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Los pingüinos no están (tan) solos. _ Dos articulos relacionados.

Quiso ser marcha y no pudo. Pudo tratarse de un acto cultural con nutrida asistencia, pero tampoco. Así y todo, se trató de otro paso a la convergencia de organizaciones sociales -desde estudiantes a deudores habitacionales-, que integran el Movimiento Ciudadano por una Educación Pública. La ola contra el modelo, dicen, seguirá creciendo.



José Miguel Jaque
La Nación

“La sociedad organizada solidariza con los estudiantes sancionados y con sus demandas”, dice uno de los organizadores de la concentración de Plaza Italia que pretendió ser marcha, pero no consiguió autorización, y que además quiso congregar multitudes, pero llegaron menos de quinientas personas. Sí había, en cambio, un generoso número de policías.

Una veintena de liceanas del 1 -por cuyas compañeras expulsadas el abogado de DDHH Nelson Caucoto presentó ayer un recuso de protección-, otro tanto de secundarios provenientes del Aplicación, y varios dirigentes secundarios, incluido el vocero de la Asamblea de Estudiantes, Simón Sepúlveda, del A-75. Subió al podio y abrió los discursos. “A todo acto represivo, vamos a responder con más organización y movilización”, soltó.

En la céntrica plaza se veían las distintas caras que se mezclan en el ‘Movimiento Ciudadano por una Educación Pública’: Sindicato de Trabajadores Contratistas, Familiares de Ejecutados Políticos, Profesores de Francés Exonerados por la LOCE, Frente Patriótico Manuel Rodríguez, deudores habitacionales, Pobladores sin Techo y Pobladores en Lucha, entre otros.

La idea, proclaman, es converger. Que se trabaje unidos en la movilización de sectores que ya no conciben sus demandas sectoriales como una pelea aislada. El enemigo común es el modelo económico. ¿Qué tienen que ver los deudores habitacionales con los secundarios? “Mucho”, responde Eduardo Leiva, dirigente de la Agrupación Nacional de Deudores Habitacionales, Andah Chile. “Los secundarios también son hijos de gente que no puede pagar sus casas”.

Leiva cita como ejemplo lo que sucede en el Colegio Cardenal José María Caro, en La Pintana. “Ese liceo está en medio de puras poblaciones pobres y a los apoderados se les amenaza con caducar la matrícula a sus hijos si no se ponen al día en unas cuotas”, cuenta. “Y eso que el colegio es de la fundación Belén Educa, que depende del Arzobispado”, advierte. El establecimiento es blanco de una posible toma.

 El Movimiento Pobladores en Lucha y uno de sus líderes, Lautaro Guanca, retoman el hilo. Despotrican contra el “mal Gobierno que reprime como en dictadura a los jóvenes que luchan por educación digna”. Los estudiantes -afirman-, no están solos, elogiando su “valentía para denunciar las tremendas desigualdades sociales que se expresan en el sistema escolar chileno”.

Insuco 2

El antecedente matinal de la concentración no hizo mucho ruido. Menos de un centenar de alumnos del Insuco 2 llegaron hasta la Cámara Nacional de Comercio en calle Merced para buscar una respuesta al petitorio que entregaron el miércoles. Básicamente, pedían que no haya represalias por la toma. “Mi profesora jefa ya me dijo que me buscara colegio para el próximo año”, cuenta Nicole Stier, dirigenta del Centro de Alumnos. Luego de un par de gritos, Carabineros disolvió al grupo a eso de las 12:30. Nicole anunció que no se asomaría más tarde en Plaza Italia. “Va a quedar la embarrada, así que de mi colegio van a ir súper pocos”, decía.

El violento desalojo de los estudiantes del Insuco 2 del martes no terminó con la detención de los 26 alumnos. El abogado de la Corporación de Asistencia Judicial, Rubén Jerez, presentará hoy un reclamo administrativo contra Carabineros. Acusa que a los alumnos que constataron lesiones en la Posta Central se les retuvo su comprobante médico, que los estudiantes fueron retenidos por más de seis horas cuando debieron citarlos a declarar y dejarlos en libertad de inmediato, y que además fueron detenidos por Carabineros anónimos. “Se trató -añade- de detenciones ilegales y vejaciones injustas”.

Por Plaza Italia también se paseaba la ‘histórica’ María Jesús Sanhueza. Ella, su madre y su familia lucían contentas. “Esto es tremendamente exitoso. Es súper bonito ver a padres y gente de todas organizaciones luchando por el mismo ideal con nosotros. Esto demuestra que la sociedad en su conjunto entiende que la educación es un problema social”.

 

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 La protesta y su entorno. Autor Roberto Tello 

  ¡Que vivan los estudiantes, por que son la levadura, del pan que saldrá del horno con toda su sabrosura! Decía la canción de violeta parra. Y esta sencilla metáfora, alejada del contexto histórico de su época propone una variada interpretación alusiva a los imberbes de hoy. Para quienes fuimos estudiantes en la década del 70. La levadura provenía del canto mismo de violeta quien a puro tropo elevaba la rebeldía innata  de los jóvenes.

La cultura popular tenía a unos cuantos connotados exponentes, que rompían con la clásica idea, elitista por supuesto, que reservaba a esta la función de producto para unos pocos espíritus educados en la contemplación e interpretación del fenómeno cultural. Los versos de Neruda eran vividos con igual intensidad por profesionales y albañiles, carteros o abogados, todos juntos en marcha hacia el paraíso de los hombres libres; cada canción, cada poema tenia como destino el alma del hombre y la mujer puestos en esta ruta.

