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Cultura

A La Memoria De José Saramago

A La Memoria De José Saramago

“no tocas un libro, tocas un hombre”  (Walt Whitman) 

por Norton Contreras Robledo

No fue una gran ciudad la que fue testigo de sus primeros pasos en su andar por la vida. Fue una pequeña aldea campesina, la freguesia de Azinhaga municipio de Goleg, en el distrito central del Ribatejo, Portugal, cerca del río Tajo, a 120 Km. al noreste de Lisboa.

Nació  en un hogar humilde, sus padres fueron una pareja campesina sin tierras y de escasos recursos económicos.

Él iba por la vida con el alma llena de deseos, sueños e ilusiones. No obstante no simpatizaba mucho con las utopías, creo que pensaba que eran como “los árboles que no dejan ver el bosque ". Y que creer en ellas era “prolongarlas en el tiempo porque no es algo que uno espere ver realizado en su vida “. Para él era aquí, hoy y ahora.

José Saramago era buen alumno pero la situación socioeconómica de sus padres no le permitieron pagar sus estudio por lo que tuvo que abandonarlos. Comienza a trabajar para ayudar a mantener a la familia. Durante el tiempo que estudió y la gratuidad de los textos de estudio hicieron que tuviera acceso a los clásicos de la literatura. De ahí fue que le quedó el gusto por la lectura y  después que dejó la escuela, y sin más guía que su alma y sus deseos se leyó toda la biblioteca pública de su barrio.

José Saramago, escritor, dramaturgo, periodista , poeta y por actitud destacado intelectual comunista. Tenías y llevabas  en tu alma la tierra fértil y fecunda de tu aldea campesina y florecía el verbo, germinaban las palabras, los versos y los poemas. Y como el pan en la mesa, todo eso nos diste.

En tu alma tenías los metales de las profundidades de la tierra. Un día con los conocimientos que tenias de tu oficio terrenal de herrero , forjaste  la espada justiciera que se templo en la lucha en todos los lugares en todos los espacios de los continentes. En todas las causas justas levantaste la espada y la palabra contra las injusticias y los grandes poderes económicos,

Tu origen de clase, el hecho de tener que dejar los estudios y comenzar a trabajar a una temprana edad, marcaría profundamente tu carácter y la tendencia político- ideológica . En 1969 ingresaste al  Partido Comunista Portugués  cuando éste todavía era clandestino. Sufriste  censura y persecución durante los años de la dictadura de Salazar.

Eras de la estirpe de Pablo Neruda, al igual que él militante Comunista,  poeta y premio Nobel de literatura. Y como Neruda militaste  en la clandestinidad. Sufriste censura y persecución durante los años de la dictadura de Salazar. Estaban hermanados en la lucha y en la poesía

Te recordaremos como lo que siempre fuiste un trabajador cultural, un intelectual y revolucionario consecuente que  puso todo su talento e intelecto al servicio del pueblo. Tu corazón ha dejado de latir, pero tu pensamiento tus ideas y tu obra seguirán con nosotros. En ella la  esencia es el humanismo y el derecho a la justicia social. Y un mundo mas justo y solidario. Tu obra perdurara en la gente del pueblo.

Las notas, las crónicas y las noticias  de estos días me hablan de ti, dicen que:

"Pasó una noche tranquila, desayunó con tranquilidad, mantuvo una conversación con su esposa y comenzó a sentirse mal. Murió acompañado de su familia, despidiéndose de una forma serena y plácida".  

En estos tiempos revueltos, en que los medios de comunicación tergiversan la verdad, enajenan las conciencias según sus intereses. Cuando los lobos se disfrazan de cordero,y los corderos son lacayos del imperio. En época, en tiempos de travestismo y metamorfosis ideológicas cuando  hay creadores en el oficio de escribir que se autocensuran para complacer a las clases dominantes del capital. En estos tiempos cuando mercenarios de las letras disfrazan la realidad con un manto de colores, romanticismo  y sensibilidad mercantil para venderse al mejor postor. Tu muerte deja un gran vació en el mundo político cultural y literario.

Te vamos a recordar y estarás hoy y siempre en los hechos y también en las palabras que nos dejaste: 

"Antonio Machado escribió  aquello de ’Caminante, no hay camino / Se hace camino al andar’. Y es lo que estamos intentando: andar y hacer camino, hacer camino y andar. La jornada será larga, pero no nos desanimaremos. Cada día llegaremos, cada día partiremos. Más allá, siempre más allá “ . 

    Norton Contreras Robledo. Poeta y comunicador social.

     

Ensayo: La magia de la literatura

Ensayo: La magia de la literatura

 Norton Contreras Robledo 
 
Resumen : Quisiera ser alquimista, unir las letras milenarias, organizar, construir cimientos de futuro en espacios vacíos, en laberintos sin sentido y valores de hojarascas. Al principio todo era sombra, oscuridad. El verbo trajo la luz . Las palabras mueven la vida, son las ruedas de la historia. Siempre que mires con una doble mirada .Toda la historia del hombre podría reducirse a la relaciones entre las palabras y el pensamiento ; leyendas, cuentos, tabúes y mitos. En este ensayo me propongo abordar algunos aspecto de la literatura. Aquellos que quizás son los menos concientes. Porque a veces frecuentamos la realidad sin dejarnos sorprender o interpelar por ella. Quiero desenterrar las palabras sepultadas bajos los restos de las estrellas muertas.* (1)  
 
La magia de la literatura

 

