grandes y conocidas entidades financieras. También desde ese espacio del Eixample han brotado iniciativas que nos piden: «No nos comamos el mundo». Y así sabemos que un consumo responsable es una fórmula excelente (y muy saludable) para ayudar a las poblaciones campesinas del Sur a proteger sus recursos naturales, su futuro y su soberanía alimentaria.

Estas iniciativas son fruto de la evolución que en nuestro país ha reconducido el trabajo de cooperación de las oenegés hacia un modelo de transformación de la sociedad y de las relaciones económicas y políticas. La sociedad civil organizada rasca las heridas de la humanidad para desvelar cuáles son los problemas y sus causas, que afectan principalmente a los países del Sur, pero también a nuestra propia sociedad, claro. La deuda externa, lastre de muchos países empobrecidos, nos permite entender a donde nos conducen la actual crisis y los supuestos rescates, ya sufridos en países del Sur durante décadas. La especulación con los alimentos y la especulación con los fondos soberanos están estrechamente ligados, y la sobreexplotación de los caladeros en Senegal, por ejemplo, la entendemos como un atentado global, del mismo calibre que el que se inflige en las aguas del Mediterráneo. Además, son muchas de estas organizaciones las que ponen en marcha proyectos de solidaridad en los países más empobrecidos, afrontando los problemas globales con actuaciones locales, aquí y allí.

¿Tendrán algo que ver las movilizaciones del 15-M con todo esto? Desde mi punto de vista, sí, tanto en su construcción (muchas reclamaciones o propuestas que se defienden desde el movimiento se retroalimentan con los discursos desde la solidaridad organizada) como ahora en su pretendido desmoronamiento. Porque no es casual que el nuevo Govern catalán -desoyendo el propio Estatut de Catalunya, la legislación vigente (la ley de cooperación) y las recomendaciones internacionales que apuntan al objetivo del 0’7%- recorte la partida para cooperación y solidaridad en más de un 50%. Si el resto de departamentos y políticas, como media, han sido rebajados un 10%, el ya de por sí bajísimo presupuesto dedicado, como explicita el preámbulo del Estatut, al «firme compromiso de Catalunya con los pueblos para construir un orden mundial pacífico y justo» pasa de 49 millones de euros a 22 millones. Esta cifra sitúa a Catalunya con una política pública de cooperación del irrisorio 0,015% del PIB. Ese será nuestro granito de arena. ¿Mucho? Tomen un paquete de arroz de un kilo, vuélquenlo sobre la mesa y separen cuatro de los 30.000 granos que aproximadamente le caerán. Ni uno más ni uno menos.

Una última comparación. El dinero que se dejará de ingresar por el impuesto de sucesiones este año será, según el Govern de Artur Mas, de 52 millones; según la oposición, de 157 millones, y según la Plataforma por la Fiscalidad Justa, Ambiental y Solidaria (que suma las reformas anteriores) llegará a más de 800 millones. No importa, cualquier cifra es significativamente mayor que el recorte en solidaridad, necesaria para todos.

El papel de las oenegés y de la política pública de cooperación no puede ser considerado, como parece que hace el Govern, como una política menor o subsidiaria, tampoco ahora en tiempo de crisis. Al contrario, frente a una crisis sistémica (no solo económica), más que nunca necesitamos dotarnos de argumentos, nuevas reflexiones, nuevos puntos de vista que emanan no de ejercicios intelectuales en los despachos o en los palacios, sino del contacto directo con la realidad, con el compromiso frente a la pobreza, desde la responsabilidad que tenemos como país para reparar y restituir a los países del Sur los negativos impactos ecológicos, culturales y sociales de nuestra incivilizada forma de sobrevivir.

No es desde el egoísmo y la racanería como podremos resolver una crisis tan local como global. Aportar voluntad y recursos para transformar el mundo es la mejor de las políticas anticrisis. Y si el recorte en cooperación es también una forma aviolenta de paralizar a los movimientos ciudadanos, quisiera hacer notar que tampoco será efectiva. La cooperación transformadora rebusca en muchas direcciones, pero no tiene marcha atrás.

