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T r i b u n a c h i l e n a

Judíos, pueblo elegido... ¿por el demonio?

Judíos, pueblo elegido... ¿por el demonio? Los protegidos de George W. Bush y EEUU activan al máximo su negocio de la guerra y la muerte, seguros de su abrumadora superioridad bélica, sin Dios ni ley internacional

(31/07/06)

LOS IRAQUÍES MUEREN como moscas en sus ciudades. Las estadísticas se apilan, son cadáveres, huelen a muerto los números. Los mismos que inventaron los árabes. Las matemáticas casi exactas, como la muerte, crecen geométricamente como los muertos.

Espiral de ataúdes huérfanos, sueños arenosos/ asciende el plomo con su capa azul/ de niño bueno/ Y nadie vuelve del caballo loco del tiempo/ Baja tú Dios, si puedes/ sin arena en los ojos/ a estos cielos bajo tierra/ .¿El sombrero es de Dios/ el techo del cielo y la tierra?/ Más preguntas que respuestas/ más respuestas sin respuestas/ Babel de corcho flota en este desierto/ De huesos duros la palabra/ muslos redondos, el verbo/ que asoma, asoma/ intachable bajo dos colinas/ Y todo vuelve al principio/ de las ruinas, la nada. Las ferias aguardan mejores tiempos/ bestias que seguirán vivas/ rondando sus bestias muertas.

Las matanzas ocurren en cualquier lugar y ciudad. A muchos les hace olvidar las estadísticas de los soldados muertos y mutilados de Estados Unidos, que también van quedando en las carreteras y en el desierto de esa nación invadida y desangrada. Varados en la nada, un tiempo ya perdido, restado de antemano a un futuro incierto Con su mirilla telescópica, infrarrojos, blindados, todo el equipaje letal del siglo XXI, los soldados invasores recorren las calles, el desierto, las carreteras, los mercados, se instalan en la vida y muerte de Irak, con sus campamentos abastecidos por la última tecnología de la muerte. Se mimetiza el terror de ayer con el de mañana, siempre en presente, la muerte.

La muerte pareciera ser la única con esperanzas de seguir subsistiendo en las arenosas avenidas de Irak, allí donde El Tigris y Eufrates cruzan también su destino frente al desierto. El tiempo es un espectador más, mutilado en alguna de las calles de la vida. Los suicidas estallan, vuelan con sus automóviles y sus cuerpos ingresan forrados en explosivos en las mezquitas, mercados y cafés. Son como una caja de música infernal, sin retorno; las notas del infierno vuelan y rajan las paredes del silencio. Es una decisión mortal y los invasores han hecho posible esta bendición. Arrasan con el viento y la humanidad de quienes están a su alrededor en ese instante. Todo vuelve a morir. Los cuerpos arden como paja en un granero. Quedan calcinados, sin la más mínima expresión que el terror y sus uñas doloridas. ¿Para qué ir al Infierno si está aquí en casa? No es el único lugar y los ángeles de la muerte también vienen de lejos. El Líbano en su turno infernal abre las puertas al infierno israelí.

TAN CERCA DE DIOS Y DE LA CASA BLANCA
Tan cerca de Dios y de la Casa Blanca, “el pueblo escogido”. Niños israelíes dedican la muerte en los proyectiles que el ejército de su país dispara y lanza al Líbano como dátiles envenenados. Los diarios titulan: guerra salvaje y abierta. ¿Cuándo ha habido una guerra tierna y encerrada en una bola de cristal o en un camisón de la mamá? Las orugas de los tanques pasan por la piel del Líbano. El país está cayendo a pedazos, no hay límites en la destrucción, aeropuerto, carreteras, fábricas de alimentos, camiones autobuses, mezquitas, 46 puentes. Miles de millones de dólares en pérdidas físicas, sin contar las humanas, en su mayoría niños y civiles. Es un crimen de guerra. 6 brasileños muertos. 4 observadores militares de las Naciones Unidas murieron en un bombardeo israelí al sur del Líbano, a pesar que estaban plenamente identificados y se contactaron al menos 10 veces con el comando judío. Los observadores militares, que no portaban armas, eran de nacionalidad austríaca, canadiense, china y finlandesa. La artillería israelí había atacado el puesto de la ONU 14 veces.

