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Parrilladas en peligro: El ajuste estructural a la argentina

Parrilladas en peligro: El ajuste estructural a la argentina

Por Andrés Figueroa Cornejo

 

 

1. El martes 22 de noviembre, mientras  el mundo tiembla ante las amenazas espartanas del Estado de Israel y el Pentágono sobre Irán y buena parte del Medio Oriente con fines de apropiación energética y superior dominio geopolítico, y cuyos  efectos eventualmente devastadores a escala planetaria no se pueden nombrar por  espanto y vergüenza, en Argentina la Presidenta se reunió con casi un millar de empresarios de la Unión de Industriales (UIA) del país. La UIA es parte del G8 que agrupa  a los dueños de la Sociedad Rural, Cámara de Comercio, de la Construcción, la Bolsa, la Asociación de Bancos Privados de Capital Argentino y la Asociación de Bancos de la Argentina.

 

A un mes de haber obtenido el 54% de los sufragios nacionales, Cristina Fernández  transparentó sin apremios electorales la naturaleza del proyecto gubernamental. En tanto los números de la inflación real superan el 20 %, pero oficialmente se habla de un 9%,   Fernández  dijo que “no hay que pelearse, pero por sobre todas las cosas no hay que hablarse por los diarios” y que no existe en estudio ninguna ley para prohibir el giro de utilidades al extranjero.

 

Con luz de mediodía, la Presidenta ratificó su política de “pacto social” (tan mítico como las expresiones ‘siempre’ y ‘nunca’, o el fin de la historia y las contradicciones), en medio de la llamada “quita de subsidios” a industrias de servicios básicos que ya ha comenzado paulatinamente a impactar a la población. La fórmula implementada hasta el momento con un gasto astronómico para el erario nacional (es decir, para el acumulado excedente producido por millones de personas), consistió en subvencionar buena parte de las ganancias del capital con el compromiso de traspasar desde arriba a la población una rebaja sustantiva en materia de servicios y otras mercancías. Desde los casinos (?), hasta el gas, agua, electricidad, comunicaciones, transporte, minería, etc. A partir  del 1 de diciembre, comenzarán a aumentar las cuentas entre  150 a  400%, primero en los sectores más adinerados, y luego se extenderá el incremento opacamente hacia el resto de la ciudadanía. Estos días, el ingenio mediático de la Casa Rosada elaboró que antes de “la quita forzada” (para enfriar la inversión social, estabilizar la política cambiaria, acorralar la inflación y evitar un nuevo sobreendeudamiento ante la ruta del déficit fiscal), quienes lo deseen `pueden renunciar voluntariamente a los subsidios, como una Teletón, mueca filantrópica, caridad en vitrina o pudor.

 

Se trata de imponer de una vez por todas –y tonificarse regionalmente-  la vieja política de los programas sociales focalizados formulados desde hace casi 4 décadas por las instituciones tutelares de la deuda y el crédito mundial para construir clientela electoral y, sobre todo,  evitar la conflictividad social con el objetivo de cautelar la gobernabilidad inestable de estos paisajes. De todos modos, ya era una medida bien poco “nacional y popular” y menos “defensora de los Derechos Humanos” en términos ampliados el contrasentido de subvencionar con el excedente socialmente producido al capital concentrado para retornarlo parcialmente a los trabajadores y la comunidad. De todos modos, la iniciativa de carácter populista fue uno de los pilares que explican la victoria de Fernández en las urnas.

 

 

2. Lo cierto es que Argentina no está desconectada de la crisis económica mundial, ni ha salido -más allá de una retórica teatral para el turismo y los foros internacionales- de la actual fase de reproducción capitalista que gobierna las relaciones sociales en América Latina y que se soporta sobre la hegemonía del capital financiero en todas sus formas, el patrón primario agro y minero exportador, la privatización de lo que alguna vez no lo fue, el saqueo transnacional de los recursos naturales a costa de humanidad y bienes finitos, y la sobreexplotación del trabajo asalariado mediante el subempleo, el trabajo en negro, la precarización de las relaciones contractuales, y la creciente tercerización. De hecho, ante la ralentización de la economía brasilera y China producto de la crisis europea y norteamericana, el precio de las materias primas cae diagonalmente. La economía argentina está subordinada sanguínea e históricamente a la carioca. Y ya Brasil anunció una baja de expectativas de crecimiento para el 2011 frente al debilitamiento de sus exportaciones.

