La trama secreta de cómo el supuesto oro de Pinochet llegó a la justicia chilena
La Nación |
Jorge Molina Sanhueza
El supuesto consultor Alan Landry se encontraba un par de semanas atrás en su casa de Santa Mónica, California, Estados Unidos, cuando un correo electrónico llegó a su bandeja de entrada. Como es costumbre en su trabajo, lo abrió y observó que, de manera adjunta había una serie de documentos y una proposición de venta de más de nueve toneladas de oro de 99,9 por ciento de pureza depositadas en el Hong Kong Shangai Bank (HSBC).
Su labor como consultor del CCI-Group, presunta empresa de brokers de oro, es analizar la autenticidad de los documentos y certificados para una transacción. Al revisar con detención la propuesta reparó en la identidad del dueño de los papeles: era Augusto Pinochet Ugarte.
De inmediato informó a su contralor Gerald Drown y le reenvió el e-mail para que diera su opinión al respecto.
Drown los observó con detención y llamó de vuelta a Landry, indicándole que llevara la información al consulado de Chile en Los Ángeles y entregara la información.
Landry así lo hizo y mediante una declaración, donde dejó su nombre y número de teléfono, entregó los antecedentes y una copia de los certificados que le envió un tal Kevin Shani, quien a su vez les aseguró que tenía un patrocinio para vender el oro.
La Nación se comunicó telefónicamente con Al Landry, al mismo teléfono que dejó en el consulado de Chile en Los Ángeles.
“Puedo dar fe de que esos documentos, por la experiencia que tengo en este mercado, son absolutamente reales”, aseguró Landry.
El contralor
Para confirmar sus dichos, Landry entregó el teléfono en Tucson, Arizona, de su presunto contralor, Gerald Drown.
Este último confirmó los dichos y los hechos y agregó: “Cuando ví los documentos llamé de vuelta a Landry y le dije que la compañía no hacía negocios con criminales”.
“Le señalé que debía entregar los antecedentes al consulado chileno de Los Angeles, porque el Gobierno y la Justicia chilena deben rescatar su oro que pertenece al pueblo de Chile. Y los documentos están a nombre de Pinochet”, explicó Drown.
Los papeles fueron posteriormente remitidos a la Cancillería el pasado 13 de octubre, que a su vez los envió al ministro Juan González, quien tramita el caso Riggs, y al Consejo de Defensa de Estado (CDE). Este último organismo pidió a la justicia que se envié un oficio al banco en cuestión y se decreten medidas cautelares, si es que existen los más de mil lingotes a nombre del ex dictador, avaluados en más de 170 millones de dólares.
De acuerdo con los antecedentes recabados por este diario los documentos que mantiene en su poder el tribunal alcanzan a 26 páginas.
En ella aparece además que el supuesto oro tiene una ley de 99,9 por ciento de pureza. También el número de serie de los lingotes y que fueron fabricados en Bélgica.
Los primeros depósitos, según estos papeles, habrían sido hechos en julio y noviembre de 1980 en el HSBC.
Asimismo, existe un certificado de la empresa de valores alemana Schell Security GmbH notarializado el 16 de diciembre de 2004.
Bodegaje
Landry sospecha que el supuesto oro de Pinochet estaría en las bóvedas del HSBC en Singapur. “Los depósitos en oro no generan intereses, pero si se deben pagar una fuerte renta anual por el bodegaje. No tengo claro si se han pagado las tarifas al banco en los últimos 26 años. En tal caso, el propio banco descontaría esos dineros”.
En tanto ayer la solicitud presentada por el CDE para que la Quinta Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago revoque la orden de no innovar que mantiene paralizada el caso Riggs, no se incluyó ayer en la tabla que debían resolver los tres magistrados.
Según trascendió ayer en tribunales, la petición quedaría pendiente para hoy, donde los ministros Alfredo Pfeiffer, Haroldo Brito y un abogado integrante deberían analizar los hechos y revocar la medida o bien autorizar al juez Juan González para que decrete medidas sobre los supuestos lingotes de oro. LN
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