Pensa-mientos para Somalia

Por gustavo Duch

Pensando en Somalia, porque todo es lo mismo.

Pensa-miento 69: El periodista Xavier Montanyà, durante su estancia en Nigeria, cuenta de una de las filtraciones diplomáticas que Wikileaks dio a conocer. Representantes del gobierno de los EEUU en Nigeria mandaron a sus superiores la siguiente información: «estamos tan infiltrados en el gobierno, y desde hace tanto tiempo, que se han olvidado que estamos infiltrados». -Buen trabajo chicos, seguir así -contestaron desde Washington los administradores del petróleo nigeriano.

Pensa-miento 68: Lo dicen  las gentes de Sant Louis, en el Senegal. Por las noches, desde siempre, es costumbre sentarse en su barcas de pesca, amarradas en la playa, a contemplar la luna y sus reflejos en el mar; canturrear y contarse historias de ayer. Pero ya no es así. Hay tantos barcos pesqueros europeos faenando en alta mar, con técnicas y modos exterminadores, que sus miles de luces aparentan desde la costa como una gigantesca ciudad flotante. Y las barcas, que presienten el futuro, van tomando forma pateras.

No es (sólo) China

No es (sólo) China

por Gustavo Duch

Un dibujante español lo explicó con mucho acierto y en una sola viñeta. Sobre una lomita un padre muestra un enorme paisaje a su hijo: campos, montes, praderas. Y como queriendo abarcarlo todo con los brazos le dice “Algún día, hijo mío, todo esto… será China”. Porque ciertamente con la cantidad de tierras que se están extranjerizandodifícilmente las próximas generaciones campesinas tendrán acceso a tierras dónde producir alimentos. Esta avaricia por hacerse con tierras fértiles por donde sea es un fenómeno más que viejo, pero que como muy bien ha sabido advertir la organización GRAIN (y ahora es un tema en muchas agendas) en los tres últimos años ha resurgido peligrosamente y con nuevas características.

 

Quizás la faceta más conocida (y también la más fácil de criminalizar ataviada desde posiciones racistas) de este nuevo acaparamiento de tierras es la omnipresencia de China y los países de Medio Oriente en la búsqueda y compra de hectáreas en muchos lugares de América Latina y África, para –dicen– poner en marcha iniciativas agropecuarias que con trabajadores y trabajadoras locales generen riqueza en el lugar y provea de alimentos a países que de tanto industrializarse han perdido soberanía alimentaria. Y ciertamente, en este negocio de expansión de sus fronteras agrarias, China tiene una relevancia enorme.

Sólo Beidahuang Group, la empresa agroalimentaria más grande de la China, ya dispone de 2 millones de hectáreas fuera de China y recientemente se ha dado a conocer el acuerdo que firmó con el gobierno de la provincia de Río Negro (Argentina) para poner bajo riego una superficie de 300 mil hectáreas pertenecientes al pueblo mapuche. No es una empresa cualquiera, en la actualidad produce más de 4 millones de cabezas de cerdo por año, además de elaborar los alimentos balanceados que requiere esta producción; es la quinta operadora local en proteína láctea; produce anualmente 17.5 millones de arroz, soja, maíz y cebada; y, claro, tiene su propia empresa semillera y una filial dedicada a la producción de agroquímicos y fertilizantes.

Pero no sólo es China. De nuevo GRAIN presenta datos que me parecen deben ser conocidos. “Entre los mayores inversionistas que buscan sacar provecho –dice su informe– se encuentran los fondos de pensiones, con miles de millones de dólares invertidos. Actualmente, los fondos de pensiones  manejan alrededor de 5 mil a 15 mil millones de dólares para la adquisición de tierras de cultivo.  Hacia el año 2015, se espera que estas inversiones en mercancías y tierras se dupliquen”. Es decir, los ahorros que las y los trabajadores depositan en una compañía privada o pública para que los gestione correctamente y en un futuro les ayude a financiar su jubilación, son, sin que muchas veces lo sepan los propios depositarios, invertidos en un producto financiero que se hace muy rentable a partir de la expulsión de familias de sus territorios, de un modelo de agricultura industrializada que genera hambre y pobreza, además de destartalar ambientalmente a nuestro (de todas y todos) planeta y de provocar artificiales subidas de precios de los alimentos que perjudican a las comunidades rurales más pobres.

