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T r i b u n a c h i l e n a

Movimiento Obrero

Los trabajadores están de vuelta

Por  Ivan Vitta  

En los últimos años hemos asistido a un sostenido aumento de la lucha reivindicativa de los trabajadores chilenos. En los seis años transcurridos desde el 2006, ha habido un crecimiento constante de las huelgas, tanto legales como ilegales, por mejoras salariales y de las condiciones laborales. Este es un hecho de importancia capital, pues la lucha reivindicativa es la base para el paso a formas de lucha de mayor calado estratégico e histórico, que instalen a los trabajadores en la disputa política primero y permitan pensar en la construcción de una alternativa social al capitalismo posteriormente. 

El nuevo período fue abierto por las grandes luchas de los trabajadores subcontratistas del cobre y forestales, quienes sobrepasaron la legalidad del código del trabajo pinochetista, nunca modificado por los gobiernos de la Concertación, e impusieron en los hechos la negociación inter empresa. La represión del “gobierno ciudadano” de Michelle Bachelet cobró la vida del obrero forestal Rodrigo Cisternas en mayo del 2007.

Este período de alza de la lucha sindical sucede a un período de depresión de las luchas. En el período 1998-2005, considerando sólo las huelgas legales, hubo un promedio anual de 12 mil trabajadores en huelga; en el período 2006-2011, dicha cifra se elevó a 21 mil trabajadores por año. El número de huelgas pasó de un promedio de 109 por año en el período 1998-2005 a 161 en el período 2006-2011.

Dicho período de depresión sucedió a su vez a un período de alta pero declinante movilización de los trabajadores. Las grandes luchas populares contra la dictadura prosiguieron a principios de los 90 tras la instalación del régimen civil contemplado en la Constitución de 1980. Pero el compromiso de las principales fuerzas políticas sindicales y de su organización, la CUT, con los gobiernos concertacionistas fue mermando la lucha, en la medida que los dirigentes iban comprometiéndose cada vez más con la mantención de la gobernabilidad.

Este nuevo período de alza de la lucha reivindicativa se produce fundamentalmente por la continuada profundización de las contradicciones del capitalismo neoliberal chileno. En los años 90, las altas tasas de crecimiento del producto permitieron simular esas contradicciones, expresadas fundamentalmente como un crecimiento de la desigualdad social, fenómeno que a su vez es la expresión del crecimiento de la explotación de los trabajadores.

Sin embargo, las motivaciones económicas no bastan para explicar este resurgimiento de la lucha sindical, pues si así fuera éste habría comenzado mucho antes. La explicación está en la interacción del sindicalismo con el sistema político a partir de 1990.

El sindicalismo en los 90 y hasta el 2005

Desde el inicio de los gobiernos civiles el grueso del sindicalismo, agrupado en la CUT, se subordinó al proyecto político de la Concertación y aportó en forma decisiva a la desmovilización de los trabajadores para asegurar la gobernabilidad del capitalismo neoliberal, ahora administrado por la oposición burguesa a la dictadura. A cambio, los gobiernos concertacionistas otorgaron una serie de prebendas a los dirigentes de la CUT, desde el ser reconocidos como únicos interlocutores válidos del mundo sindical hasta cargos remunerados en distintas comisiones creadas como parte de normativas laborales. En la práctica, la CUT se transformó en sindicalismo oficial, una mera extensión del Ministerio del Trabajo en el mundo sindical.

Los gobiernos de la concertación, actuando en coordinación con la CUT, se encargaron de reprimir, dividir o cooptar, según fuera necesario, cualquier brote de sindicalismo independiente o, por lo menos, más activo en la defensa de los intereses de los trabajadores. Los dineros del Ministerio del Interior y de la Secretaría General de Gobierno estuvieron siempre disponibles para comprar dirigentes; los dirigentes sindicales de la Concertación, a su vez, siempre estuvieron disponibles para venderse.

Lo anterior, más la clara opción política de la Concertación por los intereses empresariales, fue poco a poco desmovilizando y desmoralizando a los trabajadores organizados. Considerando sólo huelgas legales, en el período 1990-1993 hubo un promedio de 31 mil trabajadores en huelga al año; en el período 1994-1997 la cifra bajó a 21 mil;  en el período 1998-2001, llegó a 12 mil trabajadores, que se mantuvo en el período 2002-2005.

Esta fuerte tendencia a la disminución de la lucha reivindicativa de los trabajadores organizados tenía también componentes estructurales. Desde fines de los años 80 y durante los 90 se producen fuertes cambios en el trabajo asalariado, que se expresan en: a) cambios en la actividad económica,  disminuyendo algunas ramas, como la industria, y creciendo otras, como los servicios b) cambios en la relación laboral de los trabajadores con las empresas, creciendo el subcontrato c) precarización laboral.

Con el gobierno de Ricardo Lagos, empiezan a echarse las bases del resurgimiento de la lucha reivindicativa de los trabajadores. En primer lugar, porque las organizaciones sindicales empiezan a asimilar los cambios estructurales en el trabajo asalariado (p. e. organización de contratistas, de trabajadores de servicios y comercio, etc.); segundo, porque queda demostrado que el ala “progresista” de la Concertación es tan neoliberal como su ala demócratacristiana, lo que marca la distancia política entre sectores sindicales emergentes y la Concertación. De ahora en adelante, las fuerzas más dinámicas de los trabajadores organizados pueden avanzar sin el lastre político de las lealtades partidarias que amarraron al sindicalismo de la transición.

La recuperación de la lucha reivindicativa y organización de los trabajadores

En enero del año 2006 se efectúa la primera gran paralización de trabajadores contratistas del cobre, marcando el nuevo período de ascenso de la lucha económica de los trabajadores. Se trató de una paralización fuera del marco legal del código laboral de la dictadura y se logró imponer en los hechos la negociación multiempresa a CODELCO. Marchas masivas por las calles de las ciudades mineras, en especial Rancagua, epicentro del conflicto, cortes de rutas, tomas de recintos, incluyendo la Catedral de Rancagua, e incluso el descarrilamiento de trenes mostraron un grado de combatividad pocas veces visto durante la mal llamada “transición a la democracia”.  El mismo año se produce el estallido de la “Rebelión de los pingüinos”, lo que indicaba claramente que se estaba ante un nuevo período de la lucha popular.

El año 2007 fue el turno de los trabajadores forestales, en un conflicto que le costaría la vida al trabajador Rodrigo Cisternas, asesinado por carabineros. El año 2008, los subcontratistas del cobre vuelven a la carga. En esa ocasión, la CUT jugó un rol claramente anti trabajadores, mostrando su careta como organización de defensa del statu quo y la gobernabilidad capitalista. El paro fue derrotado, pero constituyó un parte aguas entre las nuevas organizaciones de trabajadores y las organizaciones burocráticas a la cabeza de la cuales se encuentra la CUT.

La CUT, Central Unitaria de Trabajadores, no tiene ninguna relación con la antigua Central Única de trabajadores fundada por Clotario Blest en 1953. Esta CUT nace en 1988 a partir de un acuerdo político entre los principales partidos de oposición a la dictadura, la DC, el PS y el PC; desde el comienzo fue una mesa político-sindical donde las decisiones finales se acordaban entre los partidos de acuerdo a sus propios intereses políticos, que cada vez más empezaron a estar en contradicción con los intereses de los trabajadores.

Por ese carácter de mesa político-sindical, la CUT jamás contó con un sistema democrático de elección de sus dirigentes. El sistema electoral indirecto está diseñado para favorecer el fraude masivo, la sobrerrepresentación artificial y las organizaciones fantasmas. Por eso jamás la CUT tuvo ninguna convocatoria real entre los trabajadores, como quedó lastimosamente demostrado este año 2012 con una marcha convocada contra el salario mínimo a la que llegaron apenas 500 personas. En las elecciones de este año de la CUT, los dirigentes sindicales “votaron” por cuenta de 700 mil trabajadores, cuando los cálculos estiman que la central no tiene una afiliación superior a los 250 mil trabajadores. Como reconoció el dirigente PC Cristián Cuevas, las elecciones de la CUT son un gigantesco “fraude”.

Frente a esa organización sindical burocrática, ha crecido la organización clasista de los trabajadores chilenos. Organizaciones como el Siteco, la Unión Portuaria del Bío-Bio, el SINTRAC y muchas otras han venido a sumarse en los últimos años a otras formadas durante los años 90, como la CGT.

Las organizaciones clasistas han visualizado claramente la necesidad de avanzar en un proceso de unidad de dichas fuerzas, que permita potenciar las luchas de los trabajadores y enfrentar la política de contención de las organizaciones burocráticas, pero hasta ahora los esfuerzos realizados en ese sentido no han rendido los resultados esperados. Las diferencias sobre organización y objetivos de los trabajadores han sido hasta ahora un obstáculo para la unidad; además, tras varias organizaciones hay proyectos políticos celosos de proteger su “nicho” de trabajadores, una práctica que recuerda las de los partidos de la CUT.