  En cada obra literaria se vislumbra la posibilidad crear o reinventar el mundo

 circundante. Es ahí donde esta la esencia de la literatura , su magia.  
En una obra literaria a veces encontramos expresado lo real y mágico, porque en la vida cotidiana de las gentes y de los pueblos lo mágico con lo cotidiano se mezclan. Suceden hechos en los que la frontera que separa lo real de lo fantástico es sutil y difusa. Tan desdibujada que nos hace pensar que la barrera entre estas realidades no existe; que lo real es tan extraordinario y fantástico que puede dar la sensación de irrealidad.  
La magia de la literatura radica en que nos acompaña desde nuestros primeros años de vida y hasta el ultimo de ellos. Y a través de sus géneros vemos la realidad que nos rodea, o nos transporta a tierras desconocidas, a países remotos, a planetas y sistema solares. Nos lleva a través del tiempo y el espacio a conocer personas del pasado o de del futuro que se vislumbran detrás de las sutiles cortinas de la narración.  
Experiencias y sensibilidades  
Que bonita y maravilloso fue en mi infancia, en el pueblo de Canela, cuando vivía en el monte y aprendí a leer. La literatura tuvo la magia de abrir las puertas que me permitieron llegar a sitios. Viajar a lugares remotos que jamás hubiera podido imaginar. Recuerdo como si fuera hoy que sentado bajo las sombras de un árbol, mientras las ovejas y las cabras pacían, yo con un libro en las manos me transportaba a lugares lejanos. La naturaleza, sus colores, olores, sabores, las gentes. Sus vidas, sus trabajos, aparecieron ante mí con un nuevo significado. Mis ojos lo veían de forma diferente, las sentía de otra manera. Ahí radica la magia de la literatura de hacer ver y sentir la vida, las gentes y la naturaleza con una doble mirada.*(2)  
El concepto de ideología en la literatura  
Cuando leemos una obra literaria existe la tendencia en pensar que dicha obra esta por sobre cualquier concepto ideológico. Sin considerar en las múltiples definiciones que las ciencias sociales da a la ideología; falsa conciencia, visión interesada, parte integrante de la conciencia social en conexión con diferentes intereses de clases sociales, intereses económicos y políticos. El concepto de ideología en una obra literaria se manifiesta como la concepción de la realidad desde una perspectiva particular . La función ideológica en una obra literaria se manifiesta en el afán que tiene el escritor de dar la visión, es decir la manera que el tiene de ver e interpretar el mundo circundante. En este contexto podríamos decir que en una obra literaria no consiste en las ideas especificas sino en los procedimientos mediante los cuales se analizan los hechos, la vida y el desarrollo social.  
La función ideológica es una condición presente en todas las formas literarias: libro de poemas; España en el corazón, de Pablo Neruda, himno a la glorias del pueblo en la guerra, que exponía los horrores de la Guerra Civil Española, y su postura de republicano, es un poemario hermoso. En este libro muestra su rostro de poeta combatiente e idealista. La primera edición, corresponde a Ediciones Ercilla Santiago de Chile, 1937. Fue reimpreso por primera vez en España por el Comisariado del Ejército del Este, ediciones literarias. Canto General de Pablo Neruda Paradigma de una profunda identidad entre lo estético y lo social, nutrido por el fervor revolucionario latinoamericano, Canto general, escrito entre 1938 y 1949 y publicado de manera privada en 1950, es una de las expresiones más altas en la vasta obra de Pablo Neruda (Chile, 1904-1973). En la poesía de Walt Whitman, Hojas de Hierbas, Aparecida en 1855, Unánimemente considerado el poeta máximo de Norteamérica, Walt Whitman (1819-1892) es el supremo cantor del Yo y de la naturaleza, del cuerpo y del alma, de la igualdad del hombre y la mujer, de la fraternidad y la democracia. En novelas ; Las uvas de la ira de John Steinbeck , el tema representado en esta novela es actual en lo concerniente a inmigración y su explotación laboral. John Steinbeck, el autor, vivió durante dos años una vida de privaciones semejantes a las que describe en la obra, siendo un humilde campesino. Con esta experiencia y con una sincera conciencia social, el escritor reproduce este testimonio en medio de los peores tiempos de EE.UU. en toda su historia, la Gran Depresión. El Sr. Joad y su familia se ven obligados a abandonar lo único que poseen, su miserable y polvorienta granja en la árida zona de Dust Bowl, Oklahoma.  
Esperanzados en poder encontrar trabajo, ponen rumbo hacia la tierra prometida, California, donde se rumorea que existe una gran necesidad de jornaleros. A medida que se aproximan van descubriendo la dura realidad: agotadoras jornadas, rechazo social, condiciones infrahumanas y míseros salarios. Joad (hijo), consciente de ésta realidad, empieza su lucha por reivindicar los derechos de los trabajadores.  
Memoria de la casa de los muertos de F. M. Dostoievski, En 1849 es detenido y condenado a trabajos forzados en Siberia debido a que frecuentaba círculos cercanos al anarco socialismo. De esta experiencia en la cárcel surgió Memoria de la casa de los muertos (1862) obra fundamental tanto en su trayectoria literaria como vital.  

 La literatura y el mundo circundante  
Conclusión
: Decía al comienzo que en cada obra literaria se vislumbra la posibilidad de crear o reinventar el mundo circundante. Es ahí donde esta la esencia de la literatura , su magia. La literatura es portadora de recreación identificada con la esencia de cada ser, portadora de emociones, sensaciones. En la palabra esta la magia de ser ente de comunicación entre los hijos de la torre de Babel. Diseminados en diferentes realidades geográficas, sociales , económicas y políticas en diferentes lenguas . La esencia de la literatura es su enorme poder evocador y creativo. Su capacidad no sólo de permanecer, sino de "ser", de construir mundos posibles. Y de dar testimonio de un mundo en el que millones de hombres, mujeres y niños de los países del denominado tercer mundo; personas que no tienen acceso a la educación, a la cultura, a la salud y al bienestar; ven en fotos, películas o por televisión, el consumismo y la abundancia de los países desarrollados, observan, sienten o adivinan el desperdicio de recursos naturales como la luz, el agua y los alimentos. A esos millones de seres humanos les resulta increíble lo que ven sus ojos. Ellos no tienen agua para beber y millones de ellos mueren de hambre. El consumismo, tan real y cotidiano para las personas de los países desarrollados, aparece como algo divino, irreal y mágico ante los ojos de niños, mujeres y hombres, condenados por los países ricos. Los mismos países que han perdido la capacidad de asombro y de indignación ante las terribles desigualdades. Las palabras que llevan en si las ideas de que un mundo mejor es posible pueden convertirse en actos,a los ojos y oídos de millones de seres que aún luchan con esa convicción, con esa ilusión.  
La literatura trae los sentimientos que mueven al mundo, palabras de amor y pasión, las palabras de la ira y la ternura. Trae los tiempos de amor y de guerras. Es la memoria de los tiempos idos. Y nos recuerda que el tiempo presente es el capítulo inacabado del pasado y el preludio impreciso del futuro. Y que las palabras que aún no se han dicho, serán las que se dirán un día. Cuando las palabras son censuradas, quedan clandestinas en cualquier lugar, en cualquier espacio. esperando, aguardando, activando, organizando, despertando conciencias para un nuevo día. La literatura va reconstruyendo los momentos, gestos, actos. Mientras haya vida, estará las literatura en las palabras escritas. La literatura es la semilla en la arena, montañas, océanos, campos y ciudades. Nace cada día, cada mañana. va hacia la vida, hacia las gentes.Como la luz al día, como el espacio al tiempo. *(3)  
Notas* (1, 2, 3) Fragmentos del poemario Cantos en tiempos de amor y de guerra, de Norton Contreras Robledo. Otra Dimensión Editores (Madrid 2008
 