Revisen en sus contratos a quién dejan el esfuerzo de su trabajo y exijan que sus ahorros sean gestionados con una mirada ética: ni empresas de armamentos, ni usurpación de tierras. Se disponen cada vez más de muchas modalidades de ahorro que permite a sus usuarios y usuarias participar en las decisiones de cómo y dónde invertir; y ahora cuando los prestamistas habituales están con el cajón cerrado con doble vuelta de llave, es el momento más oportuno para favorecer pequeñas inversiones en sectores productivos locales, autogestionados, responsables para con el medio ambiente y favorecedores de una economía más humana y, con perdón, menos animal.

Menos especuladora. Los fondos de pensiones pueden ser una de las pocas clases de acaparadores de tierra que pueden ser detenidos por la gente, por la simple razón de que es su dinero, dice GRAIN.

MALAS ARTES PESQUERAS

MALAS ARTES PESQUERAS

Por MIQUEL ORTEGA CERDÁ Y GUSTAVO DUCH

Pescados contaminados en nuestras mesas y la población pesquera cada vez más diezmada. ¿En qué despachos, quién y cómo se gestionan estas calamidades? En el caso español hay muestras evidentes de que los representantes no actúan de la forma más adecuada. En el Parlamento Europeo en ocasiones se acusa a España de encubrir la pesca ilegal y fagocitar los recursos naturales; pero cuando los pescadores protestan ante ellos por la grave situación por la que están pasado, los representantes españoles explican que en Bruselas nadie les entiende ni les respeta.

Tanto se lamentan que ciertamente pareciera que su trabajo está boicoteado o ninguneado. Sin embargo, entre mayo y junio de 2011 la Comisión Europea presentó tres informes demoledores para la gestión pesquera española.

  • El primero de ellos, el Informe anual económico de la flota europea de 2010, trata de evaluar la situación de la flota y su posible evolución para tomar las medidas adecuadas. Lamentablemente en él se denuncia que no puede evaluar la situación económica y perspectivas de España, pues los responsables de la Administración española no habían aportado ningún dato del año 2008 y sólo algunos parciales para el periodo 2002-2007. Con la información facilitada, los expertos simplemente fueron incapaces de dibujar cuál es el escenario actual y las perspectiva futuras.
  • El segundo de ellos, el Informe sobre las actividades realizadas por los Estados Miembros para conseguir un equilibrio sostenible entre la capacidad pesquera y las oportunidades pesqueras, trata de seguir, probablemente, el aspecto más importante para garantizar la viabilidad económica de la flota, su adaptación a los recursos pesqueros existentes. En él se hacía una evaluación cuantitativa de la calidad y cantidad de información facilitada a los servicios de evaluación y seguimiento de la Unión Europea para cada país. España era el país peor valorado en ambos aspectos.
  • El tercero de ellos, el informe sobre la Aplicación del programa de recuperación de la merluza europea y la cigala, trata de evaluar si se estaban aplicando correctamente los planes diseñados para gestionar ambas especies. En los dos casos España tiene un rol principal, pues dispone del 64% de la cuota de merluza y del 41% de la de cigala. El informe apunta a que posiblemente no existe un control adecuado de los desembarques, y que probablemente hay un desajuste entre la potencia del motor de las embarcaciones registrada y la real. Ambos aspectos favorecen los desastrosos resultados que indican que las capturas de ambas especies han sido 2,4 y 2,8 veces superiores a las toneladas permitidas. En términos económicos la Comisión no deja lugar a dudas, el incumplimiento ha salido caro y saldrá muy caro: “la aplicación plena del programa de recuperación desde 2006 habría incrementado los beneficios netos actuales para todo el periodo”. Pero en cambio, ahora España, sin duda, será penalizada en la cuota correspondiente en los próximos años, con consecuencias dramáticas para la pesca artesanal, que tiene en algunos segmentos una dependencia muy alta de la merluza.