Avanzar hacia la presencia política de los trabajadores

La lucha reivindicativa es la base sobre la que puede levantarse la lucha política de los trabajadores. En Chile, como en casi todo el mundo capitalista, los trabajadores han sido expulsados del espacio político que ocuparon hasta los años 70 dentro de las democracias burguesas. Con ello, perdieron una importante vía de acceso a las mayorías populares y nacionales, base a su vez para la posibilidad de construir un bloque de fuerzas capaz de levantar un proyecto de superación del capitalismo.

En el último período también se han desarrollado iniciativas de parte de las organizaciones clasistas que apuntan a demandas políticas hacia el Estado. La de mayor éxito organizativo hasta ahora es la coordinación por la Renacionalización del Cobre, demanda que ha sido ligada a la necesidad de financiar otras demandas que han emergido desde los movimientos sociales, como las demandas por educación gratuita o de financiamiento de la vivienda social. En Julio, dicha iniciativa convocó a marchas y actos en varias ciudades por la renacionalización del cobre.

En esta materia, no obstante, también hay profundas diferencias estratégicas y tácticas entre los distintos actores del movimiento sindical. No existe un proyecto político hegemónico que sea capaz de arrastrar a todos a un proceso unitario, por lo que las diferencias políticas no tienen hasta ahora solución. Hay fuerzas que apuestan a la acción directa y aspiran a acumular fuerza al margen del Estado, sin ni siquiera plantearse la lucha por demandas democráticas mínimas como el fin del código laboral de la dictadura; otras fuerzas no comparten esa lógica infantilizada y visualizan claramente que la potencia hegemónica del Estado capitalista no puede ser simplemente ignorada.

El movimiento sindical es uno de los componentes principales de la clase trabajadora y tiene un rol estratégico en una perspectiva anticapitalista. El ascenso de las luchas reivindicativas de los trabajadores chilenos es, aunque insuficiente aún, claro y firme; las contradicciones estructurales del modelo capitalista neoliberal en Chile, que cada vez se manifiestan con mayor fuerza, seguirán empujando a los trabajadores a la lucha. Superar la fragmentación de las organizaciones clasistas y concordar un camino de lucha y unidad es la tarea principal del momento.

Iván Vitta 





Graficos de Ivan Vitta en base a información de huelgas de la Dirección del Trabajo

La nefasta división entre lo social y lo político

Por Juan Luis Berterretche 
 

 

En un primer momento pudo pensarse que las crisis de las centrales obreras que se arrastraban desde fines del siglo anterior, tenían que ver con la “acumulación flexible” al decir de Harvey /1. Es decir con la aplicación de la “globalización” y el “neoliberalismo” y la producción en masa de trabajadores superfluos e informales a partir de los 70, que debilitaban la sindicalización Pero hay razones más profundas. Nos referimos a la aceptación, desde hace más de un siglo de un paradigma que la historia de los fracasos del siglo XX ha demostrado funesto. Se trata de la división entre “brazo político” y “brazo sindical” que inició la socialdemocracia a fines del siglo XIX y que continuó en los partidos obreros reformistas o no, sean socialdemócratas, comunistas, del trabajo, etc.

El precio pagado por esa división sindicato-partido fue el debilitamiento de la potencialidad de lucha de los trabajadores, causado por la aceptación del parlamento como el único ámbito donde enfrentar la dominación del capital. En términos prácticos, significó la división catastrófica del movimiento de los trabajadores en los denominados “brazo político” y “brazo sindical” con la ilusión de que el “brazo político” podría representar, en su acción legislativa, los intereses de la clase trabajadora organizada en las empresas industriales capitalistas en sindicatos de cada rama del “brazo sindical”. Pero, con el pasar del tiempo, todo resultó de forma opuesta. El “brazo político”, en vez de usar su mandato político en defensa de los intereses de los trabajadores representando al “brazo sindical”, subordinó los sindicatos al parlamento, lo que en los hechos significó someterlo a la mecánica de las instituciones burguesas y a través de éstas a la política estratégica del Capital /2.

Ese nefasto paradigma en ningún momento proyectó al “brazo político” como impulsor de la lucha de los trabajadores como clase. Los mantuvo dentro de los límites de las demandas sociales que no ponían en riesgo la acumulación del Capital. Al tiempo que amputó los intereses políticos de los trabajadores y confinó a los sindicatos a las luchas estrictamente reivindicativas económicas del trabajo. De esta manera los supuestos “representantes parlamentarios del trabajo” lograron imponer a sus representados una imposición vital para el Capital: que fuera inadmisible en las “sociedades democráticas” cualquier actividad sindical -y por extensión social- que tuviera objetivos políticos.

Las organizaciones de “intención revolucionaria” del siglo XX aceptaron este modelo. Se limitaron a criticar el reformismo sindical y el cretinismo parlamentario sin comprender que ambas formas de actuación estaban implícitas en la división sindicatos/partidos como parte de un triángulo que se cerraba con el parlamento para resultar funcional al capital.

Esa separación educó a los trabajadores organizados en los sindicatos a no ir más allá de las reivindicaciones que no ponían en cuestión la dominación del capital y circunscribió la actividad de los partidos obreros reformistas en el parlamento a una aceptación explícita o implícita del comando del Capital.

Los dos pilares de la acción de clase de los trabajadores en occidente –partidos y sindicatos- están en realidad inseparablemente unidos a ese tercer miembro del conjunto institucional global: el Parlamento, que forma el tándem de Sociedad civil/Estado político y se torna aquel “círculo mágico” paralizante del cual parece no haber salida. Tratar los sindicatos junto con otras (mucho menos importantes) organizaciones sectoriales, como si perteneciesen, de alguna manera, apenas a la “sociedad civil” y que, por tanto, podrían ser usados contra el Estado político para una profunda transformación socialista, es un sueño romántico e irreal. Esto es así porque el círculo institucional del Capital, en realidad, es hecho de totalizaciones recíprocas de la sociedad civil y del Estado político, que se inter-penetran profundamente y se apoyan poderosamente una en otro /3.

La crisis de las centrales sindicales y el fracaso de los partidos obreros con influencia de masas en las últimas décadas, es el hundimiento de esa división. Es el resultado de persistir en el sostén de ese anacronismo histórico negativo. Como contracara, los nuevos movimientos sociales que rechazan ceder su representación política a los partidos de izquierda, expresan la negación a más de un siglo de derrotas de la división entre “brazo sindical” y “brazo político” que culmina en el Parlamento aceptando la jefatura del Capital.

Y esto es así porque: el Capital es la fuerza extra-parlamentaria por excelencia que no puede ser políticamente limitada en su poder de control socio-metabólico del sistema capitalista. Esa es la razón por la cual la única forma de representación política compatible con el modo de funcionamiento del Capital es aquella que niega la posibilidad de contestar su poder material. Y, justamente por ser la fuerza extraparlamentaria por excelencia, el Capital nada tiene que temer de las reformas decretadas en el interior de su estructura política parlamentaria /4.

La acumulación de frustraciones del siglo XX demuestra que el parlamento es el más inocuo escenario para batallar contra el Capital. Esta situación se agrava en la actual etapa de crisis crónica del Capital, cuando éste no tiene condiciones de ceder ni mínimos beneficios, derechos o libertades a la clase que se le opone. Con el consiguiente acomodamiento de los representantes parlamentarios del trabajo, sobre los que cada vez más, prima el oportunismo.

El poder extra-parlamentario del Capital sólo puede ser enfrentado por la fuerza y por el modo de acción extra-parlamentario del trabajo en todas sus formas. Sólo un vasto movimiento de masas radical y extraparlamentario puede ser capaz de destruir el sistema de dominio social del Capital /5.

Daniel Bensaid y sus “Teoremas”

Daniel Bensaid en Teoremas de la resistencia a los tiempos que corren, a mediados de la década pasada, nos decía que estábamos “frente a una doble responsabilidad: la transmisión de una tradición amenazada por el conformismo y la exploración de los contornos inciertos del futuro”. ... “Más allá de las diferencias de orientación y de las opciones a menudo intensas, el movimiento obrero de esa época (refiriéndose al siglo pasado) presentaba una unidad relativa y compartía una cultura común. Se trata, hoy en día, de saber qué queda de esta herencia, sin dueños ni manual de uso”....“Hemos iniciado entonces el peligroso tránsito de una época a la otra y nos encontramos en el medio del río, con el doble imperativo de no permitir la pérdida de la herencia y de estar dispuestos a recibir lo nuevo a inventar”/6.

De todos los temas de la tradición obrera que enumera Bensaid, nos centraremos en las relaciones partidos-sindicatos-parlamento porque es allí que encara al sujeto social y su relación con la política.

Para Bensaid: “La lucha política no se disuelve en la lógica del movimiento social. Entre la lucha social y la lucha política, no hay ni muralla China ni compartimentos estancos. La política surge y se inventa dentro de lo social, en las resistencias a la opresión, en el enunciado de nuevos derechos que transforman a las víctimas en sujetos activos”/7. Lo primero que debemos preguntarnos es ¿existe una “lógica del movimiento social” que nos impone la división entre “brazo sindical” y “brazo político” del movimiento del trabajo?