Cien poetas de 65 naciones tomarán parte en el XX Festival Internacional de Poesía de Medellín

Como uno de los paradigmas del diálogo entre las fuerzas y los pensamientos plurales y diversos, que deviene en la coexistencia y el abrazo de las tradiciones poéticas de la tierra, y como una persistente y original propuesta hacia la paz, en uno de los países que padecen la más extrema violencia en el mundo, se celebrará el vigésimo Festival Internacional de Poesía de Medellín entre el 8 y el 17 de julio de 2010, convocado y organizado por la revista de poesía Prometeo, con la participación de 100 poetas de 65 países de todos los continentes.

La nueva versión del Festival de Poesía de Medellín, con sus silencios profundos y su honda reflexión individual y colectiva, contrastará fuertemente a la accidentada y dolorosa realidad colombiana, cuya sociedad no halla aún una salida al prolongado conflicto bélico y a la corrosiva división que la ha desangrado durante más de medio siglo.

El Festival Internacional de Poesía de Medellín, el más multitudinario del mundo actual, galardonado con el Premio Nobel Alternativo en 2006 y reconocido el año pasado como patrimonio cultural de la nación, contará con la presencia de algunos de los más importantes poetas contemporáneos como Yevgeny Yevtushenko (Rusia), Uwe Kolbe (Alemania), Jules Deelder (Holanda), Brano Hochel (Eslovaquia), Mohammed Bennis (Marruecos), los poetas y músicos tradicionales Niyi Osundare (Nigeria) y Alhaji Papa Susso (Gambia), Luis Carlos Patraquim (Mozambique), Imtiaz Dharker (Pakistán), Hadaa Sendoo (Mongolia), las poetas y cineastas Hala Mohammed (Siria) y Nathalie Handel (Palestina), Anne Waldmann (Estados Unidos), y los latinoamericanos Homero Aridjis (México), Gustavo Pereira (Venezuela), Raúl Henao (Colombia) y Claudio Willer (Brasil), entre otros.

También tomarán parte los poetas indígenas Gregorio Regino (Mazateca, México), Aiban Wagua (Kuna, Panamá), Vito Apshana (Wayuu, Colombia), y Lucila Lema (Kichua, Ecuador), y una destacada delegación de poetas caribeños, entre los cuales se cuentan Althea Romeo-Mark (Antigua), Quito Nicolaas (Aruba), Obediah Michael Smith (Bahamas), Kamau Brathwaite (Barbados), Domingo Alfonso (Cuba), John Agard, Grace Nichols (Guyana), Howard A. Fergus (Monserrat), Mayra Santos Febres (Puerto Rico), Cecil "Blazer" Williams (San Vicente y Granadinas) y Rei Berroa (República Dominicana).

Asimismo se espera la pronta confirmación de la participación del poeta norteamericano Gary Snyder, uno de los íconos del Movimiento Beat, y de los poetas catalanes Pere Gimferrer y Enric Casasses.

El evento es auspiciado por la Alcaldía de Medellín, el Concejo de Medellín, el Instituto Humanista para la Cooperación con los Países en Desarrollo (Hivos, Holanda), Fundación Doën (Holanda), el Ministerio de Cultura de Colombia, Empresas Públicas de Medellín, Prince Claus Fonds (Holanda), Caja Cooperativa Confiar, la Embajada de Suiza y la Agencia de Cooperación Alemana GTZ.

El Festival fue fundado en abril de 1991, en medio del estruendo de las bombas de la guerra del cartel de Medellín contra el Estado colombiano. Se espera para julio próximo la presencia de un inmenso público de más de 200.000 personas, que asistirán a casi 200 actos, entre lecturas de poemas, conciertos, exposiciones, ciclos de cine así como a los cursos, conferencias y paneles en el marco de la XIV Escuela de Poesía de Medellín, con acceso libre y gratuito, como todas las actividades del Festival.

Como un homenaje a la fértil y creadora trayectoria del Festival Internacional de Poesía de Medellín se otorgará en breve en El Cairo a su director, el poeta Fernando Rendón, la distinción Bashrahil Prize for Outstanding Cultural Achievement 2010 (Premio Bashrahil por un Sobresaliente Logro Cultural, 2010).

Foto; Fernando Rendón

Más información:
Oficina de divulgación y prensa
XX Festival Internacional de Poesía de Medellín
prometeo@colombia.com
Teléfono: (+057 4) 2549495 - Fax: (+057 4) 2847699
Carrera 50 A # 60-22 Barrio Prado Centro, Medellín, Colombia.
Apartado aéreo 7392 Medellín, Colombia
http://www.festivaldepoesiademedellin.org/
En Facebook:
http://www.facebook.com/poesiaprometeo

Socialismo y revolución en Occidente: Antonio Gramsci

Socialismo y revolución en Occidente: Antonio Gramsci Emilio J. Corbière (Argenpress)

Tras la caída del Muro de Berlín los únicos comunistas históricos que han quedado vigentes son el italiano Antonio Gramsci y el peruano José Carlos Mariátegui. Curiosamente, los dos, fueron ignorados o criticados por el estalinismo y la Internacional Comunista. Gramsci, igual que el Amauta peruano, moviliza el pensamiento y la acción de la izquierda en el nuevo milenio.

Hace poco más de dos décadas, en su ensayo La revolución italiana, Rossana Rossanda se preguntaba qué lectura de Gramsci tenía vigencia, la del político juvenil que planteaba la renovación del


Partido Socialista en los años de la primera posguerra mundial, que buscaba en los consejos de fábrica de Turín un nuevo poder democrático, o la lectura del intelectual maduro de los Cuadernos de la cárcel, donde replanteó la política marxista adaptándola a la realidad de Italia, frente a la tiranía mussoliniana, la estructura de las clases sociales y el desarrollo de las nuevas fuerzas productivas.


