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Bolivia

“El punto de bifurcación es un momento en el que se miden ejércitos”

“El punto de bifurcación es un momento en el que se miden ejércitos”

Entrevista con Álvaro García Linera, vicepresidente de Bolivia:

Por Maristella Svampa, Pablo Stefanoni y Ricardo Bajo

Le Monde Diplomatique (Bolivia)

 

http://www.lemondediplomatique.cl/

http://www.rebelion.org

 

 

 

¿Cómo explica el debilitamiento de la oposición después de más de dos años de pruebas de fuerza?

El gobierno del presidente Evo vio a
la Asamblea Constituyente como la posibilidad de armar un gran ensamble colectivo de todas las fuerzas sociales del país. Nos metimos de cabeza en este proyecto pactista. Internamente al seno del pueblo, había que cohesionar al bloque popular, con muchas dificultades, porque había mucha diversidad corporativa, y luego había que dar como siguiente paso la apertura hacia los otros sectores sociales opositores, minoritarios pero importantes.


Y en ello dimos muestras de voluntad de flexibilizar posiciones políticas, de ceder en demandas e incluir a todos. Pero el bloque social opositor había definido una estrategia de bloqueo o suspensión constituyente, esto es de irresolución de la estructura de poder, y optó por el rechazo a los pactos constituyentes una y otra vez. Su objetivo consistía en prolongar la crisis de Estado iniciado en el año 2000, debilitando al gobierno a la espera de un momento donde la correlación de fuerzas le fuera favorable para la resolución de la crisis.

Y nosotros aun así insistimos. El debate sobre los llamados “dos tercios” a fines de 2006 fue un primer amague de lo que estaba en juego, y de la decisión de un sector que no estaba dispuesto a aceptar su posición de minoría política democrática. En los dos tercios y en el tema de la omnipotencia de
la Constituyente cedimos, fuimos para atrás, pero a la vez, como contraparte, empujamos la consolidación de una mayoría social y política que también se convertía en una mayoría decisoria constituyente.

El segundo gran momento de confrontación fue el tema de la capitalidad de Sucre. Se desenterró un tema centenario, causante de una guerra civil en 1899, como punta de lanza para volver a suspender
la Constituyente. Ahí el bloque opositor cívico-prefectural de derecha nos mostró que estaba dispuesto a todo, incluso a poner en riesgo la vida de constituyentes con tal de inviabilizar la posibilidad de un pacto nacional. Y nosotros, frente a ese escenario, volvimos a ofrecer enormes concesiones.

Visto a la distancia, la dirigencia cívica sucrense, que era empujada por atrás por las elites cruceñas, estaba obteniendo una gran cantidad de logros: casi un tercio de las sesiones de Congreso a Sucre, las oficinas del Defensor del Pueblo, de
la Procuraduría, quizás de la Corte Nacional Electoral, un conjunto de instituciones que le daban una relevancia administrativa y económica a Sucre, además de una viabilización más rápida de un conjunto de obras de infraestructura. Pero tampoco aceptaron. Y comprobando que no había ningún interés en acordar, sino en antagonizar indefinidamente, es que nos lanzamos a la aprobación de la Nueva Constitución, primero en la Calancha, en grande, y luego ya en Oruro. Es decir, resolvimos definir por vía de las mayorías constituyentes la estructura del poder estatal.

En esta época usted habló de “punto de bifurcación”.


Sí, enseguida llego ahí. Pese a todo esto, hicimos un nuevo intento y fuimos a buscar a Rubén Costas, a Leopoldo Fernández a su hacienda, fuimos a buscar a Branko Marinkovic y, por último, le propusimos a la gente de Jorge Quiroga un proceso de destrabamiento. Ahí, de manera incontrastable, estaba claro que había un sector minoritario que iba a impedir por todos los medios la solución, vía el proyecto nacional-popular, de la crisis estatal iniciada en 2000.

Y claro, nosotros necesitábamos
la Constituyente para constituir el nuevo Estado, para anclar en las instituciones y relaciones de mando duraderas del Estado la nueva correlación de fuerzas alcanzadas por el movimiento indígena-popular en el ciclo de movilizaciones de 2000-2005. En el fondo, una Constitución, lo que hace es solidificar una serie de puntos de apoyo irreversibles, de conquistas y mandos alcanzados históricamente por la trama de las luchas de poder de una sociedad. Y la prueba final de esta voluntad confrontacional de la oposición minoritaria de derechas vino cuando se lanzaron a la convocatoria a las consultas departamentales sobre los estatutos autonómicos a realizarse en mayo de 2008. Se trataba de una búsqueda de disputa de facto del poder político regional, de una suerte de poder dual regionalizado o escisión vertical antagonizada de la estructura del Estado. Llegado ahí, no había punto de retorno: la derecha no estaba dispuesta a ser incluida en el proyecto nacional-popular como fuerza minoritaria y dirigida, y optaba por la conflagración territorial.

La lucha por el poder se acercaba al momento de su resolución bélica o última, en la medida en que, en última instancia, el poder del Estado es coerción. A esto es que denominamos “punto de bifurcación”, o momento en que la crisis de Estado, iniciada ocho años atrás, se resuelve ya sea mediante una restauración del viejo poder estatal o bien mediante la consolidación del nuevo bloque de poder popular. Es el momento de inicio del nuevo orden estatal de manera autoproducente.

Y todo ello mediante el despliegue, medición o confrontación de fuerza desnuda de los dos bloques polarizados. El punto de bifurcación es el momento excepcional, corto de duración, primario pero decisorio, en que el “príncipe” abandona el lenguaje de la seducción y se impone por sus tácticas bélicas de coerción. Entonces, ya era cuestión de tiempo la llegada de ese día de fuerza y nosotros entre mayo y septiembre de 2008 nos preparamos para ese momento.

Fue un momento bélico o potencialmente bélico. La derecha golpista realizó sus consultas e inició gradualmente la conformación de pequeños poderes regionales que desconocían al gobierno. Nosotros entendemos esa señal y nos desplegamos en una estrategia envolvente, como la llaman los militares. Tanto por el lado de los mecanismos coercitivos del Estado como por la vía de la movilización social.

Para mayo, se hace un análisis con las organizaciones sociales y con las propias Fuerzas Armadas evaluando los principales riesgos que había en el país y se instruye la preparación de planes de contingencia ante la eventualidad de una radicalización de la estrategia golpista de la derecha.

Ahí se hace un primer plan de contingencia de una gran movilización nacional en defensa de la democracia que no se lo ejecuta pero ya estaba elaborado tanto en lo social como en lo militar. En agosto, apostaron por una derrota electoral del gobierno, a fin de restarnos legitimidad democrática, pero ganamos el referéndum (revocatorio de agosto de 2008). Lejos de retroceder en el apoyo democrático, el gobierno incrementará su aceptación del 54 al 67%, consolidando una mayoría social en todo el territorio nacional, incluyendo en regiones anteriormente dominadas por la oposición.

Esto desquicia a la derecha. Después de dos años de estrategia de bloqueo constituyente, ahora pretendían una rápida recuperación del poder, comenzando desde el ámbito departamental. Pero el revocatorio ampliaba la legitimidad nacional del gobierno del presidente Evo e irradiaba la fuerza política del bloque indígena-popular a la totalidad de los departamentos.

En vez de entender el momento, la derecha decidió atacar. Las reglas de la guerra, y la política es la prolongación de la guerra por otros medios, enseñan que cuando un opositor es fuerte no se lo debe atacar directamente, y cuando un ejército es débil nunca debe promover ni aceptar entablar batalla ante uno más fuerte. La derecha hizo exactamente todo lo contrario a este ABC de la lucha por el poder. Enceguecida, se lanzó a la confrontación en el momento de mayor fortaleza política-electoral del gobierno y de mayor incertidumbre de la extensión de la base de apoyo de la derecha; y ahí comenzó su derrota.

Tras los resultados del referéndum aprobatorio de agosto, el bloque cívico-prefectural inicia su escalada golpista: toman las instituciones, esperamos; atacan a la policía, esperamos; destruyen y saquean las instituciones públicas en cuatro departamentos, esperamos; desarman a soldados, esperamos; toman aeropuertos, esperamos; destruyen ductos, esperamos. Ellos mismos se lanzan desbocados a un callejón sin salida. Usan la violencia contra el Estado, dando el justificativo moral de una respuesta contundente del Estado contra ellos, que se la comenzará a desplegar en una escala gigantesca. Además, a medida que incendian y saquean instituciones públicas, se deslegitiman ante su propia base social quedando en horas como un puñado de violentos. Y viene Pando… El prefecto desata la masacre de Pando en un intento de dar una señal de escarmiento a los líderes populares… y este acto colma la tolerancia de la totalidad de la sociedad boliviana.