Cuando Hegel definió a la libertad como conciencia de la necesidad nos estaba diciendo lo mismo que con total acierto afirma Bensaid: que la “política surge y se inventa dentro de lo social” pues es en la experiencia de la opresión, en las luchas contra la explotación que se formula la “conciencia de la necesidad”, se enuncian nuevas libertades y los sujetos se ponen en movimiento para conquistarlas. Comencemos por tener claro entonces, que la política del trabajo no nace en las cúpulas de las organizaciones políticas de la izquierda, ni en la cabeza de los líderes carismáticos sino en el propio seno de la praxis social. La política no es entonces un producto de la elucubración separada de la realidad sino un fruto de la acción de masas.

Sigamos el razonamiento de Bensaid: “Sin embargo, la existencia de un Estado como institución separada, a la vez encarnación ilusoria del interés general y garante de un espacio público irreductible al apetito privado, estructura un campo político específico, una relación de fuerzas particular, un lenguaje propio del conflicto, donde los antagonismos sociales se manifiestan en un juego de desplazamientos y de condensaciones, de oposiciones y de alianzas. En consecuencia, la lucha de clases se expresa allí de manera mediada bajo la forma de la lucha política entre partidos”/8. Es esa “manera mediada bajo la forma de lucha política entre partidos” la que está en cuestionamiento hoy por innumerables movimientos sociales. ¿Debemos aceptar el escenario del Estado como “encarnación ilusoria del interés general”, que por otra parte con las privatizaciones y la diseminada corrupción ha dejado de ser “espacio público irreductible al apetito privado”, como el único campo político posible? ¿Debemos aceptar las reglas del juego de la democracia burguesa como la escena privilegiada del accionar político del trabajo?

En el caso de Latinoamérica: con Estados que criminalizan los reclamos sociales o que directamente asesinan campesinos, indígenas y militantes sociales poniéndoles el rótulo de terroristas; o que permiten que esos crímenes se realicen con impunidad; o que reprimen a los estudiantes que luchan por una educación pública gratuita y a los trabajadores rurales sin tierra que exigen la aplicación de la reforma agraria en toda América Latina y el Caribe. Con un sistema político envilecido por la impunidad de la corrupción y el nepotismo a todos los niveles y en todos los países, incluidos los antiguos partidos de izquierda luego de la instauración de gobiernos “progresistas”; un sistema de partidos que en todo su espectro claudica al neoliberalismo y a las multinacionales. Y todo esto en un panorama continental de cuestionamiento de la mayoría de la población a las instituciones de dominación burguesas-imperialistas -que en varios casos han llegado al colapso frente al empuje popular-; ¿debemos seguir atados a la “manera mediada bajo la forma de lucha política entre partidos”? ¿Entre cuáles partidos? Ya que son casi inexistentes o testimoniales los que intentan defender los intereses de los sectores populares.

Continúa diciendo Bensaid: “Ya que la dialéctica de la emancipación no es un río largo y tranquilo: las aspiraciones y las expectativas populares son diversas y contradictorias, a menudo divididas entre la exigencia de libertad y la demanda de seguridad. La función específica de la política consiste precisamente en articularlas y conjugarlas”/9.

Los movimientos sociales continentales empiezan a demostrar en algunos casos, su capacidad de articular y conjugar las “aspiraciones y expectativas populares” y estructurarlas en un programa común. Los organizadores y movilizadores sociales obtendrían mucho mejor resultado y se sentirían más realizados si se integraran en estos movimientos y se dedicaran a la tarea de ayudar a formular sus necesidades y a impulsarlos y aglutinarlos bajo sus demandas. Abandonando la desgastante tarea de autoconstrucción de pequeñas organizaciones políticas, repitiendo fórmulas obsoletas.

Estamos hablando de un nuevo sujeto social-político que toma conciencia de sus necesidades y las articula en el plano social y las conjuga en el plano político. De lo que hablamos es que adquiere relevancia y urgencia la necesidad de contraponer a la fuerza destructiva extra parlamentaria del capital la correcta acción extra parlamentaria de un movimiento socialista radicalmente re-articulado.

Como lo atribuye a Laclau, Bensaid no renuncia al horizonte de unificación de lo social y lo político. Por el momento nos describe un panorama contradictorio: “¿Movimientos acéfalos, reticulares, rizomáticos, obligados por las derrotas a quedar acorralados en una interiorización subalterna del discurso dominante? Pero también redespliegue del movimiento social en los diferentes ámbitos de la reproducción social, multiplicación de espacios de resistencia, afirmación de su autonomía relativa y de su temporalidad propia. Todo esto no es negativo si se va más allá de la simple fragmentación y se piensa en la articulación” /10.

El paisaje continental nos da algunas pautas alentadoras. En las revueltas populares de los últimos años se pudieron detectar organizadores y movilizadores social-políticos junto a sus propios movimientos, trascendiendo los límites que les adjudica la democracia burguesa y lanzándose con éxito a “articular” y “conjugar” las demandas en el plano político. Quizá el horizonte de unificación no esté tan lejano sí -en las palabras y en los hechos- caminamos decididos hacia él.

Algunos ejemplos del nuevo sujeto social-político continental

Los campesinos de Chiapas –organizados en el EZLN- eligieron un camino diferente. En silencio defienden sus territorios del gobierno y las corporaciones y salvaguardan sus producciones de los intentos destructivos del mercado. Y por ese camino han crecido y se han fortalecido. Y antes, en medio de un proceso electoral se propusieron- “escuchar abajo” a los sujetos socio-políticos explotados, discriminados, segregados, para que, a partir de su autonomía, establezcan las bases de un programa anticapitalista, como “proyecto de nación”. Y evitaron el derroche de esfuerzos de participar en elecciones digitadas y manipuladas por el imperio. Que es de lo que se compone hace décadas la política mexicana.

Esto no quiere decir que se descarte en absoluto ni la participación electoral ni la intervención parlamentaria. Pero debemos aprender de las últimas experiencias continentales en ese sentido. Los cocaleros del Chapare, los indígenas de Omasuyo, los pobladores de El Alto y otras innumerables organizaciones sociales y étnicas de Bolivia, optaron por el escenario electoral para disputar el gobierno con todos los partidos del sistema. Pero esto, sin delegar la formulación de su programa ni su representación en los políticos profesionales que estafaron sistemáticamente sus esperanzas. La intervención electoral en Bolivia se realizó sobre la base de un enorme movimiento social que representaba a los pueblos originarios que, a su vez, son mayoría en el país. Y con el antecedente inmediato de un enfrentamiento al Capital violento y extenso en términos de territorio y de tiempo. Cortes de carreteras, invasión de haciendas y/o bloqueo de ciudades, asedio a los parlamentos oligárquicos, derrocamiento de dos presidentes lacayos del imperio, huelgas y piquetes, choques violentos entre la población y el aparato represivo. Y en esos choques, tanto ejército como policía tuvieron síntomas de disgregación. Fue esta decisiva batalla del movimiento popular la que terminó imponiendo por primera vez en 500 años un presidente aymara –Evo Morales- en un país de población mayoritariamente indígena. En un proceso electoral en el marco de una clase capitalista vapuleada. No en unas elecciones bajo el pleno control de una burguesía estable o a la ofensiva. Por eso fue una gran conquista democrática que se extendió en luchas por el reparto o recuperación de tierras, en defensa de la soberanía sobre los recursos naturales y contra el imperialismo hegemónico.

Como explica el vicepresidente García Linera: “El primer componente central del “evismo” es una estrategia de lucha por el poder fundada en los movimientos sociales. Esto marca una ruptura con las estrategias previas que ha conocido nuestra historia política y buena parte de la historia política continental y mundial. Anteriormente, las estrategias de los sectores subalternos estaban construidas a la manera de una vanguardia política cohesionada que lograba aglutinar en su base social a estos movimientos.”...“En otros se trató de una vanguardia política democrática-legal o armada que lograba arrastrar o empalmarse con movimientos sociales que la catapultaban”...”El “evismo” modificó ese debate, al plantearse la posibilidad de que el acceso al poder sea obra de los propios movimientos sociales”/11.

Es que en Bolivia, desde la guerra del agua en Cochabamba se venía conformando un movimiento social-político que no separaba las demandas sociales de las políticas, porque no era parte de la tradición europea del brazo sindical/brazo político. La participación de los pueblos originarios en luchas nacionales no divide su programa en mínimo y máximo. Esta división es una tradición que las corrientes socialistas urbanas del continente heredaron de la socialdemocracia europea y los partidos comunistas, que al dividir en sindicatos y partidos la acción del trabajo, consiguió fraccionar el programa en uno mínimo que abarcara las reivindicaciones posibles de obtener bajo el Capital, que se adjudicaba como tarea a los sindicatos, y se gestionaban en las instituciones burguesas y un programa máximo que conduciría al Socialismo, que se mencionaba en los aniversarios y podía postergarse para un futuro lejano e incierto.

