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T r i b u n a c h i l e n a

“Mira la batea como se menea…."

Durante más de 18 años hemos sido cercados por una plaga que carcomió toda la elaboración estética de la cultura popular relacionada con la lucha de clases. El fin de la historia, declarado como axioma por los liberales y aceptado por sumisión por los concertados en chile, incluidos los encargados de mantener la vigía sobre el horizonte histórico de la nación chilena, horizonte  que un tal Salvador Allende, proclamo como socialista, con una frase muy “usada” por la oficialidad socialista, cada ves que se pone en duda su particular estado ideológico actual,  “… Mas temprano que tarde, se abrirán de nuevo las grandes alamedas por donde transitara el hombre libre”.

La estética popular , que es el resultado del conjunto de formas de vida,  materiales e intelectuales de un pueblo, y constituye su personalidad, su forma de comunicarse y de identificarse, a sido privatizada por los concertados, que  la han declarado anacrónica, es decir no útil, a los fines sagrados de la republica chilena. Es mas, actúan como expropiadores de la generación de esta cultura popular intentando cortar o negar los elementos que la generan. Las aulas por ejemplo, con sus integrantes – los estudiantes y profesores - un ámbito propicio para la especulación intelectual positiva, es puesta lejos de los objetivos sociales inherentes al desarrollo económico independiente de chile, y colocada en el marco  de la dependencia, dentro de la lógica de la división internacional del trabajo que requiere de sistemas educacionales excluyentes y de baja calidad, en los países subalternos.

El sistema educacional chileno no es peor que los otros sistemas educacionales del resto de los países  de la región, (a excepción de cuba) estructurados bajo esta misma lógica de dependencia, que permite entre otras cosas, que los pocos profesionales que forman los países en vías de desarrollo sean después cooptados por los países centrales para ser incluidos en sus mercados de trabajo, con costo cero para sus economías. Es este aspecto, el educacional, el punto de inflexión entre un país que propone recorrer un camino de menor incidencia de los factores de dependencia económica y otro que prepara su estructura interna para ser funcional a esta dependencia.

 

En los sucesivos gobiernos concertacionistas, se ha hecho evidente el esfuerzo de las autoridades  por mantener este diseño educacional, esfuerzo que debe su éxito a la aplicación de una batería de recursos disponibles por el estado chileno, que van desde los psicológicos,  hasta los represivos, que incluyen la agresión física y en algunos casos, - la muerte directamente -  como método de persuasión social. Álvaro Erazo, intendente  a dedo de santiago, declara la ilegalidad de la última marcha estudiantil, que contó esta ves con el apoyo de la central unitaria de trabajadores, para estar cubierto “legalmente” de los atropellos que cometen las fuerzas de “orden” en el control de la protesta, estas fuerzas de seguridad, que siguiendo el ejemplo de la mala calidad de la educación, siguen teniendo el “gatillo fácil”, a pesar de los cursos sobre derechos humanos que incluyen su preparación.

 

Existe un enfrentamiento, estado sociedad, que se instala  a partir de la obsecuente actitud del gobierno chileno por mantener el diseño educacional de facto, que permite entre otras cosas, que el hijo de un obrero no tenga otro futuro que heredar el rol social de su padre, o que  un medico de clase media, vea como se frustra el porvenir de su hijo formado en parámetros mercantilistas con cero posibilidades de ejercer su profesión en otro sistema diferente, al vicioso sistema de salud imperante ahora, y  regido por los mismos parámetros mercantilistas aplicados a la educación, en donde se inauguran hospitales sin la asignación previa de su plantel medico y con equipamientos “desarmables” hospitales que una ves cortadas las cintas y sacadas las fotos, quedan nuevamente vacíos.

 

Tenemos el deber moral de sostener la  lucha estudiantil por lo que ello significa, el comienzo de un despertar social que pone en evidencia, lo verdadero de lo falso, lo autentico de lo “trucho”. Esta es la primera fase abierta por el conflicto, que tiene un carácter revelador del ajuste cultural, que comenzó pinochet vía las armas y continuo la concertación con su hibrides democrática (además de las armas). Este ajuste cultural, ubica a las grandes alamedas en un remozado limbo, donde también fueron a parar el carácter revolucionario de la figura de Allende, Miguel Enríquez y Gladis Marín. También están allí; los desaparecidos por la dictadura, el general Prats, los degollados, junto; a la reforma agraria, el medio litro de leche, el cobre chileno y la educación publica libre y gratuita.

 

Estos rasgos culturales propios del pueblo chileno, pretenden ser reemplazados por slogan como; “Chile somos todos”, afiches con lentes Rotos – un icono de la derrota-, corrupción. La intención es trastocar el contenido cultural histórico para mantener recluido al hombre libre, y cerradas las grandes alamedas. Que pensemos con base en estos nuevos elementos culturales, en donde lo normal sea la sumisión social, los socialistas millonarios, y que generales con sus manos manchadas con la sangre del pueblo se conviertan en paradigmas de la sociedad chilena. Si los pingüinos consiguen exponer este contraste en la opinión publica chilena como resultado secundario de su accionar contra la mercantilización de la educación, sin duda que estarán haciendo un aporte a la recuperación de una autentica cultura popular.

Víctor  Peña

 

 

 “Todas son dictaduras amigo lindo: Sólo nos está permitido eligir, entre la de ellos y la de nosotros” 

 

¿ Fin de la Historia?

 

 “Me desayuno. Cómo va a terminar algo que no comienza todavía...!Qué pasa! Veo que están bostezando: No importa. Bienaventurados los que tienen sueño Porque no tardarán en quedarse dormidos” (Nicanor Parra)

 

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