La masacre de campesinos igualará a los prefectos con sus mentores Sánchez de Lozada o García Meza, y pondrá en manos del Estado la obligatoriedad de una intervención rápida, contundente, en defensa de la democracia y la sociedad.

Y sin dudar un solo segundo, se lo hará en el eslabón más débil de la cadena golpista, Pando. Se tratará del primer estado de sitio dictado en defensa y protección de la sociedad, encontrando el pleno apoyo de la población horrorizada por la acción de los golpistas.

Esto, sumado al rechazo internacional de los golpistas, detendrá en seco la iniciativa cívico-prefectural, dando lugar a su repliegue desordenado. Es el momento de una contraofensiva popular, cuya primera línea de acción serán las organizaciones sociales y populares del propio departamento de Santa Cruz. No sólo campesinos y colonizadores se movilizaran sino pobladores de los barrios plebeyos de Santa Cruz y especialmente jóvenes urbanos, quienes en memorables jornadas de resistencia a las bandas fascistas, defenderán sus distritos y quebrarán el dominio clientelar de las logias cruceñas.

La contundencia y firmeza de la respuesta político-militar del gobierno contra el golpe, sumada a la estrategia de movilización social en Santa Cruz y hacia Santa Cruz creó una articulación virtuosa social-estatal pocas veces vista en la historia política de Bolivia.

Esa era la dimensión y la extensión general del “ejército” y las “divisiones movilizadas” en contra del golpe. Esa era la fuerza de choque que el proyecto indígena-popular desplegaba para el momento definitorio de fuerza.

La derecha evaluó sus fuerzas de choque aisladas y en desbandada, comprobó la voluntad política del mando indígena-popular que estaba dispuesto a todo y prefirió abdicar de sus propósitos y rendirse. De este modo, se cierra el ciclo de la crisis estatal, de la polarización política y se impondrá, en una medición bélica de fuerzas sociales, la estructura duradera del nuevo Estado. Una cosa parecida sucedió en 1985, cuando los mineros, que eran el núcleo del Estado nacionalista, se rindieron frente a las divisiones del ejército que resguardaban el proyecto neoliberal.

Hoy, le tocó al bloque empresarial-terrateniente asumir la derrota y dar paso a la nueva correlación de fuerzas políticas de la sociedad. A su modo, septiembre-octubre de 2008 tuvo el mismo efecto estatal que la derrota de la “marcha por la vida” de los mineros en 1986. Sólo que ahora es el bloque plebeyo el que festeja la victoria y las elites adineradas tendrán que asumir su derrota histórica. Lo que vino después fue la validación político parlamentaria de ese triunfo popular. Sobre la marcha de victorias electorales y militares, el gobierno indígena-popular llevará a la consagración institucional de la correlación de fuerzas lograda en el momento del “punto de bifurcación” Y eso lo hará mediante la aprobación congresal de
la Nueva Constitución Política del Estado.

El Congreso se transformó por unos días en una especie de Congreso constituyente que articuló el trabajo de
la Asamblea Constituyente cerrada nueve meses atrás, los acuerdos gubernamentales con el bloque minoritario de prefectos conservadores en las semanas previas, y la deliberación popular de la marcha emprendida por las organizaciones obreras, indígenas, campesinas y populares que a la cabeza del presidente Evo llegaron a la ciudad de La Paz desde Caracollo. Bajo las nuevas circunstancias, era claro que el eje articulador indígena-popular del Estado se imponía por su propio peso en el orden estatal constitucional. Pero a la vez, el resto de los sectores sociales eran articulados a partir de su propio debate en la Asamblea Constituyente (clases medias, sectores empresariales medianos y pequeños, etc.) Incluso el bloque conservador rentista de la tierra, expresado políticamente por los prefectos y cívicos, fue tomado en cuenta, pero claro, como sujeto social dirigido por el nuevo núcleo estatal indígena-popular, y en menor intensidad que lo que podía haber logrado si asumía la convocatoria pactista de 2006-2007. No se puede olvidar que este trabajo político también serviría para arrebatar a la derecha la bandera autonómica, detrás de la cual había disimulado la defensa del latifundio y el rentismo empresarial.

De esta manera, el bloque de poder nacional-popular no sólo se consolidaba materialmente en la estructura estatal, sino que asumía el mando de los tres ejes discursivos del nuevo orden estatal que guiarán todos los debates políticos en las siguientes décadas: plurinacionalidad, autonomía, conducción estatal de la economía. Visto a la distancia, pese a toda la conflictividad de los tres años, en términos de los resultados duraderos, las cosas no podrían haber sucedido de mejor forma para el bloque nacional-popular en el poder. Al final, las condiciones de concesión a los adversarios hubieran sido mucho mayores en un pacto constituyente que los reconocimientos e inclusiones cedidas a un adversario abdicante y derrotado, por lo que la historia no siempre transcurre por el lado malo como creía Hegel.

Así, en agosto se consolida la victoria electoral, en septiembre la victoria militar y en octubre (con la aprobación congresal del referéndum constitucional) la victoria política. Y con eso, ciertamente, se cierra el ciclo constituyente y a partir de ese momento se inicia la estructura de orden unipolar del nuevo orden estatal.

¿Hasta dónde el debilitamiento tan notorio de la oposición podría trasladar las tensiones hacia el interior del bloque oficialista, habida cuenta que una oposición al acecho siempre es muy efectiva para cohesionar a las propias bases?

Yo no creo, no obstante, que la oposición haya sido desbaratada definitivamente. La oposición hoy no tiene un proyecto de poder, carece de discurso movilizador con efecto estatal pero tiene aún mucho poder económico, mucho poder mediático y tiene un poder de veto gigante en muchas cosas.

Sigue siendo un adversario riesgoso. Ciertamente que en el ámbito económico el Estado ha logrado dar golpes contundentes en el desmontamiento de una parte del poder económico conservador: la burguesía rentista e intermediaria ya no tiene a las empresas petroleras como generosas financistas. La red clientelar agraria que los rentistas de la tierra crearon en el ámbito agroindustrial se ha debilitado enormemente con la presencia de la empresa estatal de alimentos EMAPA, y la presencia pública en la cadena soyera, triguera, arrocera llega al 20 ó 30% del total de la producción. Pero aún el bloque opositor irreductible conserva otros espacios importantes de poder agrario, comercial y financiero, y eso le da a la larga capacidad de agregación, presión y confrontación. Pero hoy, y eso puede durar unos años, lo que no tiene es un proyecto de Estado; cuánto tiempo no lo tendrá, quién sabe, pero tiene un proyecto de impedir que siga avanzando el proyecto popular.

A diferencia de las clases populares, que en 1985 son derrotadas, y materialmente desestructuradas para dar lugar a un ciclo lento de reorganización, la derecha no. La derecha ha sufrido un golpe político, ha perdido el mando del Estado, ha perdido la capacidad de seducir estatalmente a la sociedad, pero tiene mucho poder económico todavía. Es distinta la forma de consolidación del punto de bifurcación cuando es el sector popular el derrotado, política y materialmente, que cuando se trata del sector empresarial, porque puede perder en lo político pero conserva poder económico que le permite tener poder de veto permanente. Entonces, ahí sigue ese adversario, fragmentado, desorientado, pero como adversario, y con capacidad de bloqueo. Ahora, en ese escenario en el que la contradicción fundamental se ha apaciguado, se ha debilitado surgen mayores posibilidades de tentaciones al interior del núcleo central, eso es verdad.

¿Pero por qué no lograron prosperar lo que en la historia de muchos partidos son tendencias escisionistas al interior del núcleo dirigente?

Por varios motivos. En primer lugar, sin duda, por el liderazgo apabullante del presidente Evo en la estructura política y social del Estado y de la propia sociedad. Hoy, la figura, el carisma y la adhesión que ha alcanzado el presidente Evo es de tal magnitud que limita objetivamente la existencia de otro liderazgo que pudiera disputar la base social del gobierno y de la sociedad.

Pero hay otro elemento relevante que explica los límites materiales de un fraccionalismo al interior del gobierno: la ausencia de facciones con poder económico. El control de ministerios habilita a tener influencia, redes, que permiten conformar facciones económicas.

