MENSAJE A LOS ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS DE CUBA
Queridos compañeros:
Les pedí reunirnos hoy temprano, antes de que nuestro Sol caliente demasiado.
Esta escalinata, a la que nunca imaginé volver, guarda imborrables recuerdos de los años en que comencé a tener conciencia de nuestra época y de nuestro deber. Se puede adquirir conocimientos y conciencia a lo largo de toda la vida, pero jamás en ninguna otra época de su existencia una persona volverá a tener la pureza y el desinterés con que, siendo joven, se enfrenta a la vida. A esa edad, descubrí mi verdadero destino.
Es por ello inevitable que, en estos instantes, me acompañe el recuerdo de tantos compañeros que conocí hace exactamente 65 años. Fue en la primera semana de septiembre cuando ingresé en esta Universidad, que era la única del país. Es mejor que no intente siquiera preguntar por cada uno de ellos, y guardar solo el recuerdo de cuando todos eran jóvenes y entusiastas y, por lo general, desinteresados y puros.
Me anima sobremanera tener presente a los que son hoy, como nosotros ayer, aunque incomparablemente más cultos, más libres y más conscientes.
Entonces, sobre esta colina universitaria caía el poder de la fuerza bruta y la brutalidad de la fuerza, la inconsciencia y la corrupción aplicada a nuestro pueblo.
Gracias al ejemplo de los que nos habían precedido, a los estudiantes fusilados por exigencia de las hordas de los llamados voluntarios españoles, nacidos muchos en esta tierra que se ponían al servicio de la tiranía española, gracias al Apóstol de nuestra independencia y a la sangre derramada por decenas de miles de patriotas en tres guerras de independencia, nos precedía realmente una historia que inspiraba nuestras luchas. No merecíamos ser colonia de un imperio mucho más poderoso todavía, que se apoderó de nuestra Patria y de una buena parte de la conciencia nacional, sembrando el fatalismo con la idea de que era imposible sacudirse de tan poderoso yugo.
Peor aún, había surgido ya una poderosa capa explotadora que, al servicio de los intereses del imperio, saqueaba a nuestro pueblo extrayendo riquezas, manteniéndolo maniatado e ignorante a través de la fuerza, y no pocas veces, utilizando a otros nacidos en el país, para actuar como torturadores y asesinos de sus hermanos.
La Revolución puso fin a esos horrores, es por ello que podemos reunirnos aquí esta mañana de septiembre.
Cuán lejos estábamos de pensar después del triunfo que, en una ocasión como esta, volveríamos a reunirnos en esfuerzos aún mayores y con objetivos superiores a los que, en un tiempo, nos parecieron las más altas metas de los pueblos, en aras de la justicia y la felicidad de los seres humanos.
No pareciera posible que un país tan pequeño como Cuba se viera obligado a cargar el peso de la lucha contra aquellos que han globalizado y sometido el mundo a un inconcebible saqueo, y le ha impuesto un sistema que hoy amenaza la propia supervivencia de la humanidad.
No hablo solo en pro de los intereses de nuestra nación. Podría decirse que tales objetivos quedaron atrás, en la medida en que la existencia y el bienestar de los pueblos dejaron de ser nuestros objetivos, en aras de intereses mundiales, sin los cuales, la vida de las naciones es imposible. También es cierto que, en nuestras luchas por la emancipación nacional y social, nuestro país, bastión del coloniaje español en este hemisferio, fue el primero en ser ocupado y el último en sacudir ese yugo después de más de 400 años de dominación.
Nuestra lucha por la liberación nacional se mezcló con el tenaz esfuerzo de los trabajadores de nuestro país por su liberación social. No fue obra de la voluntad; lo fue del azar. El mérito del pueblo cubano es haber sabido comprender y fortalecer los indisolubles lazos entre ambos (Aplausos y exclamaciones de: “¡Viva Fidel!”).
