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Colombo: por qué tantos procesados

Colombo: por qué tantos procesados

Por Jorge Escalante / La Nación

El número de encausados se explica porque fueron agentes de grupos y brigadas que, en Chile, tuvieron contacto con los desaparecidos, ya sea en su detención, custodia, traslado y a veces en su destino final.

El alto número de procesados por el juez Víctor Montiglio en la causa Operación Colombo, tiene relación con que las víctimas transitaron por casi todos los centros clandestinos de detención de Santiago, lugares desde donde desaparecieron. Y en cada uno de esos recintos existió una cantidad de agentes responsables de todo o parte de su destino final.

Ninguna de las 119 víctimas de Colombo salió de Chile a Argentina u otro país como lo sostuvo la dictadura para el montaje de esta operación. Esa es la diferencia con la Operación Cóndor, en la cual sí agentes de la DINA en conjunto con fuerzas de inteligencia de las tiranías vecinas, detuvieron a personas que se encontraban fuera de Chile y las trajeron de vuelta al país, haciendolas desaparecer después.

Ello, siguiendo las pautas de la reunión que el 28 de noviembre de 1975 sostuvieron en Santiago los servicios de inteligencia de Argentina, Bolivia, Paraguay, Uruguay y Chile, donde nació Cóndor.

En definitiva, la Operación Colombo fue una especie de Cóndor, pero simulada. Por ello lo numeroso de la lista de procesados, publicada ayer por La Nación. Porque el destino de las víctimas estuvo vinculado expresamente a Chile y su paso por cuatro centros donde servían la gran mayoría de los agentes declarados reos: Londres 38, Villa Grimaldi, José Domingo Cañas, e Irán con Los Plátanos, conocida como "Venda Sexy".

Por ese motivo, además, se puede verificar que los encausados pertenecen a distintos grupos y brigadas de la DINA, incluyendo a la Brigada Lautaro que operó en el cuartel de Simón Bolívar en La Reina. Y a pesar de que los prisioneros de la Operación Colombo no pasaron por ese cuartel, los agentes de Lautaro sí prestaron servicio también en otros grupos o brigadas represivas por lo común que fue la rotación de agentes operativos en la estructura de la DINA.

No es que todos los procesados tengan directa participación en el montaje que fue la Operación Colombo, y se les haya encausado por ese motivo, como sí fue el caso del jefe de la DINA Manuel Contreras y algunos otros integrantes de la plana mayor, como Pedro Espinoza, y el ex jefe exterior de ese organismo, Raúl Iturriaga Neumann.

A la mayoría se les encausó por participar en la detención, custodia de los detenidos, orden para arrestarlos, y por tomar parte en sus traslados desde un centro de detención a otro, o porque se comprobó que fueron parte de su eliminación y desaparición de sus cuerpos.

El caso de Iturriaga como jefe exterior, si bien Colombo no es Cóndor, como se explicó, tiene que ver con que fue éste quien viajó a Buenos Aires y se contactó con otros agentes exteriores para iniciar el montaje y dar nacimiento a la farsa de Colombo.

Esta operación consistió en hacer creer a la opinión pública nacional e internacional en 1975, que eran falsas las denuncias de los familiares que clamaban por los suyos desaparecidos, cuando al menos 119 de ellos, se dijo oficialmente, habían huido a Argentina y allí murieron enfrentados con las fuerzas de seguridad, o por ajustes de cuenta internas.


El caso del “Gato” Fuenzalida

En el megaprocesamiento por la Operación Colombo, ahora sí puede afirmarse que el ministro Montiglio procesó “hasta el gato”. Pues al ex agente Enrique Fuenzalida Devia, lo apodan “El Gato”.

El caso de Fuenzalida es contradictorio. Ha colaborado en decenas de procesos con distintos jueces aportando información, por ello se ganó la confianza del obispo alemán Helmut Frenz, que el lunes concurrió a tribunales a apoyar el recurso de amparo de Fuenzalida, quien vivió algunos años en Hamburgo tras salirse de la DINA.

Hasta ayer “El Gato” estaba oculto mientras se resuelva su recurso.

Pero su caso revela el estilo del juez Montiglio, que no tranza la ley por datos o colaboraciones, si el declarante tuvo alguna participación. En Calle Conferencia procesó a Jorgelino Vergara, ex mocito del Mamo Contreras, quien aportó los datos fundamentales sobre la Brigada Lautaro y el cuartel Simón Bolívar.

Foto: Villa Grimaldi fue uno de los centros de detención clandestinos por los que pasaron algunas de las víctimas que figuraron en el operativo mediático.

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