Si los exámenes en Bruselas tienen tan malos resultados, cuanto menos tan alarmante es la reciente información facilitada por la organización Oceana, donde demuestra que el Gobierno ha ocultado, durante siete años, un informe que, bajo la etiqueta de confidencial, advierte sobre los altos niveles de contaminación de algunos tiburones como el pez espada, el marrajo o la tintorera. Ha sido necesario acudir a los tribunales para disponer de un informe contratado por el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, pagado con recursos públicos y elaborado por el Instituto Español de Oceanografía, otra institución pública.

Y ahora, en pleno debate de la reforma de la Política Pesquera Común, las primeras propuestas de los representantes, desde nuestro punto de vista, van totalmente desencaminadas, defendiendo que es imposible hacer una buena política socio-económica si se prioriza la gestión ambiental. Por ello, desde muchas organizaciones sociales, agrupaciones pesqueras y organizaciones ecologistas se traslada la necesidad de una reacción rápida y contundente por parte de la Administración pública. Empezar aseando nuestro patio es el primer paso para ganar credibilidad y sumarse a posturas que apuntan a un modelo de pesca con futuro, es decir, que premie a las flotas más selectivas, con menos impactos ambientales, que más distribuyan la riqueza; que no privatice los recursos pesqueros; que priorice la pesca artesanal sostenible; que acabe con el incumplimiento legislativo; y que no se pesque más allá de los niveles que garantizan el máximo rendimiento sostenible.  ¿Sabremos hacerlo? Nos va en ello el prestigio, el ecosistema marino y el sistema socioeconómico pesquero.

Los falsos mitos de la crisis alimentaria

Los falsos mitos de la crisis alimentaria

Por  Vicent Boix

Desde hace un año el mundo se haya inmerso en una crisis alimentaria debido al incremento en los precios de algunos alimentos. Los primeros balances sociales consecuencia de este terremoto los dio a conocer el Banco Mundial (BM) a mediados de febrero 2011, anunciando que durante este año el número de hambrientos podría crecer en 75 millones[i] hasta alcanzar un total de 1000 millones; complicándose de esta forma el primero de los Objetivos del Milenio, que se compromete a reducir a la mitad el porcentaje de personas hambrientas. El aumento también está siendo una losa para las pobres economías familiares, que destinan entre un 50 y un 80% del presupuesto a la compra de alimentos. Según un informe reciente del BM, el incremento de los precios en los países asiáticos ha oscilado el 10%, lo que podría empujar a 64 millones de personas a la pobreza.[ii]

El presente no invita al optimismo porque según datos del último ‘Índice para los Precios de los Alimentos’-que calcula la Organizaciónde las Naciones Unidas para la Agriculturay la Alimentación(FAO) editado por la FAOen junio de 2011, avisa que Los precios de los productos básicos agrícolas se mantendrán presumiblemente altos y volátiles durante el resto de este año y también en 2012”[iii]

La versión oficial es que existe un desequilibrio entre la oferta y la demanda de alimentos, aunque todo depende de la lógica que se emplee para diagnosticar la situación. Con los principios de la soberanía alimentaria- el problema de la crisis de los precios tiene su origen en ‘manos visibles’ del mercado que alteran los precios, por tanto, las soluciones deben encaminarse a frenar estos abusos. Para la ‘lógica del mercado’ (un nuevo oxímoron), éste es un ente intocable que por dogma de fe debe ser libre a cualquier precio y quién se tiene que amoldar es el mundo entero.

Analizar lo que nos explican de la crisis alimentaria los medios de comunicación al servicio de la agroindustria, nos permite, con nuestra óptica descubrir y quitar el antifaz a varias ideas.