 

 

3. Por otro lado, y como es recurrente (quien pueda, resulta imprescindible leer revista La Maga Nº 2, ese fresco acierto periodístico), el holding multimedial Clarín –que engordó desde la segunda mitad de los 80’ del siglo pasado, pero hizo su primavera bajo el gobierno de Néstor Kirchner), en la actualidad se mantiene reñido con Fernández y  arquitectura burda y majaderamente al secretario general de la Central General de Trabajadores (CGT), Hugo Moyano. El dirigente sindical y empresario (o viceversa) de la industria transportista, entre otras, cayó en desgracia con Cristina y no deja de repetir a todo volumen y en innumerables canales que “¿Por qué un trabajador no puede ser Presidente?” y que “hay que repartir las utilidades de las empresas”. Naturalmente, le agradaría ser él ese trabajador al que alude (!), y la consigna redistributiva no pasa de ser propaganda corporativa para la gradería. En rigor, el problema no tiene nada que ver con “redistribuir las utilidades” (incluso sistémicamente, una medida así obstaculizaría nuevas inversiones en tanto el capital invierte todo lo que gana. Salvo que Moyano sea un revolucionario comunista encubierto y busque jaquear el capitalismo argentino e inestabilizarlo para una pronta insurrección donde él haga las veces de jefe de algún ejército rebelde que crece en las sombras). Pero Moyano en realidad es hijo de su historia y, en consecuencia,  un insuperable burócrata sindical, antidemocrático, corporativista, acomodaticio, nepotista y funcional a los intereses del gran empresariado en la patria que inauguró San Martín. Mientras tanto, el mismo grupo Clarín, releva más sobriamente al gobernador de la Ciudad de Buenos Aires, el ultraliberal Mauricio Macri, pre candidato a las elecciones nacionales de 2015, quien se resiste a asumir los costos que le reportaría hacerse cargo de la administración sin subsidios del transporte subterráneo de la Ciudad.

 

 

4. El 23 de noviembre más de 5 mil personas de organizaciones sociales y políticas de la Capital argentina marcharon contra la criminalización de la protesta social. Entre las agrupaciones más visibles se encontraban los trabajadores de fábricas de neumáticos, de la empresa Kraft, Texaco, frigoríficos, hospitales, docentes, estudiantes, intelectuales.

 

El delegado ferrocarrilero de la Línea 60, Néstor  Marconi, acusa mientras no deja de avanzar hacia la Plaza de Mayo que “Tenemos 5 compañeros presos (Oñate, Olivera, Tapia, Claro y Germano) por reclamar los derechos de los trabajadores y más de 4 mil delegados sindicales procesados.”

 

Ana Barría pertenece al Movimiento Ciudadano y Portuario –Marítimo y Naval De Pie y dice entre bombos que el actual gobierno “no representa los intereses de los trabajadores. Ellos están por los privilegios y nosotros por la igualdad”.

 

El representante de los asalariados de la Ferrovía Avellana, Trejo José, apunta que “el pasado 4 de noviembre fuimos reprimidos con balas de goma cuando estábamos demandando mejores sueldos. En menos de un año van 15 muertos en distintas luchas. En Buenos Aires, Bariloche, El Chaco, Formosa, y la semana pasada una ‘patota’ sindical mató a Cristian Ferreyra en Santiago del Estero”.

 

 

5. En calle Corrientes, nudo y resumen de la Ciudad de Buenos Aires, se encuentra el Teatro Astral. El fin de semana ofrecerán un recital los reconocidos músicos Juan Carlos Baglietto y Lito Vitale.

 

El recital se titula “Más de lo mismo”.

 

 

Jueves 24 de noviembre de 2011

MUERTES GLOBALES

MUERTES GLOBALES

Por Gustavo Duch

Frente a la pantalla del ordenador, mientras toma su primer café, estudia los índices bursátiles. Las deudas soberanas europeas son poco fiables, la bolsa sigue en caída libre y el petróleo es demasiado inestable, han habido hallazgos inesperados. ¿Dónde invertir? Las curvas de los granos básicos están, a su gusto, demasiado planas.

Toma el teléfono y en segundos las agencias de prensa ofrecen nuevos titulares: graves sequías en países asiáticos; un informe de una agencia internacional alerta de un próximo déficit de alimentos en un Planeta de 7.000 millones de personas; se constata un importante aumento del consumo de carne; en Europa se estudia incrementar el uso de agrocombustibles…

Se anuda la corbata para salir al despacho a pocas calles de la central de Bolsa en Chicago, y de reojo vuelve a mirar la pantalla. Sonríe, la curva de los precios del grano apunta ya claramente hacia arriba.

La misma gráfica está ya en las computadoras de todo el Planeta. Se disparan las operaciones (y las operaciones conllevan disparos). Fondos de inversión de Goldman Sachs compran tierras agrícolas en Indonesia, Camboya y Uruguay; Cargill y ADM deciden retener grano en sus almacenes, pues en breve su precio se doblará; y en Argentina los terratenientes como José Ciccioli quieren agrandar sus propiedades donde cultivar soja… y dan instrucciones.