No nos vamos a extender en todos los ejemplos, pero recordemos que en Ecuador el proceso electoral que llevó a Correa a la presidencia fue posterior al derrocamiento de tres presidentes por un movimiento popular movilizado que tenía contra las cuerdas a una burguesía en descomposición. Y en Venezuela la consolidación del proceso de cambios iniciado por Chávez se concreta luego que el movimiento de los pobladores de las barriadas pobres suburbanas de Caracas invadió las calles y derrotó un golpe imperialista, rodeando con multitudes enfurecidas el Palacio de Miraflores y exigiendo el retorno del presidente depuesto.

El Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) en el 2005, se desplazó a pie doscientos kilómetros de Goiania a Brasilia en una Marcha Nacional por la Reforma Agraria, para presentar al gobierno Lula un programa económico contrario a la orientación neoliberal que aplica el gobierno del PT. Y el mismo año realizó en varios estados, una coordinación de movimientos sociales contra el modelo económico, “demostrando la capacidad de los movimientos de pensar más allá de las pautas específicas de reivindicación”, como remarcaron en su mensaje del 06 de enero del 2006. El MST es independiente de la central de trabajadores (CUT) y del PT. Y se opone a la orientación de favorecer la expansión de las agro-industrias que en la actualidad impulsa el gobierno del PT /12.

Organizaciones sociales y militantes políticos de Uruguay, sumaron sus esfuerzos en un frente por la defensa del agua. Plebiscitaron y aprobaron una reforma de la constitución (octubre del 2004) –por primera vez en el mundo- que impide por ley la privatización de ese elemento vital. Su conquista fue luego en parte burlada porque el movimiento que impulsó el plebiscito del agua no tuvo continuidad en otras luchas y otras demandas y se disolvió en medio de las expectativas ilusorias creadas por las posibilidades electorales del Frente Amplio. Esta experiencia nos subraya la necesidad de que los movimientos sociales no deleguen en dirigentes o partidos de “izquierda” sus expectativas políticas y asuman directamente sus intereses, sin mediadores que luego resultan agentes del enemigo. Debieron pasar ocho años para que recién en 2012 un nuevo importante movimiento contra la mega-minería a cielo abierto y en defensa de la tierra y los bienes naturales esté en un proceso alentador de acumulación social-política /13.
Sin embargo, parte de la izquierda que rechaza al Frente Amplio, se distrae preocupándose sobre como participar en el próximo proceso electoral, debatiendo y evaluando nuevas fórmulas políticas, hasta ahora ausentes de bases populares reales. Es momento de apoyar la acción creativa programática de los movimientos que tienden a conformarse como social-políticos y que aceptan como punto de partida la reforma agraria, hoy la principal consigna revolucionaria continental.

En la República Argentina, provincia de la Rioja, los pobladores del valle de Famatina /14 -un paraíso de producción de aceitunas y vides-, desde el 2006, se enfrentan a la mega-minera Barrick Gold y su proyecto minero en el cerro Famatina que intenta destruir glaciares y envenenar sus deshielos. Se lanzaron contra este proyecto minero, junto a los pobladores de Chilecito, Pituil y Campana con acciones de bloqueo de caminos para impedir que las multinacionales se instalaran en la cordillera de los Andes. Los pobladores de Andalgalá en Catamarca bloquearon también los accesos a los nevados de Aconquija en los Andes contra el proyecto minero de Agua Rica. Tenían la experiencia destructiva de la minera Alumbrera desde 1997 -emprendimiento de mayor producción de oro en Argentina- que venían denunciando desde años anteriores. En Chubut a mediados de diciembre 2012 la lucha de los ambientalistas logró suspender los planes mineros del gobierno provincial. Así como estos, innumerables enfrentamientos se desarrollaron y se siguen desarrollando en nuestra cordillera y lograron la imposición de una Ley de defensa de los glaciares y peri-glaciares, desvirtuada en parte por los parlamentarios del gobierno. Este fue un triunfo de movimientos, organizaciones ambientalistas y asambleas ciudadanas que tomaron un carácter nacional y asumieron las demandas políticas sin intervención de partidos.

Éstos son sólo algunos ejemplos de los movimientos que batallan en todo el continente. En Latino América y el Caribe hay 173 proyectos empresariales de minería a cielo abierto en donde intervienen 244 empresas diferentes. En su totalidad estas explotaciones están en conflicto con 212 comunidades indígenas afectadas. Los seis países con mayor cantidad de poblaciones originarias agredidas por la minería a cielo abierto son Argentina con 39 comunidades; Brasil y Chile con 34 cada uno; Perú con 32, Bolivia con 22 y Colombia con 20. Las principales causas de conflicto son: la expulsión o desplazamiento forzado de pobladores indígenas; la violación de derechos y leyes medioambientales; la contaminación de aguas y suelos por desechos mineros; la inundación de tierras; la contaminación por humos y las amenazas y engaños a la población local /15. Y a esto hay que sumar los conflictos por la expansión de las agroindustrias en el continente.

Como vemos, las variantes de trascender el espacio específico de lo social, de no aceptar el carácter de espacios estancos de lo social y lo político comienza a hacerse frecuente. ¿Por qué mantener como sacrosanto el ámbito político y aceptar como imprescindibles e ineludibles a los Parlamentos que no son más que teatros de sombras chinas de los antagonismos sociales? ¿A quién favorece sino al capital, ese inviolable acuerdo tácito?

Las agro-industrias y las mineras a cielo abierto, propiedad en su mayoría de transnacionales, están contaminando y destruyendo la biodiversidad del continente. Pretenden continuar en conflicto con las comunidades indígenas, los campesinos y trabajadores rurales sudamericanos y del Caribe y seguir provocando el desplazamiento forzoso de la población rural continental. De los diez países con mayor biodiversidad mundial, cinco están en Latino América y el Caribe: Brasil, Colombia, Ecuador, México, y Perú. Estos países también son hogares de los Andes, la zona con mayor biodiversidad del mundo.

Alrededor del 27% de los mamíferos del mundo viven en América Latina y el Caribe, así como también el 34% de su vegetación, 37% de sus reptiles, 47% de sus aves y el 47% de sus anfibios. El 40% de la vegetación del Caribe es única de esta zona /16. Todo este hábitat está amenazado con la extinción. Sólo una reforma agraria radical que termine con la privatización de la tierra y el agua y defienda el aire que respiramos, puede detener este ultimátum que nos da el Capital en su profunda crisis.

Hacia grandes movimientos social-políticos para enfrentar al Capital

Ese intento de volver a unir el movimiento popular en un solo brazo extra parlamentario de un movimiento socialista articulado alrededor de un programa radical, no se corporiza en los sindicatos clásicos continentales y sus centrales sino en un nuevo sujeto histórico que ha comenzado a estructurarse y generalizarse desde hace más de dos décadas. Y esa dinámica de volver a reunir lo que nunca debió ser separado es un precioso componente embrionario del nuevo sujeto social que ahora pretende conformarse como un sujeto social-político.

La negación de la división sindicatos/partidos pone en cuestión tanto la identidad sindical que se arrastra desde finales del siglo XIX, que tiene por límite los escenarios reivindicativos que no amenacen al Capital y que considera un hecho incontrovertible su complementariedad y subordinación a los partidos políticos, como la concepción de partido revolucionario con base social que heredamos del siglo pasado. La realidad nos indica que está descartada la estrategia de acumulación propia de un pequeño grupo político que durante décadas va ir ampliando su base social y aumentando su representación parlamentaria hasta llegar un momento en que pueda disputar el poder.

Tanto los partidos socialistas y comunistas como la gran mayoría de partidos de “intención revolucionaria” -de alguna forma hay que llamarlos- eran y son instrumentalizadores de los sindicatos y demás movimientos sociales. Militaban en ellos para coparlos. Y cuando en algunas excepciones los partidos autodenominados “revolucionarios” eligieron parlamentarios no pudieron escapar del “círculo mágico” paralizante sindicato/partido/parlamento. Cuando no se han pasado con armas y bagajes a la institucionalidad burguesa, se han transformado en “grupos testimoniales” que continúan repitiendo “mantras” del siglo pasado e intentando obtener mayoría en sindicatos y centrales que favorezcan sus estrategias de auto-construcción.

Esto no significa renegar totalmente de partidos y sindicatos en general, sino negar la concepción sindicato/partido/parlamento que heredamos del siglo pasado. Lo importante es que en esta nueva época histórica abramos una reflexión sobre esos organismos, sus limitaciones y el rol negativo que jugaron en su interrelación, respecto a los intereses de clase del trabajo. Somos conscientes que la última palabra al respecto la tienen los innumerables movimientos que están batallando hoy en nuestra América por mejorar el presente y defender el futuro de nuestras sociedades.

Lo importante es reconocer que en nuestro continente hay nuevas formas organizativas construidas por los trabajadores y el pueblo que nos permiten zafar de la nefasta división entre lo social y lo político.

En términos de demandas, desenvolver una fuerza suficientemente grande para desafiar con suceso a las huestes del Capital, implica unir movimientos diversos, en los enfrentamientos inevitables para la realización de finalidades y objetivos limitados, buscando siempre la forma de preservar la integridad de las perspectivas estratégicas sin perder contacto con las demandas, determinaciones y potencialidades inmediatas, que nos imponen las condiciones históricamente determinadas.

