Como en los viejos tiempos, la derecha empresarial se cuadró con el dictador
Christian Palma |
La Nación |
Una de las pocas aristas que los -cada vez menos- adherentes del fallecido dictador Augusto Pinochet seguían defendiendo públicamente fue su labor económica entre 1973 y 1989. Cada caso de muerte, tortura y violación de los derechos humanos o los escándalos financieros en bancos internacionales que comenzaron a salir a la luz en el último tiempo, se intentaban tapar con un dedo, al argumentar que, sin embargo, el ex gobernante de facto equilibró una economía desarticulada y muy deteriorada. Ayer, la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa) y la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC) trajeron a la memoria los años de esplendor del dictador, cuando al expresar sus condolencias tanto a la familia como al Ejército de Chile, calificaron a Pinochet como “ex Presidente de la República”.
“Al momento de su partida, y más allá de los legítimos sentimientos y juicios que puede tener la ciudadanía sobre su persona y gestión, los industriales chilenos creemos relevante reconocer y valorar la importante contribución que en materia económica realizó el Gobierno del general Pinochet en aras de ordenar una economía que estaba desarticulada y semidestruida a comienzos de la década de los años 70”, señaló la Sofofa.
La declaración añadió que a partir de 1973 “se inició un profundo proceso de modernización que permitió recomponer la institucionalidad republicana e impulsar a lo largo de los últimos 20 años un crecimiento sostenido de la actividad económica y del empleo, así como una reducción importante de los niveles de pobreza que el país incubó en décadas pasadas”.
En esa línea, el presidente de la CPC, Hernán Somerville -que hoy deja la patronal-, junto a uno de los postulante al sillón principal de la cúpula empresarial, Luis Schmidt (titular de la SNA), destacaron “los logros” económicos de la dictadura.
“(Pinochet) llevó al país a una bonanza económica”, señaló Somerville y destacó la modernización que sentó las bases del ordenamiento actual. Schmidt, por su parte, “reconoció” el rol histórico del gobernante de facto para implementar el modelo neoliberal. Acto seguido, destacó que el empresariado “nunca dejó de lado al militar... Muy por el contrario... creo que Pinochet pertenece a la historia”.
Otro que comentó el deceso del dictador fue el presidente de la Asociación de Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), Guillermo Arthur. “Dentro del legado social (de Pinochet) está el cambio previsional, que estaba totalmente quebrado, e implementó un sistema pionero en todo el mundo”, dijo. Por su parte, Pedro Corona, líder de la Cámara Nacional de Comercio (CNC), redondeó las opiniones al resaltar los logros del país. “El Gobierno militar hizo las transformaciones que permitieron a Chile hoy en día tener en el exterior 3.500 millones de clientes”.
Contrarios
Una visión distinta es la que esbozó el conocido empresario Roberto Fantuzzi, quien criticó el modelo económico imperante en esa época. “Hubo aciertos, pero con un alto costo social. No hay que olvidar que hubo periodos de hasta un 30% de cesantía y se crearon el PEM y el POJH para paliar eso”, dijo.
Esa afirmación la tomó Arturo Martínez, presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), quien fustigó la “supuesta” obra de Pinochet.
“Él entregó a los empresarios la fuerza para negarles los derechos a los trabajadores, perseguir los sindicatos, ganar plata sin ningún contrapeso y humillando a la gente”, comentó.
El líder sindical, que estuvo relegado por la dictadura en Chañaral, no escondió su malestar por la actitud mostrada ayer por los privados. “Me parece que los empresarios no aprendieron nada de lo que pasó en este país. Ellos vivieron cómodos durante 17 años amparados por las bayonetas. No me extraña que estén llorando a Pinochet, porque añoran los privilegios que les entregó”, dijo.
Señaló además que el fallecido dictador “trajo odio, muerte y tristeza a miles de chilenos, y particularmente a los trabajadores. Son 318 compañeros sindicalistas detenidos y desaparecidos, de los cuales a muchos de ellos todavía no encontramos. No es un momento para regocijarse, es para reflexionar frente a un señor que usó la fuerza para pisotear la dignidad de los chilenos”, concluyó.
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