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EXPLOTACIÓN Y VIOLACIONES A LOS DERECHOS HUMANOS DE TRABAJADORES EN LA CONFECCIÓN DE INDUMENTARIA.

EXPLOTACIÓN Y VIOLACIONES A LOS DERECHOS HUMANOS DE TRABAJADORES EN LA CONFECCIÓN DE INDUMENTARIA.

Desprotección, marginación e inasistencia, son entre otras las políticas públicas que aplican tanto el Gobierno de Fernández de Kirchner, Mauricio Macri y Daniel Scioli, hacia los migrantes que trabajan en el rubro de confección de indumentaria. Los trabajadores costureros son los más castigados en este perverso sistema económico, que esclaviza, somete, y viola derechos humanos.

En Argentina, hoy alrededor del 40% de los trabajadores están en negro, y en la industria textil este porcentaje asciende al 70% es decir que la gran mayoría de los trabajadores textiles no tiene obra social, ni aportes jubilatorios, sus sueldos y condiciones de trabajo son inferiores a los de los trabajadores en blanco. Ganan menos de lo establecido en el salario mínimo vital y móvil ($1400) y el Convenio Colectivo del rubro, que ya por si son bajísimos.

En este engranaje una pieza clave que garantiza los altos niveles de ganancia para los empresarios capitalistas son los talleres clandestinos, donde el trabajo esclavo está a la orden del día. Allí, trabajadores sobre todo inmigrantes (muchos de ellos de origen boliviano y sin documentos), padecen jornadas laborales de hasta 16 hs. hacinamiento, sueldos miserables, engaños con los que son traídos y extorsionados para obligarlos a trabajar, etc.

Por todo esto, es urgente y necesaria una campaña de difusión de los derechos de las personas migrantes, alcanzándoles las herramientas legales para que estos trabajadores hagan valer por si mismos sus derechos inherentes que tienen como personas por los reclamos de falta de pago, excesiva jornada laboral, condiciones precarias de higiene y seguridad, falta permiso para tramitar el DNI, etc.

También una gran campaña social donde se denuncie las condiciones de trabajo que se sufre. No consideramos que la forma de hacerlo sea la búsqueda de la clausura de los talleres, sin investigar quién es el dador de trabajo del mismo. No alcanza la denuncia de un solo trabajador, sin impulsar acciones colectivas.

Es sabido también, que el Estado no investiga a las empresas de indumentaria textil, en lo que se refiere al control de su producción, libros contables, la correspondiente inscripción como dador trabajo, cantidad de trabajadores que tiene en dependencia, etc. Es decir acá el principal responsable de toda esta cadena de producción son las grandes marcas (fabricantes), ya que al no poner en blanco a sus talleristas, estos menos van a poder blanquear a los costureros; que en definitiva son los más explotados dadas las condiciones precedentemente desarrolladas.

Recientemente en un escrache a un taller textil organizado por “La alameda” varios de sus integrantes fueron agredidos por personas, las cuales anduvieron por el lugar convocadas por una organización boliviana, denominada “Asociación Federativa”, que se aboca a la defensa de los talleres textiles, sin cuestionar el rol perverso que ejecutan algunos talleristas. Organización que nunca realizó acciones colectivas a fin de combatir a empresas y fabricantes de indumentaria.   

Repudiamos tal agresión, porque es una agresión perpetrada en defensa de un sistema de explotación y de los intereses que quienes lo utilizan para saciar su voracidad de ganancia. Marcas, empresarios textiles y sus socios menores, talleristas que buscan acallar a golpes la voz de quienes intentan denunciar injusticias.

Podemos disentir en la forma de lucha que adoptó la alameda, ya que la impunidad de los grandes responsables hoy sigue intacta. Habría que evaluar nuevas estrategias de reivindicaciones laborales, incluyendo dentro de sistemas informales de venta de indumentaria, como el de la feria de “La Salada”.

La omisión cobarde y deliberada del Estado en no cumplir Convenios Internacionales de Derechos Humanos, permite que el actual sistema neoliberal no encuentre obstáculos. Reinando el principio de máxima ganancia empresarial. Estado cómplice de esta situación, reiteramos no hay control estatal de las empresas de indumentaria, No control de producción, No control de libros contables. No coteja esos datos con los listados de talleres y cantidad de trabajadores. NADA DE NADA.

Hasta algunos fueron sobreseídas por la justicia capitalista, como “Soho” donde un fallo del juez Oyarbide, desligaba responsabilidades y afirmaba que no había delito porque esta forma de trabajo está relacionada con “costumbres y pautas culturales de los pueblos originarios del altiplano boliviano”. Una aberración jurídica y social. Argumentos no casualmente dados al juez por abogados de Facbol y Acifebol, organizaciones que pretenden que se encuentre como enemigos de una comunidad, a quién reclama derechos básicos.          

Los tratantes y traficantes de personas actúan libremente, muchas veces con ayuda de gendarmes y jueces de fronteras corruptos, como de empresas de transportes que permiten el ingreso de menores de edad sin autorización. 

Lamentablemente existe una negación del tema por parte de organizaciones de la comunidad boliviana, No de todas. Comunicadores sociales, preocupados por la imagen que se da a la sociedad argentina (?). Si hasta se publicita avisos de trabajo para costureros donde se paga por prenda confeccionada, algo ILEGAL ya que un costurero debe cobrar, por carga horaria trabajada. Se dice que “los trapitos sucios se deben lavar en casa”. Se busca “la unidad de la colectividad”, todo ello es simple y llanamente TAPAR la violación a los derechos humanos que sufren miles de hermanos .

Hoy el mundo vive una crisis económica que azota a millones de trabajadores, en este marco el avasallamiento de nuestros derechos aumentará. Es hora de que levantemos cabeza y luchemos por nuestros derechos, seguramente van a decir que se tienen que unir todos los bolivianos y gritar bien fuerte “Viva Bolivia”, pero así NO se logrará conquistar derechos laborales. Los inmigrantes en el 1900 no gritaron viva Italia, ni España. Lucharon con el cuerpo por sus derechos como trabajadores.

Debemos apoyar una organización de costureros independiente de talleristas.
Para esto, debemos unir nuestras fuerzas para hacer una gran campaña contra el trabajo esclavo, buscar la solidaridad de los trabajadores argentinos, de organizaciones de derechos humanos y reclamar a las centrales sindicales que apoyen los reclamos, a sectores políticos que proclaman que la crisis no la tienen que pagar los trabajadores.

Exigimos:

Trabajo bajo convenio y en blanco, cumplimiento efectivo de la jornada laboral de 8 hs y del pago de horas extras, documentación universal y gratuita. Asistencia a las victimas de trata. Que los sindicatos textiles dejen de ser meros espectadores.

 

FIRMAN:

CEPROH; Encuentro de la Resistencia Indígena, Barrial y Campesina; 

 

Firman como particulares: Sergio Cardenas, Gustavo Morón, Humberto Flores, David Choque, Jhovany Lucana. Cristian Ocampo, Carlos Luna (integrante de la comunidad peruana, estudiante de maestría en economía de la UBA), Sergio Di Nucci, Miguel Yebra,   

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