No hay que olvidar que somos un Estado que ha pasado a invertir de
600 a 2.300 o 2.400 millones de dólares, y es normal que en cualquier parte surjan facciones de poder económico, núcleos que controlan inversiones, decisiones, fábricas, ingresos, fuerza laboral. Se da en Brasil, se da en Argentina, se da en Venezuela. Pero aquí se ha creado, hasta ahora y de una manera sistemática y vigilada, una estructura laboral gubernamental que impide, que ha impedido, la consolidación de núcleos consolidados de influencia y de poder económico, no digamos de propiedad, con capacidad de desempeño y presencia política autónoma al interior del gobierno. En ello varios factores han intervenido: elevada rotación de funcionarios, un control presidencial del funcionamiento diario de los ministerios, pero también una moral interna, una especie de espartanismo gubernamental reivindicador de una ética del servicio público que ha limitado, hasta hoy, la cristalización de facciones de poder económico que son las que alientan potencialmente el fraccionalismo político.

Eso ha permitido que haya un núcleo muy duro y cohesionado alrededor del Presidente que ayuda a que internamente no emerjan tendencias centrífugas. Este es el intento de construir una moral del servicio público en el núcleo decisional del gobierno, ¿pero qué pasa en la base? Víctor Paz Estenssoro explicó el fin de
la Revolución Nacional cuando las pegas a repartir eran menos que los militantes del MNR,

¿No puede pasar lo mismo con el gobierno del MAS?

Paz Estenssoro asumía esa presión del militante arrivista como un hábito político, en continuidad con una lógica política prebendal que nunca buscó superar. En Bolivia, desde el siglo XIX, la actividad política ha sido vista como un medio de ascenso social más que un medio para el servicio a la res publica. De hecho, la estructura material de las clases sociales en Bolivia opera de tal manera que los procesos de enclasamiento y desclasamiento no dependan tanto del capital cultural para ascender socialmente sino del capital político, esto es, de las redes e influencias políticas que garantizan el acceso a bienes privados. Esto, que era un monopolio exclusivo de casta y alcurnia hasta 1952, desde entonces se amplió a clases medias y niveles dirigenciales del sindicalismo obrero.

En la actualidad, hay sectores que presionan por una mayor “democratización” de esta forma prebendal de la acción política y reclaman el derecho a un puesto público por el hecho de pertenecer a alguna dirección regional del MAS. Frente a esa presión y degeneración de la militancia política, el gobierno ha sido muy contundente en su rechazo y sanción. ¿Por qué expulsamos a Adriana Gil en 2006? Por eso, porque entonces se formó un núcleo de militantes masistas que se fueron a tomar una institución para pedir que sea para que ellos ocupen puestos de trabajo.

En abril del mismo año, se expulsó a quienes querían continuar con el viejo hábito de la militancia como acceso a un cargo público. A partir de ese momento, el propio Presidente no sólo puso en pie una ética política de la gestión pública como servicio, sino que además ha sido clarísimo en que los compañeros que se inscriben como militantes del MAS no deben esperar formar parte de las estructuras administrativas del Estado y que, por el contrario, deben esforzarse por fortalecer la estructura organizativa e ideológica del partido.

Si uno compara históricamente los cambios en el personal del Estado, entre nuestra gestión de gobierno y las precedentes, comprobará que nosotros no hemos realizado ni un 20% de los cambios que anteriores administraciones implementaban. En tiempos del MIR, ADN, MNR, ni los porteros ni las cortinas de los despachos se salvaban del “barrido” partidario. Entonces, para nosotros, no es una preocupación que haya muchos militantes y pocos cargos; al contra-rio: eres militante, entonces no tienes cargo. Y esto lo hemos enfatizado bajo la concepción de la política como una especie de largo “servicio militar” para servir a la sociedad.

¿Pero esto no impide la formación de cuadros al interior del propio MAS?

Ese es un gran problema, pero no es tanto por este tema. Una de las grandes debilidades de nuestra estructura política, de este proceso, es la ausencia de cuadros políticos y técnicos. En las revoluciones mundiales los partidos que han ascendido al gobierno han tenido previamente décadas de preparación y selección de cuadros que les permitió asumir con mayor musculatura organizativa los cambios de la sociedad.

El mismo MNR que se forma en los años 30 tendrá más de quince años de formación antes de acceder al gobierno. Pero el MAS, que surge el año 1995 como estructura política local, recién en 2000-2001 se planteara la temática de una estructura nacional con voluntad de poder, y en 2005 ya es gobierno.

Son apenas cuatro años de preparación. Y eso ha generado dificultades, ya que en el núcleo político básico, el MAS no es una estructura de cuadros sino una coalición flexibles de movimientos sociales. Se ha hecho esfuerzo por potenciar la parte organizativa de los cuadros, pero el rápido crecimiento en niveles urbanos ha obligado a reafirmar la disciplina militante sindical frente a prácticas más liberales y prebendales en el ámbito de los niveles urbanos. Cuando se forma el partido la estructura, digámoslo así, de cuadros funcionales urbana, era paralela a la estructura sindical agraria y compartían los niveles de decisión política. Pero ya en gobierno, una parte de la estructura urbana se dedicará a buscar cargos, por lo que para limitar este tipo de desviaciones y prácticas se decide, desde 2007, que en los niveles nacional, departamental y regional de las estructuras partidarias asuman el mando las organizaciones sociales.

Entonces, ¿de dónde vienen los cargos?


Desde que somos gobierno, se han reforzado los mecanismos de selección meritocrática en los niveles técnicos de la administración pública, en tanto que los cargos de confianza política pasan por el tamiz de las organizaciones sociales nacionales. Desde 2007, la postulación a cargos de confianza política ya no pasa por las listas de las direcciones departamentales.

Con respecto al affaire Santos Ramírez, ¿cómo afectó al proyecto económico del gobierno considerando que YPFB es una empresa emblemática de este proceso?

YPFB no es sólo la empresa emblemática, es la empresa que sostiene económicamente al país y la base material de la soberanía reconquistada. Tiene un flujo de caja de unos 3.500 millones de dólares, y, para Bolivia esto es muchísimo dinero. En términos de propiedad, YPFB controla, a nombre del Estado, entre 2.200 y 2.300 millones de dólares. Hoy, 50% de nuestras exportaciones son petróleo y gas y esas exportaciones pasan por YPFB. Es el corazón de la economía boliviana y debe ser una de las veinte empresas más importantes de América Latina.

Por ello, las primeras informaciones sobre la corrupción en YPFB fueron un golpe muy duro porque golpeó a la empresa emblemática del país, pero encima se la afectó de la mano de un compañero que era a futuro uno de los más posibles sucesores del presidente Evo en el liderazgo político del MAS.

Y ante esa dureza, se respondió de manera inmediata y con la misma dureza: apartar a Ramírez, instantáneamente, del mando de la empresa y apoyar públicamente las investigaciones del Ministerio Público. Rompiendo, así, la vieja tradición de los partidos tradicionales de ocultar, dilatar o por último encubrir los actos de corrupción de sus militantes con peso político; nosotros decidimos dar una nueva señal: en gobierno y ante los intereses del pueblo no hay amigos, no hay familiares, no hay militantes, no hay compadres ni comparseros. Hay servidores o corruptos, y estos últimos deben ir a la cárcel sin consideración alguna. No podemos permitir ni un atisbo de error o sospecha en el núcleo dirigente. La instrucción fue clara: que se haga cargo
la Justicia y que nadie presione. Se estuvo muy atento a que ningún nivel del Estado interfiera, presione, insinúe para nada en favor de Santos. Pero el daño está hecho. Tuvieron que pasar meses para ir curando esa herida. Pero, otra vez, se nota la ausencia de cuadros.

De ahí que hayamos tenido que aprobar una ley que habilite salarios más elevados que el del Presidente para cuadros técnicos de empresas estratégicas. Es nuestra forma local de
la NEP leninista (Nueva Política Económica, en la Rusia pos revolucionaria). El objetivo de la NEP, además de la alianza con los campesinos, era fundamentalmente reclutar técnicos para administrar los niveles subalternos del Estado, habida cuenta que si bien el Estado es una estructura política tiene niveles burocrático-administrativos y técnico-científicos que requieren de conocimientos y saberes que no pueden ser adquiridos ni transformados rápidamente.

Lenin, para terminar la catástrofe económica que se dio inmediatamente después de la revolución, tuvo que recontratar a los técnicos del antiguo Estado, hasta crear gradualmente una administración más simple. E instruyó: debajo de cada técnico pongan un joven que aprenda, y nosotros estamos haciendo lo mismo.

Ya lo iniciamos en 2006: se cambia la organización y las personas de los niveles decisionales de la administración pública (ministros, viceministros y algunos directores), pero no se toca la estructura secundaria de la administración estatal, hasta formar cuadros estatales, jóvenes, que sustituyan a los antiguos. Ahora tenemos nuevos retos: empresas estatales nuevas que se agigantan en uno, dos o tres años.

