Italia: La caída de Berlusconi. ¿Qué sigue?
Por Patricio Guzmán S.
A la renuncia de Papandreu en Grecia, ha seguido ahora la de Berlusconi en Italia. Ahora bien, Italia no es Grecia. La economía Italiana es la tercera en tamaño de la zona de la moneda común europea, después de Alemania y Francia. Detrás de ella, por orden de importancia, viene España que también está sufriendo la subida de las tasas de interés por las dudas sobre su capacidad de hacer frente a la deuda, y la incertidumbre respecto de la fortaleza de su banca, en escenarios de cese de pagos totales o parciales. Movimiento especulativo que puede devenir en una promesa autocumplida.
La crisis de la deuda en Europa, ha mostrado lo que algunos analistas predijeron desde el comienzo. La Unión Monetaria podía funcionar bien en época de crecimiento, pero en periodos recesivos o de crecimiento lento, o de crisis económica, las diferencias de productividad, los diferentes niveles de endeudamiento y de política fiscal, se tornan cada vez más difícil de conjugar con una moneda común. Un artículo en enero de 1999, señalaba: “Los países no son golpeados por la crisis de la misma manera, velocidad o profundidad. La convergencia en la zona euro es meramente artificial. Italia probablemente es eslabón más débil de la actual cadena del euro, y ninguna cadena es más fuerte que su eslabón más débil. La tasa de crecimiento de Italia fue la más débil en la Unión Europea el año pasado (1.5 por ciento), y el país ya perdió el paso de otros miembros del euro. Las cifras oficiales indican que el desempleo está en 12.5 por ciento (6% en el norte y 22.3% en el sur del país). Un euro fuerte echaría sal en las heridas del capitalismo italiano. Como se mencionó en la encuesta sobre la economía europea del Financial Times, del 30 de octubre de 1998: ‘La crisis de mercado de Asia y Rusia ha tenido un gran impacto en el comercio. Italia es un exportador muy grande de textiles hacia esos mercados y ha sido fuertemente afectado por las devaluaciones monetarias’. En otras palabras, la última cosa que necesita Italia es una moneda fuerte que deje fuera por precio sus exportaciones todavía más. Dentro de la zona euro, tenemos a Italia que está cerca de la recesión, y de otra parte, Irlanda del sur que esta en auge y cerca de ser una economía burbuja. Es obvio que una política de moneda única no puede ser afectiva en ningún plazo de tiempo para los dos países, pero eso es lo que está pasando ahora. Los economistas burgueses advierten que un ‘shock asimétrico’ (una distorsión seria en un país, región, o sector industrial en un área económica dada), podría descarrillar seriamente el proyecto de la moneda común.”[1]
De acuerdo con Nuriel Roubini, economista famoso como analista porque fue uno de los pocos que anunció la emergencia de la crisis global, antes de que ocurriera efectivamente en 2007-2008, cree que los días de Italia en la Eurozona están contados.
“Con las tasas de interés sobre su deuda soberana incrementándose bastante por sobre el 6 por ciento, hay un riesgo cada vez mayor que Italia pierda pronto el acceso al mercado. Como es muy grande para caer pero también es muy grande para salvarla, esto podría provocar una reestructuración forzada de su deuda pública de 1.900 billones de Euros. Esto solucionaría parcialmente su problema de “títulos” de su gran e insostenible deuda, pero no resolvería su problema de “flujo”, un gran déficit de cuenta corriente, falta de competencia externa y una caída peor del producto interno bruto y la actividad económica. Para resolver esto último, Italia como otros países periféricos, necesita salir de la unión monetaria y volver a una moneda nacional, gatillando así la ruptura de la zona euro. “[2]
Escenarios sombrios.
Un artículo del Financial Times, pregunta que pasará ahora con Italia, y plantea
varios escenarios. El plan actual que es reducir la deuda e impulsar el crecimiento al mismo tiempo, sobre la base de las privatizaciones generalizadas, y señala que Roma podría vender bienes de propiedad estatal con el fin de recaudar 5 mil millones de Euros al año para reducir la deuda, junto con medidas de austeridad fiscal.
Un segundo escenario sería que el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera, creado el 9 de mayo de 2010 por los estados miembros de la zona euro, y el Fondo Monetario Internacional dieran a Italia una cantidad limitada de crédito, entre 50 mil millones y 80 mil millones de Euros, pero bajo una serie de condiciones. En otras palabras, agregamos nosotros, las políticas brutales de austeridad al estilo de lo que ya hemos visto en Grecia, y que condujeron hasta a la reducción en un 50% de los niveles de vida de los hogares, y la profundización del déficit fiscal al reducirse la base tributaria para la recaudación de los impuestos.
Descartando que con este fondo se pueda ‘salvar’ a Italia, Un artículo de Chris Thomas señala: “Italia está en el equivalente económico de cuidados intensivos, los monitores del FMI y la UE están comprobando regularmente que el paciente está tomando los medicamentos recetados de recortes, privatización y ataques a los derechos de los trabajadores. Pero, con una deuda de 1,9 billones de Euros - más grande que Grecia, Portugal e Irlanda combinados, tratar de "salvar a Italia" con el dinero existente en el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (al que ahora sólo le quedan 250 mil millones de Euros en el mismo) sería como rescatar el Titanic con un dedal.”[3]
Volviendo a los escenarios para Italia del Financial Times, el artículo de Pieter Spiegel señala que si lo anterior falla, entonces sería necesario un rescate a gran escala. Pero el problema evidente aquí es el tamaño de la economía italiana. Un país pequeño como Grecia necesitó alrededor de 130 mil millones de Euros para cubrir sus necesidades de financiamiento durante tres años, para Italia eso bastaría sólo para seis meses.
Otra alternativa sería una toma de control de la economía italiana por parte del Banco Central Europeo. Pero en un tono más bien pesimista, ante este último escenario, el artículo cita al analista Alberto Gallo del Royal Bank of Scotland, en una conferencia telefónica con inversionistas: “La situación se ha deteriorado tan dramáticamente una compra de activos a gran escala por parte del BCE no sería necesariamente una panacea". "No creo que el BCE por separado podría traer de vuelta al mercado hasta el punto de sucumbir ante Italia."[4]
[2] Nouriel Roubini. Why Italy’s days in the eurozone may be numbered
[3] Chris Thomas. Berlusconi announces resignation.
[4] Peter Spiegel. What happens next? The scenarios for Italy.
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