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Chile: El zapato chino del sistema…

Chile: El zapato chino del sistema…

Por Andrea Dufournel

Desde que se instaló en la agenda política la discusión sobre la calidad de la educación que los jóvenes chilenos tienen a su alcance, a la clase política, como suelen autodenominarse quienes nos gobiernan y otros que han logrado llegar al parlamento, se le ha crispado los nervios. Unos porque sus intereses económicos en la entrega de opciones académicas podrían ser discutidos y otros porque, sin aparecer nombrados, solapadamente tienen participación en el “negocio” de la educación. Los estudiantes, jóvenes que hasta hace algunos años eran indiferentes a todo lo que “ellos” hacían o deshacían comenzaron a moverles los bolsillos y el piso a todo el tinglado que, desde la dictadura a esta parte, por medio de un acuerdo tácito, lograron imponer.

El gobierno ha entregado propuestas a los estudiantes, pero, que en el fondo y en la forma, son intentos por cambiar todo para que al final todo quede igual, subestimando la inteligencia de los movilizados. Pero el asunto va más allá, ahora han entrado a tallar los parlamentarios que, luego de más de dos meses de paros, tomas, marchas, cacerolazos, no sólo de los principales actores, que son los estudiantes, sino que de la sociedad toda, sienten que es tiempo de buscar una salida lo más honrosa posible a este zapato chino, y deben buscar la manera de que sus intereses económicos no sean tocados, en lo posible, ya que no están dispuestos, aunque no lo digan, a perder este tan lucrativo negocio. Ministros, parlamentarios, amigos de los que tienen el poder, sus familiares, tienen colegios o acciones o inmobiliarias que les arriendan la infraestructura a estas entidades educacionales.

Durante la dictadura se logró instalar la reforma educacional que hoy nos moviliza, pero durante los veinte años en que gobernó la concertación hicieron poco o nada para cambiar las cosas, se han formado verdaderas fortunas lucrando con las subvenciones educacionales entregadas por el estado, los millonarios aportes que se les entregan, se sabe, no van a mejorar la educación de los niños y jóvenes, van a parar directamente a las cuentas corrientes de los sostenedores. Pero a la vez se dice que el estado no puede manejar la educación y le entregaron esa responsabilidad a los municipios, que sin lugar a dudas no han cumplido y no han sabido administrar esta compleja e importante tarea.

El gobierno ha apostado por el desgaste del movimiento, pero lejos de lograrlo éste ha ido en ascenso, sumando, como lo decíamos anteriormente, a padres, trabajadores, organizaciones sociales, quienes han sido sometidos a las más brutales de las represiones, han sido gaseados, apaleados y detenidos. Lejos de amedrentarlos ha inyectado más fuerza al movimiento.

Las posibilidades de lograr los cambios que se piden han sido descartadas de plano por Piñera, cuando dijo: “todos quisiéramos que la educación, la salud y muchas cosas más fueran gratis para todos, pero quiero recordar que al fin y al cabo nada es gratis en esta vida, alguien lo tiene que pagar”, declaraciones esperables y que no nos sorprenden, al parecer Piñera no está gobernando, no es el presidente que supuestamente representaría a muchos chilenos, es solamente una marioneta que tiene en su esencia la especulación y el amor incondicional por el dinero, que la están manejando los partidos que conforman su coalición , tal cual como ha ocurrido con los anteriores gobiernos , ¿quién lo podría poner en discusión? .

Los partidos políticos dirigidos por los dinosaurios que aún quedan, han contagiado a todos los demás y como aún ninguno de estos personajes se ha atrevido a proponer, en serio, reformas de fondo a ese hijo tarado de la dictadura que es la Constitución Política del Estado, la siguen usando a su favor, en desmedro del pueblo y resguardando con ella sus intereses. Ese es el espíritu de este esperpento: favorecer a quienes tienen el poder económico entregándonos el mayor gesto “democrático” de votar cuando se nos llame y sería todo, hasta las próximas campañas donde prometerán una verdadera hemorragia de soluciones a todos nuestros problemas.

Es ahora, es el momento de plantarnos de frente, como lo han hecho los estudiantes, todos los chilenos y no darles tregua, no aceptar soluciones cosméticas, debemos lograr poner en la discusión la instalación de una Asamblea Constituyente que logre los cambios profundos que requiere la sociedad chilena y termine así con las políticas con que nos han engañado por mucho… por demasiado tiempo. 

Fuente: Argenpress

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