Los enfrentamientos entre el jefe del Estado y la iglesia católica venezolana se han mantenido a lo largo de 11 años desde que Chávez llegó al poder en diciembre de 1989.
El pasado miércoles, desde Roma, el cardenal Urosa dijo que Chávez "no tiene licencia para insultar, difamar e injuriar a ningún venezolano" y reiteró que el gobierno pretende llevar al país por el camino del socialismo marxista, pasando por encima de la constitución del país para imponer ese modelo político.
El cardenal negó que las opiniones de los arzobispos venezolanos estén "politizadas" y defendió el derecho de la jerarquía católica a pronunciarse en todo lo relacionado con el futuro del país.
En respuesta, el mandatario acusó al prelado de pisotear la constitución venezolana y mentir al señalar que su gobierno pretende construir una dictadura marxista.
A la reacción del mandatario se sumaron también las críticas de importantes voceros del gobierno, entre ellos el canciller Nicolás Maduro, dirigentes del gubernamental Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y Fiscal General de la República, Luisa Ortega Díaz.
"Ay, cardenal!", exclamó el mandatario en su columna dominical "Las líneas de Chávez" en repudio al prelado a quien acusó de mentir para pescar incautos y desvirtuar el proceso social alcanzado por su gobierno.
"Para nosotros, el marxismo es una herramienta que nos ayuda a interpretar al hombre, la sociedad y la historia. No un dogma, ni una cartilla", expresó Chávez, quien dijo ser un hombre de fe que en su gobierno ejerce los valores de justicia, libertad e igualdad.
"Decir que copiamos modelos foráneos y nos guían ideologías extrañas que chocan con la legalidad que nuestro pueblo se ha dado, no deja de ser un crimen en quienes, creyéndose dueños de la fe de los venezolanos y venezolanas, pretenden manipularla", agregó el mandatario en su columna semanal.
Expresó que la jerarquía católica, como institución, ha jugado un papel esencialmente político, tratando de mantener, a lo largo de la historia, el estatus de dominación, incluso con la violencia más criminal.
Chávez pidió al Cardenal Urosa demostrar ante un tribunal la inconstitucionalidad de las "nuevas leyes revolucionarias", de su gobierno.
El gobernante invitó a los venezolanos a revisar la prensa del 12 de abril de 2002, para evaluar el comportamiento del religioso durante el fallido golpe de Estado que lo sacó del poder por unas 48 horas.
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