Ya es la hora de comer, toda la familia está en su rancho de Santiago del Estero (Argentina). Crisitian Ferreyra, éste pasado 16 de noviembre, ha invitado a tres compañeros del movimiento campesino que les aglutina (MOCASE-Vía Campesina). Les preocupa el avance de los inmensos monocultivos de soja que a tantos campesinos y campesinas de la zona están expulsando violentamente de sus tierras; y cuestionan el papel del gobernador Zamora y del poder judicial que todo lo permite.

Sin darles tiempo a reaccionar dos sicarios al servicio de los empresarios sojeros derrumban la puerta e increpan a Crisitian ― ¿Quién te crees que sos? Cristian no duda ― Somos los dueños de esta tierra, aquí vivimos, ¿ustedes quiénes se creen?

Dos balas globalizadas, dos disparos capitalistas,  acaban con los veinticuatro años de Cristian.

Algunos diarios lo desmienten pero la especulación le asesinó.

Gustavo Duch

Los pingüinos se transforman en águilas

Los pingüinos se transforman en águilas

Por Patricio Orellana Vargas

El martes 16 de agosto, se efectuó una reunión entre los miembros de la Comisión de Educación del Senado de la República y los dirigentes de los estudiantes. Para el gobierno es el parlamento el lugar adecuado para discutir el problema educacional. Para los estudiantes le discusión  debe ser con quien tiene  el poder y en el sistema presidencialista chileno es el Ejecutivo quien efectivamente controla el poder. 

 ¿Entonces, para que se efectúa esta reunión si no tiene ninguna validez, como los mismos senadores reconocieron?

Según los dirigentes estudiantiles, es un simple paso para demostrar que no están en una posición intransigente, pero el objetivo es el diálogo con el poder real y en términos que se garantice una discusión sobre lo que el movimiento estudiantil exige.

Pero, la trascendencia de esta reunión fue notoriamente un fenómeno de extraordinario interés: Fue un enfrentamiento de la clase política y el movimiento social. El resultado, que todo Chile pudo ver a través del canal de TV del Senado, fue algo pavoroso y vergonzoso.

Mostró a una Concertación explicando y disculpándose por no haber sido capaz de enfrentar estos problemas y alegando que no se había conseguido mayoría para los cambios. Por su parte, la Derecha , especialmente representada por la ex ministra Von Baer y por Lili Pérez, fueron incapaces de  plantear sus opiniones y las de su Alianza, se limitaron a vaguedades y consultas.

El frente opuesto fue muy distinto, increíblemente, los estudiantes presentaron argumentos serios, dieron cifras y citaron estudios. Presentaron la necesidad de enfrentar los problemas vitales de la sociedad chilena y señalaron la necesidad de pronunciarse sobre el tipo de país y de sociedad que deseamos.

En realidad fue un diálogo en dos niveles: el pedestre, presentado por la política de avezados senadores, expertos en eludir lo de fondo, sin ninguna base de principios o fundada en antecedentes serios, sólo en improvisaciones. Frente a ellos, una juventud madura, seria, con aspiraciones y valores, con capacidad para ver la dimensión y profundidad del problema.

Fue una comparación entre los que corren a nivel del suelo y los que son capaces de ver las cosas en su totalidad desde la altura.

Es un hecho sorprendente, que jóvenes estudiantes sean capaces de tal actitud, destacando que no se trata sólo de la dirigenta que es vapuleada por el neoliberalismo. Todos los dirigentes estudiantiles presentes estuvieron a una altura similar, sobrepasando el burdo nivel de los senadores.

¿Como es posible que el estudiantado actual, producto de una educación en crisis, haya generado representantes de tal nivel? La posible respuesta está en que su desarrollo se ha logrado en la lucha social. Son los pingüinos que hicieron una revuelta y que fueron manipulados por una clase política experta en triquiñuelas y engaños y que al final no solucionó nada.

Allí aprendieron la necesidad de construir una nueva política fundada en valores y principios, donde la ética es la sustancia de sus acciones y aspiraciones.

Estos pingüinos, de andar torpe en las cenagosas tierras de la política, se transformaron en águilas que ven los problemas desde las alturas.
 
*Profesor de la Universidad de Chile, retirado

 

VADEMÉCUM POLÍTICO

Por Gustavo Duch

En los 70 –tiempo de misiones y de caridades-  se les conocía como países del Tercer Mundo. Fue entonces también cuando triunfó la película de ciencia ficción Encuentros en la Tercera Fase, y todo nos sonaba parecido: mundos desconocidos, lejanos, ajenos.

Años después llegó el neoliberalismo y entre las primeras libertades dictadas se prohibió este tipo de clasificaciones, y se mandó usar aquello de países subdesarrollados. Alguien protestó porque parecía que se hablaba de países en un peldaño inferior, de hecho en un peldaño enterrado y subterráneo. En breve, además, se observó que no era satisfactoria ésta nomenclatura porque –estudiaron- llevaba a la parálisis y a la resignación sin ánimo de lucro.

