Un ex represor chileno en Buenos Aires
Denunciado como uno de los más feroces torturadores de la dictadura pinochetista, trabaja para una universidad vinculada con el Pentágono y estuvo en esta ciudad presentando un libro sobre seguridad. El dice que no tiene nada que ver.
El ex agente de la DINA chilena Jaime García Covarrubias estuvo desde el martes presentando un libro en Buenos Aires. Mientras tanto, en Santiago se debate una denuncia en su contra por su accionar durante la dictadura pinochetista. Sobrevivientes denuncian que era uno de los más feroces torturadores del regimiento de Tucapel, en Temuco. El ex integrante de la policía secreta de Augusto Pinochet negó a Página/12 las acusaciones que se acumulan en su contra.
García Covarrubias estuvo hasta ayer alojado en el elegante hotel porteño Marriot Plaza, donde participó de la presentación del libro Seguridad y Defensa en Tiempos del Bicentenario, compilado por el especialista Mariano Bartolomé, docente de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Según una asistente al seminario, el ex agente habría comentado que tuvo reuniones con miembros de la embajada estadounidense durante su estadía en Buenos Aires. García Covarrubias no accedió a bajar hasta el hall del hotel, pero respondió a unas preguntas de Página/12 por teléfono.
–¿Usted reconoce haber integrado la DINA?
–Dicté clases en la Escuela Nacional de Inteligencia. Nunca fui operativo. Siendo teniente, jamás fui profesor de técnicas de tortura.
–¿Qué opina de la reciente denuncia de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados chilena por su accionar durante la dictadura pinochetista?
–Estas acusaciones son falsas, son injurias. Solamente puedo decir que la Justicia jamás me ha declarado culpable. Los tribunales chilenos me dejaron sin responsabilidad en esta causa. Pero, por este tema, estoy en contacto con mis abogados. Yo no estoy pidiendo inocencia.
–¿Es cierto que usted le escribía los discursos a Augusto Pinochet, tal como aparece en el informe Memoria Viva?
–No. Yo sólo serví como oficial de la Secretaría de la Presidencia durante esos años.
–¿Estuvo vinculado con la Sociedad Pedro Diet Lobos, que desde 1977 fue la pantalla comercial de la DINA, como denuncian organismos de derechos humanos?
–No.
Después de esa respuesta, García Covarrubias cortó la comunicación.
Según informes de organismos de derechos humanos, la actividad de García Covarrubias en la DINA arrancó en 1974 y en 1990, al final de la dictadura de Pinochet, seguía en funciones y ostentaba el grado de teniente coronel.
Sobrevivientes del Regimiento de Infantería 8 de Tucapel recuerdan la crueldad de García Covarrubias. “Era parte del aparato represivo del ejército”, denunció Hermán Carrasco, militante en los años ‘70 y víctima del actual docente del Pentágono. “Desde el 4 hasta el 10 de noviembre de 1973, García Covarrubias nos torturó a cara descubierta y utilizando los peores métodos. Nos obligó a cometer aberraciones sexuales entre nosotros”, revivió Carrasco en comunicación con este diario. Carrasco dice que nunca tuvo dudas de que el actual especialista en seguridad internacional y miembro de la Asociación de Ciencias Políticas de Chile fue su torturador y que tuvo la oportunidad de ratificar su certeza al carearse con García Covarrubias hace dos meses en una diligencia judicial. El ex detenido vinculó al ex agente de la DINA con el asesinato de seis militantes comunistas de Temuco, que murieron por las torturas que sufrieron a fines de 1973. Los represores quisieron justificar esos homicidios alegando que los militantes habían caído en combate durante un intento de copamiento de la guarnición militar de Tucapel.
La abogada Magdalena Garcés, especialista en derechos humanos, le explicó a Página/12 que hay abiertas varias causas por ejecutados o desaparecidos chilenos en las que se imputan crímenes a García Covarrubias. En el caso de los seis dirigentes comunistas, el entonces teniente prestó declaración en calidad de inculpado. “No es cierto lo que dice García. Nunca ha sido procesado. Por lo tanto, es imposible que haya sido absuelto o condenado”, afirmó Garcés. La abogada subrayó que no existe ningún impedimento para que García pise territorio chileno. Pero, como no vive en el país trasandino, se hace difícil completar los trámites para que sea llamado a indagatoria. “Yo sé que él viaja a Chile, pero no sé cuándo. Por eso, voy a volver a pedir que lo vuelvan a citar por la desaparición del abogado Jaime Eltit Spielman”, añadió.
De acuerdo con el sitio web Memoria Viva, García Covarrubias llegó a ostentar el cargo de jefe de la Contrainteligencia de la DINA. El perfil publicado en esa página dice que en 1988 habría asumido la Subsecretaría General de Gobierno y que durante tres años habría actuado como asesor de la Secretaría General de la Presidencia. Según surge de la web del Centro de Estudios de Defensa Hemisférica (CHDS), entre 1991 y 1992 habría viajado a París para estudiar historia de la civilización occidental moderna en la Sorbona. En 2001, habría empezado a dar clases de Política y Seguridad Nacional en el CHDS, vinculado con el Pentágono.
Al enterarse de su actual rol de académico, organismos y diputados de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados chilena presentaron esta semana una denuncia en su contra para que cese en ese cargo. “Es inconcebible que un agente de la DINA esté trabajando para el Pentágono”, se quejó el diputado comunista Hugo Gutiérrez. Consultado por este diario, el legislador se refirió a la presentación que lo trajo a García a Buenos Aires: “No debería estar dando cátedra sobre seguridad quien torturó a prisioneros políticos”.
Informe: Luciana Bertoia.
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