Necesitamos gente competente, que hay que reclutar en el mercado laboral. De ahí la ruta que hemos adoptado: mando político comprometido en los niveles de decisión y funcionarios técnicos de primera, con sueldos muchas veces superiores a los propios gerentes de las empresas donde trabajan. Eso le pasa a Carlos Villegas, él gana 13.000 Bolivianos y un gerente de Andina puede ganar 60.000 Bolivianos o 15.000 dólares; de momento no nos queda otra opción, hasta que se logre formar una nueva generación de servidores públicos con gran eficiencia técnica pero, además, con compromiso político que permita nuevamente igualar la escala salarial.

En el gobierno hay una narrativa muy fuerte en torno a la descolonización ¿cómo se mediatiza este objetivo en términos de políticas culturales y educativas?

La descolonización tiene varias dimensiones y es un hecho fuerte del proyecto de poder de los movimientos sociales. Hemos recibido una sociedad colonizada hasta los tuétanos; en lo económico había que pedir limosna a países extranjeros para pagar salarios, en lo político había que pedir permiso a las embajadas para escoger ministros, en lo espiritual la gente creía que el poder era un argumento de piel y apellido, en lo mental la gente pensaba que todo lo que venía de universidades extranjeras era saber y el resto folclore. Para derrumbar esta loza que aplastaba la energía vital de los bolivianos, el primer paso que adoptamos ha sido la descolonización política: tomar decisiones como país sin consultar a gobiernos extranjeros.

Acá el ministro de Gobierno tenía que pasar por el visto bueno de la embajada de Estados Unidos, el ministro de Hacienda por el visto bueno del Fondo Monetario Internacional o del Banco Mundial. Un segundo momento es la descolonización económica, lo que en términos generales significa romper con el flujo de externalización del excedente: la sociedad genera un excedente y por distintas vías –poéticamente, las venas abiertas de América Latina– ese excedente se transfería en ingentes cantidades hacia el exterior.

La descolonización significa, entonces, la ruptura de esos flujos de desangramiento, para que el excedente generado se reinyecte otra vez en el país, que es lo que hemos hecho con el decreto de nacionalización y con la gradual recuperación de las empresas públicas y con las políticas de tipo de cambio, con las políticas impositivas respecto de las remesas de las ganancias… el mejor ejemplo es el government take petrolero. El government take varía entre 65 y 77% cuando antes era del 27%, es decir de la ganancia de los hidrocarburos sólo 27% se quedaba en Bolivia. Hoy de cada 100 dólares de ganancias, entre 65 dólares en los campos más pequeños y 77 en los grandes campos se queda en el país. Esta es la base material de la soberanía económica. Luego viene el otro ámbito, más duradero y más complicado, que es la descolonización cultural y espiritual de la sociedad. El quiebre del paradigma colonizador lo dio la propia sociedad al elegir, por primera vez en la historia del país, a un presidente indígena. Y a partir de ese momento, toda la simbología colonial que aprisiona la vida y el alma, ha comenzado a quebrarse irreversiblemente.

Hoy tenemos a un indio campesino gobernando Bolivia, ante el que los militares tienen que cuadrarse, los funcionarios deben cumplir instrucciones, los empresarios deben solicitar audiencias, y cortes y gobernantes rendir honores… La descolonización cultural tiene entonces, dos ejes que deben ser abordados complementariamente. Uno referido a la diversidad de culturas, de idiomas, de historias y memorias. Y el otro eje referido a la diversidad de civilizaciones, esto es de modos de producción del sentido de la vida, del tiempo, de la política. La descolonización en el primero de los ejes, el cultural, es más fácil de lograr, y ya hay experiencias en otras sociedades multiculturales (Bélgica, India, Canadá): enseñanza en varios idiomas, administración pública plurilingüe, narrativa histórica plural dentro de la historia común nacional, que viene a ser una historia nacional de varias naciones, etc. La escuela y la universidad van a enseñar obligatoriamente entres idiomas: castellano –como idioma de integración–, una lengua extranjera –como idioma de comunicación con el mundo– y un idioma indígena dominante en la región (aymara en
La Paz, quechua en Cochabamba y guaraní en Santa Cruz).

En el ámbito del Estado, los funcionarios públicos deben aprender un idioma indígena también de acuerdo a la zona. Lo mismo en la atención, las publicaciones, los discursos estatales públicos. Y siguiendo en el plano cultural, la descolonización de la memoria, la reivindicación oficial de otros héroes, de las fechas de los pueblos indígenas. La historia diversa, mestiza e indígena, tiene que oficializarse en textos de enseñanza. Lo que es más complicado es la descolonización desde el punto de vista civilizatorio; eso tiene que ver ya con la matriz organizativa y cognitiva de las personas. En el ámbito de la educación, se trata de reivindicar otros saberes, otras construcciones discursivas, no necesariamente escritas, del conocimiento; cómo vamos a lograr eso, es parte de un debate interno en el gobierno; cómo vamos a preservar como patrimonio público lo que está escrito en los textiles (tejidos aymaras), como saber del Estado. Es un debate complicado.

En el área de salud ya se han dado pasos más grandes, por ejemplo colocando junto al médico al “naturista”, o al lado de la enfermera la partera, y la gente puede optar en el centro médico. Es un prototipo de saber y de procedimiento médico que el Estado está comenzando a institucionalizar, aunque no hay aun una reglamentación de este saber local disperso pero que corresponde a otra civilización, no solamente a otra cultura.

Otra lógica de entender lo que es la muerte, la vida, la sangre, la comida. En el ámbito político también hemos avanzado al incorporar la democracia comunitaria como una de las democracias legítimas en el modo de producción de decisiones del Estado. O la incorporación del control social vía las estructuras sindicales, asociativas, comunitarias, hacia la administración del Estado.

Y en lo económico hemos incorporado, reconocido, fomentado y financiado las estructuras comunitarias como parte del área productiva que tiene que decidir una parte de la inversión del TGN. Se trata de un proceso complejo y largo. Pero ya hemos comenzado a dar pasos decisivos.
“Junto al derecho de las comunidades está el derecho del Estado”
Al escuchar a Evo Morales se advierte un desfase entre sus discursos en defensa de la Pachamama, la tierra y el territorio, más hacia fuera, y un discurso más desarrollista hacia adentro, incluyendo denuncias de las ONGs que promueven una Amazonía sin petróleo ¿cómo lo explica usted?

Está claro que la lógica productiva campesina y comunitaria se basa en un tipo de racionalidad productiva localmente sostenible con la naturaleza, porque tiene como fundamento una lógica de adelantos y restituciones entre generaciones. Se trata de un hecho material que para garantizar el alimento de los hoy presentes, se lo tiene que hacer preservando las condiciones alimenticias para los que vendrán después, lo que lleva a una lectura dialógica y a un vínculo sostenible a largo plazo con la naturaleza.

La forma como se racionaliza y se verbaliza eso da lugar a la ritualidad dialogante con la naturaleza, en tanto cuerpo vivo al que se le pide permiso, se le pide lo necesario para la reproducción y se devuelve luego y se mantiene ese cuerpo para garantizar a largo plazo este intercambio metabólico entre ser humano y naturaleza. Tomando un concepto de Marx al estudiar la comuna rural en
la India en los Grundisses, en la civilización campesina la naturaleza se presenta, entonces, como una externalización orgánica de la subjetividad. Por tanto, tú no puedes destruir tu propio cuerpo a no ser que seas suicida. El movimiento campesino ha defendido y va a defender una forma de uso que hoy llamamos racional de la naturaleza,opuesto a los procesos de depredación propia de la civilización del valor-ganancia.

De ahí que en América Latina en el movimiento indígena-campesino haya habido una construcción discursiva de militante defensa de las potencias de la naturaleza frente a la depredación expansiva de la explotación capitalista. Con el tiempo, esta lógica productiva agraria y campesina devino una lógica política de enfrentamiento con el Estado desarrollista neoliberal. El tema se complejiza cuando los campesinos indígenas, anteriormente excluidos de la ciudadanía y del poder económico, se vuelven bloque dirigente y conducente del Estado y la comunidades devienen en parte del Estado, que es lo que nos está pasando en Bolivia.

Entonces, por una parte, se lleva hacia el ámbito estatal esta lógica de la relación dialogante con la naturaleza; pero a la vez, en cuanto eres Estado, necesitas recursos y excedentes crecientes para atender necesidades básicas de todos los bolivianos, y de los más necesitados, como las comunidades indígenas y populares urbano-rurales. Y ahí, evidentemente, se genera una tensión. Por tanto, tienes que caminar con los dos pies. Expandir como política de Estado la protección del medio ambiente, el uso sostenible de la naturaleza, pero a la vez necesitas producir en gran escala, implementar procesos de industrialización expansiva que te habiliten excedente social para su redistribución y para el apoyo a otros procesos de modernización campesina y comunitaria y artesanal.

