por Hernán Uribe
Una provocación de carácter político urdida por dos senadores chilenos de extrema derecha en contra del presidente venezolano Hugo Chávez y el régimen bolivariano que encabeza finalizó en un rotundo fracaso pues no logró dañar las relaciones diplomáticas entre ambas naciones.
He aquí la pequeña historia de este episodio tragicómico. Andrés Allamand, senador del Partido Nacional (PN) colectividad que emergió bajo la dictadura de Augusto Pinochet para respaldarla y Patricio Walker, representante del Partido Demócrata Cristiano (PDC) el cual en los años setenta fomentó el golpe de estado, visitaron a Caracas para apoyar a las entidades de oposición y “aleccionarlas” ante las elecciones parlamentarias de septiembre próximo.
Fue a su regreso en julio 15, cuando propusieron en el Senado un acuerdo para enviar a Venezuela una suerte de comisión de vigilancia de dichos comicios. Adhirieron otros 13 padres patricios, aunque la entidad posee 38 miembros. Se dijo que la senadora Isabel Allende, hija del extinto presidente, había respaldado, aunque no firmado la resolución. Desde el extranjero donde se encontraba ella dijo con énfasis que no compartía en absoluto las críticas a Chávez y su gobierno.
En Venezuela, la Asamblea Nacional (parlamento único) y el Consejo Nacional Electoral reaccionaron con indignación frente a la evidente tentativa de injerencia en los asuntos internos. Celia Flores, presidenta de la Asamblea apuntó: “Son unos estúpidos estos señores que se asumen como los que van a venir a regular el proceso electoral nuestro”. El presidente Chávez sostuvo que tales senadores a quienes calificó como “herederos de Pinochet” no podrían ingresar a Venezuela y agregó.”Pero que se creen estos señores. ¿Creen que este país es una cancha de bolas? “
En Chile donde hoy existe sólo la prensa SIP, se publicitó que el presidente del senado, el democristiano Jorge Pizarro y otros calificaban a las legítimas protestas venezolanas como “un agravio al senado chileno”, en tanto que los patrocinantes, el dúo Allamand-Walker, en plan de matones, dijeron que “igual irían a Venezuela”.A su vez, el canciller chileno, Andrés Moreno, opinó que el lenguaje utilizado por Caracas era “ofensivo e inapropiado” y además citó a su despacho a la embajadora venezolana, doctora María Lourdes Urbaneja quien reafirmó la posición de Caracas sobre el suceso. La respuesta venezolano del 18 de junio: “La protesta chilena busca dar lecciones de modales y muestra un peculiar sentido del decoro que no se corresponde con la gravedad de los hechos. No aceptaremos ningún tipo de intervención en los asuntos internos del país”.
Al mismo tiempo, el gobierno venezolano protestó ante la Presidencia de Chile y este fue un paso decisivo pues Sebastián Piñera, como jefe de estado, declaró que el Poder Ejecutivo es el que maneja las relaciones exteriores y que no participaba de los ataques a Chávez ni adhería tampoco al acuerdo del senado. (Diario La Tercera, 19-7-10)
Expertos en relaciones internacionales opinan que Chile no puede darse el lujo de enemistarse en esa área pues tiene problemas pendientes con todos los países limítrofes. Con Perú que ha planteado una cuestión de límites marítimos ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya. Con Bolivia, una comisión mixta aborda en estos días el serio problema de una salida al mar para la nación altiplánica .En la guerra en contra de Perú y Bolivia en el siglo XIX Chile se apoderó de 180.000 km2 de ambos países. Respecto de Argentina las riñas por espacios territoriales han sido una constante y hoy está pendiente una decisión de ese tipo en los llamados Hielos del Sur.
Simultáneamente, los intervencionistas recibieron otro golpe duro pues fracasó su pedido de auxilio a la Organización de Estados Americanos (OEA). En portada y destacado, el mencionado La Tercera, tituló el día 19 de julio: “Insulza dice que OEA no puede intervenir en conflicto entre Chile y Venezuela” y en el desarrollo una cita del Secretario General de la entidad: “Invitar a quien se quiera es una prerrogativa de cada país. No conozco ninguna norma internacional que permita que un país vaya a otro a observar una elección” (sic)
El nombre de uno de los protagonistas del disparate político que hemos reseñado nos hace recordar a William Walker, aventurero estadounidense que en el siglo XIX invadió a Nicaragua y se auto proclamó “presidente”. Derrotado por los centroamericanos fue ejecutado en Honduras.
No lo comparamos con el actual senador Walter aunque él si es una persona muy ligada a Estados Unidos en la práctica de su enfermizo ataques a Cuba y ahora también a Venezuela. El está muy próximo al llamado Centro para la Apertura y el Desarrollo en América Latina (CADAL) que funciona en Buenos Aires donde fue creado en 2003 y el 28 de abril de este 2010 ingresó a la OEA como “sociedad civil” (ONG).
Walter es un adicto a CADAL que según fuentes confiables es sólo una faz de la llamada Fundación Atlas financiada ésta por el gobierno de Estados Unidos desde que, sin secreto el entonces presidente George W. Bush le entregó 59 millones de dólares para financiar maniobras en contra de Cuba. En la vida hay muy pocas cosas gratis.
Hernán Uribe es periodista y escritor chileno.
0 comentarios