Este nuevo sujeto social-político continental también exige, así como la soberanía de sus decisiones en sus movimientos, la más absoluta democracia horizontal. Muchos veteranos activistas ya hicieron la experiencia con el supuesto centralismo democrático: una contradicción semántica que en la realidad siempre se resolvía en el sentido burocrático. Los integrantes de ese nuevo sujeto social-político están tomando consciencia de su forma colectiva de definir sus demandas y necesidades y por tanto también quieren resolver colectivamente sus pasos a dar. Se ha abierto un proceso en que se empieza a rechazar el sistema de las órdenes inapelables de los “jefes políticos” o la delegación de las decisiones en “dirigentes esclarecidos”.

Fidelidad a los principios socialistas y programas de acción viable y flexible para la diversidad de fuerzas de un amplio movimiento social-político que comparta los variados objetivos comunes de lucha y decida en democracia horizontal sus orientaciones y acciones. Esto es lo que están imponiendo los sectores populares en innumerables movimientos para luchar contra el sistema de acumulación del Capital en su etapa de crisis estructural crónica.

Notas:
1) Harvey, David The Condition of Postmodernity - Basil Blackwell Ltd. 1989.
2) Mészáros, István, Para Além do Capital, p. 833-834.
3) Ibíd. p. 834.
4) Ibíd. p. 856.
5) Antunes, Ricardo. Presentación de “Para Além do Capital” de István Mészáros, pág. 18.
6) Daniel Bensaid “Teoremas de la resistencia a los tiempos que corren” setiembre 2004. http://www.rebelion.org/docs/4578.pdf
7) Ibíd.
8) Ibíd.
9) Ibíd.
10) Ibíd.
11) García Linera, Álvaro (vicepresidente boliviano). Los fundamentos del “evismo”, Revista DEF n 9, p. 32, Argentina, mayo del 2006.
12) João Pedro Stedile, Conflicto Permanente , 16 de enero de 2013. http://www.advivo.com.br/blog/gunter-zibell-sp/conflito-permanente Publicado originalmente en la revista Carta Capital, Edición 730.
13) Este movimiento ya realizo tres grandes marchas nacionales y la última, el 11 de octubre de 2012, con diez mil personas y gran participación de pobladores del interior del país.
14) Ver Mapa de conflictos Mineros en http://www.mapaconflictominero.org.ar/provincias/la-rioja/famatina.html del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
15) Impacto de la minería en las comunidades indígenas latinoamericanas
https://www.google.com.br/searchhl=es&biw=982&bih=659&q=impacto+de+la+miner%C3%ADa+en+las+comunidades+ind%C3%ADgenas+latinoamericanas
16) De la Torre, Fajnzylber y Nash, , Desarrollo con Menos Carbono: Respuestas Latinoamericanas AL Desafío Del Cambio Climático. Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF)/Banco Mundial, Washington DC. 2009.

Peidro: “Y claro que este paro fue político”

Peidro: “Y claro que este paro fue político”

Por Carlos Saglul 

El secretario adjunto de la Central de Trabajadores de la Argentina, Ricardo Peidro, dice “claro que este fue un paro político”, al hacer referencia a declaraciones del dirigente del oficialismo, Hugo Yasky. Y en este sentido, opinó que no hay mucho espacio para “seguir con un relato progresista, cuando en realidad lo que se profundiza es un programa de ajuste”.

El dirigente de los visitadores médicos dijo desear que en algún momento el gobierno pueda escuchar, de lugar al diálogo, en vez de confrontar.

-¿Cuál es tu evaluación del paro y de la posterior reacción del Gobierno?

El paro sin lugar a dudas fue absolutamente contundente. Quedó en claro que la gente se siente identificada con la demandas que levantamos. Por otra lado, también fue evidente lo acertado de nuestra política de unidad en la acción con otras fuerzas sociales políticas, gremiales. En cuanto a la reacción del Gobierno, creo que el enojo, la reacción destemplada de la jefa de estado deja en claro que el paro dolió. Están preocupados. Me queda la esperanza, una vez más, que Cristina Fernández pueda reaccionar, entender el mensaje del pueblo trabajador. No se trata de confrontar por confrontar.

-¿Hay un cambio de etapa?

Me dio risa cuando escuché ayer a un dirigente que supo ser de la CTA y aparece ahora en todas las ceremonias oficiales aplaudiendo diciendo que éste paro es político. ¿Y qué paro no es político?. No es partidario en todo caso, pero sí político. Estamos pidiendo que se cambie la política económica en defensa de los trabajadores.

-¿Queda espacio para algún tipo de redistribucionismo sin una política impositiva equitativa?

Lo que pasa es que el relato progresista se cae como una máscara vieja cuando te das cuenta que en la Argentina la deuda, la crisis o como quieras llamarla la pagan cada vez más los trabajadores. Primero meten la Ley de ART más regresiva se se conozca, te reducen el salario familiar y a la vez que te ponen tope a los salarios en las paritarias, le descuentan Ganancias hasta a los jubilados. El IVA sigue siendo la principal fuente de ingresos, que no perdona ni a los desocupados.

- Y encima la inflación.

Así es, como si fuera poco la inflación continúa avanzando a pesar de que no quieran reconocerla. Se quedan con los fondos de las obras sociales. Pagan la deuda externa con financiamiento de la ANSES, pero le niegan el 82 por ciento móvil a los jubilados. Estamos hablando de un gran traslado de recursos desde los trabajadores hacia sectores que se siguen enriqueciendo. La especulación financiera no paga impuestos ni el juego mientras los casinos crecen como hongos. Las multinacionales mineras siguen la fiesta impositiva. Ya no se necesita ser un gran analista político para ver que el discurso va por un lado, y las acciones por el otro.

-¿Y si no hay diálogo?

Perdieron el manejo del conflicto social. Si no aceptan la realidad, esto irá cada vez peor. Y obvio, no queremos que pase. Ahora, ojo, vamos a dar pelea hasta que escuchen.

-¿Las diferencias con la gran concentración de días atrás?

La protesta a la que te referís me merece respeto. Es bueno aclarar no obstante que quienes fueron parte de nuestro reclamo venían detrás de propuestas claras. En algunos casos, hasta de un programa. Es importante como se entra a un conflicto pero también como se sale. Nuestra central salió fortalecida. 

Fuente: ACTA

Protesta de la CTA bonaerense: "Un presupuesto de hambre"

AJB - ACTA

El 31 de octubre, miles de trabajadores bonaerenses, entre ellos los judiciales nucleados en la Asociación Judicial Bonaerense (AJB-CTA), marcharon por La Plata en rechazo al Presupuesto 2013, que está por tratar la Legislatura. "No contempla las necesidades de todos los bonaerenses", afirmó Hugo Blasco.

Trabajadores judiciales, estatales, médicos y docentes marcharon por la ciudad de La Plata para manifestar su rechazo al Presupuesto provincial presentado por el gobernador Scioli. Una vez frente a la legislatura bonaerense, hicieron un acto y acampe a la espera del tratamiento del proyecto.

La columna estuvo encabezada por Hugo Blasco, Julio Ortellado, Oscar de Isasi, Hugo Godoy y Viviana García. También estuvieron presentes Carlos Chile, y el diputado nacional por Unidad Popular, Víctor De Gennaro, entre otras organizaciones políticas y sociales.

Durante el acto, Hugo Blasco, secretario General de la AJB y secretario de Derechos Humanos de la CTA, destacó que “esta jornada de lucha es motivo de orgullo de los trabajadores” y describió cómo este presupuesto de ajuste que pretenden aprobar, pauperiza aún más la situación de la Justicia provincial, que “de ninguna manera da respuesta a la demanda del pueblo. Es una Justicia que no tiene toda la organización que debiera tener: faltan juzgados, faltan defensorías, faltan trabajadores y faltan salarios dignos”.

Asimismo, Blasco recordó la larga lucha que llevaron adelante los trabajadores judiciales a comienzo de año: “Tuvimos tres meses de paro, y no tuvimos problemas en hacerlo a pesar que nos descontaron casi dos meses de sueldo. Y lo volveremos a hacer si es necesario porque nuestros derechos no se negocian”.

“Esta pelea, es una pelea política. El presupuesto es la expresión económica de una decisión política. Acá hay modelos de provincia, modelos de país que son contradictorios. Nos quieren imponer un modelo y usan como herramientas este presupuesto que están por tratar en la Legislatura”.

Por último, Blasco señaló que “el presupuesto tiene un alcance que va más allá del pago del sueldo a cada uno de nosotros. En el presupuesto está la suerte de millones de compañeros a lo largo de la provincia. Y el que presentaron tiene que ver con los verdaderos dueños del poder, los empresarios amigos y grupos económicos que también gobiernan la provincia a través de Scioli, de su gabinete y de algunos legisladores”. 