El tsunami israelí supera los desastres más alucinantes y aterradores de la naturaleza. Israel bombardea zonas de refugiados y la ONU dice que viola el derecho humanitario. No hay humanidad en la humanidad. La ONU está en Nueva York, detrás de un gran cristal, la vitrina del mundo civilizado y se reúne para no acordar el cese del fuego en el Líbano, que agoniza en manos de un ejército invasor apoyado por Estados Unidos, país sede de las naciones Unidas. Noticiero de horror y terror, los muertos cabalgan desolados por el desierto, entran a las mezquitas calcinados y sueñan con la vida eterna. Soplan vientos de Tercera Guerra Mundial o Cuarta, porque la Guerra Fría, pudo ser la Tercera. 60 por ciento de los norteamericanos vislumbran un panorama sombrío y no es para menos, porque vuelven más tropas a Irak y el muerto no descansa en paz: guerrea, guerrea. ¿Hasta cuándo la muerte dará la última batalla? Las Naciones Unidas se han auto bombardeado en Nueva York En el puesto del Líbano fue Israel con la luz verde de Washington. ¿Para qué silenciar un puesto desarmado perdido de la ONU al sur del Líbano, cuando el edificio de cristal y silencio permanece inútilmente atado ante lo que ya se ha calificado crímenes de guerra? 10 horas se reunió el Consejo de Seguridad para nada. Las horas más culposas de esta tragedia.

Según las Naciones Unidas han muerto 50 mil iraquíes desde la invasión de Estados Unidos y Gran Bretaña, del 2003. Los norteamericanos muertos no alcanzan los 2.600, aunque los heridos son unos 15 mil. 100 iraquíes mueren en promedio diariamente. Bush enviará más tropas a Irak. Plan B, dicen. El abecedario llega hasta la interminable Z. Washington y su díscolo delfín de Tel Aviv, mantienen en vilo la humanidad. “Israel anticipa larga campaña”, titula la BBC. “Gabinete Israelí decidió no ampliar ofensiva terrestre”, titulan las agencias internacionales. Las bajas del ejército israelí en su ofensiva terrestre en el bastión sur de Hizbolá, no parecen presentables para el propio ejército y la opinión pública local. (Se fueron del Líbano franceses/ ingleses/ norteamericanos/ argentinos,/ chilenos/ brasileños,/ colombianos/ mexicanos/ venezolanos. Sólo los muertos se quedan dando una última batalla bajo el silencio de sus ropas muertas, paisaje muerto, ojos de muerto que abandonan todo, sobre los escombros y las ruinas que florecen en cada esquina.)

DESCABEZAN ÁRBOLES, LAS PIERNAS VUELAN
Las montañas y las mezquitas parecen sinónimo de protección, cuando cientos de miles de extranjeros huyen de Beirut, ante los bombardeos indiscriminados de la aviación israelí, de sus modernos F 16. El Éxodo ocurre en todo tipo de movilización, aunque el Líbano está bloqueado por aire, mar y tierra. ¿La muerte huye de sí misma? La realidad se supera, si la muerte le acompaña? La realidad desconoce su infinito poder bélico, se asombra y procede a inventarse su propio escenario. La realidad se atrinchera, agazapada dispara en su frontera, gana titulares obscenos, miserables, con el despojo de los restos de los muertos. Las aldeas agonizan bajo el trueno silbante de los mísiles, se iluminan en el resplandor de la muerte. Truenan los cañones y desde el aire, la muerte se deja caer sin paracaídas. No son aficionados los que convierten en escombros las aldeas del Líbano y las ciudades junto al Mediterráneo. La artillería descabeza árboles, techos, cúpulas, cabezas sin cabeza. Rueda el odio de la ancestral no-convivencia. ¿Cómo será un día en la vida de la muerte? Atroz seguramente, sin tiempo, enterrando la vida, dejando sin aliento, ni respiración la carne, los huesos humeantes frente al gusano. Las piernas quedan en el camino. Uno ojo en la sombra mira el porvenir en el resplandor del pasado.

La historia es un escombro antes que alguien decida y comience a construir. Una mancha negra aceitosa recorre las costas del Líbano. EL Mediterráneo agoniza. El mar, el mar con su espinazo roto permanece inmóvil. El Líbano es un pequeño Vietnam, a la medida del Medio Oriente y las águilas de David. Katyusha, se llaman los cohetes caseros de la guerrilla No hay que preocuparse, según los reportes de la prensa internacional: la mayoría de esos truenos rudimentarios caen en campos abiertos, terrenos baldíos o playas. Las bombas y mísiles israelí, made in USA, son más precisos. Estados Unidos está enviando bombas satelitales y guiadas por láser a Israel para que se utilicen en el ataque contra el movimiento extremista Hizbollah, confirma el "New York Times. El país, Israel, aún tiene "una larga lista de blancos en el Líbano".

La muerte deambula en el Líbano/ botas negras, la parca escribe su epitafio/ frente al mar, frente al mar la noche es más tibia y lejana/ los extranjeros llegan y dejan el puerto con sus idiomas olvidados/ Babel va y viene , se sienta a dormir en un hotel sin ascensor/ bajo un puñado de dátiles muertos/ cae un casa con la frente herida/ no saben que destruyen el paraíso perdido/ Cañería de venas muertas/ el mar es un fósforo quemado/ ardiente silabario de hombros caídos/ El Mediterráneo es este lamento de tiempo muerto/ La sirena de Dios bosteza bajo los aplausos/ Silueta de dos cuernos este infierno/ la rosa helada muere bajo su propia espina.

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