La intelectual italiana decía que Gramsci interesa en lo específico del poder y ese poder no se concentra en un palacio de Invierno que haya que tomar, sino que se establece en un Estado-gobierno que difunde y permea la sociedad. Es la búsqueda del autogobierno de los trabajadores, como una nueva forma del ejercicio del poder. Esta nueva forma constituye el embrión y el proyecto de la sociedad futura.


Gramsci fue un intelectual revolucionario, no un académico. El problema de la organización de los trabajadores atraviesa centralmente todo su pensamiento. La organización no se plantea como instrumento de reclutamiento y selección o como tarea de especialistas que dirigen a las masas, sino como el príncipe moderno, el intelectual orgánico, una organización a través de la cual los trabajadores ponen en pie su propia organización. El italiano revaloriza el papel del Partido y de los sindicatos y construye el concepto de "bloque nacional-popular", de alianzas dirigidas a establecer, necesariamente, las nuevas formas de hegemonía. Esto visto desde la realidad italiana, especialmente con su aporte: La cuestión meridional.


¿A qué apunta el príncipe moderno, el intelectual orgánico? Gramsci responde: "A buscar la relación entre la organización y las masas como una relación entre educadores y educados que se invierte dinámicamente (y constantemente), el papel de los intelectuales -y, por tanto, de los especialistas- en el seno del intelectual orgánico, la conquista y transformación de los aparatos del Estado para crear las condiciones de esa nueva hegemonía, la conquista y transformación de los aparatos de la sociedad civil".


El concepto de hegemonía en Gramsci está ligado a la distinción, y a la vez interrelación, entre sociedad política (el Estado) y sociedad civil. El Estado, para el italiano, no se reduce sólo a sus aspectos coercitivos (como en la concepción de Stalin) sino que comprende el conjunto de procesos que se desarrollan en la sociedad civil, las fuerzas espontáneas y creadoras que nacen en la práctica social del pueblo, de los trabajadores. La sociedad civil conforma la esfera ideológica del Estado.


Guerra de posiciones


Para Gramsci, en las sociedades occidentales, el cambio revolucionario sólo puede darse si se lucha por la hegemonía social y cultural. Esa hegemonía se desarrolla cuando las clases oprimidas despliegan su propia concepción del mundo y obtienen para ella el "consenso activo" de otras clases y capas sociales. En síntesis, la revolución se prepara y sobreviene como cambio estructural violento cuando los trabajadores organizados trascienden el gueto sindical y se transforman en clase nacional, asumiendo a la nación en su conjunto y bajo su hegemonía y dirección política. "El proletariado -afirmaban Marx y Engels en el Manifiesto de 1848- debe erigirse en clase nacionalmente dominante, constituirse como Nación".


El partido y el sindicato, en Gramsci, dentro de lo que él denominó guerra de posiciones -es decir lo contrario a la ofensiva frontal- implicaba la búsqueda correcta de alianzas de clase, la teorización de la fase actual del capitalismo globalizado y de las contradicciones específicas engendradas en el desarrollo desigual.


El aspecto fundamental en Gramsci se encuentra en su reflexión sobre la necesidad, que es a la vez exigencia, de que el movimiento de los trabajadores despliegue su propia conciencia de una nueva humanidad y cultura. El filósofo Rodolfo Mondolfo señalaba que "por esa hegemonía Gramsci aspira a la formación del bloque histórico de élite y masa... es decir a la superación de su cisma actual".


En ese sentido, Gramsci decía que "el elemento popular siente, pero no siempre comprende o sabe; el elemento intelectual sabe, pero no siempre comprende y especialmente no siempre siente".


Por eso postula la unión entre intelectuales y pueblo-nación en la cual "el sentimiento-pasión se convierte en comprensión y por lo tanto en saber (no mecánicamente sino de un modo vivo)" y "sólo entonces la relación es de representación y se produce el intercambio de elementos individuales, entre gobernantes y gobernados... esto es, se realiza la vida de conjunto que es lo único que constituye la fuerza social, se crea el bloque histórico".


Política y pasión


Gramsci, que había nacido en 1891, fue el organizador del Partido Comunista Italiano, fue el secretario general de esa organización y diputado. Colaboró con El Grito del Pueblo (1915) y el diario socialista Avanti (1916). Fundó La Ciudad Futura y el legendario L'Ordine Nuovo. Impulsó los consejos de fábrica en Turín (1919) y fue uno de los políticos fundamentales de la resistencia antifascista, hasta que fue encarcelado en 1927, muriendo trágicamente tras largo cautiverio el 27 de abril de 1937. El fiscal mussoliniano que contribuyó a su condena dijo durante el proceso: "Tenemos que impedir durante veinte años que este cerebro funcione".


Durante su prisión logró escribir los famosos Cuadernos de la cárcel que, en una primera versión fueron desglosados por Palmiro Togliatti, su compañero y amigo, en seis volúmenes titulados: El materialismo histórico y la filosofía de Benedetto Croce; Los intelectuales y la organización de la cultura; Il Risorgimento; Notas sobre Maquiavelo, sobre política y sobre el Estado Moderno; Literatura y vida nacional y Pasado y Presente. Valentino Gerratano editó luego los Cuadernos de manera cronológica, como habían sido escritos originalmente, restaurando así la unidad filológica y teórica del pensador y político italiano.


Togliatti señaló, en 1952, en una conferencia sobre El antifascismo de Gramsci que "Gramsci ha conmovido, animado, exaltado con su sacrificio a millares de seres humanos. Empero también los ha iluminado con su pensamiento potente, genial. En la luz de ese pensamiento y por el bien de todos, nosotros caminamos".

RESUMEN LATINOAMERICANO INVITA AL ESTRENO EN BUENOS AIRES DE "MEMORIA DE UNA HIJA DE OSHUN", DE NUESTRA COMPAÑERA MARIA TORRELLAS.

