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T r i b u n a c h i l e n a

Pisagua o la memoria a tajo abierto

Andrés Bianque
Rebelión

Eran los primeros días de Dictadura, entonces, imponer castigos ejemplares era la orden del día, de las tardes y de la noches también.

Entre el 29 de septiembre de 1973 y Junio de 1974, fueron ejecutadas 26 personas las cuales se encontraban detenidas en Pisagua. A principios de Junio del año 1990 se descubrió una fosa común, y lo que serían los restos de una veintena de seres humanos asesinados por los Militares chilenos.

Han pasado 17 años desde aquel entonces y los culpables siguen muriendo de viejos, y perfectamente amamantados por jugosas pensiones estatales…

Pisagua fue un puerto peruano hasta antes de la Guerra del Pacifico, guerra financiada por el colonialismo Inglés, donde la mano de obra barata la puso el ejército de Chile. De allí se transformó en el tercer puerto en importancia en el territorio nacional debido a la fiebre del salitre.

Sin embargo, después de refrigerado el estado febril por causas internacionales, también se apagó la vida allí, desde ese entonces ha sido una vela a medio a pagar debido a su ubicación en el desierto más árido del mundo.

Bajo la Dictadura de Carlos Ibáñez Campo, y debido a su difícil acceso, el lugar fue usado como centro de detenciones y campo de concentración en contra de homosexuales y de “inadaptados sociales”. Después, un traidor de Exportación y Exhibición llamado Gabriel González Videla, utilizó la localidad con el mismo propósito, pero esta vez con dedicación exclusiva en contra de los Comunistas.

En el año 1973 irrumpe Pinochet, el cual haría parecer a los dos anteriores como vulgares matoncillos.

Cabe destacar la decidora anécdota acaecida entre Pinochet y Salvador Allende muchos años antes de que Pinochet se convirtiera en navaja de negreros. Bajo el Gobierno de Gabriel González, el Partido Comunista fue declarado ilegal, dirigentes sociales y militantes comunistas fueron enviados al campo de concentración en Pisagua. Allí fue destinado un teniente llamado Augusto Pinochet Urgarte. En 1947, El Senador Allende fue a visitar a los presos políticos. Un lugareño cuenta que Pinochet ponía trabas a quien fuera a visitar a los presos y Allende no fue la excepción. Hasta que el Senador Socialista le increpó a quemarropa; ¿Cómo un tenientillo trata de impedir el paso a un senador de la República? Apártese, vociferó el futuro presidente. Pinochet realizó la mueca típica de un bebé recién nacido y se apartó.

Años más tarde, estando Allende en La Moneda, recordó a Pinochet que en Pisagua había un oficial del mismo apellido “No, yo no era ese oficial, alcance de nombres tal vez” mintió el militar. El mismo Pinochet hace mención y destaca esta anécdota en un libro, como ejemplo supremo de su astucia.

E1 18 de septiembre de 1973 desembarcaron desde el barco mercante Maipú, poco más de 50 presos detenidos a los pocos días del golpe militar. La cárcel de Pisagua, recinto de tres pisos, superó su capacidad a límites inhumanos. Prisioneros trasladados desde todo Chile, especialmente desde Norte, llegaban a parar al viejo puerto. Hacinados, hambrientos, sedientos, deshidratados, torturados y heridos yacían los hombres en barracas muchas veces construidas por ellos mismos.

Las riendas de este puerto hecho hiena, era conducido por el teniente coronel Ramón Larraín y el capitán Sergio Benavides. Súmese a eso el carnicero Carlos Forestier Haensen, jefe de la zona en Estado de sitio en la provincia de Tarapacá y Comandante en jefe de la sexta División del ejército, el cual tuvo autoridad máxima sobre los sádicos sucesos en el campo de prisioneros.

Algunos sobrevivientes recuerdan claramente el accionar de tan valiente Militar, quienes fueron sometidos a todos los vejámenes y torturas posibles a petición de Forestier, un ex preso afirma que el Comandante sentía un odio irracional hacia todos los que estaban allí. No pudiendo ser de otra forma, el Comandante Forestier murió tranquilamente a la edad de 84 años como muchos otros que conocemos. Una de las últimas visitas que tuvo el Comandante fue la ilustre presencia de su superior directo en tiempos de carnicería en Pisagua, Pinochet, a pesar de su terrible estado de salud, demencia senil y otras macanas, compartió bebidas y comidas con su viejo amigo de armas.

En un primer momento, la dictadura tenía muy claro los blancos a seguir. Todo aquel que perteneciera a algún grupo armado sería fusilado, ejecutado en el acto y si tenía suerte, sería primero torturado para después ser asesinado igual. Después vendrían los militantes o simpatizantes de partidos políticos afines al gobierno de la Unidad Popular que obviamente correrían la misma suerte que los anteriores, para por último asesinar a personas sin militancia pero que desempeñaran algún rol social o tuviesen algún cargo o en el gobierno ó en el ámbito social. Obviamente que las características podían mezclarse entre unos y otros. Fue así como en Pisagua se instalaron o constituyeron los “Consejos de Guerra” en los cuales el único consejo era matar y matar. Independientemente que había un solo bando que estaba en Guerra.

