EE.UU. prepara el rescate financiero más grande de la historia: podría llegar a un billón de dólares
escrito por David Brooks
En lo que se perfila como el rescate gubernamental del sector privado más grande de la historia, el gobierno de George W. Bush –campeón del libre mercado– anunció hoy que ante “desafíos sin precedente” para la economía, se promoverá una iniciativa para depurar el mercado financiero de cientos de miles de millones de activos dañados, así como otras medidas para frenar la peor crisis financiera desde la Gran Depresión.
Después de que su rescate de tres de las empresas financieras más grandes y la inyección de miles de millones a los mercados de crédito no logró revertir el deterioro de esta crisis, el gobierno de Bush concluyó que ya no tenía otra opción más que proponer un gigantesco rescate “sistémico” del sector financiero. La alternativa, comentaron líderes legislativos aquí, es la implosión total del sistema financiero y sus severas consecuencias para la economía nacional e internacional.
Bush declaró que urge una legislación que permita que el “gobierno federal compre a bancos y otras instituciones financieras activos ilíquidos (sic), así como malos préstamos hipotecarios. Éste es un paso decisivo que abordará los problemas subyacentes de nuestro sistema financiero”.
Algunos funcionarios indicaron que el costo del programa podría ser de unos 500 mil millones de dólares, aunque algunos expertos independientes consideran que podría ascender hasta un billón de dólares.
A negociar con legisladores la propuesta del programa federal
La urgencia es tal que el gobierno de Bush ya está elaborando una propuesta de proyecto para crear este programa federal para negociarla con líderes legislativos este mismo fin de semana, y el Congreso está preparado para iniciar el proceso de debate y evaluación a partir del lunes, con la meta de lograr su aprobación a fines de la semana próxima. Ante una crisis de tal magnitud que amenaza al “sistema” mismo, líderes de ambos partidos –incluso los candidatos presidenciales– ya se han sumado en principio al consenso sobre la necesidad de este tipo de respuesta.
El anuncio de esta y otras medidas fue bien recibido por los mercados, con la Bolsa de Valores de Nueva York registrando una alza de más de 370 puntos.
El presidente Bush –con el secretario del Tesoro, Henry Paulson; el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, y el presidente de la Comisión de Valores (SEC, por sus siglas en inglés) Christopher Cox a su lado– fue obligado a confesar que el libre mercado no podía funcionar más sin una intervención directa y masiva del gobierno. “Nuestro sistema de libre empresa (mercado) se basa en la convicción de que el gobierno federal debe interferir en el mercado sólo cuando es necesario. Dada la situación precaria de los mercados financieros de hoy –y su vital importancia en la vida cotidiana del pueblo estadunidense– la intervención del gobierno no sólo se amerita; es esencial”.
Al hacer un recuento de todas las medidas que ya se han tomado a lo largo de las últimas dos semanas para intentar resolver la crisis, Bush dijo que ahora se requería más. “Debemos abordar la causa de gran parte de la inestabilidad de nuestro mercado: los activos hipotecarios que se devaluaron durante la desaceleración del sector de vivienda y que restringen el flujo de crédito. La economía de Estados Unidos enfrenta desafíos sin precedente, y estamos respondiendo con medidas sin precedente”, afirmó.
El secretario del Tesoro Paulson ya había anunciado poco antes que “el gobierno federal tiene que implementar un programa para remover estos activos no líquidos que están pesando sobre nuestras instituciones financieras y amenazando nuestra economía. Este programa de alivio de activos problemáticos tiene que ser apropiadamente diseñado y suficientemente grande para tener el máximo impacto”.
Aunque no ofreció más detalles, afirmó que el programa sería negociado con líderes legislativos a lo largo del fin de semana, y cuando fue preguntado sobre qué tan “grande” sería, respondió: “estamos hablando de cientos de miles de millones”.
Insistió en que el gobierno ha tomado acciones caso por caso al abordar problemas en las empresas financieras en estas semanas, pero “ahora tenemos que tomar acción mayor y decisiva para abordar fundamental e integralmente las causas de raíz de las presiones sobre nuestro sistema financiero”.
Además de proceder con la elaboración del programa de rescate de bancos e instituciones financieras a través de la compra a mayoreo de las hipotecas dañadas e instrumentos de deuda ligadas a ellas, el gobierno de Bush anunció otras dos medidas significativas: la SEC impuso una prohibición sobre las llamadas “short sells”, la maniobra de corredores que buscan beneficiarse de la crisis al apostar contra los valores bancarios (en total, se prohíben los short sales de 799 tipos de acciones financieras) y, segundo, el Departamento del Tesoro anunció que garantizará de manera temporal los fondos mutuos de inversión del mercado de dinero por hasta un total de 50 mil millones para asegurar su solvencia.
Además, la Reserva Federal continúa inyectando dinero para proporcionar “liquidez” a estos fondos entre otros mercados monetarios. En las últimas 48 horas, ha tenido que inyectar un total de casi 300 mil millones en los mercados financieros.
Ante el continuo deterioro de la crisis, Paulson y Bernanke sostuvieron una reunión de emergencia con líderes legislativos de ambos partidos la noche del jueves en las oficinas de la presidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi, para plantear lo que hace pocas semanas era impensable, sobre todo para una presidencia republicana –una intervención gubernamental con fondos públicos sin precedente para rescatar el sector financiero privado. La situación que pintaron fue tan dramática que los líderes legislativos de ambos partidos acordaron en principio proceder con este esfuerzo aunque aun podrían surgir severas diferencias y presiones políticas.
“Socialismo para los ricos y capitalismo para los pobres”
El senador Christopher Dodd, presidente del Comité Bancario, y uno de los participantes en la reunión a puerta cerrada, declaró a ABC News hoy que el país podría estar “a unos días de un derretimiento de nuestro sistema financiero”. El senador Charles Schumer comentó después del encuentro que “jamás habíamos escuchado lenguaje como este”.
Pero a la vez un rescate del sector financiero representa un problema para estos mismos políticos ya que millones de contribuyentes que hoy enfrentan juicios hipotecarios y costos más altos de crédito, combustible, alimentos y más no recibirán con gusto que miles de millones de sus impuestos sean dedicados a rescatar a los ricos.
Por lo tanto, los líderes demócratas ya están indicando que demandarán que el programa de rescate también ofrezca apoyo para los quienes están perdiendo sus viviendas por no poder pagar sus hipotecas, para los desempleados y otros afectados por la crisis actual.
“Mientras Wall Street celebra, el hombre en la calle debería estar llorando en su cerveza. Esto es socialismo para los ricos, capitalismo para los pobres”, dijo Dan Server, profesor de finanzas en la Universidad Estatal de San Diego, a la agencia Reuters.
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