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T r i b u n a c h i l e n a

La apuesta contra la exclusión

La apuesta contra la exclusión

El as bajo la manga del arco iris y el remolino

Por Javiera Olivares M. / La Nación Domingo

Tras la última semana de reuniones, el acuerdo electoral entre la Concertación y la izquierda –aquella que busca romper el cerco que le impide llegar al Congreso– va viento en popa. El receso veraniego obliga a postergar los encuentros para marzo, pero la fórmula está clara e implica lista única y doblaje. El preacuerdo abre expectativas de asegurar un apoyo decisivo para cerrar el paso al candidato presidencial de la derecha en una segunda vuelta.

A tranco más pausado que de costumbre, los convidados acudieron el martes por la mañana al edificio de Alameda 1460.

Esta vez había tranquilidad, pasadas las 9:30 ya resultaba difícil desdibujar la sonrisa planchada en los rostros de los dirigentes comunistas que subían la escalera hacia uno de los amplios salones de la céntrica sede de la DC. Y es que el encuentro auguraba ser la señal definitiva para iniciar las negociaciones por el pacto entre el Juntos Podemos Más y la Concertación.

Al interior del salón, el retrato de los líderes más importantes de la DC -entre ellos Eduardo Frei Montalva, Radomiro Tomic y Eduardo Frei-Ruiz Tagle- adornaban las paredes y esperaban a los invitados.

Un mantel azul mármol sobre la mesa y la perfecta corbata de tonos violáceos de Marcelo Trivelli terminaban de combinar la escena.

Además del ex intendente DC, el timonel Juan Carlos Latorre y el secretario nacional Moisés Valenzuela, eran los anfitriones. Guillermo Teillier, presidente del PC, junto a Lautaro Carmona y Juan Andrés Lagos, los invitados.

La reunión fue a puertas cerradas y duró cerca de 45 minutos: "No nos convirtamos en mensajeros, no nos enviemos mensajes a través de los medios de prensa", pidió expresamente a los asistentes Latorre y dio pie al hermetismo comunista en torno a nombres, distritos y fórmulas.

Eso sí, esa mañana se hizo pública la decisión DC de autorizar a su comisión negociadora a iniciar las conversaciones con miras a un acuerdo parlamentario contra la exclusión.

Se trata del primer pacto explícito entre la Concertación y la izquierda extraparlamentaria que lidera el PC. El acuerdo no sólo acerca la posibilidad de romper con la exclusión, sino también facilita que la votación izquierdista fluya hacia el candidato concertacionista en el balotaje.

Los casi 500 mil votos de este sector podrían inclinar la balanza en una segunda vuelta -como ya sucedió con Ricardo Lagos y Michelle Bachelet- y garantizar una nueva derrota de la derecha y su candidato, el empresario Sebastián Piñera.

Es más, el pacto también permitiría conformar nuevas mayorías en el Congreso y con ello dar paso a reformas políticas que tanto la Concertación como la izquierda estiman impostergables.

A Frei, por cierto, también le interesa una mayoría en el Parlamento que le permita realizar su programa. De ahí la importancia del gesto DC.

Más aún tomando en cuenta la reunión del día anterior, cuando los cuatro presidentes de partidos del arco iris -Pepe Auth (PPD), Camilo Escalona (PS), José Antonio Gómez (PRSD) y Juan Carlos Latorre (DC) -, dieron luz verde a la negociación para concretar el pacto.

A tres días de que se cumpliera el plazo que la Concertación se auto impuso para dar una respuesta a la izquierda extraparlamentaria, las señalas son claras: sí al pacto con el Juntos Podemos, no a la exclusión.

Ahora viene la segunda parte de la discusión: cómo implementar el acuerdo. Por eso, la negociación más fina -con análisis electorales y calculadora en mano-, es lo que está en curso.

Partió el viernes en una reunión de la comisión negociadora que conforman representantes de todos los partidos: por la DC, Moisés Valenzuela, Jorge Pizarro y Eduardo Saffirio; por el PS, Marcelo Schilling y Juan Pablo Letelier; por el PPD Alejandro Bahamondes, Víctor Manuel Rebolledo y Sergio Echeverría; y por el PRSD Ernesto Velasco y Fernando Meza. Fue el último encuentro de la saga veraniega.

Las negociaciones por cupos y fórmulas continuarán en marzo ya que la mayoría de los dirigentes se va de vacaciones. Pero el PC ya tiene tarea para la casa.

Alejandro Bahamondes (PPD) en su calidad de coordinador de la comisión negociadora, les pidió a los comunistas que prepararan para marzo una propuesta oficial que incluya distritos y nombres. Por eso, los dirigentes de la hoz y el martillo trabajarán de cabeza durante febrero para dar con la receta perfecta.

LA APUESTA PC

Si hay una cosa clara tanto en la Concertación como en el Juntos Podemos Más, es que no es justo tener a una fuerza que representa a más del cinco por ciento del electorado fuera del Parlamento.

Por eso, y aunque aún no existen fórmulas concretas, sí está clara una cosa: hay que asegurar el término de la exclusión. Por eso es necesario buscar la receta perfecta para la elección de los candidatos "excluidos".

