Argentina, Santa Fe: Asesinaron a una de las testigos más importantes de la causa Brusa
LA CAPITAL - TMO
Silvia Suppo, testigo de la causa Brusa, fue apuñalada ayer en la ciudad de Rafaela. La víctima había relatado los padecimientos a los que fue sometida durante la dictadura en Santa Fe, en el proceso que a fines del año pasado terminó condenando al ex juez federal Víctor Brusa y otros cinco represores a penas de 19 a 24 años de prisión. Hasta el momento, los investigadores manejan la hipótesis de crimen común vinculado a la inseguridad, pero tampoco se descarta que el móvil esté relacionado con las violaciones a los derechos humanos.
La mujer, de 51 años, fue atacada a puñaladas en diversas partes del cuerpo en la mañana de ayer, cuando atendía su comercio Siempre cuero, en Sargento Cabral al 200, en el centro de Rafaela. Suppo fue hallada malherida por una clienta, tirada detrás del mostrador, y rápidamente trasladada hasta el hospital Jaime Ferré, donde ingresó consciente. Ya en el centro asistencial fue intervenida quirúrgicamente pero murió poco después debido a las graves heridas recibidas en órganos vitales.
Voceros de la investigación dijeron que en el local comercial, del rubro artesanías y cueros, se comprobó la falta de objetos de valor de oro y plata. En tanto, otras fuentes dijeron que al ingresar al hospital la mujer alcanzó a balbucear que había sido atacada por ladrones.
Si bien Suppo no integraba el Programa de Protección de Testigos de Santa Fe, que es voluntario, esa dependencia ya envió a todo su equipo a Rafaela para interesarse en la investigación y la contención de la familia de la víctima.
El director del programa, Oscar Blando, señaló en diálogo con LaCapital al cierre de la edición de ayer que aún no había novedades que permitieran establecer la hipótesis del robo ordinario o una vinculación con los derechos humanos.
Le transmitimos al juez a cargo de la investigación, Alejandro Mugnaschi, que nuestra intención como gobierno es saber realmente si fue un robo o si esta vinculado a derechos humanos. Si fue un robo hay que calmar a los otros testigos de las causas por crímenes de lesa humanidad, y si tiene vinculación con los derechos humanos es un hecho gravísimo.
La idea del robo es la que más convence a los investigadores y dieron algunas razones: que hay algunos elementos faltantes en el negocio, que el o los autores se llevaron el celular de Suppo y tiraron el chip a pocas cuadras en un recorrido que fue hecho caminando, es decir que no habrían sido utilizados vehículos, y que la saña con que fue asesinada podría relacionarse con la resistencia presentada por la mujer. Otro aspecto señalado es que no hubo ningún tipo de mensaje de los atacantes, como sí ha ocurrido en otros casos de amenazas o agresiones.
Sobre el número de puñaladas, desde el tribunal a cargo del caso aseguraron que fueron más de tres, pero esto se sabrá con certeza tras la autopsia. En ese sentido, el examen forense será realizado en la ciudad de Santa Fe, adonde ya fue trasladado el cadáver, y no en Rafaela, a pedido de los hijos de la víctima.
El testimonio. Suppo fue secuestrada por el Ejército en marzo de 1977, cuando tenía 17 años, junto a su hermano y a quien luego sería su esposo, Jorge Destéfani, fallecido meses atrás. Unos días antes había sido secuestrado su novio de ese momento, Reinaldo Hatemmer, quien continúa como desaparecido.
En el juicio, la mujer narró lo el horror que padeció cuando estuvo detenida en la comisaría Cuarta de Santa Fe, en la Guardia de Infantería Reforzada y en el centro clandestino La Casita.
Durante su cautiverio, fue violada y luego sometida a un abortó por orden de Juan Calixto Perizotti, uno de los condenados en la causa Brusa, para remendar el error, frase que atribuyó al ex policía. En la comisaría Cuarta recibió la visita del entonces obispo de Rafaela, Jorge Casaretto, a quien le contó de la violación y las torturas.
Sobre la relevancia del testimonio, el director provincial de Investigación y Reconstrucción de la Memoria, Jorge Pedraza, afirmó que Suppo fue una testigo importantísima en el proceso penal que desembocó en la primera condena contra represores que actuaron en Santa Fe.
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