En Pisagua se constituyeron tres consejos de guerra, más uno que nombra el Informe de Verdad y Reconciliación conocido solamente por los bandos 11 y 12 de Octubre. En total estos consejos de Guerra procesaron a 147 personas. Imagino que es fácil entender y presumible que, el “código de justicia militar”, los procedimientos, estructuras para los Tribunales Militares, convenciones de Ginebra, tratados internacionales o el Estado de Derecho, no corren para los militares Chilenos. Mario Acuña Riquelme, Fiscal Militar, junto con Ramón Larraín y Forestier levantaron un entramado jurídico militar meramente como fachada y encubrimiento de sus asesinatos. Por ejemplo, si un preso era condenado a 10 años de prisión, no se respetaba la decisión adoptada por el mismo Tribunal Militar, cambiándola si o si por la pena de muerte

El 31 de mayo de 1990, la Vicaría de la Solidaridad presentó ante el Juzgado de Pozo Almonte una denuncia por inhumación ilegal. Testigos de las ejecuciones realizadas, más otras personas de la localidad apuntaron a la existencia de fosas clandestinas.

Entre el 2 y 3 de Junio la búsqueda que allí se realizaba dio resultados. Frente al mar estaban enterrados, en una planicie alejada del pueblito de una sola calle, fueron fusilados y arrojados a la fosa común, cubriéndolos con cal, piedras y tierra.

La herida sangrante medía dos metros de ancho, once metros de largo y dos metros de profundidad. La sal detuvo el tiempo y se encontraron 20 bultos envueltos en sacos, donde los cuerpos permanecían intactos, aún se divisaba la ropa, los alambres que amarraban sus manos y las vendas que cubrieron sus ojos. Las fotos son estremecedoras, con la boca abierta tratando de engullir un último trozo de aire muchos de ellos se quedaron.

Se encontraron cuerpos de personas que según la Justicia militar habían sido liberadas, de los que se tenía clara noticia de su muerte no se sabía de sus cuerpos, de los que fueron condenados a largos años de prisión se les conmutó la pena por la de fusilamiento.

Mentiras, cuentos y omisiones son claros galones que adornan sus pomposos trajes.

Las Fuerzas Armadas esgrimen que estuvieron en Guerra, no obstante; ¿por qué no entregaban los cuerpos, por qué mentían, por qué falseaban los hechos, para qué asesinar con tanta premura, cuántas balas se gastaron en la espalda de los supuestos fugados, por qué ocultar sus valientes proezas militares?

Sino se encuentra el cuerpo de las personas asesinadas, no se puede probar el delito.

Esta fue la filosofía militar...

Los militares sabían perfectamente donde estaban y donde están los restos de fusilados, donde están los detenidos desaparecidos, pero obviamente saben que su accionar fue el de ratas cobardes y entienden que esos cuerpos les escupirían su asqueroso accionar.

Entonces, bajo Dictadura y bajo los supuestos gobiernos democráticos, brigadas de ilustres oficiales han corrido a desenterrar los cuerpos derrotados y han corrido nuevamente a entregárselos a otras insignes brigadas marciales para que de una vez por todas se deshagan de las pruebas incriminatorias y brindarles paz y tranquilidad a sus vetustos maestros y abuelos.

Sin duda un hermoso trabajo el que realizan estos desinteresados nuevos militares, Seguramente cuando llegue la ocasión, estarán esperando que otras generaciones les hagan el mismo favor.

Al final de cuentas, por cada historia de muertos y desaparecidos se repite el mismo denominador común. Las Fuerzas armadas de Chile son un montón de Cobardes que tienen por vocación dispararle en la espalda a sus víctimas o primero capturarlas, maniatarlas, torturarlas y después, con la valentía que tiene el cobarde cuando se siente a resguardo, dispararles.

Los falsos enfrentamientos, los ilusorios intentos de fuga, los dinamitados, los enterrados vivos, los quemados, los ahorcados con alambre, etcétera, etcétera son la especialidad castrense. Mentalidades torcidas y retorcidas.

No hay que tenerles ningún miedo, ningún respeto a esos militares fascistas, públicos o anónimos, de lo único que hay que cuidarse es de no darles la espalda sino ya sabes.

Sin duda, las enseñanzas de la Escuela de las Américas caló profundo y dio sus frutos a lo largo de la América Morena.

Cementerios Clandestinos en Tegucigalpa, Honduras, el Municipio de Chisec en Guatemala, Córdoba Argentina, Montevideo Uruguay etc etc etc…

En todos estos y otros lugares se usaron los mismos procedimientos. En nombre de la patria, se violan los más elementales y sagrados Derechos Humanos. En el caso de los cementerios clandestinos, Chile no es el único país donde los Militares remueven y desentierran cuerpos para encubrir sus crímenes, Uruguay, Argentina, Brasil, Paraguay entre otros sabe de eso también. Denominadores comunes se repiten una y otra vez

¿Coincidencias Históricas o Creencias valóricas?

Dictadura rima con tortura, he ahí el quid detrás del asunto.

Un olor se mezcla en el aire, a ratos es la voz anónima venida de uno no sabe que parte, otras, es el viento que susurra al oído un ¡Ahí están!

Los guijarros y la grava van gimiendo un lamento extraño al paso de los pasos, no se sabe si son piedrecillas o dientes ó fragmentos de orquídeas óseas olvidadas.

Un escalofrío caliente recorre el cuerpo, manchas como velas aceitadas de cuerpo humano tiñen las piedras y las rocas. La tierra es dura, dura como el olvido y esa tierra forrada en salitre, sal, y acrílico y suelo rígido que momifica no sólo los cuerpos sino la historia, conservó y conserva esqueletos y osamentas que nos llaman desde todos los rincones...

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