RESUMEN LATINOAMERICANO INVITA AL ESTRENO EN BUENOS AIRES DE "MEMORIA DE UNA HIJA DE OSHUN", DE NUESTRA COMPAÑERA MARIA TORRELLAS. EN EL MARCO DEL FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE DE DERECHOS HUMANOS (DERHUMALC),


RESUMEN LATINOAMERICANO y el MOVIMIENTO AFROCULTURAL invitan:

VIERNES 30 DE ABRIL, a partir de las 18 horas,
en el Centro Cultural Defensa
(Defensa 535, barrio de Monserrat, Ciudad de Buenos Aires)

Estreno en Buenos Aires de la película
“MEMORIA DE UNA HIJA DE OSHUN”


(Una historia de esclavitud, de resistencia y de liberación a través del Candombe)
dirigida por MARIA TORRELLAS (del Consejo de Dirección de "Resumen Latinoamericano")


PELICULA PREMIADA EN EL FESTIVAL “SANTIAGO ALVAREZ IN MEMORIAM”, Cuba 2010.

En la misma función se proyectará también el cortometraje “1924, UNA VIDA”
De la realizadora SANDRA CHAGAS

Posteriormente habrá un debate, con la presencia de la protagonista de “Memoria de una hija de Oshun”, María Farías, las realizadoras de los dos documentales, María Torrellas y Sandra Chagas, y “Mamás Viejas” del Candombe bonaerense.

Para finalizar
TOQUE DE CANDOMBE Y DANZAS AFRO, con la participación de MARIA FARÍAS Y YAMANDÚ RODRÍGUEZ.

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El sábado 1 de mayo, a partir de las 15 horas, en el local de la fábrica recuperada IMPA (Querandíes ), se realizará una jornada cultural, informativa y artística, con la participación de numerosas organizaciones sociales y participantes del Festival. Habrá cine, música, danzas, artesanías, stands de solidaridad y mucho más.






El domingo, 2 de mayo a las 19 hs., en La Casa del Bicentenario, (Riobamba, 985), nueva proyección y debate de "Memoria de una hija de Oshun".


TODAS LAS ACTIVIDADES SON CON ENTRADA GRATUITA













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Chile fracturado

Chile fracturado por Franklin Fernández (ARGENPRESS CULTURAL)

Chile, fracturado en batalla tectónica,
Limpia sus heridas con ambos brazos rotos.
Tanta mortandad debe responder al canto
Incógnito de una jugarreta cósmica.


No fue el castigo de Jehovases iracundos,
Ni la sabia decisión de una madre verde,
Fue el cambio de ritmo del canto de los mundos,
Incomprendido, nunca escuchado enteramente.


Ni la pichanga de los dioses sobre la nación,
Ni el bostezo de Cthulhu en su despertar violento,
Ni cruel guerra la desatada sobre la extensión
Nuestra, bien plantada en el constante epicentro,


Fue el aletazo anunciado del subsuelo
Para remendar el camino lacerante
Que nos llevaría al inminente duelo
Entre los excluidos y los participantes.


Años levantando la de apariencia fuerte
Máscara que en pocos segundos se sublima
En grietas de sangre y de costa indiferente
Para silenciar nuestra arrogante autoestima.


Del tajo de la placa se levantó el rostro
Verdadero, fisurado, muy mal, sin fachada.
Se altera el Status quo, tiembla el dueño del pan.
Es solo un espejismo eso de la prosperidad.


Fluye por las roídas carreteras del sur
El murmullo de la por siempre postergada
Gente, que ahora, despojada de toda luz
Arremete como gran ola por la ensenada.


Y el mar, de un latigazo, se llevó la ilusión
Y dejó semidesnudo al país en pose extraña:
Las piernas anudadas y una mano en el corazón,
La otra hundida, con muertos en vez de uñas,


Barcos clavados en la palma de la mano,
Los ojos sumergidos, las venas trizadas.
¿No es este el momento preciso, mi hermano,
Para enmendar el rumbo de este viaje a la nada?


El mercado ha levantado demasiadas vallas,
Los oídos se taparon al golpe de antes.
La trinchera se ha hundido en la solitaria estrella
Que entre los escombros yace aún inconsciente.


Sacúdete el polvo del desastre perfecto,
Que devastó la tierra y también la máscara.
Es como abrir los ojos luego de ser ciego,
Al principio la luz duele, pero se pasa.


Si vas por las calles rotas te reflejarás,
Si quitas las costras de la ciudad te limpiarás,
Si tiendes la mano al herido te curarás.
Si ves una sonrisa...
Es que todo habrá mejorado.

Estas navidades siniestras

Estas navidades siniestras Gabriel García Márquez


Ya nadie se acuerda de Dios en Navidad. Hay tanto estruendo de cornetas y fuegos de artificio, tantas guirnaldas de focos de colores, tantos pavos inocentes degollados y tantas angustias de dinero para quedar bien por encima de nuestros recursos reales que uno se pregunta si a alguien le queda un instante para darse cuenta de que semejante despelote es para celebrar el cumpleaños de un niño que nació hace 2.000 años en una caballeriza de miseria, a poca distancia de donde había nacido, unos mil años antes, el rey David. 954 millones de cristianos creen que ese niño era Dios encarnado, pero muchos lo celebran como si en realidad no lo creyeran. Lo celebran además muchos millones que no lo han creído nunca, pero le gusta la parranda, y muchos otros que estarían dispuestos a voltear el mundo al revés para que nadie lo siguiera creyendo. Sería interesante averiguar cuántos de ellos creen también en el fondo de su alma que la Navidad de ahora es una fiesta abominable, y no se atreven a decirlo por un prejuicio que ya no es religioso sino social.


Lo más grave de todo es el desastre cultural que estas Navidades pervertidas están causando en América Latina. Antes, cuando solo teníamos costumbres heredadas de España, los pesebres domésticos eran prodigios de imaginación familiar. El niño Dios era más grande que el buey, las casitas encaramadas en las colinas eran más grande que la virgen, y nadie se fijaba en anacronismos: el paisaje de Belén era completado con un tren de cuerda, con un pato de peluche más grande que un león que nadaba en el espejo de la sala, o con un agente de tránsito que dirigía un rebaño de corderos en una esquina de Jerusalén. Encima de todo se ponía una estrella de papel dorado con una bombilla en el centro, y un rayo de seda amarilla que habría de indicar a los Reyes Magos el camino de la salvación. El resultado era más bien feo, pero se parecía a nosotros, y desde luego era mejor que tantos cuadros mal copiados del aduanero Rousseau.


