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Papelera Quilmes (ex Massuh): Entre la desidia y el desamparo

Ariel Alvariz (ACTA)
Trabajadores de la Papelera Quilmes (ex Massuh), nucleados en el Sindicato de Papeleros Mensualizados, se acercaron a la CTA para plantear la dura situación que están viviendo ante la pérdida de su fuente laboral.
En una extensa reunión con el secretario general de la CTA provincia, Hugo Godoy y compañeros de la CTA Quilmes y de la FeTERA, insistieron en la necesidad de que el Estado Nacional intervenga a favor de los trabajadores y no, como es su intención, a favor de la concentración del negocio en pocas manos.


La Papelera Quilmes es la tercera en importancia en el país, en cuanto a producción de papel. En mayo de 2009, y luego de cinco meses de estar parada, el Estado Nacional la intervino creando un fideicomiso del Banco Nación, haciéndose cargo de la gestión de la misma. La gestión privada (Massuh) dejaba de esta manera un tendal de deudas y 14 pedidos de quiebra.

La gestión estatal comenzaba su ciclo con grandes exclamaciones de inversiones. En boca de Guillermo Moreno, Secretario de Comercio Interior, se confiaba que se volcarían $ 5 millones de pesos provenientes de la ANSES. “Mi función es coordinar: voy a poner en marcha esta planta. Es una planta para producir papel, vamos a trabajar como venimos haciendo hasta ahora”, afirmaba el inefable Moreno (Cronista Comercial -10 de mayo 2009). Al día de la fecha esos fondos nunca llegaron.

La empresa cuenta con más de 400 trabajadores en actividad, entre la planta central de producción ubica en Quilmes y el taller de reparación de máquinas de San Justo. Este último es uno de los tres talleres que existen en Argentina y que por su envergadura adquiere una importancia estratégica. Desde abril de este año y por decisión del Ejecutivo Nacional la planta a dejado de producir, dejando sin su fuente laboral a la totalidad de los trabajadores.

El secretario general del Sindicato de Papeleros de Quilmes, Miguel Kolomietz, sostiene que “siendo Argentina una importadora de papel y siendo Papelera Quilmes la tercera en importancia en el país, no se entiende la decisión del gobierno de cerrarla. Estábamos llegando a un umbral de producción, muy próximo al punto de equilibrio. Cuando la empresa estaba empezando a funcionar sin pérdidas se decide cerrarla”.

“Además -sostiene el dirigente- no se realizan inversiones desde hace tres años, lo que lleva a un deterioro de las máquinas por falta de mantenimiento”.

La idea del Gobierno Nacional es transformar la empresa en una cooperativa, planteo rechazado por los trabajadores, “Nos quieren cooperativizar -resalta el secretario adjunto del gremio, Kristian Zanone- nos dicen que nos van a pagar $1.500 pesos de piso y que 100 de los 400 compañeros deben optar por la jubilación o el retiro voluntario”.

La sensación es que éste soltarle la mano a los trabajadores significa una nueva avanzada para que la empresa se vuelva privatizar, allanando el camino para la llegada de capitales. Se estima que unas de las empresas beneficiadas con esta situación y que estuvo totalmente en desacuerdo con la creación del fideicomiso es Papelera Ledesma (con marcas como Éxito y Gloria), de la familia Blaquier, que maneja el 30% del mercado y que había denunciado al Estado por competencia desleal.

La propuesta del Sindicato de Papeleros, en concordancia con el Municipio de Quilmes, es la creación de una empresa con un fuerte sesgo social, donde se fabriquen libros y cuadernos para los niños y jovenes. Que sirva de insumo para el desarrollo educativo, social y cultural, acompañando las políticas sectoriales propuestas por el Estado. Para ello se reclama la intervención del estado, específicamente del Ministerio de Educación Nacional y de la Dirección de Escuelas y Cultura provincial.

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