Este lunes fueron cremados los restos del historiador Luis Vitale
Por Felipe Ramírez Sánchez
El Ciudadano
Con los asistentes cantando “La internacional” fueron cremados los restos del historiador argentino-chileno Luis Vitale, este lunes 28 de junio en el Parque del Recuerdo de Santiago. En la ceremonia de despedida del escritor y destacado militante de izquierda, participaron estudiantes, académicos, activistas sociales, políticos y mapuche, además de Gabriel Salazar, premio nacional de historia.
El 27 de junio en la madrugada falleció Luis Vitale, revolucionario argentino por nacimiento y además chileno por vida política. Su cuerpo fue velado en la Sociedad de Escritores de Chile, en la comuna de Providencia, a donde llegaron decenas de personas y saludos de diferentes organizaciones como Clase contra Clase, Tendencia Socialista Revolucionaria, Movimiento de los Pueblos y los Trabajadores, Frente Patriótico Manuel Rodríguez, entre otros.
Estudiantes secundarios y diferentes generaciones de militantes de izquierda -quienes comentaban las gloriosas jornadas de lucha en las décadas del 50 ó 60- pasaron frente a su féretro con caras dolidas, mientras retratos de Clotario Blest y Luis Emilio Recabarren adornaban las mesas cercanas. Un tomo de su obra Interpretación marxista de la historia de Chile estaba ubicada sobre el ataud, adornado por ofrendas florales que sus compañeros iban colocando a medida que pasaban las horas.
Cerca de 100 personas lo despidieron el lunes 28 de junio en el Parque del Recuerdo. Entre ellos estaba Gabriel Salazar y otros académicos de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile, así como estudiantes, un grupo mapuche y quienes lo acompañaron en sus diferentes experiencias partidarias. La ceremonia finalizó con la cremación de su cuerpo y los asistentes entonando “La Internacional”.
SU VIDA PARTIDARIA
Vinculado en sus inicios a grupos anarquistas ligados a la Federación Obrera Regional Argentina (Fora) cuando era estudiante, se volvió trotskista al tiempo, ingresando al Partido Obrero Revolucionario (POR) el año 1952, para abandonarlo al trasladarse a Chile.
Desde su misma llegada al país en 1955 ingresó a la política participando junto a Humberto Valenzuela en el POR del país, partido hermano de su homónimo trasandino, militancia que combinaba con su trabajo sindical llegando a ser presidente de la Federación de Química y Farmacia. Estuvo junto a Clotario Blest en la Central Única de Trabajadores (CUT) y luego continuó a su lado en el Movimiento de Fuerzas Revolucionarias (MFR) junto a comunistas disidentes y anarco sindicalistas como Ernesto Miranda.
Sus esfuerzos por generar una organización revolucionaria unida continuaron cuando ingresa junto al POR en el naciente Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) en 1965, del que se retira a finales de esa década junto al resto de los trotskistas en 1969 por diferencias con la dirección del grupo de Miguel Enríquez.
Su vida partidaria terminó cuando militaba en el Partido Socialista Revolucionario (PSR), pequeño partido trotskista clandestino que existió durante la Unidad Popular. Luego del Golpe de Estado estuvo recluido en el Campo de Concentración de Chacabuco antes de partir al exilio a Europa, lo que no le impidió continuar colaborando con quienes necesitaran de su apoyo. De vuelta a Chile continuó escribiendo, participando en cuanta iniciativa pudiera y haciendo clases en la Universidad de Chile hasta el último momento.
Pero sus aportes no se limitaron a lo que entregó en su militancia partidaria, su obra académica y como escritor e historiador es indiscutible. Entre sus trabajos más conocidos se encuentran su “Interpretación marxista de la historia de Chile”, una Contribución a una historia del anarquismo en latinoamerica y otra a la historia del MIR, una Historia social comparada de los pueblos de América Latina así como innumerables libros de economía, historia, música, y política.
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