El tiempo que la humanidad dispone para librar esta batalla, es increíblemente limitado. A lo largo de más de tres meses de incesante batallar me esforcé modestamente por divulgar, ante un mundo inadvertido, los terribles peligros que amenazan la vida humana en nuestro planeta. Es sabido, y no me queda otra alternativa que recordar el hecho, de que no estamos viviendo la época de la caballería y el acero de las espadas acompañados por arcabuces de un disparo, que fueron precedidos durante siglos por las máquinas que demolían murallas o trataban de hacerlo, o los carros de combate tirados por caballos, que portaban cuchillos en las ruedas; armas, en fin, siempre crueles, pero de limitado poder destructivo que los humanos usaron para guerrear entre sí, desde que inventaron las mazas, hasta la Primera y Segunda Guerra Mundial, en las que usó armas automáticas, tanques, aviones de combate y fortalezas volantes, submarinos, torpedos, acorazados y portaaviones que elevaron las pérdidas humanas a decenas de millones de muertos, y a cientos de millones las víctimas de la destrucción, las heridas, las enfermedades y el hambre, secuelas inevitables de las guerras.
Dos artefactos nucleares fueron utilizados al final de la última contienda. Nunca el hombre concibió tan terrible destrucción y exterminio. Hace más de 60 años se habla del bombardeo de Hiroshima y Nagasaki; por ahí hemos señalado que el poder destructivo de las armas acumuladas equivale a más de cuatrocientas cuarenta mil veces el poder de alguna de aquellas bombas. Es así, es lo que dice la matemática. No añado más porque tendría que usar palabras bastante duras respecto a las causas y a los responsables de esa tristísima realidad.
Pero eso no bastó. La pretensión de dominio económico y militar de los primeros en utilizar esos aterradores instrumentos de destrucción y muerte, condujeron a la humanidad a la posibilidad real de perecer que hoy enfrenta. No necesito argumentarles lo que ustedes ya de sobra conocen. El problema de los pueblos hoy día, digamos, el de más de siete mil millones de seres humanos, es impedir que tal tragedia suceda.
No me agrada decir la dolorosa verdad, que constituye una vergüenza para todo lo que se identifica como política y gobierno. Al mundo se le ocultó deliberadamente esta realidad y le ha correspondido a Cuba la dura tarea de advertir a la humanidad del peligro real que está confrontando. En esa actividad no debemos desmayar. He utilizado argumentos que no deseo repetir ahora. Frente a los escépticos, nuestro inconfundible deber es seguir librando la batalla. Me consta que un número creciente de personas en el mundo han tomado conciencia de la realidad.
Comentando la primera parte de la entrevista, publicada el lunes 30 de agosto por la directora de La Jornada en ese prestigioso órgano de prensa mexicano, un ciudadano de Nuestra América, que la conoció por el sitio Web CubaDebate, hizo llegar su opinión con palabras tan profundas que decidí incluir, en este mensaje a los estudiantes universitarios de Cuba, lo fundamental de sus ideas:
“Hago un llamado, a todos los países que hoy se encuentran involucrados en conflictos militares. Por favor, piensen siempre en lograr una paz verdadera, que es lo que nos conviene a todos. Nuestros hijos, nuestros nietos y seres humanos del mundo, todos se lo vamos a agradecer. Necesitamos vivir en paz y seguros en un planeta que cada día es menos habitable. Es muy fácil de entender. El armamento nuclear debe desaparecer, ningún país debe poseerlo, la energía atómica debe ser usada solo para el bien. LA ÚNICA VERDADERA VICTORIA ESTÁ EN GANAR LA PAZ.
“Hoy enfrentamos dos grandes desafíos: la consolidación de la paz mundial y salvar el planeta del cambio climático. Lo primero es lograr una paz duradera sobre bases sólidas, la segunda es la de revertir el cambio climático. Hay que tomar conciencia de estos problemas que nosotros mismos los hemos creado y que somos los protagonistas de los cambios que tenemos que lograr. El panorama del siglo pasado no era igual que el de este siglo. El armamento, en estos momentos, es más sofisticado y mortífero y el planeta más débil y contaminado.