Ocho mitos de la crisis alimentaria

Mito 1: Existe un desequilibro entre la oferta y la demanda de alimentos. La FAO publicó en junio la primera estimación sobre la cantidad de cereales para el ciclo 2011-2012. Por primera vez en muchos meses la producción será superior al consumo en tres millones de toneladas y estamos ante una cosecha record, por tanto, ya no se puede hablar de carencia de cereales. Pero es que incluso en los peores momentos durante el último año las reservas existentes podían cubrir dicho déficit 10 y 11 veces.[iv]

Olivier de Schutter, relator de la ONUpara el derecho a la alimentación, sobre este punto dijo recientemente que «Se ha prestado demasiada atención a intentar corregir la brecha entre oferta y demanda en los mercados internacionales, -como si el hambre el mundo fuese el resultado de la escasez física de alimentos a nivel agregado-, mientras que se ha dejado casi completamente de lado dos temas fundamentales: los desequilibrios de poder en los sistemas alimentarios y la falta estrepitosa de apoyo que debe prestarse a los pequeños campesinos para que sean ellos los verdaderos responsables de alimentar a sus familias, a sus comunidades y a sí mismos».[v] A la vez el Parlamente Europeo mantuvo que «…en la actualidad el suministro total mundial de alimentos no es insuficiente (…) son más bien la inaccesibilidad de los mismos y sus elevados precios los factores que privan a muchas personas de la seguridad alimentaria».[vi]

Por tanto, si la crisis no surge de un desequilibrio entre la oferta y la demanda, y si además se suma que durante años la situación fue peor, pero los precios se mantuvieron equilibrados, entonces, indudablemente, hay un factor que está distorsionando los precios, que se llama especulación, que está incrustado en el mercado y que segúnla Eurocámaraes el causante del 50% de los incrementos en los precios.

Mito 2: La población de China e India comen más y mejor. Para 2010-2011, el volumen de cereales para consumo humano y piensos rondará los 1820 millones de toneladas cuando se prevé una producción global de 2216 millones, lo que generaría un superávit de 396 millones de toneladas. Lo que no se dice es que para 2011 se desviarán 433 millones de toneladas para otros usos (agrocombustibles sobre todo) y por tanto esos 396 millones de toneladas sobrantes desaparecerán generándose un déficit de 37.[vii]

El aumento de la demanda de cereales para consumo humano ha sido armónico durante los últimos años, mientras que para otros usos ha crecido vertiginosamente. Sólo en USA, durante 2010, se destinó el 35% de maíz al consumo nacional de bioetanol como agrocombustible. El dato es importante porque dicha potencia cosecha el 40 % de la producción mundial,[viii] lo que significa que sólo con datos de USA, el 14% del maíz mundial se dedicó a la alimentación de coches.

Mito 3: Los países exportadores e importadores han actuado irracionalmente. Se ha criticado a los primeros porque limitaron sus exportaciones y a los segundos porque importaron grandes partidas de alimentos, ambos con el objetivo legítimo de garantizar el suministro para sus poblaciones. Para algunos organismos y expertos este comportamiento ha sido fuertemente cuestionado y señalado como irracional, porque ha estrangulado más la ecuación entre oferta y demanda.

Con estos razonamientos se impone la ‘lógica del mercado’, que presiona a exportadores e importadores para que no tomen medidas que ellos creen importantes con el fin de garantizar su abastecimiento. Sin embargo nadie se atreve a poner el dedo en la llaga especuladora que al parecer puede actuar con total impunidad. El mundo debe amoldarse a las leyes del mercado y no al revés.

Mito 4: Se trata de una crisis alimentaria mundial. Los países que cultivan sus alimentos no tienen porque adquirirlos en el mercado y por lo tanto no tienen que sucumbir a estos precios internacionales inflados. El problema lo tienen los que han instaurado el modelo agroexportador que fomenta los cultivos para la exportación (sobre todo los exóticos y las materias primas) en detrimento de la producción nacional de unos alimentos que ahora obligadamente tienen que comprar. Olivier de Schutter lo dejaba entrever en una reciente entrevista: “Los países africanos se han beneficiado de unas cosechas en 2010 relativamente buenas y no afrontan un riesgo inmediato (…) Los países que importan la mayor parte de la comida que necesitan son más vulnerables. (…). Esta dependencia de los mercados internacionales es muy peligrosa.”[ix]

