El pacto militar Grecia-Israel y las simpatías de nuestra "izquierda" sedicente
¿No advirtieron los furibundos simpatizantes de Tsipras que la política exterior helena conducía fatalmente al desenlace de su confrontación con la Troika?
Canarias semanal
Cuenta Manlio Dinucci, un agudo analista político y geógrafo italiano, en un artículo titulado "Pacto militar entre Grecia e Israel", que el arribo de Alexis Tsipras al gobierno de Syriza puso nerviosos a los halcones militaristas de Israel. Su preocupación estaba provocada por el hecho de que Syriza había manifestado en diversas ocasiones sus simpatías por la causa palestina. "No podemos mantenernos pasivos, porque lo que hoy sucede del otro lado del Mediterráneo mañana puede suceder de nuestro lado"- había llegado a decir un vociferante Alexis Tsipras durante su campaña electoral, para de esa forma atraerse a los sectores más izquierdistas de la sociedad griega.
Pero no fue necesario que transcurriera mucho tiempo para que las "solidaridades" verbales con la causa palestina se esfumaran, con la misma velocidad con la que después lo harían las esperanzas de que el gobierno de Syriza cumpliese con sus promesas electorales frente a las presiones de la Troika.
En efecto, el pasado mes de julio Panos Kammenos, el nacionalista ultraconservador ministro de defensa del Ejecutivo griego y miembro del partido derechista ANEL, aprovechó su visita oficial a Tel Aviv para firmar un trascendental pacto militar con el gobierno sionista de Israel.
Según anunció el propio Ministro de Defensa griego, el nuevo pacto establece un marco jurídico que garantiza al «personal militar de cada uno de los dos países viajar al otro país y residir allí para participar en ejercicios y actividades de cooperación». Regula, asimismo, las bases para emprender una intensa "cooperación en el sector de la industria militar" e introduce elementos para que garanticen la «seguridad marítima» de los yacimientos submarinos de gas que tanto Israel como Grecia estiman que son una «zona económica exclusiva». Significativamente, el único país con el que Israel ha firmado un acuerdo de la envergadura del suscrito ahora con Grecia es Estados Unidos.
Tratando de inyectar miedo al pueblo griego, para justificar de esta forma dicho pacto, el Ministro de Defensa heleno adujo que esta alianza militar con Israel está avalada por el hecho de que "Grecia también está al alcance de los misiles iraníes". "Si uno solo de ellos lograra alcanzar el Mediterráneo - afirmó Kammenos- eso podría ser el fin de los Estados de esta región».
Por su parte, el socialdemócrata Jens Stoltenberg, ahora flamante Secretario General de la OTAN, reforzó la importancia del acuerdo entre la Grecia de Syriza y los halcones sionistas recordando que el «paquete de salvamento» de la Unión Europea para Grecia es «importante para toda la OTAN», ya que Grecia es un «sólido aliado que dedica más del 2% de su PIB a la defensa».
¿Un despiste de nuestra sedicente "izquierda"?
Al hilo de estas elocuentes evidencias surgen varias interrogantes ineludibles: ¿Ninguno de los ex diputados de Syriza que ahora, oportunamente, alegan disentir de la “espantá” de Tsipras, estaba enterado de la entidad y el significado que entrañaban estos pactos entre su país y quienes de manera sistemática machacan al pueblo palestino?
¿Cómo es posible que nuestros sedicentes miembros de la "izquierda" local, que hasta hace unas pocas fechas eran furibundos simpatizantes de Tsipras, no advirtieran que la política exterior helena, afín a los postulados expansionistas de la OTAN, no hacía sino reforzar fatalmente el desenlace final de la confrontación UE-Grecia? ¿No leen? ¿No se informan a la hora de formular sus juicios? ¿No están al corriente de cuáles son los posicionamientos estratégicos de aquellas fuerzas políticas que han escogido como arquetipos? ¿Cómo es posible que insten, con tanta irresponsabilidad a sus afines, a reforzar las filas de corrientes ideológicamente homólogas a Syriza, sin pararse a medir las consecuencias futuras de esos reclamos?
Misterios insondables que nos ofrece la volátil actualidad política de nuestros días.
Pero no fue necesario que transcurriera mucho tiempo para que las "solidaridades" verbales con la causa palestina se esfumaran, con la misma velocidad con la que después lo harían las esperanzas de que el gobierno de Syriza cumpliese con sus promesas electorales frente a las presiones de la Troika.
En efecto, el pasado mes de julio Panos Kammenos, el nacionalista ultraconservador ministro de defensa del Ejecutivo griego y miembro del partido derechista ANEL, aprovechó su visita oficial a Tel Aviv para firmar un trascendental pacto militar con el gobierno sionista de Israel.
Según anunció el propio Ministro de Defensa griego, el nuevo pacto establece un marco jurídico que garantiza al «personal militar de cada uno de los dos países viajar al otro país y residir allí para participar en ejercicios y actividades de cooperación». Regula, asimismo, las bases para emprender una intensa "cooperación en el sector de la industria militar" e introduce elementos para que garanticen la «seguridad marítima» de los yacimientos submarinos de gas que tanto Israel como Grecia estiman que son una «zona económica exclusiva». Significativamente, el único país con el que Israel ha firmado un acuerdo de la envergadura del suscrito ahora con Grecia es Estados Unidos.
Tratando de inyectar miedo al pueblo griego, para justificar de esta forma dicho pacto, el Ministro de Defensa heleno adujo que esta alianza militar con Israel está avalada por el hecho de que "Grecia también está al alcance de los misiles iraníes". "Si uno solo de ellos lograra alcanzar el Mediterráneo - afirmó Kammenos- eso podría ser el fin de los Estados de esta región».
Por su parte, el socialdemócrata Jens Stoltenberg, ahora flamante Secretario General de la OTAN, reforzó la importancia del acuerdo entre la Grecia de Syriza y los halcones sionistas recordando que el «paquete de salvamento» de la Unión Europea para Grecia es «importante para toda la OTAN», ya que Grecia es un «sólido aliado que dedica más del 2% de su PIB a la defensa».
¿Un despiste de nuestra sedicente "izquierda"?
Al hilo de estas elocuentes evidencias surgen varias interrogantes ineludibles: ¿Ninguno de los ex diputados de Syriza que ahora, oportunamente, alegan disentir de la “espantá” de Tsipras, estaba enterado de la entidad y el significado que entrañaban estos pactos entre su país y quienes de manera sistemática machacan al pueblo palestino?
¿Cómo es posible que nuestros sedicentes miembros de la "izquierda" local, que hasta hace unas pocas fechas eran furibundos simpatizantes de Tsipras, no advirtieran que la política exterior helena, afín a los postulados expansionistas de la OTAN, no hacía sino reforzar fatalmente el desenlace final de la confrontación UE-Grecia? ¿No leen? ¿No se informan a la hora de formular sus juicios? ¿No están al corriente de cuáles son los posicionamientos estratégicos de aquellas fuerzas políticas que han escogido como arquetipos? ¿Cómo es posible que insten, con tanta irresponsabilidad a sus afines, a reforzar las filas de corrientes ideológicamente homólogas a Syriza, sin pararse a medir las consecuencias futuras de esos reclamos?
Misterios insondables que nos ofrece la volátil actualidad política de nuestros días.
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