En el caso de la exploración de gas y petróleo en el norte paceño, lo que buscamos es producir hidrocarburos para equilibrar geográficamente las fuentes de riqueza colectiva de la sociedad, generar excedente estatal y simultáneamente preservar el entorno espacial en coordinación con las comunidades indígenas. Hoy no estamos abriendo paso en el norte amazónico para que entre Repsol o Petrobras. Estamos abriendo paso en
la Amazonía para que entre el Estado.

¿Y quién asegura que el Estado no sea tan depredador como las empresas transnacionales?

Hay que cuidar que no lo sea. Ciertamente habrá una tensión entre lógica social-estatal de un uso sostenible de la naturaleza, y la necesidad social-estatal de generar excedentes (ganancias) económicas a cargo del Estado. Se trata de una tensión como lo es el “Estado de movimientos sociales”, entre democratización del poder y monopolio de decisiones (movimiento social/ Estado). Hay que vivir con esa contradicción vital de la historia. No hay receta. ¿Es obligatorio sacar gas y petróleo del norte amazónico de
La Paz? Sí. ¿Por qué?, porque necesitamos equilibrar las estructuras económicas de la sociedad boliviana, porque el rápido desarrollo de Tarija con el 90% del gas va a generar desequilibrios a largo plazo. Se necesita, por tanto, equilibrar a largo plazo las territorialidades del Estado. Igualmente, se requiere excedentes económicos para reforzar estructuras comunitarias, para expandirlas, para buscar modos de modernización alternativos distintos a la destrucción de las estructuras comunales, como viene sucediendo hasta hoy. Y a la vez, es necesario impulsar, en acuerdo con las comunidades, una producción hidrocarburífera no depredadora del entorno.

¿Si las comunidades dicen que no, igual el Estado va a entrar?

Aquí viene el debate, ¿qué ha pasado? Cuando hemos consultado a
la CPILAP (Central de Pueblos Indígenas de La Paz), nos ha pedido que vayamos a negociar a Bruselas con su buffet de abogados y que respetemos unos enunciados medioambientalistas publicados por USAID. ¿Cómo es eso? ¿Quién está impidiendo que el Estado explore petróleo en el norte de La Paz: las comunidades indígenas Tacanas, una ONG, o países extranjeros? Por ello, hemos ido a negociar comunidad por comunidad y allí hemos encontrado el apoyo de las comunidades indígenas para llevar adelante la exploración y explotación petrolera. El gobierno indígena-popular ha consolidado la larga lucha de los pueblos por tierra y territorio.

En el caso de los pueblos indígenas minoritarios de tierras bajas, el Estado ha consolidado millones de hectáreas como territorialidad histórica de muchos pueblos de pequeña densidad demográfica; pero junto al derecho a la tierra de un pueblo está el derecho del Estado, del Estado conducido por el movimiento indígena-popular y campesino, de sobreponer el interés colectivo mayor de todos los pueblos. Y así vamos a proceder hacia delante.

Por Maristella Svampa, SOCIOLOGA; Pablo Stefanoni y Ricardo Bajo, DIRECTOR Y SUBDIRECTOR, RESPECTIVAMENTE, DE LE MONDE DIPLOMATIQUE, EDICION BOLIVIANA (agosto 2009).
M.S., P.S., R.B. © LMD ed. Boliviana, agosto 2009.
http://www.lemondediplomatique.cl/

Evo Morales y Fidel Castro coinciden en fortalecer la unidad de los países de América Latina

Evo Morales y Fidel Castro coinciden en fortalecer la unidad de los países de América Latina

La Habana (Cuba), 12 jun (ABI).- El presidente de Bolivia, Evo Morales y el líder histórico de la revolución cubana, el comandante Fidel Castro, coincidieron en la necesidad de continuar fortaleciendo la unidad de los países de América Latina en una rápida visita del mandatario boliviano a la Isla, señalan el viernes medios locales.

    Morales expresó el alto significado que tiene conversar con el líder de la revolución, a quien generalmente llama "abuelo sabio", y dijo que lo vio "muy lúcido, muy sabio, muy fortalecido", antes de concluir su visita a Cuba en la que también se entrevistó con el presidente Raúl Castro.

    En la fraternal conversación con Fidel se abordaron asuntos de interés bilateral, y fue ocasión propicia para el intercambio de experiencias sobre cómo ambos pueblos asumen las tareas políticas, sociales y económicas, a la vez que enfrentan la agresión externa y las consecuencias de la crisis económica global, reportó Radio Habana.

    El presidente boliviano expresó que, para él, tiene un alto significado cada encuentro con "el compañero Fidel", y reiteró el agradecimiento de su pueblo por la incondicional solidaridad cubana, en particular en la salud y la educación.

    En el diálogo se ratificó la voluntad de los dos países de perfeccionar cada vez más dicha colaboración.

    "Estuve dos horas con el Comandante. Lo vi muy lúcido, muy sabio, muy fortalecido", señaló Morales y aseguró que el líder de la Revolución Cubana se siente muy bien y que durante el diálogo abordaron las políticas de salud, así como las sociales y económicas.

    Poco después se reunió con el presidente Raúl Castro, encuentro en el que participaron también el Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, José Ramón Machado Ventura, el canciller Bruno Rodríguez Parrilla, Juan Ramón Quintana, ministro de la Presidencia de Bolivia, y Rafael Daussá Céspedes, embajador cubano en Bolivia.

    Morales, quien viajó posteriormente a Paraguay para reunirse con su homólogo, Fernando Lugo, reiteró el agradecimiento de su pueblo por la incondicional solidaridad cubana, en particular en la salud y la educación, reportó Prensa Latina.
rsl                             ABI

Gobierno acusa a García por las muertes en Bagua

La razon/Bolivia

La ministra de Justicia, Celima Torrico, culpó al gobierno del peruano Alan García por el enfrentamiento entre policías e indígenas de ese país, que cobró la vida de más de 30 personas en la población de Bagua. "El único responsable es el Gobierno actual del vecino país", aseveró ayer la autoridad de Gobierno.

"Acá no hay nada de justificación para que haya tantos muertos, para que haya tanta matanza; ellos (el Gobierno peruano) saben que tienen que arreglar, es una preocupación (...). Aquí ha habido muertos y la vida humana no se recupera", agregó.

Entretanto, el máximo dirigente campesino de Bolivia y seguidor del presidente Morales, Isaac Ávalos, declaró a la oficialista radio Patria Nueva que repudia "ese tipo de asesinato a gente humilde, a gente indígena quechua y aymara en Perú".

"Somos solidarios con nuestros hermanos peruanos", señaló Ávalos, quien también acusó al "Gobierno neoliberal" de Perú por las muertes y dijo que debía ser juzgado por delitos "de lesa humanidad" y "genocidio".

La ministra Torrico y organizaciones campesinas criticaron al Gobierno peruano y lo responsabilizaron de la violencia que causó varias muertes en ese país.

En los conflictos de Perú, provocados por una protesta de las comunidades indígenas contra varios decretos legislativos, murieron al menos 22 policías y nueve civiles, según cifras oficiales. Según fuentes médicas, los civiles muertos sumarían más de 30.

Torrico hizo las declaraciones en el Palacio, después de participar en un homenaje al Día del Maestro junto al presidente Evo Morales, quien no se refirió a la situación de Perú, ni en su discurso ni en otras declaraciones.

Relación de Bolivia y Perú, en caída libre

Relación de Bolivia y Perú, en caída libre

Por Coco Cuba

    La Paz, 14 mayo (ABI) - Las relaciones de Bolivia y Perú se encontraban el jueves en punto crítico, por primera vez en un siglo, tras fuegos de artillería verbal cruzados entre La Paz y Lima determinados por la orientación política polarizada de sus autoridades y con el omnipresente Chile tras bambalinas.

     La crisis, que germinó en 2007 y brotó por temas comerciales un año después, estalló el fin de semana último, cuando el gobierno del presidente socialdemócrata Alan García concedió asilo a tres ex ministros incluidos en un proceso penal junto al ex presidente ultraliberal boliviano Gonzalo Sánchez de Lozada (2002-03) por genocidio.

    El presidente  izquierdista de Bolivia, Evo Morales, consideró la decisión de Lima como un agravio, "una provocación" y pidió a su par peruano expulsar a los ex funcionarios bolivianos que, ante la proximidad de la apertura del juicio, en la Corte Suprema de Justicia, pusieron pies en polvorosa y se refugiaron en el único país limítrofe de Bolivia, que podía darles guarida, por la línea política de su gobierno.

