Israel pisotea a Palestina...
Con el apoyo interesado o inconsciente de agencias noticiosas y periodistas, las atrocidades judías son blanqueadas, mientras se demoniza a los palestinos |
Roberto Manríquez, periodista
(30/06/06)
“DECIR LA VERDAD es un acto revolucionario”, rezaba la leyenda, tomada de una novela del visionario George Orwell, en la pancarta que portaba Steven Jago y por la que fue detenido en pleno centro de Londres. Lo acusaron de infringir lo que se supone son las nuevas leyes contra el Crimen Organizado, según denuncia del periódico inglés The Independent, el cual, por repetir el anuncio, ha optado por advertir a sus lectores que podrían cometer un delito al leer el diario.
Que el absurdo proceso, por el que quizás deba cumplir una infame condena, recaiga sobre quien exhibía una frase bastante inocente de Orwell resulta todo un guiño al autor y una revelación feroz acerca del estado de nuestra libertad o del avance de las ideas
Israel acaba de reocupar Palestina. La excusa nuevamente es el imperativo de perseguir a terroristas, exactamente la misma explicación que esgrimió Hitler al invadir Checoslovaquia; la precisa frase de Bush al invadir Irak y el mismo poco original argumento de Reagan al invadir Grenada e intervenir Centroamérica. Es, también, lo mismo que servía para encubrir los crímenes de Pinochet, el combate al terrorismo.
Tales consignas, evidentemente falsas y vacías de contenido, no tendrían mayor repercusión si no fueran repetidas, en forma gratuita a veces, interesada las más, incluso de manera inconsciente, por el periodismo en general.
Las palabras guían la acción como el timón un barco, sentenció Tolstoi; y la verdad es que es cierto. Fue a medida que la dictadura era denunciada como tal, que se recogían los testimonios de los torturados y las familias de los desaparecidos, que la opinión pública mundial se pudo dar cuenta del tipo de régimen que habían instalado los militares en Chile y que la población comenzó el largo camino que conduciría al derrocamiento del dictador.
Hoy recordamos cómo nos irritábamos cuando un comunicado de la CNI, leído en televisión y expuesta en El Mercurio, La Tercera y La Segunda, presentaban los asesinatos como enfrentamientos. ¡Y los cadáveres estaban llenos de balazos por la espalda, como sucedió en la Operación Albania! Comunicados de prensa de este estilo eran una invitación a los homicidas a continuar la tarea. Como también palabras más sutiles del tipo “la manifestación fue disuelta”, en lugar de “reprimida” o “murió”, en lugar de ser asesinado.
George Orwell expresaba que el poder es más eficaz en la medida que logra disfrazar lingüísticamente sus acciones, de forma tal que se entienda lo contrario.
En la historia de Chile estamos habituados al orwellianismo. La llamada Pacificación de la Araucanía no fue otra cosa que la ocupación por parte del Estado Chileno, Ejército mediante, de las tierras de los mapuche de Malleco al sur. Invadimos, en buen romance.
El Medio Oriente rebosa de eufemismos y orwellianismo. Los ataques, asaltos e invasiones israelíes se convierten mágicamente en incursiones. Los palestinos son siempre activistas, así sea una niña de tres años o un anciano de 70, los que indefectiblemente caen o mueren, nunca son asesinados, no al menos como los ciudadanos israelíes, que siempre son asesinados alevosamente, al decir de los despachos la mayoría de los colegas periodistas.
Todo se inició por el secuestro de un soldado judío, dicen los reporteros, no por las 24 personas, todas ciudadanas palestinas, asesinadas desde la semana pasada, incluidos una decena de niños. Se muestran profusamente fotos de los secuestrados, se investigan sus vidas, nos invitan a estremecernos con el secuestro, pero nada se dice acerca de esos niños que ni siquiera tienen posibilidad de ser liberados, porque fueron masacrados.
Culpar al ejército de Israel o sólo a su dirigencia por estos crímenes resulta estrecho.
Asesinar niños la táctica del terror Israelí
Roberto Manríquez, periodista
(10/07/06)
EL TERROR ISRAELÍ esta vez ha logrado algo casi impensable hace unos días, la velada, al menos, crítica de la Unión Europea sobre el “uso desproporcionado de la fuerza” en el caso de el Líbano. El matiz esta dado porque aún continúa el uso de la fuerza en el sur, en Gaza, el terrorismo hebreo desplegado a voluntad.