¿Cómo? A través de una lista única que incluya a la Concertación y al Juntos Podemos.

Hoy por hoy, incluso los más reticentes reconocen que un pacto por omisión no favorece la elección de todos los candidatos. De hecho, en la reunión a puertas cerradas entre la DC y el PC, la propia falange propuso un nombre para la lista única.

"En nuestro partido hemos pensado que podría llamarse algo así como ‘Chile contra la exclusión’" aseguró Latorre, según un dirigente del PDC que conoció el diálogo.

La propuesta fue muy bien recibida por los comunistas. Bajo ese título, podrían ir los nombres del candidato por la Concertación de Partidos por la Democracia y por el pacto Juntos Podemos Más.

Mientras, los análisis de posibles fórmulas no cesan. En el PC mantienen su apuesta de doblar en los sectores en que un comunista más un candidato de la Concertación, sean lo suficientemente fuertes para hacerlo. La idea, sería replicar el modelo en 14 distritos, de los cuales se aseguren 5 ó 6 diputados electos como piso mínimo.

Y aunque aún no se han entregado documentos oficiales, de acuerdo a las cifras de la última elección municipal, se evalúan determinados distritos (ver mapa).

Entre ellos: el 46, donde está Lota, fuerte bastión del comunismo y en el que Guillermo Teillier obtuvo un 13,7 por ciento en las parlamentarias de 2005. El 28, cuya comuna más grande es Pedro Aguirre Cerda donde está la única alcaldesa comunista de Santiago, Claudina Núñez; por ese sector se postuló en 2005 el abogado de derechos humanos Eduardo Contreras y en 2001 el secretario general Lautaro Carmona.

También se estudian distritos como el 9, donde está Illapel, que en las parlamentarias de 2001 tuvo como candidato PC a Jorge Insunza y obtuvo el 16% de los votos; el 20, de Estación Central; el 45 (Tomé y Coronel); el 27 de San Ramón; El Bosque y La Cisterna -donde se podría doblar al lado del candidato independiente PPD Tucapel Jiménez-; el 8 (Coquimbo); el 60 (Punta Arenas); el 3 (Tocopilla) y el 6 (Vallenar).

También está en evaluación el distrito 15 de San Antonio donde el candidato PC, Maximiano Miranda, consiguió en las parlamentarias de 2005 un 15,06% de los votos, seis puntos bajo del radical Samuel Venegas que logró el escaño.

En voz baja -y aunque no adquieren compromisos cerrados-, fuentes comunistas reconocen que el fin de la exclusión provocará en sus bases militantes el apoyo a Frei en segunda vuelta. En todo caso, no sería la primera vez que el PC apoya a un presidenciable DC. (ver recuadro)

Sobre los nombres, hay un mar de dudas, sin embargo, todo indica que se reeditarán los que han tenido más éxito en los distritos. Por eso, los candidatos más probables del Juntos Podemos serían los comunistas Guillermo Teillier -si depone su candidatura presidencial-; Lautaro Carmona y Jorge Insunza; el humanista Tomás Hirsch y el IC Roberto Celedón (Talca).

LA APUESTA DEL ARCO IRIS

Convencida de la apuesta de Frei, sobre la posibilidad real de terminar con la exclusión política, la directiva DC analiza la mejor fórmula para mantener sus escaños en la cámara baja y recuperar los cinco cupos perdidos. Ése es el criterio mínimo para negociar con el resto de la Concertación y el Juntos Podemos.

La idea es evitar que al antiguo eje progresista PS-PPD-PRSD, se sume el PC y se instale la lógica cuatro contra uno al interior del oficialismo.

Además, para las parlamentarias de este año, la Concertación acordó que el criterio de negociación sea el de "geometría variable", es decir que en cada distrito vaya el candidato mejor posicionado, ya sea en encuestas o en primarias locales.

Es ahí donde entra el PC y el Juntos Podemos; la idea es que sus candidatos vayan en una lista única en las casillas que les asigne la negociación. Por eso, es importante que no corran aspirantes por fuera.

De hecho, una de las señales que tranquilizó a la directiva DC sobre este punto y ayudó a definir su apoyo al pacto con el PC, fue que los candidatos presidenciales de la izquierda firmaron un documento esta semana donde se comprometieron a elegir un candidato y una lista parlamentaria única.

Con ese escrito los dichos del presidenciable del MAS, Alejandro Navarro, sobre llevar una lista propia en todo Chile, resultan menos válidos y la idea de doblar, más posible. En la Concertación saben que el modo de frenar las aspiraciones del senador ex PS es abrirle espacio a sus candidatos y así convencerlo de que no corra con una lista de su sector.

Los partidos del arco iris, barajan que las casillas para el Juntos Podemos -que podrían ir de ocho a catorce- sean aquellos lugares donde exista la posibilidad real de "doblaje" y no haya un candidato DC.

Un criterio asentado en la multipartidaria es descartar toda competencia en aquellos sectores donde ya hay un diputado falangista. Entre los distritos con posibilidades reales de elección para el PC y las otras fuerzas de izquierda, se evalúan: el 45 de Lota y Coronel, el 5 de Copiapó, el 28 de San Miguel, el 37 de Talca y el 9 de Illapel.

