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T r i b u n a c h i l e n a

La crisis política más importante del gobierno de Piñera

Por Juan Valenzuela

El gobierno de Piñera atraviesa su crisis política más importante. Esto es consecuencia de tres factores:

1. En primer lugar del descontento masivo que genera y que se expresó en la última encuesta Adimark, que le dio apenas un 35% de apoyo y un 56% de rechazo. Si la carestía de la vida (con alzas en el pan y en el transporte) contribuía a alimentar el descontento, el manejo ante HidroAysén –que reveló ante miles su carácter pro empresarial y antidemocrático- contribuyó a activarlo parcialmente, especialmente en sectores de la juventud. Del mismo modo que el debate educativo –con las reformas realizadas y anunciadas por Lavín para la educación escolar y superior- que contribuyó a activar masivas marchas estudiantiles.

2. En segundo lugar, del incremento de los roces internos en la derecha. Sólo horas después de que se hiciera pública la encuesta Adimark, un grupo de 35 parlamentarios de la UDI, leyó una declaración criticando en duros términos la conducción política del gobierno. La crítica se concentraba en Rodrigo Hinzpeter, a quien la UDI, desde hace bastante tiempo, le está haciendo la “vida imposible”, para minar sus posibilidades como presidenciable. El debate por la “unión civil” entre personas del mismo sexo, encendió la rabia reaccionaria del gremialismo. Para colmo, parlamentarios UDI por la sexta y la séptima regiones, se sumaron a las movilizaciones convocadas por la ASOEX y la Fedefruta, que reclaman al gobierno porque supuestamente con la caída del dólar sus ganancias estarían decayendo. Hernán Larraín defendió el actuar de sus correligionarios. Jovino Novoa, figura de peso en la UDI, se sumó a las críticas. Surgen presiones para cambiar el gabinete. Mientras redactamos estas líneas la UDI realiza su “consejo directivo ampliado” y es evidente que en su interior, los sectores más crispados, quieren buscar una línea más confrontacional con el propio gobierno que integran. Hay mucha preocupación sobre lo que pueda decir Pablo Longueira.  De este modo, se desordenan las filas oficialistas y se abren flancos con la oposición. Ésta, por su parte, también está intentando marcar más su personalidad política. Por ello han rechazado la aprobación de los llamados “proyectos sociales” de Piñera (posnatal, 7% de los jubilados). También se abren flancos para el ingreso de la lucha de clases.

3. En tercer lugar, todo indica que el movimiento estudiantil ha entrado a la escena. En diversos puntos del país surgen paros y tomas de estudiantes universitarios y secundarios. Los liceos “emblemáticos” de la comuna de Santiago son tomados por sus estudiantes y también liceos de la periferia. Las organizaciones como la CONFECH, la FEMES o la ACES empiezan a captar la atención de los medios de prensa. Se discuten petitorios. Incluso los dirigentes del Colegio de Profesores, que venían completamente pasivos, deben reubicarse. Han anunciado para el 16 de junio, un paro nacional del magisterio.

¿De qué le ha servido al gobierno el “crecimiento económico”? La prensa oficial habla de los “indignados”. Surgen también luchas obreras, todavía aisladas. Luchas que no alcanzan aun a imprimirle su “sello obrero” al escenario político: los subcontratados de El Teniente, los portuarios de Iquique, entre otros.

La Concertación, infructuosamente buscó montarse sobre las movilizaciones contra HidroAysén. Ahora busca encontrar una orientación común de cara a las elecciones municipales y las próximas presidenciales. Francisco Vidal –miembro del PPD y ex ministro de Bachelet- intenta tender puentes con MEO y el PC, en pos de una candidatura única de la “oposición” lo que es resistido internamente. El PC, por su parte, no abandona su “rutinarismo” y su política de “pasillo”. Aunque estén a la cabeza de la lucha estudiantil e impulsando un paro de profesores, su presidente, el diputado Guillermo Tellier, no tiene ningún asco en ir a la reunión con “presidentes de partido”, que Piñera ha convocado para el 13 en La Moneda. Plantea que buscará llegar a acuerdos, como legislar sobre los plebiscitos.

La CUT se apresta a negociar el salario mínimo y pedirá $190.000 Además de ser una miseria, no liga la negociación a la lucha. ¿Por qué esperar hasta octubre para un paro? ¿No es acaso hoy el momento de organizar un paro, dado el contexto nacional? ¿Acaso preparando un paro no se podría pelear por un salario mínimo que responda a las necesidades de los trabajadores? Los dirigentes de la CUT no quieren agitar las aguas. Por eso a las marchas van sólo ellos y no impulsan la organización y lucha en las bases. La CUT se ha transformado en una organización inútil para la lucha, por sus actuales dirigentes.

Hace falta una alternativa. Hay que pelear por la unidad, preparando un Paro Nacional. Es necesario un Comité Nacional de Huelga, abierto a pobladores, estudiantes y mapuche. Y luchar por una Asamblea Constituyente Libre y Soberana, basada en la movilización de las masas, para cuestionar la educación de mercado, la subcontratación y toda la obra neoliberal. Esto, como parte de la lucha por una República de Trabajadores. Esta es la pelea del PTR-Clase contra Clase.

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