Micheli: "vamos a reventar las plazas de este país porque este pueblo no aguanta más"

Micheli: "vamos a reventar las plazas de este país porque este pueblo no aguanta más"

Inés Hayes (ACTA)

Con la presencia de organizaciones sociales, gremiales, políticas y estudiantiles, la CTA se movilizó esta tarde a las puertas del ministerio de Trabajo para denunciar que el Salario Mínimo, Vital y Móvil se fijará a espaldas de los trabajadores. Por otra parte, también se volvió a repudiar la violenta represión que la policía salteña cargó contra los trabajadores del Ingenio El Tabacal (Salta) quienes siguen exigiendo que los 57 compañeros que han sido despedidos sean restablecidos en sus puestos de trabajo.

El intenso frío de la tarde no impidió que organizaciones de trabajadores ocupados y desocupados, convocados por la CTA, se congregaran en Alem y Corrientes para marchar a las puertas del Ministerio de Trabajo a denunciar que la Central no fue convocada a la reunión del Consejo del Salario a la que sólo asistieron los empresarios, el gobierno y sus cómplices.

Ya en las puertas del Ministerio, Juan Carlos Giuliani, secretario de Relaciones Institucionales de la CTA nombró a algunas de las organizaciones presentes: “ATE, la Unión Solidaria de Trabajadores (UST), ANTA, la Federación Universitaria Argentina (FUA), la Federación Agraria Argentina (FAA), el MST, la CCC, Julio Fuentes, De Isasi, Vilma Ripoll, Néstor Pitrolla, Chiquito Ardura, Elías Moure”.

El primer orador fue Ricardo Peidro, secretario general adjunto de la CTA y secretario general del sindicato de los visitadores médicos de la Argentina: “Queremos destacar y relacionar algunas cuestiones como la solidaridad con los compañeros que están luchando en Salta por un salario mínimo acorde a la canasta familiar”. Peidro destacó también que a la hora de reprimir se pusieron todos de acuerdo: “el Gobierno de Salta, la representación del ministerio de Trabajo y los empresarios de El Tabacal”.

Antes de darle la palabra a Pablo Micheli, Peidro agregó que se acabó el tiempo de los discursos progresistas “que no tienen encarnadura en la realidad. El ajuste viene acompañado de represión pero el pueblo responde y se organiza”. El secretario general adjunto de la CTA llamó a seguir profundizando la organización de los trabajadores de cara al encuentro de trabajadores privados previsto para el 8 de septiembre en el estadio porteño de Ferro: “A desarmar esta farsa de los que están acá adentro y a seguir luchando”. El secretario de Relaciones Institucionales de la Central saludó la presencia de los movimientos sociales: “También estamos saludando al conjunto de los movimientos sociales que nos están acompañando esta tarde que están peleando para no seguir siendo discriminados por el gobierno porque al movimiento social que no está alineado con el gobierno, se le caen los planes, los subsidios y entonces como siempre en este país hay hijos y entenados. Ninguno de nosotros quiere vivir de un plan o de la dádi
va del gobierno sino de nuestro trabajo y de un trabajo digno, no tercerizado. Y después se dicen progresistas y nacionales y populares cuando siguen haciendo negocios con la Barrick Gold, con los Roggio, con los Urquía, con los Pagani, con las multinacionales de los Monsanto que se llevan todo y a nosotros nos dejan hambre y el medio ambiente envenenado”.

Mientras que en el interior del ministerio, el gobierno decidía un salario mínimo que no alcanza ni para llegar a la mitad del mes, afuera, en la calle, hombres, mujeres y niños acompañaban el reclamo de la CTA por un salario mínimo de 5 mil pesos.

“Somos conscientes de nuestras limitaciones, somos conscientes de que ojalá fuéramos 50 mil hoy acá, pero también somos conscientes que la peor marcha es la que no existe y la peor actitud es no estar en la calle”, dijo en su discurso Pablo Micheli, secretario general de la CTA. “Más temprano que tarde vamos a reventar las plazas de este país porque este pueblo no aguanta más esta burla” agregó entre los aplausos de todos y todas.

“Nosotros planteamos un salario mínimo de 5 mil pesos y por ahí se escucha a algún periodista decir que es demasiado si hoy está en 2300 y se va a discutir si llevarlo a 2.900. La verdad que nosotros no decimos cosas al azar, tenemos respuestas para eso: la cátedra de Nutrición de la UBA dice que para salir de la pobreza una familia tipo necesita no menos de 4.800, 5 mil pesos mensuales y el instituto que dirige Claudio Lozano ha hecho estudios en base a la verdadera inflación, no la que mide Moreno sino la que vemos nosotros todos los días en el supermercado y dice también que se necesita esa cifra para tener un salario más o menos digno”, explicó Micheli en su discurso.

El secretario general de la CTA dijo además que la Central propone una escala salarial del 1 al 10: “proponemos que 10 sea el sueldo máximo y que ese sueldo fuera el del presidente de la Nación, quién puede ganar más que el presidente, es irrisorio. Por eso proponemos ordenar que el presidente gane 50 mil que sea 10, y que el salario mínimo sea 5 mil. Por eso la CTA dice con fundamentos que el salario sea de 5 mil pesos. Es una propuesta seria que no pueden rebatir los economistas neoliberales ni los economistas de este gobierno”.

Al tiempo que el sol se iba ocultando entre los edificios de la avenida Alem, Micheli llamó a todos los trabajadores ocupados y desocupados a convencerse que es posible llegar a ese salario mínimo: “Es fundamental que estemos dispuestos a pelear por la dignidad de ser trabajadores, si estamos dispuestos, si nos convencemos, podemos llegar a la victoria. Este es el inicio de la continuidad del plan de lucha del 8 de junio de 2011, pero no termina acá, nosotros tenemos la costumbre de cumplir lo que decimos, por eso esta Central está construyendo un nuevo paro nacional con movilización a Plaza de Mayo para fines de septiembre y principios de octubre, gracias compañeros y fuerza”.

Decenas de miles los reciben al grito de “Madrid entera, se siente minera”: La marcha minera sacude Madrid

Por Ale Vinet
Corresponsal en Europa

 

Podemos afirmar que la llegada de la marcha minera el 11 de julio a Madrid, y el enorme apoyo popular que recogió ya es un hecho histórico. La movilización, que partió el 22 de Junio de Asturias, fue recogiendo la solidaridad de todos los pueblos que atravesaba, en su mayoría comarcas mineras. A su vez, toda la marcha transcurrió sobre el trasfondo de la masiva huelga minera indefinida, de los cortes de rutas y vías férreas, y los durísimos enfrentamientos de los mineros con la guardia civil.

 

A su llegada a Madrid, el 11 de julio, decenas de miles de personas se movilizaron a recibirlos al grito de “Madrid obrero, apoya a los mineros”, “Que viva la lucha de la clase obrera” y demás cánticos. A su vez, los carteles señalaban “Sois el ejemplo de la clase obrera”, junto con pancartas exigiendo la nacionalización bajo control obrero de las minas. Durante la jornada siguiente, una movilización aun mayor se dirigió al Ministerio de Industria, donde fue duramente reprimida por la policía. Durante esta protesta se repitieron los cantos combativos, como “Si esto no se arregla, guerra guerra guerra”, “La próxima visita será con dinamita” y “Si no hay solución, habrá revolución”.

La marcha minera se convierte en una protesta popular

El contexto sobre el que se desarrolla la marcha negra es el de una profunda crisis económica (que afecta al conjunto de Europa) y que ha llevado al gobierno de Rajoy a implementar durísimas medidas de ajuste. Una desocupación que roza el 25% (cerca del 50% entre los jóvenes), recorte del presupuesto de salud y educación, cierre de establecimientos públicos y un largo de etcétera de penuria para la clase trabajadora y el pueblo.

Es por eso que la marcha minera del día 12 de julio se convirtió en una verdadera protesta popular, donde además del problema de los subsidios a la minería, se coloco en el centro de la escena la pelea contra el ajuste de Rajoy. Es que el mismo 11 de julio, horas antes de la llegada de los mineros a Madrid, Rajoy anuncio otro nuevo paquete de ajuste : reducción del subsidio al desempleo, aumento del IVA, recortes millonarios en los ministerios, supresión del bono de Navidad y de días libres para los empleados públicos.[1] Frente a este nuevo ataque a la clase trabajadora, la marcha minera fue el canal donde cientos de docentes, desocupados, empleados estatales, médicos y científicos expresaron su rechazo a los ajustes implementados por el gobierno de Rajoy[2]

A su vez, en el resto del país se siguen sucediendo las protestas contra los ajustes de Rajoy, que contemplan incluso que los desempleados que abandonen el país, aun si es para buscar empleo, pierdan su cobertura social, haciendo impracticables las libres fronteras europeas[3] . La misma Madrid vivió el viernes numerosos cortes de calle de los empleados estatales, al canto de “Hunden al obrero, rescatan al banquero”, que incluyeron enfrentamientos entre los antidisturbios, contra bomberos y policías de civil a las puertas del Congreso ; en Barcelona, además de las movilizaciones contra el ajuste, cientos de policías se concentraron el Jueves bajo el lema “los policías somos el pueblo y no queremos servir a un sistema corrupto” ; a lo largo y ancho del país se han sucedido protestas en los últimos días contra el ajuste de Rajoy. El clima de indignación es tal que el Sindicato Unificado de Policías declaro que secundara las protestas que declaren los sindicatos mayoritarios y denuncio a los “cobardes esquiroles” que no lo hagan.[4] En este escenario de crisis económica y crecientes movilizaciones, la lucha de los mineros puede ser la guía de la resistencia contra Rajoy.