    Se trata de la ex ministra de Participación Popular, Mirtha Quevedo (liberal), de Hacienda, Jorge Torres Obleas, socialdemócrata como el mandatario peruano, y de su colega de Salud, Javier Tórrez Goitia (liberal), colaboradores de Sánchez de Lozada, refugiado en Estados Unidos después que una insurrección popular lo desalojó del poder en octubre de 2003.
    Sánchez de Lozada es responsabilizado por la muerte, entre y setiembre y octubre de ese año, de 67 civiles, a manos de la fuerza pública y cuyos familiares y los de 400 heridos por bala, le han abierto proceso en la Corte Suprema de Bolivia.

    Las rispideces entre los gobiernos de La Paz y Lima, que dieron pie a la crisis más aguda entre ambos países desde las tensiones provocadas de julio de 1909, cuando entró en disputa una pequeña porción de territorio en la frontera binacional de 1.024 km lineales, finalmente adicionado a la jurisdicción territorial peruana, parecían socavar una relación filial entre dos pueblos de historia y cultura comunes que, incluso, formaron parte del colonial Virreynato de Lima entre los siglos XV y XVIII. Y que en consorcio guerrearon contra Chile a fines del siglo XIX.

    La historia binacional sólo consigna un episodio de desencuentro que data de 1845, cuando el general peruano Agustín Gamarra intentó invadir los Andes bolivianos, de donde fue repelido por las tropas del entonces presidente boliviano José Ballivián. Por cuestiones políticas principalmente.

    "Estamos analizando seriamente estas actitudes del presidente Alan García y su gobierno que ponen en alto riesgo las relaciones diplomáticas con el gobierno y con el pueblo boliviano", sostuvo Morales en un encuentro con la prensa.

    El mandatario boliviano volvió a definir el asilo concedido a ex ministros de Sánchez de Lozada como una "provocación" a Bolivia.

    "Haremos las consultas correspondientes para ver seriamente esta provocación, la agresión del presidente Alan García hacia el pueblo boliviano, hacia los pueblos de Latinoamérica, hacia las instituciones defensoras de los derechos humanos (..) es una total provocación, una abierta agresión", deploró Morales., al tiempo de criticar la política de García por contravenir, según el líder boliviano, la legislación internacional sobre asilo político y, también, las leyes peruanas sobre la materia.

    "Por eso, si Alan García no revisa estas actitudes agresivas, provocadoras, no finalmente a Evo Morales, no al Gobierno boliviano, sino al pueblo boliviano, ese pueblo que soportó una masacre, ese pueblo que soportó una pérdida de vidas", la relación bilateral se mantendrá en entredicho y la deriva, sostuvo.

    Consultado sobre si la crisis de la relación boliviano peruana desembocaría en el retiro del embajador de La Paz en Lima, Franz Solano, Morales descartó tal extremo.

  "No, eso es secundario. Sí hablamos que están en riesgo las relaciones diplomáticas entre Bolivia y Perú", aseveró.

    En Lima, el canciller José García Belaúnde dijo que las declaraciones de Morales fueron una "reacción ante la masa y no fue una reacción que se espera de un Estado a otro Estado".

    "De hecho, nosotros no hemos sido informados oficialmente por Bolivia" sobre el quebranto de la vinculación bilateral, agregó.

    Oposición de contrarios, uno estatista químicamente puro y, el otro, libremercadista irredento, Morales y García se encuentran en las antípodas del continuo ideológico y, cada cual, ha llevado agua a su molino en el ámbito de la Comunidad Andina de Naciones (CAN), cuando a esta unión aduanera le ha tocado negociar un tratado de libre comercio con Europa.

    Morales defiende una negociación "bloque a bloque" entre la CAN (también integrada por Colombia y Ecuador) y la Unión Europea, mientras que García, más allá de los acuerdos alcanzados por los países signatarios de la CAN, en una reunión en 2008, en la ciudad boliviana de Tarija, se ha lanzado muto propio, lo mismo que Bogotá, a la firma de un tratado de libre comercio de corte bilateral.

    En otro ámbito, Morales ha descartado en rotundo un tratado de libre comercio con Estados Unidos, en tanto que García, en el extremo opuesto, está a un paso de ponerlo en marcha.

    Las diferencias que separan a uno y otro y que han planteado un jaque la relación bilateral, parecen signadas por la decimonónica guerra del Pacífico, que enfrentó a Bolivia, aliada de Perú, contra Chile.

    Morales sostiene, a manera de denuncia, que García busca torpedear un diálogo sin precedentes entre La Paz y Santiago conducente a una solución a la secular mediterraneidad de Bolivia.

    "Pero a partir del 22 de marzo de este año yo aclaré algo importante que me callé muchas veces: por qué el gobierno peruano ahora, en su segunda gestión, el señor Alan García, presenta una demanda ante (el tribunal internacional de) La Haya con relación al tema limítrofe con Chile. Si nos preguntamos por qué en su primera gestión de gobierno, en la década del ‘80, no presentó la demanda si quería defender el territorio peruano ante Chile", cuestionó.

    Morales, que ha proclamado hasta el hartazgo su cercanía con el pueblo peruano y, tácitamente, su distonía con el gobierno de García, mantiene una estrecha relación con la presidenta socialista de Chile, Michelle Bachelet, a quien ha convencido de discutir, por primera vez, el encierro geográfico de Bolivia, hace 130 años por causa de la guerra que  involucró a estos tres países.

    Bolivia demanda a Chile, sin pausa ni resultado y desde 1904, cuando un tratado de paz y límites selló su encierro geográfico -entre las montañas andinas, en el oeste, y el Escudo Brasileño, en el este, y la Amazonia, en el límite septentrional y los meridionales contrafuertes cordilleranos- un paso soberano al Pacífico.

    Bolivia perdió, en el enfrentamiento militar de 1879 a 1883 120.000 km2 de territorios y 400 km lineales de costa a manos de Chile, en tanto que Perú cedió su soberanía sobre el departamento del Tarapacá, que incluyó a las ahora norteñas regiones chilenas de Iquique y Arica.

    El mandatario boliviano reprochó la demanda peruana a Chile, justo cuando en el país trasandino se alzan voces, por momentos rugientes, de apoyo popular a la causa marítima boliviana y hasta proyectos arquitectónicos, en las orillas de la ficción, para construir un túnel de 150 km entre el Ande boliviano y una isla artificial en el Pacífico chileno que no altere la continuidad territorial de longilíneo su vecino trasandino ni corte el límite con el sur de Perú.

    Perú lleva a Chile a los estrados de La Haya por el dominio de100.000 km2 en el límite marítimo binacional, por donde Bolivia, intenta salir a ultramar.

    "Yo escuché muchas propuestas, comentarios, análisis querían un corredor para Bolivia hacia el mar por la frontera de Chile y Perú. Otras propuestas, estos días, dicen que sería un túnel, algunos decían un puente, algunos una especie de una isla sobre el océano Pacífico, hay tantas propuestas, hemos creado una confianza de pueblo a pueblo, de gobierno a gobierno, de presidente a presidenta con Chile para resolver un tema histórico", se quejó Morales.

    "Y cuando el presidente Alan García  informa de estas tratativas, (que) ni tratativas oficiales son, sino propuestas, análisis, lo único que hace es demandar a Chile ante La Haya para perjudicar estas negociaciones Bolivia  con Chile", aguijoneó.

   El vuelco de la relación boliviano peruana, ininterrumpidamente sólida y filial, es inversamente proporcional a la vinculación boliviano chilena, erizada y enconada y hoy en aguas calmas.
Cc/        ABI

    Derechos Reservados 1998-2009. La propiedad intelectual del material periodístico que difunde la ABI corresponde a los redactores de este medio. Por lo tanto, se ruega respetar el crédito correspondiente.

Foto; Los presidentes Alan García, de Perú, y Evo Morales, de Bolivia, en una cita en Lima en 2007 (ABI)


¡¡¡¡¡¡¡Alejandro Melgar Pereira!!!!!! :Abogado boliviano sospechoso de complot estaría en Uruguay

¡¡¡¡¡¡¡Alejandro Melgar Pereira!!!!!! :Abogado boliviano sospechoso de complot estaría en Uruguay

Desde Uruguay, exijimos que se investigue por parte de la justicia a ALEJANDRO MELGAR PEREIRA, acusado con pruebas de complice del intento de asesinato al presidente Evo Morales.


