Educación en Chile y lecciones del ajuste estructural del Banco Mundial (Parte1)
Juan Francisco Coloane (especial para ARGENPRESS.info)
El debate sobre la educación en Chile sale del receso, esta vez con la huelga de profesores por la deuda histórica a sus remuneraciones por más de 20 años.
El paro docente que se prolonga desde hace más de diez días, comienza a provocar un impacto mayor en la presión para que el Gobierno resuelva el pago de la deuda histórica, al obtener el apoyo de la organización nacional que agrupa a los municipios y los alcaldes.
Por primera vez un organismo público de esta magnitud y naturaleza reconoce que la deuda histórica es un conflicto del magisterio con el Estado chileno y es una condición indispensable a resolver para el bien de la educación pública".
El personal afectado por esta deuda estatal es más ochenta mil docentes y se estima que el monto alcance US $14 mil millones. La intermitencia en la descentralización del gobierno militar causó un caos de desigualdad convertido en un virtual rompecabezas administrativo y financiero en más de 330 municipalidades.
Es un tema local con repercusión global por el rol del Banco Mundial en la reforma a la educación en Chile y en otros países. La educación chilena ya estuvo conmocionada por el movimiento estudiantil que estremeció por un mes al país en 2006.
Chile ha sido como el modelito en varias áreas de acción del Banco Mundial y la crisis educacional nacional expresada en el continuo malestar del personal docente no debería pasar inadvertida como fenómeno internacional.
Educación ha sido el Caballito de Troya del sistema económico sobre el cual se edifican las desigualdades del sistema, que a estas alturas del análisis se concordará que le son funcionales. Además como dice Eduardo Bustelo, el cientista político argentino: Hace tiempo que la batalla de esta educación con la televisión y las nuevas tecnologías de comunicación está perdida.
El modelo educacional chileno actual surge de los programas de reforma sectorial implementados a escala mundial por el Banco Mundial.
Forman parte del llamado Ajuste Estructural de los años 80 implementado para enfrentar la crisis financiera de los 70. Como es sabido, la privatización de los servicios públicos -educación un punto clave- forma parte de la tríada de pilares del ajuste, con desregulación y apertura de mercados.
El proceso de gestación de la reforma educacional como un componente vital del ajuste, parte con el gobierno militar, que se implementa con una medida de fuerza: privatizar la enseñanza. El foco es que el sector educacional funcione acoplado a un sistema de rentabilidad y gradual autofinanciamiento, donde familias, apoderados, alumnos, y profesores forman parte de un conjunto empresarial. El colegio es el lugar físico, las personas son sus productores.
No hay una jerarquización precisa y refinada de actores en el foco, de allí que las demandas salariales del personal docente quedaron extraviadas en el objetivo central del diseño de privatizar y descentralizar, un eufemismo esto último para des-estatizar.
La reforma comienza en 1980, y continúa en los años 90. Tanto el soporte técnico como financiero de la reforma educacional chilena que no resolvió los problemas de fondo -como ha quedado demostrado por el movimiento estudiantil, por la llamada deuda histórica de remuneraciones al personal docente, y el registro político hasta 2009-, provienen de una estrecha asociación técnica y política entre el Banco Mundial y el gobierno de Chile, tanto en el período militar como en el democrático.
El Banco Mundial ha elogiado el resultado global de la reforma educacional chilena y el rendimiento de sus componentes principales, descentralización, financiamiento, Jornada Escolar Completa (JEC), Ley Orgánica Constitucional para la Enseñanza (LOCE) y los sistemas de evaluación.
El resultado es uno de los sistemas educacionales más innovadores, costo eficiente, y comparativamente equitativos entre los países en vías de desarrollo. Así está señalado en el informe de Francois Delannoy, Education Reforms in Chile: A lesson in pragmatism (http://www.google.es/url?sa=t&ct=res&cd=3&url=http://siteresources.worldbank.org/EDUCATION/Resources/278200-1099079877269/547664-1099080026826/Ed_reforms_Chile_EN00.pdf&ei=-0aSRLivHL-AQ7O96e4D&sig2=ds2k0hAy7yT4u-1BFwITFQ). (Banco Mundial 2000).
Las conclusiones también expresan que: La mayor parte de los instrumentos de un sistema educacional moderno transparencia, evaluación de los estudiantes-flexibilidad curricular, población objetivo, inversión en la calidad de los insumos y contenidos, atención a los procesos de salas de clases, desarrollo profesional continuo y autonomía de la escuela- están presentes en el sistema chileno y han estado presentes por más tiempo que la mayoría de los otros países incluyendo algunos de los que forman la OECD. Y el sistema continúa avanzando.
Las observaciones de F. Delannoy forman parte de un detallado estudio emanado de una investigación de 18 meses en Chile, donde la autora agradece la colaboración de los profesionales chilenos que han sido protagonistas en el proceso de la reforma educacional.
Si el estudio más que favorable al estado de la educación en Chile, que cubre 1980 1998, se toma al pie de la letra, significa que desde 1999, al momento en que estallan las protestas en 2006 y continuaron con intermitencia hasta ahora, el deterioro de la educación ha sido acelerado y considerable.
A juzgar por el volumen y la unanimidad del reclamo colectivo, hay algo significativo que no cuadra. Este es el desfase entre el informe del Banco y la realidad.
Por el desarrollo de los acontecimientos, se ha estampado una brecha gruesa entre una evaluación positiva con recomendaciones para mejorías y el diagnóstico de desastre educacional en Chile que emerge del registro político que generó el movimiento estudiantil, y si toma en cuenta este descubrimiento de la deuda histórica con el personal docente.
Esto sin duda merece especial atención, y es notable que en los informes que se han hecho públicos, esta brecha entre la evaluación positiva a la reforma educacional en el informe del Banco y los diagnósticos posteriores no es parte del debate, o de planes de evaluaciones futuras.
La evaluación del Banco Mundial llevada a cabo a mediados de los años 90, que analiza positivamente la municipalización de la educación como forma de descentralizar la gestión y el financiamiento no profundiza en el impacto del gradual incumplimiento de una política de estado respecto a las remuneraciones de los docentes.
Si se destapa en 2009 un problema de la magnitud del que se arrastra por 25 años, no es concebible que los equipos ministeriales que colaboraron en la evaluación publicada el año 2000, no hayan advertido de su dimensión futura y su impacto en la reforma.
Sin embargo, la aparente omisión del estado de las remuneraciones en la descentralización, está revelando un elemento intrínseco en el concepto de privatizar y hacer que el espacio de la educación adquiera el nivel de mayor costo-beneficio posible. Como que las remuneraciones del personal docente no consistieran en un tema central en el desarrollo de la educación.
De esta forma se confirma el corazón de la oscuridad del Ajuste Estructural con el ejemplo de la educación (el otro claramente es salud), y el modelo chileno como un caso paradigmático.
El movimiento de 2006, y ahora la huelga de docentes, son indicadores de que la aplicación de dos décadas de reforma educacional y ajuste estructural en Chile no ha funcionado.
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