Entonces se inventó lo de países en vías de desarrollo o países atrasados que ya los colocaba en la carrera, a punto de subir por una escalera, la del progreso con un final extraordinario, lleno de avances y riquezas a repartir. El Banco Mundial subvencionó las ambiciones y otros planes dictados por el Fondo Monetario Internacional.

Pero no pasó. Mas bien, quienes empezaron ese recorrido, a cada paso que daban más se hundía su escalera. Sus patas estaban situadas sobre arenas movedizas y aún hoy deben pagar por aquellos préstamos y tanta gentileza. Por eso también se les conoce como países endeudados.

Las voces más asépticas y políticamente correctas desenfundaron un nuevo vocablo que no fuera ofensivo y se puso de moda lo de Países del Sur.  Pero las leyes cardinales tenían errores: se tropezaron con pobrezas en el norte, en el este y en el oeste; y riquezas tremebundas en los sures. Así que se debía buscar otra fórmula.

En algunos textos y conferencias ganó prestigio diferenciar países con métodos geométricos. Los mal llamados países del tercer mundo, subdesarrollados, en vías de desarrollo o países sureños pasaron a llamarse periféricos porque obedecen centrípetamente las atracciones de las potencias centrales. Aunque de nuevo surgieron peros, algunos países antes desarrollados o emergentes no estuvieron de acuerdo al aparecer en la lista de la segunda división.

Por fin alguien atinó: se podría definir la situación de algunos países por las causas que hasta allí le condujeron. Así nacieron los países empobrecidos que tuvo la virtud de señalar con claridad el expolio que hizo de la pobreza espejo de la riqueza. Aún así surgían algunas dudas ¿la pobreza se mide en dólares? ¿Con el Producto Interior Bruto? ¿Quiénes son  los verdaderamente pobres?

Mientras estábamos distraídos con esta discusión, a finales del 2008 las mandíbulas financieras no tuvieron piedad geométrica, ni  geográfica, y casi todos los países enriquecidos, del Norte, centrales y arriba del todo en las clasificaciones del desarrollo, cayeron a tumba abierta. Sus gobernantes decidieron desproteger a la población para pagar los caprichos de la banca.

Se acabó con el problema filológico, todos, antes y ahora, son países desnudados.

Foto: Gustavo Duch

Prohibido acampar

Prohibido acampar

Por Gustavo Duch

A ver si lo he entendido y puedo explicarlo. Poco a poco, lo más fácil y didáctico posible, para que, la clase política -y su periodismo cautivo-, lo entiendan.
Las acampadas, piden exactamente eso: un alto en el camino, un momento de calma en el recorrido, un freno en este acelerón descontrolado, un stop a nuevas medidas. Porque el Planeta y las personas que en Él cohabitamos no aguanta más:
Los alimentos que entran por la boca, se cultivan en fábricas, y nos matan por dentro.
Las fábricas contratan máquinas sin parar; y cada vez hay más parados.
El campesinado, de profesión hacedores de comida, muere de hambre, de deudas, o de pena.
Los banqueros, son ladrones. Y el robo está subvencionado.
Las subvenciones, ni socorren ni auxilian. Privilegian.
El ser humano, bípedo, ya no sabe andar, sólo sabe pisotear.
La energía se crea y se transforma; y se derrama tóxica como lava de un volcán.
Las abejas desaparecen y ningún gobierno declara ‘situación catastrófica’.
En las prisiones trabajan inocentes, en los escaños descansan malhechores.
El petróleo ya se ha acabado, pero se siguen fabricando coches a gasolina y tractores a gasoil.
En el banco no hay crédito para las personas emprendedoras, a no ser que armes la Guerra.  Y el arma de la educación ha perdido todo el crédito.
Los laboratorios inventan curas para las epidemias de los ricos. Las desnutriciones, malarias o gripes comunes se califican como ‘patologías sin remedios’.
En la bolsa se juega con la comida; y la bolsa del pan está vacía.
La clase política, en general, está al servicio de las corporaciones; y en particular les limpia los mocasines.
Los brotes verdes ya no salen por primavera. Con sus hermanas otoño, invierno y verano, las estaciones, buscan refugio… en otro universo.
Paremos. Alto. ¡Acampemos!
Hagamos un fuego. Y que sea  chiquito, que nos hará estar más juntas, más apretadas. Más sostenible. Canturreemos algunas canciones que nos devuelvan la alegría. Conciliemos el sueño. Sueños reparadores.
En las primeras luces del amanecer, quien sabe si descubrimos sendas nunca exploradas. Si miramos hacia atrás, tal vez recuperaremos otra forma y ritmo en el caminar.

Por el momento, rellenemos las cantimploras.Aunque lo prohíban.