“Conferencia Mundial de Cambio Climático de Cancún. […] la única oportunidad que nos queda. […] Estamos llegando a un punto crítico donde no existe marcha atrás. En ese momento, por miedo, quisiéramos hacer cualquier cosa para salvar nuestras vidas, pero ya todo sería en vano y demasiado tarde. Las oportunidades en nuestras vidas pasan por delante de nosotros una sola vez y hay que saberlas aprovechar. Nuestra Madre Naturaleza es como un fumador pasivo que aunque no tiene vicio, la enfermamos indiscriminadamente.”
“Nadie tiene el derecho de usar la violencia contra ningún ser humano, país o nación. Nadie puede cortar un árbol si antes no plantó tres. […] No podemos estar de espalda a la naturaleza. Todo lo contrario, debemos permanecer siempre abrazados a ella. Porque nosotros mismos somos naturaleza, formamos parte de ese abanico de colores, de sonidos, equilibrio y armonía. La naturaleza es perfecta.
“Kioto significó para todos los seres humanos una esperanza…”
“Si no hacemos nada. Nadie se salvará, no habrá lugar seguro sobre la tierra, ni en el aire, ni en el cosmos. La gran energía que diariamente se acumula por el efecto invernadero, ya que los rayos solares quedan atrapados y descargan más energía cada día sobre la superficie terrestre. Provocará que se produzcan desastres naturales de consecuencias impredecibles ¿Alguien en la tierra tendría un botón capaz de poder detener semejante desastre?”
“…no podemos perder tiempo en guerras anacrónicas que nos debilitan y agotan nuestras energías. Los enemigos hacen las guerras. Eliminemos todas las causas que provocan que el hombre vea al hombre como su enemigo. Ni los que se enfrentan en una guerra están conscientes de que esa sea la solución a sus problemas, reaccionan ante sus emociones y no les hacen caso a su conciencia pensando erróneamente que el camino a la paz es la guerra. Yo digo, sin ninguna posibilidad de error, que la paz con la paz se logra y: SI QUIERES LA PAZ, PREPÁRATE PARA CAMBIAR TU CONCIENCIA (Aplausos).”
Hasta aquí lo esencial de sus palabras, bien sencillas y al alcance de cualquier ciudadano del mundo.
El miércoles primero de septiembre, cuando elaboraba este mensaje, una información publicada por el sitio Web CubaDebate nos trajo la siguiente noticia: “Una nueva ola de filtraciones sobre un ataque contra los objetivos nucleares de Irán que Israel prepara junto con Estados Unidos esta vez puede tener un fundamento real, considera en un artículo publicado este martes George Friedman, director ejecutivo del prestigioso centro Stratfor, que cuenta con antiguos analista de la CIA entre sus colaboradores.” Es una persona bien preparada y con prestigio.
La información continúa expresando:
“Han sido numerosas las ocasiones en las que se han difundido diferentes versiones del posible ataque contra la República Islámica supuestamente filtradas desde los servicios secretos. Según expertos, se trataba de un intento de ejercer presión psicológica sobre Teherán para hacerlo buscar el consenso con Occidente.”
“…esta técnica no prosperó y es muy poco probable que se vuelva a emplear con el mismo objetivo, señala Friedman…”
“‘Es paradójico, pero la nueva tanda de rumores sobre la guerra esta vez puede ir dirigida a convencer a Irán precisamente de que no habrá guerra, mientras en realidad se está preparando ya’…”
“El analista descarta por completo que Tel Aviv se atreva a emprender una operación militar sin contar con el apoyo del Pentágono.”