Mito 5: Los agricultores salen ganando por el alza de los precios. El principal problema que enfrenta la agricultura para la exportación es que las diferentes fases de la cadena agroalimentaria (semillas, insumos, intermediación, distribución, transformación, etc.) se concentran cada vez en menos manos gracias a las políticas liberales. Esta situación de oligopolio da fuerza a estos eslabones y en el caso de la intermediación y la distribución, son éstas las que establecen los precios de compra. En este sentido el Parlamento Europeo afirmó en una Resolución de febrero pasado que «…el porcentaje de la renta de los agricultores procedente de la cadena alimentaria ha disminuido considerablemente, mientras que los beneficios de los transformadores y los minoristas han experimentado un aumento constante…». De Schutter´, en la misma línea, sentenció que «Muchos campesinos no pueden sin embargo beneficiarse de esta subida vertiginosa de los precios debido a su marginalización política y su falta de margen de negociación. Tampoco los sueldos de los agricultores están subiendo en concordancia con el alza de los precios de los alimentos básicos.»[x]

Mito 6: Hay que liberalizar más los mercados agrícolas. Como se supone bajo la ‘lógica del mercado’ que hay una menor oferta de alimentos, conviene por tanto eliminar obstáculos comerciales para que éstos fluyan con mayor libertad y así calmar la demanda. Pero, la liberalización de los mercados profundiza en un modelo agrario basado en el comercio libre y en la exportación, en detrimento de uno que garantice la seguridad y la soberanía alimentaria de los pueblos. Con la agroexportación se fomenta entre las naciones el abandono de su auto abastecimiento y la dependencia hacia el mercado con su voracidad, perversidad y especulación incluidas. Por tanto, liberalizar los mercados es incidir en un modelo agrario que genera hambre y dependencia.

Mito 7: Hay que aumentar la inversión y la producción. Este mito redunda una vez más en lo mismo: acrecentar la producción para calmar el alza de precios. Dicho gráficamente, el lobo asaltó el gallinero y por las ventanas se echan más gallinas para saciar su voracidad. Pero, el problema, como se ha dicho, es de accesibilidad y no de cantidad.

Además la producción y la inversión, per se, no son la panacea. Un incremento de ambas puede ser positivo si el protagonista activo es el pequeño agricultor y campesino, que genera alimentos dignamente para las comunidades locales de una forma sostenible y accesible. Pero conforme está montado el sistema  agroexportador bajo el libertinaje comercial, de nada sirve aumentar la inversión y la producción si después: a) la tierra está en manos de terratenientes e inversores que no siembran comida sino cultivos exóticos (café plátanos, etc.) y materias primas para la exportación (algodón, soja para biodiesel, etc.); y  b) no se legisla para eliminar, sino que se mantienen, los engranajes que permiten los atropellos ejercidos por los especuladores y las transnacionales que controlan las semillas, insumos, comercialización, transformación, precios de compra y venta, etc.

Mito 8: Hace falta una nueva revolución verde. Una vez más, bajo la  ‘lógica del mercado’, el aumento de la producción se sitúa como solución a un problema que en el fondo es de accesibilidad y justicia social. Apostar por una segunda ‘revolución verde’ sería incidir en un modelo ecológicamente insostenible que ha contaminado el medio ambiente y las personas. Los efectos negativos y los fracasos de los cultivos transgénicos han sido documentados ampliamente.

En diciembre, De Schutter publicó un informe en el que apostaba por la agroecología como un modelo ambientalmente más sostenible y socialmente más justo. Se detallaban experiencias de agricultores ecológicos que lograron mejores producciones que los convencionales y se afirmaba que «…la propagación de las prácticas agroecológicas puede aumentar al mismo tiempo la productividad agrícola y la seguridad alimentaria, mejorar los ingresos y los medios de sustento de la población rural y contener e invertir la tendencia a la pérdida de especies y la erosión genética.»[xi]

No hay peor ciego que aquel que no quiere ver, aunque tal vez alguien esté cegado por los intereses mezquinos de los amos del mundo, a los que poco les importa que millones de personas no tengan un bocado que llevarse al estómago. La instauración de la “lógica del mercado” con sus mitos y soluciones milagrosas, no hará otra cosa que agravar el problema, perpetuar el monopolio, desactivar al campesinado y aumentar el hambre en el mundo mientras unos pocos se lucran inescrupulosamente.