El bombardeo por aire y mar del Líbano y que amenaza Beirut, ya ha causado decenas de muertes y cientos de heridos. Como se viene haciendo costumbre, en estas salvajes agresiones, ya son diez los niños víctimas, pareciera una nueva variante del terror israelí.
Así como Menguele se obsesionaba con los chicos en los campos de concentración nazis, hoy tenemos al gobierno judío de unidad nacional obsesionado con asesinar tantos niños como se pueda antes que la paciencia de la comunidad internacional se colme. Algo que lamentablemente puede tardar.
Bus, como siempre, ha arengado a continuar la carnicería, con un “Israel tiene derecho a defenderse”. Me imagino como tendría que bombardear “posiciones” en Washington un hipotético ejército iraquí que tuviera al menos la posibilidad siquiera de “un derecho a defenderse” tal y como lo entiende George junior.
Seguramente se difundirán encuestas donde la población israelí mostrará mayoritariamente su acuerdo, algo no muy novedoso en sociedades profundamente sometidas a un bombardeo de propaganda y sometimiento doctrinal. Quizás lo asombroso sería que hubiese disenso.
Cuando Pinochet estaba preso en Londres, en una especie de milagro, en nuestro país se realizaban encuestas de opinión para “probar” cómo “el país quiere la vuelta” del dictador.
Los resultados eran algo así como 60% a 40% a favor de la liberación del genocida. Una muestra previsible del continuo bombardeo al que éramos sometidos por entonces, por los medios de comunicación, políticos de todos los partidos, salvo microscópicas excepciones, Fuerzas Armadas, Iglesias y etcéteras advirtiéndonos que ardía Troya sino devolvían al anciano dictador. Lo asombroso esta vez era la cantidad de chilenos que se mostraban dispuestos a resistir las presiones y decían no!
Pero algo está cambiando, esta vez se ha visto en algunos despachos periodísticos hablar claramente de asesinatos, de bombardeos a población civil, escuchando una ausencia cada vez menor de eufemismos que quizás nos acercan a un cambio en la balanza a favor de los derechos humanos.
Creo que no es inoficioso continuar insistiendo en que es la propia Israel la que se aproxima al abismo, junto a todo Medio Oriente claro está, al entrar en una lógica donde la hegemonía es más importante que la propia existencia.
Desde nuestro país, es decepcionante que mientras el gobierno repite irritantemente, por la Cancillería, aquella estúpida letanía de “ambas partes deben hacer un esfuerzo”, que equivale a decir al ladrón y a su víctima que hagan un esfuerzo por entenderse, sin reconocer el robo que son los territorios ocupados. La cancillería argentina por ejemplo llamaba la atención por las agresiones israelíes.
Mercosur está pronto a suscribir un acuerdo de libre comercio con Israel; sería bueno que algún legislador impusiera alguna objeción humanitaria
Que el mundo exija a Israel que pare esta mierda
(20 de julio de 2006)
Dada la abundante evidencia del desbalance noticioso en Medio Oriente a favor de Israel, el periodismo de la corriente principal y el que nos llega de rebote han recurrido a una nueva artimaña racista para ocultar que sus simpatías no están con la verdad precisamente. Esta vez es más sutil: se trata de no nombrar a Israel, al Estado agresor, al asesino de 250 personas en el Líbano.
Una muestra gráfica en El Mercurio titulaba “Misiles sobre el Líbano causan ya 250 muertes, misiles de Hizbula 15 en Israel”. El detalle es evidente para quien se acerque con perspicacia. Los misiles sobre el Líbano parecen lanzados desde el cielo por fuerzas desconocidas.
Para quien se asome a los lamentables despachos de la televisión criolla – Una vez más gracias Internet, gracias Robert Fisk – queda en evidencia que los bombardeos son terribles, pero nunca queda del todo claro quién los lanza, los libaneses sólo aparecen como víctimas del destino, de aviones y terribles bombardeos lanzados por alguien al que nunca se nombra.
Vi dos notas hoy por televisión de una chica chilena atrapada en el bombardeo y nunca se mencionó a Israel. Resultan deprimentes los despachos de los enviados especiales de los canales locales, con una ignorancia de lo que cubren que realmente sorprende, al menos podrían llevar un libro de historia para leer en el aeropuerto.
Pero la idea de no nombrar a los agresores hebreos se extiende a todos los ámbitos. Un pedido de Naciones Unidas para recaudar fondos para ir en ayuda de la población libanés omite lo obvio. El Líbano está siendo destruido aquí y ahora ante nuestros ojos por Israel. Imagine el lector que va caminando por la calle y sorprende a un grupo de personas golpeando a una (algo así como la diferencia militar entre el Líbano e Israel); usted ve la agresión y comienza a pedir dinero a los transeúntes para pagar la probable hospitalización del agredido mientras la golpiza continua. Eso es Naciones Unidas. De hecho hay un precedente, lo hizo con Iraq.
