Chile: El Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas pide la reforma del sistema electora
El Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas recomendó a Chile reformar el sistema electoral, que tiene un carácter binominal y favorece sólo a las dos mayores coaliciones políticas del país.
La recomendación de ese órgano de la ONU con sede en Ginebra, Suiza, se produjo tras el Examen Periódico Universal del país sudamericano, una evaluación sobre derechos humanos a la que deben someterse todos los Estados miembros.
A Chile se le hicieron otros señalamientos, como la necesidad de avanzar en la igualdad entre hombres y mujeres; defender el derecho reproductivo de las mujeres, que no pueden abortar bajo ninguna circunstancia, incluidos la violación y el incesto; evitar que los indígenas sean víctimas inocentes de la aplicación de la ley antiterrorista.
También le indicaron reforzar la institucionalidad del sistema judicial para que garantice plenamente los derechos humanos; eliminar la jurisdicción militar sobre civiles en casos civiles; continuar con los juicios contra aquellos que cometieron violaciones de los derechos humanos durante la dictadura militar (1973-1990) y reparar a las víctimas.
Se destaca que es la primera vez que las Naciones Unidas expresan su preocupación por el sistema electoral chileno, cuya modificación han venido pidiendo desde hace años los sectores de izquierda del país.
Dicho sistema electoral fue heredado de la dictadura militar y se encuentra contenido en la Ley Orgánica Constitucional N° 18.700 sobre Votaciones Populares y Escrutinios, que consta en la Constitución de 1980.
No sólo es criticado por su origen no democrático, sino también en cuanto a sus consecuencias prácticas, puesto que excluye de la competencia a sectores políticos que no representan a las dos grandes coaliciones de partidos: la gobernante Concertación de Partidos por la Democracia y la opositora derechista Alianza por Chile.
En las elecciones parlamentarias, que ahora se realizan cada cuatro años, se eligen 2 diputados por cada uno de los 60 distritos y 2 senadores por cada una de las circunscripciones. En el caso del senado, se elige una parte.
El carácter binominal y mayoritario del sistema estipula que se proclamará elegidos Senadores o Diputados a los candidatos de una misma lista, cuando ésta alcanzare el mayor número de sufragios y tuviere un total que excediere el doble de los que alcanzare la lista o nómina que le siguiere en número de sufragios.
Si ninguna lista obtuviere los dos cargos, el tribunal electoral elegirá un cargo para cada una de las listas o nóminas que obtengan las dos más altas mayorías de votos totales de la lista, debiendo proclamar elegidos Senadores o Diputados a aquellos candidatos que, dentro de cada lista o nómina, hubieren obtenido las más altas mayorías.
En términos prácticos, significa que el carácter binominal y mayoritario del sistema chileno presenta claras garantías a que exista una representación política equivalente entre la primera y la segunda mayoría, las que corresponden a las dos grandes coaliciones de partidos chilenos desde el retorno a la democracia en 1990.
En consecuencia, la binominalidad garantiza la elección de un candidato de cada coalición política, ya que sólo en situaciones excepcionales los 2 candidatos de una misma lista logran doblar en votación a los 2 candidatos de la otra.
De esta forma, cada época de elecciones ha venido a radicalizar las tensiones partidarias y a poner en cuestión el propio sistema de elecciones.
Por eso, la calidad de la democracia chilena se ha reducido al dejar fuera de la carrera política a los partidos más pequeños, como el Comunista, Humanista, Izquierda Cristiana, los cuales forman el pacto izquierdista Juntos Podemos, que ha obtenido de manera sostenida el apoyo total de alrededor de un 7% del electorado.
En la normativa actual, estos partidos no tienen ninguna posibilidad de estar representados en igual proporción en el parlamento y genera que los partidos de derecha estén sobre representados.
Actualmente, la oficialista Concertación y Juntos Podemos negocian un acuerdo electoral para presentar de manera conjunta candidatos a diputados en algunos distritos donde se podría doblar la elección, con el fin de que los partidos de izquierda puedan integrar el parlamento y arrebatarle cupos a la derecha.
El mecanismo electoral chileno amenaza el principio de representatividad que orienta políticamente a las sociedades democráticas, al no dar posibilidades de que todos los sectores políticos y partidos del país estén en el congreso, favoreciendo sólo a las dos mayores fuerzas políticas.
La coalición oficialista ha intentado modificar el sistema binominal, pero como para ello debe hacer una reforma constitucional, sus votos no han sido suficientes ni en la Cámara de Diputados ni el congreso.
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