Vicent Boix (*).

Escritor, autor del libro El parque de las hamacas.

Artículo de la serie “Crisis Agroalimentaria”, más información:

http://www.elparquedelashamacas.org


[i] http://www.europapress.es/epsocial/noticia-numero-personas-sufren-hambre-cronica-acerca-mil-millones-20110216141925.html

[ii] http://www.derechoalimentacion.org/webkwderecho/temaPortada/temaPortada.asp?temaportadaid=505

[iii] FAO: “Los precios de los alimentos permanecen altos” Roma, 7 de junio de 2011.

[iv] http://www.fao.org/worldfoodsituation/wfs-home/csdb/es/

[v] http://www.srfood.org/index.php/es/component/content/article/1-latest-news/1324-breaking-the-impasse-of-food-crises

[vi] http://www.europarl.europa.eu/sides/getDoc.do?pubRef=-//EP//TEXT+TA+P7-TA-2011-0006+0+DOC+XML+V0//ES&language=ES

[vii] ftp://ftp.fao.org/docrep/fao/010/ah864s/ah864s00.pdf http://www.fao.org/docrep/013/al969s/al969s00.pdf

[viii] http://www.elperiodico.com/es/noticias/opinion/20110110/agrocarburantes-como-donde/657156.shtml

_14/Tes

[x] http://www.srfood.org/index.php/es/component/content/article/1-latest-news/1324-breaking-the-impasse-of-food-crises

[xi] http://www.rap-al.org/index.php?seccion=&f=news_view.php&id=425

CARTAS DE AMOR

CARTAS DE AMOR

Diario Información y L’Informatiu, 30 de junio de 2011. (*)

 

Por Gustavo Duch

Era una vez que era, que el representante de la Unió de Llauradors i Ramaders, con el apoyo de muchas otras organizaciones del País Valencià, escribió una delicada misiva al responsable de la Comisión Nacional de Bioseguridad (CNB), un organismo que vela por la correcta implantación de los transgénicos en nuestros campos de cultivo.

En ella le decía preocupado, que revisaran a fondo la aprobación concedida a la empresa italiana Transactiva SRL para cultivar y experimentar al aire libre con arroz modificado con genes humanos en el término municipal de Vinaròs, en Castellón. Se trata de un arroz medicamentoso, no apto para el consumo humano, capaz de producir una enzima humana interesante para tratar la enfermedad de Gaucher. Una patología hereditaria que afecta aproximadamente a una persona cada cien mil.

Y se pregunta -¿arroz trasgénico a 20 km del Delta del Ebro donde se produce el 15% de todo el arroz español? Si en campos de la China y EEUU (y en sus cervezas) se han encontrado genes trangénicos con los que sólo se pretendía experimentar, ¿no podría pasar que tengamos en breve paellas con regusto a enzimas? Si eso ocurriera se deberían destruir muchas cosechas, con las consecuentes pérdidas para las y los productores, o bien a toda marcha legalizar la transgenia como rico arroz comestible. Ñam, ñam.

Por último, antes de la despedida, se preguntaba suspicaz ¿por qué este tipo de ensayos no se permiten en Italia (y muchos otros países europeos) y se ‘deslocalizan’ aquí? ¿Por qué tanta gentileza con farmaceúticas que inventan fármacos para enfermedades infrecuentes y que ya tienen curas?

Igual de cortés fue la respuesta enviada desde Madrid donde corrobora que su aprobación al frankenarroz es irrevocable. Que es imposible que de esa parcela se escape ningún gen, que a ningún trabajador se le quedarán granos de arroz en los bolsillos que acaben en un arrozal, que los camiones serán requeteherméticos…en fin, imposible, imposible. De hecho textualmente y en negrita acaba la carta con un «es posible evitar la contaminación  por OMG cuando se aplican rigurosas  medidas de aislamiento»

 Y así fue que fue, que la precaución de uno, conocedor de contaminaciones en experiencias similares fue incompatible a la prepotencia del otro. Y colorin colorado, con estas cartas de amor no se han enamorado.