La mistificación empezó con la costumbre de que los juguetes no los trajeron los Reyes Magos -como sucede en España con toda razón-, sino el niño Dios. Los niños nos acostábamos más temprano para que los regalos llegaran pronto, y éramos felices oyendo las mentiras poéticas de los adultos. Sin embargo, yo no tenía más de cinco años cuando alguien en mi casa decidió que ya era tiempo de revelarme la verdad. Fue una desilusión no solo porque yo creía de veras que era el niño Dios quien traía los juguetes, sino también porque hubiera querido seguir creyéndolo. Además, por pura lógica de adulto, pensé entonces que también los otros misterios católicos eran inventados por los padres para entretener a los niños, y me quedé en el limbo. Aquel día -como decían los maestros jesuitas en la escuela primaria- perdía la inocencia, pues descubrí que tampoco a los niños los traían las cigüeñas de París, que es algo que todavía me gustaría seguir creyendo para pensar más en el amor y menos en la píldora.


Todo aquello cambió en los últimos treinta años, mediante una operación comercial de proporciones mundiales que es al mismo tiempo una devastadora agresión cultural. El niño Dios fue destronado por el Santa Claus de los gringos y los ingleses, que es el mismo Papá Noel de los franceses, y a quienes todos conocemos demasiado. Nos llegó con todo: el trineo tirado por un alce, y el abeto cargado de juguetes bajo una fantástica tempestad de nieve. En realidad, este usurpador con nariz de cervecero no es otro que el buen San Nicolás, un santo al que yo quiero mucho y porque es el de mi abuelo el coronel, pero que no tiene nada que ver con la Navidad, y mucho menos con la Nochebuena tropical de la América Latina. Según la leyenda nórdica, San Nicolás reconstruyó y revivió a varios escolares un oso que había descuartizado en la nieve, y por eso lo proclamaron el patrón de los niños. Pero su fiesta se celebra el 6 de diciembre y no el 25. La leyenda se volvió institucional en las provincias germánicas del Norte a fines del siglo XVIII, junto al árbol de los juguetes, y hace poco más de cien años pasó a Gran Bretaña y Francia. Luego pasó a Estados Unidos, y estos nos lo mandaron para América Latina, con toda una cultura de contrabando: la nieve artificial, las candilejas de colores, el pavo relleno y estos quince días de consumismo frenético al que muy pocos nos atrevemos a escapar. Con todo, tal vez lo más siniestro de estas Navidades de consumo sea la estética miserable que trajeron consigo: esas tarjetas postales indigentes, esas ristras de foquitos de colores, esas campanitas de vidrio, esas coronas de muérdago colgadas en el umbral, esas canciones de retrasados mentales que son los villancicos traducidos del inglés; y tantas otras estupideces gloriosas para las cuales ni siquiera valía la pena de haber inventado la electricidad.


Todo eso, en torno a la fiesta más espantosa del año. Una noche infernal en que los niños no pueden dormir con la casa llena de borrachos que se equivocan de puerta buscando donde desaguar, o persiguiendo a la esposa de otro que acaso tuvo la buena suerte de quedarse dormido en la sala. Mentira: no es una noche de paz y amor, sino todo lo contrario. Es la ocasión solemne de la gente que no se quiere. La oportunidad providencial de salir por fin de los compromisos aplazados por indeseables: la invitación al pobre ciego que nadie invita, a la prima Isabel que se quedó viuda hace quince años, a la abuela paralítica que nadie se atreve a mostrar. Es la alegría por decreto, el cariño por lástima, el momento de regalar porque nos regalan, y de llorar en público sin dar explicaciones. Es la hora feliz de que los invitados se beban todo lo que sobró de la Navidad anterior: la crema de menta, el licor de chocolate, el vino de plátano. No es raro, como sucede a menudo, que la fiesta termine a tiros. Ni es raro tampoco que los niños -viendo tantas cosas atroces- terminen por creer de veras que el niño Jesús no nació en Belén, sino en Estados Unidos.


Gabriel García Márquez. Colombiano. Escritor. Premio Nobel de Literatura en 1982.

Jorge Luis Borges: la palabra universal. ¿Un ciego con luz, o un lúcido enceguecido?

Jorge Luis Borges: la palabra universal. ¿Un ciego con luz, o un lúcido enceguecido?

Cristina Castello (Desde Buenos Aires, Argentina. Especial para ARGENPRESS CULTURAL)

«Sentí en el pecho un doloroso latido, sentí que me abrazaba la sed»
J. L. Borges, de «El Inmortal»

Jorge Luis Borges es una metáfora de sí mismo. Es uno de los escritores más destacados del siglo XX y un emblema de su patria argentina, donde todos lo nombran pero pocos lo leyeron. Niño prodigio, vivió su infancia vestido de niña por su madre, quien lo llamaba «inútil» e «infeliz».

Su erudición tiene pocos parangones. ¿Fue tan lúcido para descubrir la sacralidad de la vida, como para escribir? ¿O la lucidez dañó esa parte del espíritu donde está escrito que nada de lo humano debería ser extraño?

Pocos artistas son tan amados y aborrecidos. Y se comprende: los versos de Borges son sagrados, pero su boca fue incontinente. Calificó a Federico García Lorca, como un «poeta menor», y de la misma forma honró a los vates de la Generación del XXVII española; no se privó de críticas a Julio Cortázar; de Cien años de soledad, de García Márquez dijo: «Lindo título, ¿no?». Fue implacable con Charles Baudelaire, se ensañó con Pierre Corneille –autor de «El Cid»– y con Isidore Ducasse (el Comte de Lautréamont).

Más: al ritmo de cada sorbo de su té inglés calificó a Arthur Rimbaud como «un artista en busca de experiencias que nunca logró», y criticó salvajemente a André Breton, potencia de imaginación y poesía; y, aunque nacido en las pampas, su anglofilia era tan fuerte como su franco fobia (Juan José Saer dixit). Demasiado, Mister George.

Su sed, su sed eterna. Este 24 de agosto, se cumplen 110 años de su nacimiento, y la pregunta de siempre sigue en pie: ¿Tuvo sed de poesía, o, también –y sobre todo– de sentirse amado por una mujer? Él, la pluma universal, tuvo amores imposibles y sufrió como los personajes de las novelas más vulgares, que despreciaba. Hasta que llegó su cauce: María Kodama, con quien tuvo una unión en el misterio.

Mente prodigiosa, en «El jardín de los senderos que se bifurcan», propuso –sin saberlo– una repuesta a un problema de la física cuántica. Y toda su vasta obra fue un hito, como disparador de la fantasía de lectores y gentes de letras.