Montevideo, 4 de mayo (ABI).- El abogado boliviano Alejandro Melgar Pereira, quien según la justicia de ese país estaría implicado en un intento de complot contra el presidente Evo Morales, ingresó al Uruguay el pasado 19 de abril, tres días después que se desarticulara la banda de mercenarios que, se sospecha, planeaba el magnicidio, y no hay registro de salida, informó el lunes un diario local.

Melgar Pereira, alias "Lucas", salió de Bolivia el lunes 13 de abril a las 12.39 horas por la frontera de Yacuiba con Argentina e ingresó a Uruguay el domingo 19 por el aeropuerto Internacional de Carrasco, precisa el rotativo.

Agrega que el abogado boliviano ingresó en Uruguay presuntamente para participar en un "torneo internacional de tiro deportivo" en representación de su país. Desde entonces, no hay registro de salida.

Según el rotativo, fuentes oficiales, confirmaron la noche del domingo la presencia de Melgar Pereira en Uruguay, aunque aclararon que "no tiene orden de captura" por parte de Interpol.

El abogado está acusado en Bolivia de ser uno de los financistas del comando terrorista que urdía el asesinato del presidente Evo Morales.

Según la Fiscalía boliviana, también fue quien contrató al dueño del vehículo con el que el líder de la banda, en un primer intento, dinamitó el acceso a la casa del cardenal Julio Terrazas, en Santa Cruz, el 14 de abril, en una acción de provocación.

La presunta célula terrorista fue desarticulada el 16 de abril, en un exitoso operativo de la policía boliviana.

Tres de los mercenarios, entre ellos el supuesto líder del grupo, Eduardo Rózsa Flores, ciudadano boliviano-húngaro-croata, murieron en el tiroteo y otros dos fueron capturados y recluidos en un penal de la ciudad de La Paz.

Las autoridades detuvieron luego a otros dos conspiradores, ambos miembros de la organización Unión Juvenil Cruceñista, que proveían armas al grupo.

Rózsa Flores pertenecía a círculos de extrema derecha de Hungría cercanos al partido neonazi Jobbik, quien mantiene ilegalmente una organización paramilitar, la Guardia Húngara, señala el diario local.

Según el sitio web Hungarian Spectrum, se sumó al principio de los años 90 al ejército de Croacia, participó en varios combates y fue herido en tres oportunidades. Sus cómplices también presentan biografías que culminan en los círculos de extrema derecha.

El Fiscal que encabeza las investigaciones, Marcelo Sosa, confirmó el lunes que "existen fuertes evidencia que involucran a Melgar como posible financiador del grupo" en los hechos denunciados.

Ministerio Público confirma denuncias de terrorismo y magnicidio

Ministerio Público confirma denuncias de terrorismo y magnicidio

Enviado por Edgar Martinez Geronimo

La Paz, 3, mayo (ABI).- El Ministerio de Gobierno, a afirmó que las investigaciones encabezadas por el Ministerio Público, confirman “la veracidad de la denuncia” realizada por esa cartera de Estado, cuando alertó de la presencia de un grupo terrorista que fue desarticulado el mes pasado en la ciudad de Santa Cruz y que tenía como objetivo atentar contra la vida del presidente Evo Morales.

    “Las investigaciones ratifican la alta peligrosidad de los extranjeros y los nacionales miembros de esta célula terrorista que encabezó Eduardo Rozsa Flores y su relación con el atentado a la casa del Cardenal Julio Terrazas”, señala un boletín de prensa de este despacho.

    El documento recuerda que Rózsa, fallecido al oponerse a su detención, relató en una entrevista difundida por la televisión húngara, sus intenciones de declarar en pocos meses la independencia de Santa Cruz y crear un nuevo país en esta región.

    Del mismo modo, “en un video difundido por el Ministerio Público, expresó sus intenciones de atentar contra la vida del Presidente Evo Morales, confirmando la denuncia de magnicidio, hecha públicamente por esta cartera de estado”, puntualiza el documento.

    La investigación y las declaraciones de los involucrados detenidos, evidencian que existió apoyo externo y financiamiento interno para el desarrollo de estas actividades, “no solo en términos de aportes económicos para la compra de armas, sino también para la protección, asistencia y apoyo logístico para los extranjeros”, argumenta la nota de prensa.

    Más adelante, informa que Juan Carlos Gueder, que fue  detenido junto a Alcides Mendoza por orden de la fiscalía, reconoció haber conocido a Rózsa y haberle provisto de armas.

    “Los involucrados identificaron a los ciudadanos Hugo Achá y Alejandro Melgar (actualmente prófugos), como algunos de los nexos entre los mercenarios y sus financiadores y protectores locales”, complementa el documento.

    El Ministerio de Gobierno manifiesta que todos estos elementos confirmaron las intenciones terroristas, violentas, armadas, antidemocráticas y separatistas de este grupo desarticulado “en un esfuerzo pertinente y oportuno para evitar que se consumaran planes de magnicidio y realizar actos terroristas con los que habrían provocado luto y muerte a la familia boliviana”.

    En el boletín de prensa el Ministerio de Gobierno rechaza las declaraciones “distraccionistas” de algunos miembros de la oposición y los intentos de impedir la declaración de un testigo clave, a la fiscalía “que seguramente dará más luces sobre el caso”.

    Por ello, convoca al Ministerio Público, a la Justicia y a todos los bolivianos, a demandar el pleno esclarecimiento de estos hechos para que se sancione legalmente a todas las personas que buscaron “crear las condiciones que permitieran a estos grupos, operar y sembrar la violencia para dividir al país
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“Si buscan matarnos es porque se sienten derrotados”

“Si buscan matarnos es porque se sienten derrotados”

En el hotel donde se alojó durante su estadía en Buenos Aires, Evo señaló a Página/12 que buscará la reelección “para terminar lo que empezamos” y que la oposición más seria “son los jerarcas de la Iglesia y algunos medios”.

 Por Santiago O’Donnell

Evo Morales está de buen humor. Viene de conseguir que el Congreso boliviano le habilite la posibilidad de llamar a elecciones presidenciales en octubre, en las que buscará su reelección ante una oposición fragmentada y sin líder. Para sacar la ley electoral del Senado tuvo que negociar duro, hacer huelga de hambre y ceder en cuanto a la participación extranjera en las elecciones y la representación indígena en el futuro Parlamento. Pero sacó la ley.

Después de un año difícil, en el que debió sortear un intento de golpe, esta vez no viene a pedir apoyo internacional, ni comprensión porque el gas no alcanza, sino que viene a agradecer, y de algún modo retribuir, el apoyo del gobierno argentino en los momentos difíciles. Antes de sentarse a hablar con Página/12 en una suite del hotel que algunos soñaron con ver transformado en hospital de niños, Morales dice en otra entrevista, con el canal de televisión estatal, que Néstor Kirchner fue como un padre para él, y el apoyo argentino un bálsamo para su país.

Alegre, distendido, hasta afectuoso en la manera de tocar el hombro para enfatizar una coincidencia o de sonreír con picardía en busca de complicidad, Morales contesta con ganas y sin cassette todas las preguntas que su apretada agenda le permite.

–¿Por qué quiere ser reelegido? ¿Qué cosas le quedan por hacer?

–No es un deseo de Evo Morales. Es un sentimiento del pueblo boliviano y especialmente del movimiento popular. Segundo, yo acepto para concluir todo lo que empezamos: la industrialización por ejemplo, la consolidación de las transformaciones estructurales, asumir el rol del Estado en términos de crecimiento. Tercero, si Evo se va, puede haber fracturas hacia el interior del movimiento. Esos tres temas son los que hicieron que acepte la candidatura.

–Después de dos años de despegue se nota cierto amesetamiento en la economía boliviana. ¿Cómo los afecta la crisis mundial y cómo van a hacer para retomar el crecimiento?

–Los tres primeros años anduvimos muy bien. La crisis nos puede afectar primero en el precio del gas. Y segundo en la entrada de remesas. La gran ventaja que tiene Bolivia en este momento es que tiene mucha producción. Excepto trigo, en esos somos dependientes de la Argentina. Pero ya hemos implementado ciertas políticas, créditos al cero por ciento de interés para el tema de alimentación. Si hubiera algún problema se arregla produciendo más.

–¿Entonces la crisis no va a afectar la economía boliviana?

–Se va a sentir, le repito, con el tema del gas. Algunos ingresos bajarán para los departamentos, para las alcaldías y para el tesoro nacional. Pero también, en tres años, hubo un incremento en inversión y están acostumbrados a eso, a esa recta, la gente lo reconoce. Ha crecido como el 500 por ciento la inversión.

–¿Por qué le cuesta al MAS (oficialismo) conseguir otra figura presidenciable? Da la impresión de que cada vez que aparece uno, se cae.

