La prisión en Venezuela, con la colaboración de la inteligencia militar colombiana, del comandante Julián Conrado de las FARC y la decisión del gobierno de Hugo Chávez Frías de entregar a ese destacado revolucionario al gobierno neofascista de Juan Manuel Santos fue recibida a nivel mundial con sorpresa e indignación.
Los argumentos citados por el gobierno venezolano para justificar la medida (solicitud de la Interpol, acuerdos con Bogotá, etc., son inaceptables e incluso ridículos). Es chocante invocar la lucha contra el terrorismo en el ámbito de una colaboración con un gobierno narcotraficante cómo el de J.M.Santos, que practica el terrorismo de estado como estrategia de poder. Con una agravante: durante años, el Presidente Hugo Chávez apeló para el reconocimiento de las FARC como fuerza revolucionaría beligerante.
Nuestra preocupación e indignación es tanto mayor cuánto el gobierno de Bogotá, según las agencias informativas, estaría ya estudiando la posibilidad de atender a una eventual solicitud de extradición del comandante Julián Conrado a los Estados Unidos.
Tenemos presente que la actitud asumida por Venezuela se inserta en la continuidad de una cooperación espuria con las policías colombianas que se tradujo recientemente en la entrega a Juan Manuel Santos del periodista sueco Joaquín Pérez Becerra, director de la agencia ANNCOL, y de destacados combatientes de las FARC.
En la esperanza de que las autoridades venezolanas liberen inmediata e incondicionalmente el comandante Julián Conrado, los abajo firmados –solidarios con la Revolución Bolivariana- subrayamos que las opciones democráticas y progresistas del gobierno de Hugo Chávez son incompatibles con el gesto que motiva nuestra protesta vehemente.
Foto: Colombia, FARC - Julián Conrado cantando por la Patria Grande
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