 Gustavo Duch en colaboración con Patricia Dopazo,  Acsud Las Segovias País Valencià  (*)

Carta abierta a Evo Morales: LOS LEQUE LEQUE

Carta abierta a Evo Morales: LOS LEQUE LEQUE

Por gustavo Duch

Escribí de ellos hace varios años, regresando de la Bolivia nueva y orgullosa de un cambio político y de una revolución social. Los leque leque, me enseñaron una familia campesina del altiplano, son pájaros que leen el tarot, adivinadores del futuro. Según el clima tenga que llegar, según venga seco o lluvioso, la familia leque leque anida sobre los surcos o entre ellos, de las papas cultivadas. Así pues para conocer el tiempo de los próximos días, a las y los campesinos no les hace falta parte meteorológico alguno. Se reemplaza el meteosatelite por la observación de los leque leque.

Pareciera un mecanismo antiguo y poco moderno, pero es un sistema exitoso y sostenible. De la misma forma que el gran número de variedades de papas que las familias campesinas poseen, les asegura alimentación independientemente del clima, independientemente de las fluctuaciones del mercado y, sobretodo, independientemente de los caprichos de las multinacionales apropiadoras de las semillas campesinas. Es por eso que todas estas prácticas y políticas encaminadas a la ‘independencia o autonomía campesina’ son un grito internacional tremendamente movilizador: la soberanía alimentaria.

Bien lo sabe el campesinado hindú, por ejemplo, que se ha arruinado con el algodón empresarial transgénico cuyas semillas (y fitotóxicos específicos) deben comprar anualmente. O el campesinado estadounidense  que ha visto como su maíz ecológico ha sido contaminado por maíz empresarial transgénico… y eso les ha costado una sanción. O el excampesinado argentino expulsado de sus tierras o huertos ante el avance imparable de los monocampos de soya transgénica.

Bien lo sabe también la y el productor agrícola boliviano, pues desde hace cinco años y de forma ilegal, la soya transgénica se introdujo y expandió por los campos de su país, sin respuesta alguna de su recién formado gobierno. Se echó a faltar una visión de pájaro, de leque leque, de futuro, y ahora, se puede constatar que la soya transgénica es más susceptible a la roya y ha tenido menores rendimientos que la no transgénica; se puede contabilizar un incremento de más del 300% en el uso de herbicidas, fungicidas e insecticidas; y se puede encontrar rastros de soya transgénica en alimentos para el consumo humano.

Bien lo saben también las organizaciones campesinas bolivianas, Sr. Presidente, que se han reunido preocupadas el pasado día jueves 9 de junio en Cochabamba, ante el anuncio de su gobierno de la legalización del uso de transgénicos en Bolivia. La soberanía alimentaria se basa  fundamentalmente en el acceso y control a las semillas, base de la producción de alimentos, recurso vital para cualquier país del mundo. Dos formas tenemos de entender esa propiedad: las semillas transgénicas con sello de propiedad privada, peligrosos especímenes irreproducibles ocultos bajo el manto de falsa modernidad y desarrollo tecnológico,  o la propiedad social de semillas campesinas que son de todos y son de nadie. Igual que el aire, el oxígeno o el amor.

Por eso, se le manda una postura clara.

No puede un gobierno social como el suyo rendirse a los intereses de las empresas transnacionales de semillas que son también dueñas de los agrovenenos necesarios.

No puede, un país que ha aprobado los Derechos de la Madre Tierra en su Constitución, poner en riesgo uno de los territorios más ricos en biodiversidad , leques leques y muchas variedades de  papa, maíz, cereales, frutas, quinua y otros miles de cultivos andinos y amazónicos.

No puede, quien bien lo sabe, aprobar semillas pensadas en la exportación desplazando a los cultivos destinados a la alimentación humana.

No puede, un representante del pueblo, favorecer cultivos que destruirán bosques que son fuente de biodiversidad y hábitat de los pueblos originarios.

No debe, Sr. Presidente.