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T r i b u n a c h i l e n a

¿Vendedores de ilusiones o supermercados de la educación?

El reportaje aparecido anoche en el programa "Esto no tiene nombre" de Televisión Nacional ha causado natural asombro y preocupación en los magallánicos. La carrera de Técnico en Rehabilitación Terapéutica del instituto Santo Tomás de Punta Arenas ha resultado ser una lamentable violación a las ilusiones y aspiraciones de los estudiantes, acosados ahora por la ausencia de campo laboral. Además al costo económico pagado por los padres, se suma el deterioro de la confianza pública.

Ellos están pagando el costo de una educación "superior" que se ha mercantilizado completamente, donde el Estado es incapaz de ejercer funciones eficaces de control y supervigilancia que impidan la existencia de carreras de pizarrón ofrecidas para mejorar los ratting de ventas y de matrícula, pero sin ningun sustento académico, sin ningún diagnóstico serio del campo ocupacional que tendrán cuando egresen esos estudiantes titulados.

Aquí es precisamente donde se encuentra la tenue línea divisoria que distingue a "entidades de papel o de fachada" en la educación universitaria o superior (con infraestructuras miserables, con sistemas académicos y administrativos precarios, con notorio desorden interno, con carreras sin sustento académico real ni laboral futuro) de las "organizaciones institucionales" más serias y organizadas (con respaldo organizacional, con recursos bien administrados, con cuerpos docentes solventes, con infraestructura adecuada y suficiente). Varias son las entidades que en Magallanes han resultado funcionando como "supermercados de la educación" y sus nombres circulan en boca en boca de alumnos y de padres y apoderados, con carreras de pizarrón que no tienen real destino laboral para los alumnos, y que caen en las redes de verdaderos encantadores de serpientes, contadores de cuentos y vendedores de ilusiones en los períodos de matrícula anual.

He aquí otro elemento sustancial que cuestiona la calidad de la educación superior en Chile y en nuestra región de Magallanes: la coexistencia de instituciones serias, organizadas y con trayectoria, al lado de entidades de fachada que funcionan prácticamente como galerías comerciales.

Son los alumnos de la enseñanza media y los padres y apoderados los llamados a estar alertas y vigilantes a la hora de elegir el futuro educacional de sus hijos.

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