Chávez llama a embajador Delgado
Finalmente el gobierno venezolano respondió a la carta de malestar de la cancillería por las declaraciones del embajador Víctor Delgado y fue el propio presidente Hugo Chávez quien afirmó que llamó para “conversar” al diplomático.
"He indicado al canciller (Nicolás Maduro) que llame a nuestro embajador en Santiago a conversar con él, esa es la única decisión que he tomado hasta ahora", dijo Chávez en el palacio presidencial de Miraflores.
Sostuvo que Delgado "es un buen hombre, es un hombre serio, muy respetuoso, es un caballero nuestro embajador en Santiago, pero como hay algunas implicaciones acerca de los que él ha dicho, lo mejor es llamarlo para conversar con él".
La Cancillería nacional planteó recientemente su molestia por las declaraciones del embajador Delgado, este acusó a la Democracia Cristiana de “tener con Chávez la misma actitud que tuvo con (Salvador) Allende”, recordando la oposición que hizo la falange al Gobierno de la Unidad Popular. Subrayó, además, que la DC apoyó el efímero golpe de Estado que derrocó por algunas horas a Chávez en abril de 2002 y recordó que cuando la hoy timonel DC Soledad Alvear era canciller, Chile emitió una declaración de “apoyo al golpe” que después secundó el Departamento de Estado norteamericano. Las críticas de Delgado también alcanzaron al esposo de la presidenta falangista, Gutenberg Martínez, pues -de acuerdo al embajador- es presidente de la ODCA, entidad de partidos decés del continente que prestó su respaldo al quiebre constitucional en Caracas en 2002.
Como era de esperar estos dichos generaron malestar en el gobierno que en voz del ministro subrogante de Relaciones Exteriores, Alberto van Klaveren, entregó una declaración en que manifestaba que las opiniones del diplomático se apartaban “de toda práctica diplomática”, agregaba el texto que “el embajador de Venezuela se ha inmiscuido en asuntos internos del país”, razón por la cual “el Gobierno de Chile espera que las autoridades de Venezuela adopten las medidas necesarias para que estos hechos no afecten las relaciones de amistad y cooperación entre ambos países”.
Y aunque luego Delgado dijo que había sido “malinterpretado”, el Ejecutivo se remitió a la carta en que deja claro que ya no es bien recibido.
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