La izquierda debe construir su propio molino de agua
Por Pablo Varas
La foto del Chile actual tiene siempre aspecto de vieja, y desde el lado que se la tomen y como se ponga… no cambia.
Los mismos rostros de pobreza, siempre en los mismos sectores instalada, en los mismos lugares el hacinamiento, la falta de agua potable y también el pan duro. Chile un país con tantos miles de lugares donde la miseria se mantiene para sencillamente poner al servicio de algunos pocos… un país entero.
La poca dignidad de los presidentes, la falta de respeto con los ciudadanos, hace que solo se hagan públicas las grandes cifras que muestran lo bien que funciona el modelo. NUNCA en un discurso oficial se ha conocido a una autoridad mostrando una foto del Chile/país concreto, a este país con foto color sepia, donde se reparten “mediaguas”, “soluciones temporales”, que solo prolongarán la pobreza para sus futuras generaciones.
Chile un país con eternas poblaciones de emergencia…
Las verdaderas cifras de los millones de chilenos con salarios bajos, trabajos precarios, chilenos viendo pasar los remedios para sus enfermedades por la vereda del frente. Los dueños de la comida vendida en supermercados instalados en las nubes. Un país con kilómetros de caminos sin pavimentar, los miles de kilómetros sin luz eléctrica, esas cifras no aparecen en los informes pero son la gran realidad, la foto real de Chile pobre.
Chile es un territorio que se construye sobre la diferencia social extrema, entre los sectores ricos y pobres. Esto sucede sencillamente porque los sectores que son dueños de una parte enorme de la riqueza del país, que les/nos pertenece a todos, así lo condicionan, así lo exigen.
Nada debe asombrar en la derecha, especialmente su servilismo para con las grandes transnacionales, para las empresas extranjeras que son dueñas de los recursos que posibilitarían repartir de mejor manera los beneficios entre los millones que aparecen en la foto color sepia… que es Chile….
Salir por los cuatro puntos del planeta mostrando cifras y cuadros estadísticos, repartiendo mentiras, porque de eso se trata, esa es la verdad, cuando la realidad del Chile real es dura y violenta. Nada tiene que ver las cifras con los agredidos por el hambre y la falta de perspectivas. Es un duro insulto condenar a los que pasan por esta vida sin poder llegar al mínimo exigido.
Chile es un país donde constantemente se le dice a miles de una generación, que hasta aquí no más…. se puede llegar.
La derecha sostiene majaderamente que el actual modelo institucional asegura la estabilidad política y la democracia. Nada más alejado de la realidad. Justamente es la derecha política UDI/RN, los que menos conocen los naturales caminos de la participación popular. La derecha actual batalló sola durante los años de la dictadura. No tuvieron que defender sus ideas, sencillamente dejaban que a los opositores se les reprimiera, se les condenara, se les asesinara y sean hasta hoy detenidos desaparecidos. Esos fueron los caminos de la mayoría UDI/RN en el escenario político chileno. Esa es la estabilidad de la que hablan regular y permanente, y esa estabilidad es la que justamente más contradicción genera. No logran comprender que los pasos hacia caminos nuevos se construye con participación, y si las condiciones de participación son coartadas, cercenadas por largos periodos, entonces los pasos deberán retomar iniciativas que el tiempo no borra, que se han aprendido y conocen perfectamente los mecanismos de la multiplicación.
La derecha equivocó el camino no en el momento en que gana las elecciones del 2010, equivocó cuando engañó con su discurso de cambio a una población aburrida y que también fue engañada durante veinte años. Los dos bloques usando la mentira, el engaño, sumando páginas tras páginas de traición y abuso de poder.
Y hoy irrumpe el Chile real con su pobreza eterna sin respuestas, y claro empiezan lentamente a mostrarse los responsables de la postergación. Aparecen los que claudicaron, los que pasaron de inspirados a mendicantes del modelo, serviles a la mano ajena, lobos con zapatos de plásticos.
Todo hace asegurar que el actual bloque no pasará a la historia con dos periodos continuados, pero tampoco se asegura que al destrozado bloque 1990-2010 se les estén dando todas las condiciones. No son las manifestaciones regalos y agua para sus viejos molinos, con todos los dientes gastados.
No son relevantes los pasos que está dando la izquierda tradicional antigua. Lo que debe ser prioritario es empezar a dar pasos en la construcción de un bloque, de un frente o de una plataforma, que coloque los grandes problemas que tiene a Chile amarrado a un modelo que genera justamente causales de justas protestas, que hace cada vez mas profunda la diferencia entre los tantos y tantos de este lado y los pocos exclusivos de la vereda del frente.
Se debe tomar nota de las verdaderas aspiraciones en las nuevas generaciones. El mundo de indignados que son solamente la nueva izquierda. Los justos indignados no nacen solamente haciendo la justa crítica al modelo, sino que se construyen conspirando para el poder, de ser y convertirse en los actores indispensables para los nuevos tiempos. Los opositores al modelo neoliberal, los que sostienen de manera correcta que es el actual sistema el generador de miseria y responsable que futuras generaciones se queden en mitad del camino, no teniendo las posibilidades y alternativas, continuarán exigiendo y protestando en el tiempo, al margen de quienes sean los posibles nuevos inquilinos en La Moneda.
Justamente de eso se trata, es allí donde radica el poder que se está construyendo en los nuevos actores sociales, los protagonistas en las manifestaciones, los encuentros en el debate y las propuestas para el Chile que se necesita. Un país como Chile, vestido constitucionalmente estrecho, está recibiendo la mejor lección de democracia conocida en muchos años…y en la calle.
Se acercan tiempos en que hay que juntar las nuevas voluntades, las nuevas corrientes de propuestas, construcción y anhelos, desde el pensamiento progresista hasta los herederos de las viejas luchas de pobladores, estudiantes, el volver a incitar a los pobres del campo y de la ciudad. Es verdad también que hay aspectos que no se pueden abandonar, que no se pueden olvidar. No se le puede permitir la eterna alegría de la derecha y… sus serviles.
Si la clase política hace la lectura que en el siguiente periodo se puede llegar para hacer lo mismo, las mismas prácticas, con los mismos de siempre, o con algunos rostros nuevos, se equivoca. Para confirmarlos en su error, en los próximos tiempos, no tan lejanos, comprenderán que en ciertas ocasiones no se puede vivir sacando cuentas alegres, ni hacer sacar las castañas con las manos del gato, política/ejercicio concertacionista, o como se llamen.
Y este listado de urgencias no se olvida…nueva constitución, energías renovables, nuevo sistema previsional, nuevo modelo educativo, con memoria, renacionalización de las riquezas básicas, y hacer de Chile un país más cercano, y esto… para empezar.
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