La clase obrera en el centro de la escena

En este marco, la lucha de los mineros toma una importancia central. Es que desde el comienzo de la crisis en 2008, la gran mayoría de los procesos de lucha en respuesta a los ataques de los gobiernos, más allá de lo enormemente progresivos, eran de carácter más bien heterogéneo, no clasista, encabezados centralmente por la juventud[5]. Los indignados del Estado español, OcuppyWallstreet, incluso los procesos de lucha estudiantil en América Latina, han sido más bien indeterminados desde el punto de vista social, lo cual constituía uno de sus grandes limites. Desde que comenzaron a desarrollarse este tipo de movimientos, nuestra pelea fue por una orientación clasista de los mismos[6].

La entrada en escena de los mineros cambia completamente la situación. En primer lugar, porque se trata un importante batallón de la clase obrera del estado español, que históricamente ha sido un sector de vanguardia, y por el lugar estructural que ocupa en la producción, tiene un peso mayor para hacer valer sus reivindicaciones. En segundo lugar, porque entra en escena con sus propios métodos, la ocupación de minas, los cortes de ruta, la huelga indefinida, que, en el contexto económico y social actual del Estado español, pueden ser tomados como ejemplo por los miles de trabajadores, jóvenes y desocupados que están saliendo a luchar.

Pero además, los mineros tienen otra significación especial. Es que a lo largo de los años, se han ganado el respeto de la clase obrera por estar a la vanguardia de las luchas : como explicamos en notas anteriores, protagonizaron la Revolución de Asturias en 1934 (una verdadera insurrección obrera que fue finalmente derrotada) y la primer huelga general obrera contra el dictador Franco en 1962, que comenzó a minar las bases de su poder.[7] En las movilizaciones son cada vez más frecuentes las referencias a estas dos peleas históricas de los mineros.

Este es un elemento central, porque se trata de la recuperación de la memoria histórica, de las experiencias de lucha de la clase obrera, que el franquismo trabajo duramente por enterrar. Como rezaba el epígrafe de una fotografía que circulo en las redes sociales de un grupo de jóvenes que levantaban una bandera con la consigna de nacionalización bajo control obrero de las minas, “estos son los nietos de los mineros que no pudiste matar”.

A su vez, esta autoridad moral y política de los mineros puede ser puesta al servicio de pelear por orientaciones clasistas en todos los movimientos populares que surgen, centralmente el de los indignados. Anteriormente desarrollamos los debates que comenzaban a darse en su seno[8] : hoy el conjunto del movimiento de indignados ha participado de las movilizaciones mineras. En la entrada de los mineros a Madrid, cantaron “Que sí, que sí, que sí nos representan”, en contraposición al clásico “Que no nos representan”, que ha sido el emblema del movimiento de los indignados contra los políticos tradicionales y el sistema bipartidista.

El 15-M convoco también, luego de movilizarse al Ministerio de Industria, una marcha con sindicatos de base a Plaza del Sol en apoyo a los mineros ; esta se saldó con más represión. Sin embargo, la novedad fue que los manifestantes intentaron levantar barricadas en las calles aledañas incendiando contenedores de basura. La lucha minera comienza a demostrarle a los indignados que hay otras opciones además de dejarse apalear por la policía “pacíficamente”.

Es que es muy difícil pelear por una orientación clasista “en frió”, sin grandes luchas en el horizonte, tarea que puede resultar más bien propagandística. En cambio, la lucha de los mineros es la muestra concreta de que hay una alternativa a la austeridad tanto de Rajoy como del PSOE. Para cientos de miles de españoles, los mineros, la clase obrera, comienzan a ser los que “si los representan”. Sobre la base del desprestigio del bipartidismo, ahora aparece un actor social de carne y hueso que muestra un camino diferente.

Desbordar a la burocracia y
preparar la huelga general

Como hemos señalado, la entrada en escena de los mineros puede cambiar radicalmente la relación de fuerzas con Rajoy y ser la punta de lanza de una respuesta obrera y popular al ajuste que lleva adelante. Pero para que eso suceda, hace falta romper un fortísimo dique de contención : las podridas burocracias de la UGT y de Comisiones Obreras.

Después de casi dos meses de huelga minera, los burócratas de ambas centrales sindicales no han movido un dedo para que la huelga triunfe, centralmente, no han convocado una huelga general en apoyo al conflicto minero y contra el ajuste. Más que caminar unos cientos de metros junto a los mineros (que recorrieron 400 kilómetros), para figurar en la prensa como los grandes “defensores de los trabajadores”, no se les conoce a estos burócratas una sola medida de apoyo a la huelga minera.

Para colmo, la central sindical de empleados públicos, frente a los brutales ataques del gobierno, ha declarado una huelga...para fines de Septiembre ! Por su parte, los burócratas de la UGT y CCOO también han hecho pomposas declaraciones en la prensa, donde rechazan “enérgicamente” el ajuste y convocan para el 19 de julio movilizaciones en toda España. De huelga, claro, mejor ni hablar. Estos traidores hablan de que la movilización del 19 será un “test” de “hasta donde esta dispuesta a llegar la ciudadanía”. 

¿Acaso no han demostrado la huelga minera, con sus cortes y sus enfrentamientos con la Guardia Civil, el enorme apoyo popular, las multitudinarias movilizaciones en Madrid, los cortes autoorganizados de los trabajadores estatales, “hasta donde esta dispuesta a llegar la ciudadanía” ? Estos burócratas prefieren practicar la “profecía auto–cumplida” : desmovilizar y desgastar los procesos de lucha, para luego justificarse y decir que “no hay animo de luchar”.

Pero los ánimos en el Estado Español no podrían ser más encendidos: este es el momento para golpear con un solo puño. Con los mineros a la cabeza, y la enorme ascendencia que comienzan a tener entre los trabajadores, la tarea es apoyarse sobre todos los elementos de autoorganización que comienzan a visualizarse, como entre los empleados estatales, la ocupación de universidades y hospitales, y las tendencias clasistas del movimiento de indignados, para preparar desde abajo una verdadera huelga general que ponga al gobierno de Rajoy contra las cuerdas. Para eso, no hay otra alternativa quepasarle por arriba a los burócratas traidores de la UGT y CCOO.

¡Viva la lucha de los mineros!

¡Ninguna confianza en las burocracias de la UGT y CCOO!

¡Por una huelga general para derrotar al gobierno de Rajoy!


[1] http://politica.elpais.com/politica/2012/07/11/actualidad/1342039254_993732.html

[2] http://www.lne.es/cuencas/2012/07/12/protesta-minera-madrid-convierte-manifestacion-recortes/1269325.html

[3] http://www.lne.es/cuencas/2012/07/12/protesta-minera-madrid-convierte-manifestacion-recortes/1269325.html

[4] www.publico.es/espana/439596/el-sup-a-los-policias-que-no-secundan-las-protestas-los-cobardes-esquiroles-estan-actuando

[5] A excepción, claro está, de Grecia, donde a pesar de estar dirigidas por la burocracia, las centrales obreras tienen más centralidad en el proceso de lucha.

[6] http://www.socialismo-o-barbarie.org/europa/110523_a_declaracion_mayo_espaniol.htm

[7] http://www.socialismo-o-barbarie.org/europa/120624_espania_huelga_minera.htm

[8] Idem.

 


Fuente:Socialismo o Barbarie

Hacia el Paro Nacional del 8 de junio: Los hospitales bonaerenses se plegan a la medida

Hacia el Paro Nacional del 8 de junio: Los hospitales bonaerenses se plegan a la medida

 

CICOP - ACTA

 

 

 

El sábado pasado se reunió el Congreso general de delegados de la Asociación Sindical de Profesionales de la Salud de la Provincia de Buenos Aires (CICOP-CTA) para considerar la convocatoria al Paro Nacional del 8 de junio.