–No hacen falta líderes. Sobran líderes. La disputa es porque todo el mundo se cree presidenciable. Ese es el problema.

–¿Cómo va a hacer para que respeten la nueva Constitución los que preferían la vieja?

–Tome el caso de las tierras. Los terratenientes ahora pueden quedarse con un máximo de cinco mil hectáreas. Más del 80 por ciento decide con su voto voluntariamente que el máximo será de cinco mil hectáreas. Imagínese. Ahora hay que implementar eso, es toda una tarea.

–¿Someterse al orden legal sirve para convencer a los demás de que hagan lo mismo?

–Eso es lo que nosotros hicimos. Gobernar subordinados al pueblo. Es el pueblo el que decide y nosotros somos sus sirvientes.

–Con respecto a lo que pasó hace dos semanas, ¿usted cree que la ley electoral se destrabó por su huelga de hambre o por las concesiones que tuvo que hacer?

–En el 2006 en Diputados, donde tenemos mayoría, ya estaba aprobado el voto extranjero. Pero en el Senado, donde tenemos minoría, no estaba aprobado. Por fin, con el nuevo proyecto de ley transitoria electoral nos limitamos a un porcentaje de voto extranjero. Se tiene que hacer la huelga de hambre para que se apruebe el voto extranjero, aunque sea limitado. Del total de los votos de Bolivia sólo puede haber un seis por ciento de voto extranjero. De eso trató la negociación, lamentablemente.

–¿Qué tal el 6 a 1?

–...

–El 6 a 1...

–¿Qué es eso?

–El partido de fútbol.

–¿Querés que te diga la verdad? Entre nosotros, yo hinchaba por Bolivia, pero también quería que gane la Argentina. Yo estaba en Viena ese día. Yo sabía que si ganaba la Argentina nos daban la altura (la autorización definitiva de la FIFA para jugar en la altura). Si gana Bolivia no nos dan la altura. Le soy sincero. Cuando volví yo lo dije en la reunión de gabinete.

–Pero usted lleva la verde en el corazón. No me diga que hizo fuerza por la Argentina.

–Yo soy muy realista. Más importante es ganar la altura que ganar ese partido.

–¿Qué le parece Obama?

–Mira, quiere mucho cambiar, pero está rodeado, ¿no? Lo entiendo. Ayer lo hablamos con Cristina. No es fácil cambiar porque los grupos de poder siempre resistirán.

–¿Y cómo le va con su oposición? ¿Va ganando la pulseada?

–¿Nosotros? Sí, nosotros. Si buscan matarnos es porque se sienten derrotados. En el 2006 dijeron que habían convocado un millón. Yo calculaba 300, 400 mil. 2007, 2008, cincuenta mil. Antesito, cuando la aprobación de la ley electoral, mucha gente dijo que eran cinco mil. Yo calculo quince mil. De trescientos mil bajaron a quince mil. La mitad de esa gente son empleados de las prefecturas o las alcaldías y fueron obligados a salir a la marcha. Pero si no tienen candidato, no tienen programa, no tienen nada. La mejor oposición son los jerarcas de la Iglesia Católica y algunos medios de comunicación. Esa es nuestra oposición.

–¿Ya se arregló el tema del impuesto a los hidrocarburos (que Morales les quitó a las prefecturas para financiar un programa de jubilación)?

–No, ya no hablan de eso, ya hay acuerdo.

–¿Ya no le reclaman plata desde la Media Luna?

–Pero la plata no se queda con el Evo, se queda con los viejos. Personas de la tercera edad. La Renta Dignidad (que financia el impuesto) es para todos los viejos.

–¿En qué momento creyó que su gobierno corría peligro?

–Con el (intento de) golpe de Estado (el año pasado). Tomaron aeropuertos, edificios públicos... yo estaba seguro de que iban a fracasar. Pero era usar la fuerza o no usar la fuerza. Ellos estaban buscando masacre y muerte. Si yo mandaba a las fuerzas armadas a Santa Cruz, habría habido reacción de grupos, un muerto, nueva reacción y masacre. Es lo que buscaban ellos. Incluso tengo una polera que dice “Evo asesino, renuncie”. Ellos habían hecho imprimir cantidad de poleras, para que salgan a marchar cuando haya un muerto. Tuvieron que quemar las poleras.

–¿Qué significa para usted la Pacha Mama?

–Para mí la naturaleza, la Madre Tierra, que le decimos Pacha Mama, es más importante que el ser humano. El ser humano, sin Pacha Mama, no es ser humano. La Pacha Mama, la Madre Tierra, la naturaleza, el planeta, sin ser humano sigue siendo planeta.

–¿Cree en Dios?

–Yo, para mí, Dios es la misma naturaleza. Si hay que ir a rezar, en la iglesia, no creo en esas cosas.

Entrevista confirmaría denuncias de Morales sobre complot cruceño

Entrevista confirmaría denuncias de Morales sobre complot cruceño El vicepresidente boliviano Álvaro García Linera advirtió que el Gobierno del Presidente Evo Morales será “firme, contundente, implacable e inmisericorde contra quienes atenten contra la integridad territorial del país”.
"Si ellos, el Gobierno (de La Paz), no permiten la autonomía de Santa Cruz, Santa Cruz está dispuesta a separarse de Bolivia (a través de) métodos pacíficos, pero demostrando fuerza". Así de claras y contundentes fueron las declaraciones del abatido presunto mercenario croata-húngaro-boliviano Eduardo Rózsa Flores, al referirse a las razones por las que se trasladó a Sudamérica a fines del año pasado.

Sin dar nombres, Rózsa -que luchó por el lado croata en la guerra de los Balcanes en los ’90- señaló en una entrevista realizada en septiembre de 2008 y difundida en la noche del martes, que había sido contactado para "organizar la defensa y resistencia" del díscolo departamento del oriente boliviano. Ello, en momentos en que el país vivía un álgido conflicto interno, cuando incluso se especuló sobre una guerra civil de no lograrse un acuerdo sobre la implementación de las autonomías departamentales.

"Estamos dispuestos, dentro de unos meses, en el caso de que la coexistencia no funcione y en virtud de la autonomía, a proclamar la independencia (de Santa Cruz) y crear un nuevo país", afirmó Rózsa al periodista Andras Kepes, del canal estatal MTV. "Las organizaciones proveerán el financiamiento y las armas, las mismas que se obtendrán al margen de la ley. Probablemente desde Brasil, porque en Bolivia el comercio de armas no es legal".

Estas frases, que confirmarían las denuncias de separatismo efectuadas por el Presidente Evo Morales en contra de la elite santacruceña, quizá nunca habrían sido difundidas de no ser por el hecho de que el hombre de triple nacionalidad le hizo jurar al reportero que sólo saldrían al aire en caso de que le sucediera algo. Y el jueves, junto al rumano Mayaro Ariad y el irlandés Duayer Michel Martin, Rózsa respondió con armas de fuego a un allanamiento de la policía, resultando muertos. En el operativo también fueron aprehendidos el boliviano Mario Tadik y el húngaro Iedad Tóasó, hoy encarcelados en La Paz.

Ese mismo día, los agentes hallaron -en un depósito ferial santacruceño- un arsenal que presumiblemente sería utilizado para perpetrar atentados.

Investigación internacional

Una vez emitida la entrevista, el Ejecutivo boliviano no tardó en reaccionar, reafirmando ayer la acusación contra los dirigentes políticos, cívicos y económicos de Santa Cruz. En declaraciones al santacruceño diario El Deber, el ministro de Gobierno (Interior), Alfredo Rada, señaló que Rózsa "sabía que estaba viniendo a matar y que podría morir en el intento, el cálculo estaba en su lógica".

A su vez, el vicepresidente Álvaro García Linera, advirtió que la administración de Evo Morales será "firme, contundente, implacable e inmisericorde contra quienes atenten contra la integridad territorial del país".

Desestimando las palabras de García Linera el acérrimo detractor del Presidente y dirigente cívico de Santa Cruz, Branko Marincovic sostuvo: "Las acusaciones contra (nosotros) son normales y van a seguir haciéndolas, porque el Gobierno se siente impotente". Además, exigió una investigación internacional con presencia del FBI, España y Colombia para evitar -según él- una manipulación política.

Paralelamente, el embajador de Hungría en Argentina, Matyás Jozsa, quien se trasladó a La Paz para obtener información sobre la muerte de su compatriota, aclaró ayer que ni su Ejecutivo ni el de Irlanda apoyan el terrorismo, ni los atentados contra Evo Morales.

Foto: Eduardo Rózsa dio la entrevista en septiembre, pero pidió que sólo fuera emitida en caso de que algo le sucediera. El jueves fue acribillado por la policía boliviana. Foto: EFE