A la par, si bien en su momento condenó a Adolfo Hitler y a Benito Mussolini, después hizo loas de autores de crímenes de lesa humanidad: Francisco Franco, Jorge Rafael Videla y Pinochet, entre otros. Asesinos, condenados en tal condición por la Justicia.

Más que por otros poetas, se sintió marcado por el enorme Walt Whitman. Pero, ¿qué asimiló de él? La palabra de Whitman se batía por la libertad de los pueblos y la dignidad humana; la palabra hablada de Borges defendía –también– la invasión-masacre norteamericana en Vietnam.

Su obra de ficción, plena de ironía, es sobria y precisa pero, en general, tiene una gran distancia con la vida viviente, como si lo que escribía hubiera pasado por su cerebro y no por su sangre; está plena de símbolos, de metáforas tan ricas como poco comprensibles para la mayoría; tiene un sentido metafísico, y muchas veces intensamente lúdico. «Historia universal de la infamia» y «El Aleph», entre otras, son piezas maestras del siglo XX.

Borges fue uno de sus espejos de tinta. Un acertijo. Una suerte de estatua de sí mismo, un monumento, un ser sin piel, por cuyos poros asomaba su inteligencia. Pero en la poesía que escribió asoman sus venas terrenales, irremediablemente: [...] Sin que nadie lo supiera, ni el espejo, /ha llorado unas lágrimas humanas. /No puede sospechar que conmemoran /todas las cosas que merecen lágrimas (de «La cifra»).

La poesía es una voz: la vida viva. Ni siquiera este hombre de la esquina rosada, pudo esconderse tras los muros de cristal del poema. El poema no tiene tapias: es revelador.

La hora de la espada: Borges, Pinochet y Videla

Amaba la música de Pink Floyd, de Los Beatles, de los Rolling Stones y de Brahms. Adoraba a «Bepo», su gato. Mientras, aplaudía al gobierno que hizo desaparecer a 30.000 personas –luego de torturas satánicas–, durante el golpe de Estado de 1976 en Argentina. Abrazado a su gato, Borges reclamó públicamente «cien años de dictadura militar».

«Le agradecí personalmente el golpe del 24 de marzo, que salvó al país de la ignominia, y le manifesté mi simpatía por haber enfrentado las responsabilidades del gobierno», dijo en mayo de aquel año. Se refería a la reunión que mantuvo con el genocida Jorge Rafael Videla, primer presidente de facto de aquella etapa; había asistido, presuroso, con Ernesto Sábato, quien fue después defensor de los derechos humanos: los rictus de la vida.

El tiempo hizo su juego y en1980, con o sin el gato «Bepo», recibió a las Madres y a las Abuelas de Plaza de Mayo, gesto en el cual –aunque ella lo niega, discreta– hay una influencia evidente de María Kodama. Entonces se mostró conmovido, y hasta indignado con los militares asesinos; y reiteró esa conducta cuando, ya en democracia, se juzgó a los desaparecedores de seres humanos: recién en ese momento quiso enterarse de los suplicios y muertes sufridos por sus congéneres, y escribió una crónica para la agencia EFE. ¿Había despertado por fin su lucidez para la fraternidad? Ojalá.

Pero las palabras son una suelta de pájaros: imposible remontarlas cuando vuelan a voluntad del viento. ¿En cuántas personas influyeron sus primeras declaraciones? ¿Cuántas, sin pensamiento propio, repitieron los conceptos del poeta sólo porque «lo dijo Borges»?

Paseó entre laberintos, espejos, libros de arena, ruinas circulares y bibliotecas de Babel. Cultivadísimo –es una de las más grandes glorias mundiales de la literatura– se fue de este planeta el 14 de junio de 1986, siempre en espera del Nobel. La condecoración que, orgulloso, había recibido de las manos con sangre de Augusto Pinochet, fue un escollo insalvable para el premio. Aquel día se alborozó con su flamante doctorado Honoris Causa de la Universidad de Chile, y enarboló la hora de la espada. La hora de la espada, el discurso reaccionario de Leopoldo Lugones, quien –con esas palabras– avalaba la siembra de muerte de los futuros golpes de Estado.

Borges fue Borges, ni más ni menos, a pesar de haberse definido como anarquista. A los 17 había sido tildado de comunista, con la prohibición de entrar a Norteamérica. En realidad, sólo había tenido un enamoramiento adolescente de la Revolución Rusa, fuente de inspiración para el poemario «Los salmos rojos», que destruyó tres años después. Sólo se publicaron los versos de la poesía que da título al libro, en la revista «Grecia», en un periódico de España y en otro de Ginebra.

De su pecado de juventud sólo queda esa huella, y las cenizas de tantas estrofas incendiadas.

En 1983 anunció su suicidio en el diario La Nación, en el relato «Agosto 25, 1983». Por cierto que no se quitó la vida; y justificó haber jugado con las palabras y con la opinión pública, en su cobardía para auto inmolarse. ¿Buscaba con sus actitudes, la fama y el espacio que su país le negaba como escritor? ¿Era un exquisito provocador?

Lúdico, me dijo en una entrevista que el deporte que más le gustaba era la riña de gallos; y con su proverbial ironía bajo el aspecto de ingenuidad, se preguntaba por qué en el fútbol 22 hombres corren detrás de una pelota, en lugar de comprar 22 pelotas.

Se jactaba de haber tomado mescalina y cocaína en su juventud. Pero aquello no duró más que un instante: su droga dura fueron los caramelos de menta, y su devoción, la merluza hervida.

Travieso, guardaba billetes de 10, 50 y 100 dólares entre los libros de su Paraíso: la biblioteca. A pesar de no haber creído en ningún dios, antes de morir rezó el «Padre Nuestro», porque así lo había dictaminado muchos años antes, su madre. Doña Leonor Acevedo seguía rigiendo el destino del hijo –el «inútil» e «infeliz»–, obediente hasta el último soplo, que exhaló el 14 de junio del ’86.

«Me duele una mujer en todo el cuerpo»

Su padre lo llevó a un prostíbulo en Ginebra, para que ejerciera por primera vez como varón; y desde entonces, el amor le fue una frustración. Muy amigo de Adolfo Bioy Casares, escritor y caballero excelso y de una personalidad fuertemente seductora, Borges vivía a través suyo, lo que la vida no le daba: la pasión de una dama. Se sentía el patito feo.