 

Acorde a la metodología democrática ya tradicional en el gremio, los congresales expusieron los mandatos de las asambleas hospitalarias y luego de un intenso debate se resolvió por una amplísima mayoría convocar al Paro y participar activamente de las movilizaciones regionales y a la Plaza de Mayo.
Con la mesa de conducción integrada por los compañeros Hugo Amor, Viviana García y Guillermo Pacagnini, se inició el evento con una representativa concurrencia de las seccionales.
En la primera parte se abordaron los puntos pendientes de los recientes acuerdos paritarios y los conflictos en curso en los municipios y el Hospital Posadas, a cargo de los compañeros Alejandro Márquez, Verónica Moyano y Luis Liechtenstein, respectivamente.
Aproximándose a una primera síntesis: el paro del 8 fortalecerá esas luchas y sumará energías para la necesaria reapertura de paritarias reclamada para el segundo semestre, habida cuenta de la “sintonía fina” aplicada también en nuestra provincia. Justamente se concluyó que.
Por más que nuevamente nos intenten hacer creer que Scioli y Mariotto toman medidas contra los sectores privilegiados, la realidad es que la provincia está en rojo, hay preocupación por el futuro salarial y presupuestario en particular en nuestra área y las medidas que se toman son netamente de ajuste y mayor endeudamiento externo, garantía de las ganancias de los sectores concentrados y remesas para la caja del gobierno nacional.
Pero hubo una segunda conclusión que llevó a sumar con fuerza al Paro del 8 de junio de la CTA. La necesidad de articular esfuerzos por encima de lo sectorial, con el conjunto de los trabajadores, en solidaridad pero también en beneficio de todos por grandes reclamos comunes como la eliminación del impuesto al salario, la eliminación del tope y universalización de las asignaciones familiares y el 82% para los jubilados.
La crisis mundial está impactando en los sostenes del injusto y averiado modelo nacional. Otra vez se trata de quién pagará el déficit fiscal y de la balanza de pagos. Las medidas de ajuste apuntan a que el costo lo paguen los asalariados. Con el paro apuntamos a romper esta lógica perversa y se concluyó que también era una excelente oportunidad para la unidad de sectores en lucha y alrededor de los grandes reclamos nacionales. En ese sentido, Jorge Yabkowski expuso el compromiso con el Paro Nacional de asociaciones integrantes de FeSProSa actualmente en lucha.
Pese a que el Consejo Directivo Provincial ya había tomado clara posición respecto del Paro de nuestra Central, apelando a la necesaria democracia sindical se abrió un período de amplio debate en todos los hospitales y centros de salud, convocando a asambleas y consultas, para tomar democráticamente la decisión y asimismo para que el paro sea lo más contundente posible.
Así lo entendieron la inmensa mayoría de compañeros que en el Congreso respaldaron la medida. Las seccionales de cada región (norte, sur, oeste, matanza e interior), comprometieron su intervención en las movilizaciones zonales y en la marcha final a la Plaza de Mayo.
El Congreso culminó con un cerrado aplauso, expresión del compromiso de la CICOP con el Paro de la CTA.

 

PARO NACIONAL DE LA CTA EL VIERNES 8 DE JUNIO

EL XXX CONGRESO GENERAL EXTRAORDINARIO DE DELEGADOS DE CICOP RESOLVIÓ PARTICIPAR ACTIVAMENTE POR:

· Paritarias sin techo, salario mínimo $5000
· No más impuestos de ganancias al salario
· No al tope salarial para las asignaciones familiares
· 82% móvil para los jubilados
· Personería gremial a la CTA y FESPROSA
· Paritarias en los municipios para los profesionales de la salud
· Apertura de la paritaria nacional de salud. no al 20% de aumento
· Por la inmediata puesta en marcha del artículo 48 y el pago de las guardias adeudadas

LAS SECCIONALES DE CICOP GARANTIZARÁN EL PARO EN LOS HOSPITALES Y CENTROS DE ATENCIÓN PRIMARIA Y PARTICIPARÁN DE LOS CORTES PROGRAMADOS DE UNA HORA QUE COMENZARÁN A LA 11 HS EN:

· PUENTE PUYRREDÓN. (Seccionales del Sur de Conurbano Pza. Alsina 10:30 hs)
· PUENTE 12 EN LA AUTOPISTA RICHIERI. (Seccionales de Matanza, Ezeiza y Est. Echeverría)
· AVENIDA CONSTITUYENTES Y Gral. PAZ. (Seccionales del Norte)
· GAONA Y VERGARA, MORÓN. (Seccionales del Oeste)
· MOVILIZACIONES Y CORTES EN MAR DEL PLATA, LA PLATA Y CIUDADES DEL INTERIOR

A LAS 13 CONCENTRAMOS EN 9 DE JULIO Y AVENIDA DE MAYO
ACTO CENTRAL EN PLAZA DE MAYO A LAS 15 HS

China: El nuevo movimiento obrero y el surgimiento de la negociación colectiva

China: El nuevo movimiento obrero y el surgimiento de la negociación colectiva

China Labour Bulletin 

 

 

El 8 de mayo, alrededor de 1.000 trabajadores del calzado en Dongguan (1) pararon y se manifestaron en protesta por los planes de la empresa para reducir su prima mensual de 500 a sólo 100 yuanes. La dirección se negó a dar explicaciones o a negociar y un trabajador relató lo que acontecía en su micro-blog.

China Labour Bulletin (CLB) se puso contacto con el trabajador y reprodujo en su microblog (2) su nota. A continuación, la historia fue retweeteada en una hora más de 50 veces y cinco periodistas se concentraron a las puertas de la fábrica exigiendo saber qué estaba pasando. Se les negó la entrada, pero al día siguiente la dirección de la fábrica, bajo la presión de funcionarios del gobierno local que querían acabar rápidamente con el asunto, acordó aumentar el bono de los trabajadores a 300 yuanes, y los huelguistas volvieron al trabajo.
Mientras que los medios de comunicación internacionales se ha centrado comprensiblemente en los últimos meses en Wang Lijun, Bo Xilai y Chen Guangcheng, los medios de comunicación chinos siguen dedicando una parte importante de su atención al cada vez más activo movimiento obrero. Y ello esta ayudando a impulsar y extender el movimiento.
Un vistazo al nuevo mapa interactivo de CLB (3) muestra claramente cómo se ha extendido el movimiento huelguístico en los últimos seis meses, llegando a distintos sectores y abarcando una gama cada vez más amplia de reivindicaciones. En marzo de 2012, por ejemplo, un aumento repentino del precio del combustible ha provocado un aumento del numero de huelgas de los conductores de autobús y taxi. En abril, el sector manufacturero, una vez más, volvió a ser el principal protagonista, y sus trabajadores protestaron por los bajos salarios y los planes de relocalización, fusión o restructuración de tamaño de las empresas.
El creciente número de huelgas ha provocado un animado debate sobre las cuestiones fundamentales que hoy afectan a las relaciones laborales en China. La revista Investigaciones sobre la Negociación Colectiva, por ejemplo, se centró en una disputa particularmente emblemática en la fábrica de propiedad coreana LG en Nanjing (4). Esta huelga a gran escala es una muestra de todos los problemas inherentes en el actual modelo de resolución de conflictos laborales en China: un incidente aislado provoca el paro de los trabajadores, la dirección de la empresa entra en pánico gestión y amenaza con despedir a los trabajadores a menos que se reincorporen a sus puestos de manera inmediata y el gobierno local y los dirigentes de los sindicatos oficiales aparecen a la carrera, en un esfuerzo por "mantener la estabilidad".
Los autores del estudio señalan que las relaciones laborales en la fábrica de LG fueron hasta ese momento, en general, bastante buenas y que las pérdidas sufridas por todas las partes como consecuencia de la huelga, incluyendo el despido de varias decenas de trabajadores, se podría haber evitado si existiese un sistema formal de negociación colectiva en la empresa.
Para situar estos recientes acontecimientos en perspectiva, CLB publicó a finales de marzo un informe de investigación (5) que muestra cómo los cambios demográficos, junto con el crecimiento económico y los cambios sociales en la última década han proporcionado a los trabajadores de China más poder de negociación. Una fuerza de trabajo joven, mejor educada, y con mayores aspiraciones que es más consciente de sus derechos legales y esta aprendiendo a utilizar ese nuevo poder de negociación a su favor. Los trabajadores chinos no sólo tienen más confianza en su capacidad de organizar huelgas y protestas, sino que están dispuestos cada vez más a sentarse con la patronal y negociar un acuerdo colectivo en nombre de sus compañeros de trabajo. De hecho, en algunas fábricas, los trabajadores ya han establecido un sistema embrionario de negociación colectiva.
Notas:
1) http://www.clb.org.hk/en/node/110058
2) http://t.qq.com/chinaworker
3)http://www.numble.com/clbmape.html
4) http://www.clb.org.hk/en/node/110056
5) A Decade of Change: The Workers´ Movement in China 2000-2010 http://www.clb.org.hk/en/sites/default/files/File/research_reports/Decade%20of%20the%20Workers%20Movement%20final.pdf
China Labour Bulletin, (www.clb.org.hk) es un grupo en defensa de los derechos laborales en China, que fue fundado en 1994 en Hong Kong por Han Dongfang y Robin Munro. Han Dongfang, obrero ferroviario, fue el principal organizador durante las jornadas de Tienanmen de la Federación Autónoma de Trabajadores de Beijing. Su historia esta recogida en una larga entrevista publicada en la New Left Review (http://newleftreview.org/?view=2571). Robin Munro es un respetado sinólogo, que ha dedicado su carrera académica al estudio de los movimientos alternativos en China desde el final de la Revolución Cultural.
Traducción Gustavo Buster.

Fuente:(SINPERMISO)