“Al mismo tiempo, el experto advierte que la consecuencia más grave del posible ataque contra Irán sería que la República Islámica bloqueara el estrecho de Ormuz, entre los golfos de Omán y Pérsico, lo cual colapsaría el 45% de los suministros mundiales de petróleo haciendo que se disparase su precio y dificultando la recuperación de la economía mundial tras la recesión.”
Así concluye la información.
Para mí resulta increíble que el temor a un ataque se deba a las consecuencias que puede tener en el precio del petróleo y en la lucha contra la recesión. No albergo, por mi parte, la menor duda de que la capacidad de respuesta convencional de Irán provocaría una feroz guerra, cuyo control escaparía de las manos de las partes beligerantes y la misma se tornaría irremediablemente en un conflicto nuclear global. Es lo que vengo sosteniendo.
Un significativo despacho de la AFP afirma que, “El ex primer ministro británico Tony Blair advirtió este miércoles que la comunidad internacional podría no tener otra alternativa que la opción militar si Irán desarrolla armas nucleares, en una entrevista con la BBC con motivo de la llegada de sus memorias a las librerías.”
Y continúa:
“‘Pienso que no hay alternativa a esto si continúan desarrollando armas nucleares. Deben recibir este mensaje alto y claro’, agregó haciéndose eco de una amenaza que ya han blandido varias veces Estados Unidos e Israel.” concluyo Blair.
Claro, si están fabricando armas nucleares ellos no tienen ninguna prueba ni la pueden tener, porque lo que están es usando unos centros de investigación, haciendo investigaciones; no tienen, hasta dentro de uno o dos años, como ellos mismos han declarado, material para empezar a fabricar una bomba. Esto, sin tomar en cuenta que los fabricantes de armas nucleares tienen 25 000 armas nucleares, sin contar las convencionales inimaginables. No tienen pruebas para ello, se trata de un centro de investigación. ¿Es una razón para atacarlos? Tener una planta que produzca energía eléctrica, partiendo del uranio, es algo que no constituye un delito, y para ellos es una prueba de la fabricación de armas. Ya lo hicieron, lo hicieron en el 1981 contra un centro de investigación iraquí, y lo hicieron en el 2007 contra un centro de investigación sirio; de ese no se habló, es una especie de misterio por qué no se habló. Porque hay cosas terribles que ocurren de las que no se habla y nadie las publica.
Bueno, esas son las pruebas, porque se habla de atacar esos reactores y esos centros de investigación. Por eso no hay que dejarse confundir con la palabrita de “si intentan” fabricar armas nucleares.
Un despacho noticioso de la agencia ITAR-TASS comunica que: “Las sanciones contra Irán no reportarán un resultado deseado, el problema iraní no debe ser resuelto por ningún método de fuerza. Así manifestó hoy el jefe de la diplomacia rusa Serguéi Lavrov en su intervención ante estudiantes del Instituto —qué casualidad— de Relaciones Internacionales MGIMO.”
Y continúa el cable:
“Partimos de que ningún problema mundial debe resolverse por métodos de fuerza, señaló. Lavrov llamó atención a la postura del presidente de EE.UU., Barack Obama, en relación con Irán, particularmente, la involucración de Irán en el proceso negociado. Saludamos una normalización de las relaciones entre EE.UU. e Irán, acotó.”
Estimo que Rusia no es solo miembro del Consejo de Seguridad con derecho a veto, sino también un poderoso país cuya opinión no puede ser ignorada. Independientemente de que en esa Resolución del 9 de junio, todos los que tienen derecho al veto apoyaron la Resolución. Turquía y Brasil no la apoyaron, y Líbano se abstuvo. Ese era un momento de gran importancia, porque la Resolución quedó aprobada, la que autoriza la inspección de los mercantes iraníes y además establecieron un plazo, decían 90 días, hay algunos que dicen que el 9 se vence, otros que el 7. Además dice que ese día tenían que informar si acataron o no.