El resto de los candidatos extraparlamentarios podrían convertirse en "variables de ajustes". Eso implica que los postulantes más débiles de la izquierda sean compañeros de lista de un candidato fuerte, que tenga prácticamente asegurada su elección. Lo que la DC, espera que suceda a su favor.

Habrá que ver cómo continúan las negociaciones después de que los dirigentes partidarios pasen un tiempo en las playas de Cuba o de Chile, según sea el caso. Será marzo el mes de decisiones importantes con calculadora en mano. Mientras, hay un acuerdo transversal: el no rotundo a la exclusión.


El voto comunista en las presidenciales

Patricio Aylwin (1989): La discusión del PC que definió llamar a votar No en el plebiscito y a apoyar a Patricio Aylwin fue el primer paso para sumarse a las reglas de la transición a la democracia. En 1989, el PC no llevó candidato presidencial, pero sí a nivel parlamentario. Bajo el paraguas de un partido instrumental -el PAIS- que aglutinó al PC, MIR y PS-Almeyda, llevaron postulantes en todo Chile. Desde entonces el PC ha persistido en su empeño, pero el binominal no les permitió nunca alcanzar escaños en el Congreso.

Eduardo Frei Ruiz-Tagle (1993): En estas elecciones, Frei venció con un abrumador 57,98 por ciento, frente al 24,41 por ciento del candidato RN-UDI, Arturo Alessandri Besa, el 6,18 por ciento del independiente de derecha José Piñera Echenique y el 5,55 por ciento de Manfred Max-Neef y sus “mosquitos”. La alternativa del PC fue el sacerdote Eugenio Pizarro quien consiguió el 4,7 por ciento de los votos por sobre el 1,17 por ciento del humanista, Cristián Reitze Campos.

Ricardo Lagos (2000): Tras la primera vuelta presidencial donde Lagos obtuvo un 47,96 por ciento, frente al 47,51 del UDI, Joaquín Lavín, por primera vez hubo una segunda vuelta presidencial establecida por la Constitución. Pese a que el PC dejó en libertad de acción a sus bases, el porcentaje obtenido por la candidata comunista Gladys Marín (3,19 por ciento), se traspasó a Ricardo Lagos y le permitió vencer por un estrecho margen de 3,7 por ciento, obteniendo en definitiva el 51,31 por ciento.

Michelle Bachelet (2006): Con la condición de cumplir cinco puntos programáticos que incluían avances en casos de derechos humanos, ampliación de derechos laborales e indígenas, reformas al sistema de pensiones y el fin de la exclusión; el PC entregó su apoyo a Bachelet en la segunda vuelta de enero de 2005. Pese a que el PH llamó a votar nulo prácticamente toda la votación de Tomás Hirsch y del Juntos Podemos Más -sobre el 5 por ciento- se fue en segunda vuelta a la candidata concertacionista.


La falange aprende la lección

Lo de estirar el elástico debía tener fin. Así lo evaluaron en la DC y decidieron hacerse cargo de las propuestas de Eduardo Frei sobre el fin de la exclusión.

“Latorre optó por una cuestión de carácter práctico y a solicitud del propio Frei decidió apoyar públicamente el pacto. El PDC quería evitar aparecer como el escollo de este acuerdo, como un partido intransigente frente a la opción de que entraran los comunistas al Parlamento”, asegura un DC cercano a la mesa. Probablemente por eso se dio el vamos a la discusión, que implica algo así como aprobar la idea de legislar sobre la materia y comenzar a explorar distintas fórmulas para materializar el pacto. Pero hay una experiencia más que hace a los militantes de la flecha roja, asumir la necesidad de este acuerdo: el resultado de la última elección municipal. “¡Aprendimos la lección!”, dice uno de los integrantes de la mesa, quien asegura que los resultados de las municipales fueron críticamente analizados en el consejo. Según la misma fuente, la instancia DC consideró un error no haber ampliado más el pacto por omisión con el PC y así haber evitado perder comunas como Valparaíso, Estación Central o Recoleta.

Hoy por hoy, la dirección DC está convencida de la necesidad de concretar el acuerdo electoral, poner fin a la exclusión y de paso terminar de conquistar el electorado progresista que ha logrado captar Frei durante su campaña. Sin embargo, al interior de la falange aún quedan dudas. Fuentes vinculadas a distintos sectores del partido, aseguran que pactar con el PC no es una decisión fácil para la falange. A las reticencias provenientes del lote de los guatones, liderados por Gutenberg Martínez, se suma la inseguridad de los príncipes. Por eso, y como el pacto debe ser ratificado por el consejo DC, la mesa directiva está abocada a llevar un diseño de plantilla preconcebido que ofrezca buenos dividendos a través del doblaje. La idea fuerza será demostrar que el pacto conviene y no perjudica a la DC, evitando derivar en discusiones ideológicas que, de acuerdo a altas fuentes de la falange, serían el peor escenario para que el consejo apruebe el acuerdo.

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