Las agresivas aguas de las escolares chilenas
La ex funcionaria de la Universidad Católica en los tiempos en que esa universidad estaba dirigida por un rector nombrado por la dictadura y actual ministra de educación de la Concertación, Mónica Jimenez, parece que le tiene miedo al agua como el diablo al agua bendita. Ahora anda con guardaespaldas para evitar que sigan intentando lavarla de sus pecados de oportunismo y pasado dictatorial. No vaya a ser que otra chiquilla mal educada y espontánea se le ocurra bañarla de nuevo...En la foto la escolar Música Sepúlveda.
El surrealismo, la brutalidad intelectual y la simple tontera han quedado en evidencia completa a raíz del magnífico gesto de una escolar de catorce años, verdadera heroína civil que se atrevió, frustrada por el mangoneo gubernamental, a vaciarle un jarro de agua en la cabeza a la ministra cuando esta ya estaba sacando a una delegación escolar de su oficina, una vez que la prensa ya había tomado nota que ella los había recibido para decir nada o sea para mostrar que estaba haciendo algo y aparecer en la tele reunida con lo escolares, Imagen que “viste” mucho y que sirve para hacerse pasar por “democrática”; “abierta al diálogo”, mientras los Carabineros apalean, envenenan con gas lacrimógeno y agua contaminada al futuro de Chile: los escolares como Música Sepúlveda.
El “horror” de los paniaguados que califican la acción de la muchacha los hace hacer declaraciones que realmente son para una antología del cinismo y la brutalidad.
Por ejemplo: Perez Yoma, ordena a sus súbditos que deben “sancionar socialmente“a Música Sepúlveda. Textualmente es citado por el diario La Tercera: "No creo que esto vaya por el lado de las querellas, lo más importante es la sanción social y el repudio generalizado no sólo en la actuación de esta muchacha, sino lo insólito que ha sido el apoyo del Colegio de Profesores a su accionar".
Claro, la originalidad y espontaneidad de la acción de la chica los tiene que tener horrorizados, entre otras cosas porque el prestigio desaparece (el prestigio según la Real Academia, en la acepción número 4 dice textualmente: “engaño, ilusión o apariencia con que los pretigiadores emboban o embaucan al pueblo”). Las “autoridades”; las “personalidades” ya ni siquiera merecen el respeto y el temor sagrado que deberían causar en los subordinados.
El Senador Ochagavía diría: “este es el empsose del acabose”.
El acto de la niña rompe un tabú, es algo desmesurado, que coloca nada menos que a una ministra en un rango que no le corresponde. Como quien dice la bautiza en el conocimiento de la real desesperación popular chilena, esa que ella ni conoce ni ha conocido nunca porque se
las arregló siempre para estar en lugar en que da el sol, en la Universidad Católica como alta funcionaria al servicio de la dictadura y hoy en el ministerio.
Tono original Perez Yoma: "Me parece inaceptable, encuentro increíble que el Colegio de Profesores siga insistiendo en justificar lo injustificable".
¿De donde sacó este corifeo de la mentira, la represión desatada y la violencia estatal en contra de sus ciudadanos menores de edad, la frescura de “calificar” o pretender que el acto de la chica es “injustificable”?. Claro que es justificable y la misma chica lo aclaró: se sintió profundamente ofendida y frustrada cuando vio que la ministra ordenó a sus guardias que desalojaran la sala en que se había reunido con los escolares sin que dicha reunión sirviese para nada, fuera de tratar de dar la imagen de que la Ministra estaba abierta al diálogo (para los lectores europeos: en Chile todas las oficinas públicas están llenas de guardias armados, en Chile tenemos un Estado tan democrático que sus dependencias deben ser resguardas con personal militar. Como quien dice: un Estado acosado, bunkerizado, temeroso de sus ciudadanos).
Si Perez Yoma considera que esa no es justificación suficiente para el jarro de agua, quiere decir no sólo que carece en lo absoluto de sentido del humor, sino que además no entiende nada de nada. Mal que afecta, al parecer a toda la dirigencia política nacional.
Porque si uno saca el acto de la tensión que ha causado el gobierno defendiendo al lucro en la educación a cualquier costo, como defiende el robo de tierras a los mapuches en el sur o como defiende a los que se roban el cobre en el norte, la verdad es que el baño con agua de Aguas Andina (la empresa española dueña del agua de Santiago) es de una comicidad inmejorable y calificarlo de “agresión” es simplemente demagógico y no se corresponde con la realidad. Puede que el agua le haya echo hasta bien a la señora Ministra. Se sabe que el cura alemán Kneip recomendaba a sus paciente caminar descalzos por agua fría y tomar baños fríos de agua sumergiendo la cabeza en un lavatorio con agua fría. Eso es bueno para el cutis, decía mi abuela. Así es que se puede decir con certeza que la chica le hizo un favor a la ministra ya que con el baño de agua contribuyó a que recuperara lo que ella no tiene y lo que Música tiene de sobra: juventud y honestidad.
El gobierno, en un acto naturalmente oportunista y viendo que estaba haciendo el ridículo mundial mandando a la cárcel o al tribunbal de familia a una chica de 14, decidió que no habrá querella.
Desde estas página saludamos a Música Sepúlveda y le auguramos un gran destino en su Patria, la nuestra.
Isidro Peñasco-
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