Parafraseando a Bush sería bueno que el mundo se pare y le diga a Israel que pare toda esta mierda... y la prensa también.
Llaman a boicotear empresas sionistas. Ver aquí
COMENTARIOS DE LECTORES
* Un pueblo maldito como Israel que mató a Jesús, jamás tendrá paz. Fuerza Palestina, mi convicción está con ustedes. Caco
* Todos conocemos y sabemos el gran poderío económico y bélico que tiene Israel; su gran aliado EEUU maneja la información a través de los grandes medios de comunicación que además, normalmente, son de propiedad judía. No se trata de ser nazi ni antisemita ni anti nada, pero hay que decir la verdad y la verdad es que el pueblo palestino desde que fuera despojado de sus tierras, ha estado sufriendo desde hace mucho tiempo y el mundo hace oídos sordos Claudio Pinto
* Las líneas del colega reflejan de manera simple, clara y veraz una dramática realidad, más allá de algún tipo de partidismo. Nimer Sarras
* Recomiendo ver en el cine arte la película "Paradise Now" que relata en forma descarnada la realidad de los que han nacido y sobreviven en el campo de refugiados, cerca de Tel Aviv, y cómo quieren escapar del infierno autoinmolándose en nombre de Alá y la libertad. Ana María
* Las noticias rezan: " gobiernos preocupados de la crisis del Medio Oriente", cuando debieran estar preocupados de las atrocidades que siempre ha cometido Israel contra el pueblo palestino, pasando a llevar todas las resoluciones de las Naciones Unidas. Es el Síndrome Estocolmo que una vez más nos demuestra la supremacía bélica judía a costa de sus aliados norteamericanos. Pero no hay mal que dure 100 años. Syndi Pérez
* Comparto con mi colega sus apreciaciones, y considero que Occidente algún día deberá abocarse a fondo en el tema judío, que no es chiste, con respecto a los peligros que representa; nada de ser nazi ni antisemita, etiquetas con las que invalidan el discernimiento válido acerca de una tribu que ha infectado el mundo y el alma de Occidente. L. Silva de Balboa, periodista
* No olvidar lo que ha pasado en otras partes del mundo
Jorge López
Me imagino que para todo humanista y hombre de buena voluntad, la guerra y las víctimas civiles deben mover a escándalo y preocupación, pero espero que así como al autor escandalizan las acciones de Israel en el Líbano, Gaza y Cisjordania y las de EEUU en Irak y Grenada, me cabe la duda de si igualmente le escandalizó la invasión de Irak a Irán, el uso de gas contra los kurdos, la invasión a Kuwait, ¿qué le pareció la intervención cubana en Angola y la ocupación soviética de Berlín 1953, Budapest 1956 y Praga 1968? (la misma que el autor nos recuerda ocupó antes Hitler con pretextos ridículos, este siempre fue el antiimperialismo y la contrarevolución, algo tan estúpido como la amenaza comunista en Grenada claro está).
Espero que igualmente le escandalice el actuar del gobierno de Sudan en Dafour contra sus propios ciudadanos, y no sé si le motive alguna reflexión los sistemas autoritarios de partido único Devariso Estados Árabes o la legislación medieval de la zona del Golfo que aun amputa a ladrones y lapida adulteras. Ojalá que la crítica a la violencia, a la guerra, al terrorismo, y el horror por las víctimas civiles le afecte y escandalice de igual manera independientemente del credo, ideología (Izquierda o Derecha), nacionalidad o latitud.
* Palestinos, usados como carne de cañón
Alejandro Cisternas, estudiante 2º año historia
Creo que el problema judeo-palestino se está tomando en la actualidad con muy poca objetividad. Esto toma más fuerza aún cuando en Chile tenemos problemas más agobiantes e inmediatos como el problema mapuche, es decir, la concertada discriminación que los distintos gobiernos chilenos han proferido a esta importante etnia de nuestro país.