El nombre de una mujer recorrió el mundo en los versos borgianos: «Yo que he sido todos los hombres, no he sido aquel en cuyo abrazo desfallecía Matilde Urbach». Matilde no existió jamás: era el personaje de una novela ignota y de baja calidad, a quien él dio entidad universal con su estrofa.

La soledad puede ser una telaraña.

A Elsa Astete Millán, su primera esposa, la conoció en 1931, cuando él tenía 32. La relación fue terrible: sin amor, sin pasión, sin interés de ninguno de los dos por el otro. Ella se enamoró de Ricardo Albarracín Sarmiento, dejó al poeta ciego y amante de las espadas, y se casó con el candidato nuevo. Sólo después de decenios, Elsa relató aquel fracaso, sin mucha elocuencia:

―«No se dio», contó, apenas.

―«Sólo la esperaba a ella», gimió el poeta a modo de narración.

Para mitigar la espera, Borges se enamoró de Estela Canto –quien jamás lo amó–, de Silvina Bullrich, de María Esther Vásquez, y más.

Y llegó 1965 –habían pasado más de treinta años– y el reencuentro con Elsa. Él ya estaba casi ciego, tenía 68 años y ella 57. Sin que le importara su agnosticismo, se casaron por iglesia: por amor, todo podía sacrificarse. Al menos eso creyó.

Doña Leonor Acevedo había influido una vez más: ―«¿Cada noche de su vida, antes de acostarse, miraba tu foto», dijo a su futura nuera.

El matrimonio se terminó después de tres años, en 1970. Georgie se cansó: sin una palabra, salió de la casa conyugal y no volvió jamás. Unos meses después, mientras paseaba con su sobrino por la calle Florida de Buenos Aires, Elsa Astete Millán se cruzó con el escritor y lo saludó:

―«¿Quién es? », preguntó el poeta, ya totalmente ciego. ―«Es Elsa, tío», fue la respuesta

―«¿Y quién es Elsa?», repreguntó Borges.

Enterraba el amor, ¿el amor? ¿Fue Millán la pasión que le hizo escribir me duele una mujer en todo el cuerpo? Todo hace pensar que no, pero... Qui sait?

Alcanzó la fama recién en la antesala de la vejez, a pesar de haber comenzado su vida literaria como un superdotado. A los siete años había escrito en inglés un resumen de la mitología griega; a los ocho, el cuento «La visera fatal», inspirado en un episodio del Quijote; y a los nueve tradujo del inglés «El príncipe feliz» de Oscar Wilde.

Su obra incluye cuentos, ensayos y poesía. Fue un innovador, abrió senderos. No hay que olvidar que dos de las grandes revoluciones de la lengua castellana, tuvieron su origen en la América morena: una fue la de Rubén Darío y el modernismo; y la otra, la de Borges, a partir del cambio que impuso a la narrativa. Además, hizo guiones de cine, crítica literaria y prólogos; escribió en colaboración con otros escritores, y tradujo obras del inglés, francés, alemán, anglosajón y escandinavo antiguo.

Era como Leonardo da Vinci, complejísimo y lleno de matices, con inteligencia fascinante e imaginación enorme. ¿Era como el genio da Vinci? Así lo siente María Kodama. Cultivadísima, escritora e incansable cancerbero de la obra del Maestro, ella amaba tanto «su rostro de conejo» como verlo reír tal «un cachorro de tigre al sol».

«Ulrica», según él la llamaba –nombre nórdico que quiere decir «Osita»–, escuchó por primera vez un poema del que sería su esposo, cuando tenía cinco años; lo conoció a los 12 y la relación amorosa empezó a finales de los’60, pero se hizo exclusiva, desde el adiós a Elsa. «Osita» fue también un gran soporte de la actividad literaria y personal de Borges, lo ayudó en la dirección de su colección «Biblioteca personal»; y escribieron juntos, en colaboración, «Breve antología anglosajona» y «Atlas».

Fue desenfadada, fresca y espontánea con el Maestro: a pesar de su juventud, le discutía cosas que podrían haber parecido una insolencia y que, sin embargo, a Georgie le gustaban y divertían. Y así la disfrutó: libre como un animal en la selva, según ella se define, a costa de ser prisionera de su libertad.

María fue los ojos a través de los cuales Borges descubrió geografías, amaneceres y obras de arte presentidas pero vedadas para sus pupilas en penumbras. Hoy, el poeta descansa –por su elección– en el cementerio Plainpalais (Ginebra), cerca de donde había tenido su primera experiencia sexual, en aquel prostíbulo. Vaya coincidencia.

Y tantos amores frustrados, y tantos versos, y dos esposas, tan diferentes.

Elsa le había dicho:

-«Georgie, aprovecha tu cuarto de hora; hoy estás en el candelero, pero dentro de dos o tres años nadie se acordará de vos».

María lo acompañó hasta el final y hoy recorre el mundo, para mantener vigente y hacer crecer la obra del poeta. Y no le debe de ser fácil: no es sencillo tener talento y ser la viuda de un grande, en un país como Argentina, donde tantos quieren apropiarse del alma del Maestro. ¿La amó? Nadie puede saberlo, el corazón del hombre es insondable, aún para sí mismo.

«Yo pronuncio ahora su nombre, María Kodama. / Cuántas mañanas, cuántos mares, cuántos jardines de Oriente y de Occidente, cuánto Virgilio», le escribió, entre tantos versos. Es como el ojo del huracán: serenidad y silencio cuando todo se arremolina a su alrededor, dijo de su mujer.

«Y que nadie temiera», está grabado en la tumba de Jorge Luis Borges, un grande de las letras y un poeta sin compromiso con la vida humana. Sediento, lúdico, incontinente verbal, brillante, desamparado, a veces un niño. En los días anteriores a su muerte, contaba a su esposa de los caramelos «toffie» que le compraba su abuela, hablaban de literatura y estudiaban árabe.

¿Fue un hombre ciego pero con la lucidez a flor de alma, o la luz del conocimiento lo encegueció? «Debo justificar lo que me hiere. /No importa mi ventura o mi desventura. /Soy el poeta», había escrito.

Quizás sea la mejor sentencia y la única conclusión.

Cristina Castello es poeta y periodista, bilingüe (español-francés) y vive entre Buenos Aires y París.