Ahora hay que ponerse a esperar a ver qué hacen dentro de esta situación, cómo valoran la opinión mundial, qué efecto tendrá, si inventan otro plazo o no, si declaran que no lo van a hacer, o si ratifican que lo van a hacer, podrá tardar más o menos, no puede ser mucho tiempo.
Les recomiendo que estemos atentos, que les pidamos a nuestros medios de información que nos comuniquen, para seguir de cerca la situación.
Gracias a los medios electrónicos hay personas en el mundo, un número creciente de personas, que se informan, porque no pueden impedirlo, independientemente de que las agencias noticiosas y los grandes medios de información en manos de poderosas empresas capitalistas, guarden silencio, el mundo se está enterando. Se los digo por la cantidad de mensajes que llegan. Yo les leí una opinión que escogí: es a las 4:52, a las 4:54, otra a las 4:55, los compañeros que recogen explican que llegan de todas partes del mundo, no solo de América Latina. Es imposible recogerlos y comentarlos, tenemos una idea de los estados de opinión, de la credibilidad que le dan o no, y les puedo decir que dan una credibilidad grande, como ustedes se la están dando. Se ve claro, y eso es decisivo. Es una etapa nueva, nunca se conoció una situación parecida a esta.
Por lo tanto, yo les sugiero a ustedes, y a todos nuestros compatriotas que traten de estar atentos, y a nuestros medios de prensa que informen, porque a veces se guarda un silencio extraño en la prensa internacional y después aparecen, de repente, una serie de noticias. Las que van a venir sucesivamente, cada día son más interesantes.
Nadie puede decir una palabra exacta de lo qué va a pasar, porque están desenvolviéndose estos acontecimientos.
¿Qué pasará el 7, el 9, el 15, el 20? Tenemos que hacer nuestros planes, los planes de trabajo, cada uno el suyo. Yo, por mi parte, me concentro; vengo concentrado en esto hace rato, recogiendo cuanta información es posible.
Pero en este problema todos tenemos una parte de trabajo, una parte de responsabilidad que no significa detener las cosas que estemos haciendo.
Además, otro país muy importante, es el último mencionado aquí, porque fue el último cable, fue de ayer por la tarde.
Un despacho de la agencia Reuters dice que: “La Unión Europea presiona a China para que cumpla las sanciones a Irán.”
Porque además del acuerdo famoso del 9 de junio, el número 1929, estableciendo las sanciones que mencioné, estas potencias satelitales europeas y de otras partes, impusieron sanciones adicionales para estrangular al país y, en este caso, se estaban quejando con relación a China, también con relación a Rusia sobre lo que harán, pero decía así:
“La responsable de política exterior de la Unión Europea Catherine Ashton, dijo el jueves que ha presionado a China para que se asegure que las empresas chinas no ocupen el lugar dejado por las otras compañías que han abandonado Irán a causa de las sanciones…” No dice cuáles sanciones, si las del Consejo o las de ellos, se debe estar refiriendo a todas, por supuesto.
Cualquier persona honesta puede comprender la complejidad del gravísimo problema que hoy amenaza al mundo.
Compañeros estudiantes universitarios, como en otros tiempos, al parecer lejanos y que a mí me parece fue ayer, les agradezco la presencia y el apoyo moral que ustedes le están ofreciendo a esta lucha por la paz (Aplausos). Los exhorto a no dejar de batallar en esa dirección. En esta, como en muchas luchas del pasado, es posible vencer (Aplausos).
¡Que la vida humana se preserve! ¡Que los niños y los jóvenes disfruten de ella en un mundo de justicia! ¡Que los padres y los abuelos compartan con ellos el privilegio de vivir!
La distribución justa de las riquezas materiales y espirituales, que el hombre es capaz de crear por el fabuloso desarrollo de sus fuerzas productivas, es ya la única alternativa posible.
Muchas gracias.
Septiembre 3 de 2010
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