Para entender el problema palestino, habría que observar detenidamente el uso que los diferentes países árabes hacen de este pueblo como carne de cañón, actitud desde ya deplorable, ya que lejos ellos de incitar a una correcta inserción de los palestino en el marco internacional a través de la educación y del desarrollo de tecnologías con todo el dinero que poseen, sólo los incitan a "revelarse" contra el establecimiento de las normas de convivencia que las potencias occidentales han instaurado en esta región. Esto es lógico ya que cualquier estudiante de historia sabe que quien ostenta el poder de las armas, impone además, la forma en que se debe vivir en el territorio anteriormente ocupado, que es el caso de estas tierras. La cuestionable actitud de Estados Unidos en este tema es tan detestable como la actitud de los aliados del pueblo palestino, que lejos de buscar el bienestar de los palestinos, los usan para sus intereses.
Al menos yo detesto la actitud hipócrita de quienes viviendo al amparo del imperio norteamericano dicen aborrecerlo, ya que Chile al igual que Israel es una consecuencia de la política de Norteamérica para bien o para mal, que francamente pienso es más para bien. ¿Olvidan acaso que gran parte de la riqueza de este país fue obtenida con la Guerra del Pacifico (del salitre) bajo la complacencia de los anglos, guerra en la cual se conquistó territorio de un pueblo hermano, y que gracias a esa riqueza hoy podemos tener mejores niveles de educación y de vida que algunos de nuestros vecinos? Hay demasiados ejemplos para enumerarlos ahora. No olviden además que fueron los países árabes hermanos de los palestinos, quienes inmediatamente proclamada la independencia de Israel, declaran una guerra abierta la cual posteriormente perdieron. ¿Olvidan acaso que el paso en Chile de una dictadura a la democracia actual no fue en base a las armas, sino en base a todo un proceso pacífico, inteligente, y por sobre todo político que finalmente concluyó con Pinochet fuera del gobierno? Creo que fue un gran acierto de nuestra clase política que impidió el derramamiento de sangre de nuestros jóvenes de entonces en inútiles enfrentamiento callejeros, y es precisamente eso lo que le critico a los dirigentes palestinos, que lejos de tener una visión política de su problema lo conllevan al plano bélico, un plano donde siempre serán mártires fútiles en una guerra donde ellos no tienen ninguna capacidad de decisión.
Es verdad que Israel comete crímenes, pero es verdad también que fue un crimen usar el fusil contra el establecimiento del Estado de Israel, ya que todos sabemos que al comenzar una guerra, al final el único diálogo posible será el monólogo del más fuerte hacia el más débil. Señores palestinos su primer enemigo lo tienen dentro de su propio pueblo, tal como los judíos europeos lo tuvieron en su excesiva confianza en 1933, ese enemigo señores palestinos es la evidente incompetencia de sus líderes, la escasa visión política de éstos y su ingenua confianza en el mundo árabe.
* Hermanos palestinos, ejemplo de lucha
Carmen Polanco
"La muerte de cualquier hombre me disminuye a mí porque formo parte de la humanidad, por consiguiente, no preguntes por quién doblan las campanas, doblan por ti". La frase del prosista y poeta metafísico inglés del siglo XVI, John Donne, y que sirviera de inspiración para el título de la novela de Hemingway, hoy tiene más vigencia que nunca. Debemos ser capaces de desarrollar la más amplia solidaridad con el pueblo palestino y denunciar en cada tribuna que tengamos el genocidio del cual son víctimas. La masacre del pueblo palestino a costa de "cualquier pretexto" para justificarla es impresentable, no existe ni existirá razón alguna que explique tanta cobardía, tanta mentira. El estado israelí y sus aliados me provocan un profundo sentimiento de desprecio, ¿cómo decirles que estamos con ustedes, que admiramos su valentía, su dignidad, su profundo respeto por las tradiciones y creencias de sus ancestros?
Hermanos palestinos, vuestro amor a la libertad aun a costa de sus propias vidas me hace sentirlos parte de mi propio ser. El ejemplo que ustedes le dan al mundo es un homenaje para todos aquellos que cayeron defendiendo su derecho a vivir como seres humanos a imagen y semejanza de Dios, incluso para las víctimas de los campos de exterminio nazi que volverían a morir de espanto si vieran cómo quienes ayer vivieron la persecución, el desprecio y la injusticia, hoy se han erigido como la nación más ignominiosa y aberrante de la tierra. Israel, cómo has pavimentado de bien el camino de tu alma al infierno eterno, cómo has olvidado la sentencia de los profetas y aunque construyas y construyas los "bunker" más sofisticados, no habrá escondite posible que te haga escapar de la furia de Dios que caerá inexorablemente sobre ti, y aun así nunca logrará lavar la sangre que habéis derramado de miles y miles de inocentes a tu paso.
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