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Negociación colectiva por rama: ¿un riesgo?

Negociación colectiva por rama: ¿un riesgo? La idea de fondo en la creación de los llamados megasindicatos es recuperar el derecho a la negociación colectiva interempresas o por ramas. En Chile, menos de un 9% de los empleados tienen derecho a negociar con sus empleadores.



La Nación

S.R.

La economía moderna ha permitido e impulsado la contratación de servicios y faenas que las empresas originales no consideran propias de su negocio.

Así las cosas, de los casi 6,5 millones de trabajadores que existen en Chile, se estima que dos tercios pertenecen a estas empresas “secundarias” y cuentan con menor capacidad de organización a la hora de plantear sus demandas.

De hecho, sólo un 8,6 por ciento del total de trabajadores negocia colectivamente. En el sector eso es una preocupación, no sólo de las autoridades del Ministerio del Trabajo o de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), sino también de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), cuya autoridad máxima, Alfredo Ovalle, participa hace un tiempo junto a Arturo Martínez -el presidente de la CUT- en un diálogo tendiente a mejorar las condiciones para el desarrollo del país.

En cifras

Según las cifras de la oficina regional de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en Chile el punto de sindicalización más bajo fue en 1999, cuando apenas alcanzó un 10 por ciento. El problema es que desde entonces, apenas ha subido un punto.

La preocupación por la baja sindicalización se centra en que, de acuerdo con los expertos laboralistas, un diálogo social franco y constructivo que ayude a superar armónicamente las diferencias se logra con organizaciones fuertes.

En tal escenario, la negociación colectiva tuvo su nivel más bajo el 2004, con sólo un 7,8 por ciento (según cifras de la OIT). Y según el INE, el 2006, de los 6,5 millones de trabajadores, sólo negociaron colectivamente 194.872, considerando que existen 19.883 sindicatos vigentes y 1.839 asociaciones de funcionarios.

En el segundo semestre

En tal marco, el ministro del Trabajo, Osvaldo Andrade, anunció hace un par de meses, en una entrevista en La Nación, que una de las reformas laborales que evalúan en su cartera es la modificación de la actual ley sobre negociación colectiva.

“La negociación interempresas en Chile está establecida en la ley, no estamos inventando nada. Lo que pasa es que la ley establece que tiene que haber voluntad de los actores, y hasta donde entiendo, en las negociaciones que se han producido, ha habido voluntad de los interlocutores”, dijo el ministro al ser consultado por las conversaciones en el sector minero.

Acotó que “es tan extraño este debate. De pronto, que la gente se reúna y se organice se transformó en un problema o en un peligro. Tal vez es un peligro en tanto hay miedo a lo desconocido, porque los empresarios que tienen costumbre de negociar no tienen ningún problema”.

No obstante, fue claro al afirmar que “nos interesa que los trabajadores negocien con sus empleadores verdaderos”.

El presidente de la CUT, en tanto, dijo que tras la atomización del sindicalismo, donde se crearon muchas confederaciones chicas, “hoy el proceso es inverso”.

“Queremos que haya una negociación sectorial que fije las condiciones mínimas de trabajo y remuneración y que ésas las respeten, y si después en esa empresa hay condiciones, se eleve ese piso”, sostuvo, añadiendo que “vamos a mostrar el camino para las multitiendas”.

Para Jorge González, presidente de la Confederación de Trabajadores Forestales, “la negociación por holding es el camino a seguir”, y similar opinión tiene Javier Ugarte, de la Confederación Nacional de Trabajadores del Salmón: “a nivel industria, sería mucho mejor negociar la confederación con Salmón Chile”.

En tanto, Raúl Morales, de la Coordinadora de Sindicatos Cencosud, relató que “tenemos contratos colectivos negociados y vigentes, se puede hacer pero con venia de la empresa”, y reconoció que “es complejo para nosotros levantar una movilización amplia, como lo han hecho Celco o los mineros del cobre”.

Sin embargo, la práctica no es ajena, así lo hacen por ejemplo la Confederación de Trabajadores Bancarios, que preside Jorge Martínez, y, desde el 2001, el Sindicato Interempresas Nacional de Telecomunicación que dirige René Tabilo. LN



Ley obliga a las partes a estar de acuerdo para una negociación interempresas

Tomás Flores, director de Estudios de L&D

“Sólo se puede negociar colectivamente a nivel interempresas si las partes están de acuerdo. No se puede imponer”, dijo y añadió que actualmente existen coordinaciones para ver demandas de grupos y que para concretarse eso en una negociación colectiva “tendría que cambiar la ley”.

Es más, sostuvo que con la actual legislación, “de hecho, la CUT debiera hacer eso (negociar colectivamente), pero la mayoría de los afiliados a esa Central son empleados fiscales”, e insistió en que por ahora “los trabajadores pueden agruparse, pero no negociar ni obligar a diferentes empresas a aceptar esa negociación”.

Patricio Melero, diputado UDI, Comisión de Trabajo

“Los megasindicatos tienen de positivo que la negociación es más representativa, pero si se proyectan a negociaciones por áreas, tienen el inconveniente de que no ponderan la realidad de cada empresa en particular. En el mundo sindical los megaproblemas no se hacen cargo de las realidades individuales”, sostuvo, pero acotó que “la minería merece un análisis distinto”.

Alberto Armstrong, Facultad de Administración UC

“En la legislación actual no hay problema para que presenten un proyecto de contrato de trabajadores de empresas distintas, pero las empresas tienen que estar de acuerdo si quieren negociar en conjunto”.

Añadió que en cuanto al poder de negociación, lo clave son los objetivos comunes. “Un grupo desunido no sirve de nada, y mientras más grande, más posibilidad de diferencias; en cambio, un grupo compacto en un lugar estratégico, consigue más”, recalcó.

Luis Schmidt, Sociedad Nacional de agricultura

Estimó que la formación de megasindicatos que negocien a nivel interempresas es “muy negativa, porque la legislación, no lo permite”.

En su opinión, lo anterior sólo traería más problemas “a los propios trabajadores, porque se nivelaría hacia abajo, dada la realidad distinta de las empresas”.

“Si pones negociaciones por área, y las empresas son diversas, eso es muy dañino”, afirmó destacando como ejemplo el caso de la fijación del salario mínimo: “Tienes pisos como el salario mínimo establecido por la ley y, por ejemplo, si se sube al doble hay empresas que no están en condiciones de asumir ese gasto”.

Unidos para negociar

La semana pasada más de 200 dirigentes de empresas contratistas de Codelco crearon una megaorganización y exigen un trato similar a los trabajadores de planta.

Los expertos laborales aseguran que la ley contempla la megafigura, pero que ambas partes deben estar de acuerdo para realizar la negociación colectiva.

Actualmente más de cuatro de los 6,5 millones de trabajadores son contratistas. Y menos de un 10 por ciento de ellos (650 mil) tienen derecho a negociación colectiva. El nuevo megasindicato de Coldelco convocó para una huelga -sin fecha- luego de que la respuesta de la cuprera no satisfaciera sus demandas.

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