                

La cultura popular de esta época formaba parte sin dudas de una estética revolucionaria y profundamente humanística, ya que rescataba los valores intrínsecos del hombre como la igualdad y la solidaridad, que a partir de estos juglares comenzaban a tener sentido real. Una canción de Violeta Parra podía remitirnos a lo más elemental de nuestra existencia o a templar nuestro espíritu rescatándolo de la sumisión y la indiferencia. Los poemas de Neruda, el gran maestro de la literatura chilena, llenaban el entorno de la época aportando la palabra como medio de exponer una realidad perversa y a la vez perfectible.

                

Lejos de esta romántica y necesaria mención, se encuentran nuestros queridos estudiantes de hoy, tan rebeldes como los de antaño, que desprovistos del horizonte utópico de los 70 intentan rearticular su rebeldía templándola en las calles de las ciudades más importantes de chile, en protesta contra un modelo impuesto por gerontes autoritarios de dudosa capacidad intelectual, los mismos que atrofian las mentes de los jóvenes con discursos sistemáticos acerca de las bondades de un sistema que los llevara a la excelencia de las aptitudes individuales.

                

Rodeados de una deformante visión sobre los valores y las virtudes humanísticas, pretenden llevarlos a la madurez inculcándoles nuevos iconos de dudosas aptitudes morales y funcionales solo al llamado “éxito”. Un consumismo irrefrenable es condición necesaria para medir logros, como también lo son una abultada cuenta bancaria, el mejor auto, la casa despampanante en el mejor barrio y por que no, la mejor mina. La consigna  es ganar, el fracaso es el demonio en esta nueva sociedad que solo asegura el éxito a quien mejor practica el individualismo, el arribismo la indolencia y además cuenta con papitos adinerados, condición sine quanon para tales objetivos. 

              

En esta estética se desarrolla la vida de los estudiantes chilenos. Universidades cada ves mas caras y con objetivos cada ves mas comerciales crecen como hierba mala por todo chile, empujados por un modelo económico que tiene como premisa el lucro, se hace negocio hasta con los enfermos. ¿Cuantos estudiantes de medicina educados en estos parámetros estarán esperando ansiosos su diploma para entrar en el “negocio de la medicina” vomitando el juramento hipocrático? Y como estos, ¿cuantos pichones de abogados, psicólogos y otras especialidades,  esperarán ansiosos El Cartón que los lanzará al nuevo paradigma?.

               

Con el afán de bastardear aun más el verdadero sentido del humanismo, presenciamos en la ultima campaña electoral la disputa por el nuevo estándar de los valores humanísticos. Acorde con el discurso demagógico imperante, escuchamos al señor Piñera intentando por todos los medios adueñarse de estos principios basados en la fortuna acumulada por este, que ronda los 2 mil millones de dólares, ¡He aquí el nuevo humanista!. No importa si detrás de cada millón ganado en sus negocios quedo sin poder ingresar a la universidad el hijo de algún ignoto trabajador. Otros tantos tuvieron que hipotecar los primeros años de su vida profesional para pagar los préstamos conseguidos en el sistema educativo más desigual de la historia chilena.

             

En medio de esta crisis de valores que apabulla y confunde, los estudiantes del nuevo milenio y la globalización, apuntalan la esperanza de aquellos mayores que se niegan a domesticarse y que no ganan la calle pues sus huesos ya cansados no soportan los garrotazos de los pretorianos de turno. Como al ave fénix, ven renacer los heroicos años del mayo francés, en donde estos imberbes sentaron las bases de profundos cambios sociales y se llevaron puesto a más de un político mediocre e indolente, incapaz de reconocer la dinámica de los cambios sociales.  
 

Los mismos imberbes que una ves fueron echados de una emblemática plaza de mayo, para luego ya mayores y con la experiencia de sus años de rebeldía, le ponen el hombro a uno de los gobiernos que mas se esfuerza por instalar la justicia social en América latina.

               

(*) Roberto Tello es Presidente del CPD Augusto Alvarado.

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CUANDO LOS ESTUDIANTES TOMARON LAS BANDERAS QUE SUS MAYORES ABANDONARON. Por Héctor Vega*, Director

La movilización de los estudiantes secundarios de Chile, el mochilazo [2001], fue una advertencia para un gobierno que durante su mandato se especializó en lanzar conflictos al pudridero. En ese año se habló fundamentalmente del pase escolar. Movimiento que podría ser considerado como un ensayo en un tema adyacente, pero importante para la gran mayoría de las familias de ingresos medios y bajos que afrontan los años escolares con las angustias y sobresaltos de quienes difícilmente llegan al mes con sus pagas. Temas mayores, como la derogación de la Ley Orgánica Constitucional [LOCE]; la Jornada Escolar Completa, la PSU, se perdieron en los meandros de una burocracia indiferente. Presionado por el movimiento de los secundarios de mayo 2006, el nuevo gobierno instaló una comisión asesora de educación integrada por 80 personajes, elegidos a dedo, muchos de ellos con más de 30 años reflexionando sobre el tema, unos desde el Ministerio de Educación, otros desde instituciones privadas, y que nunca levantaron su voz para buscar soluciones a los problemas para los cuales fueron nombrados; al equipo así constituido, se sumaron prósperos empresarios de la educación ['sostenedores', nombre equívoco que en francés, souteneurs, evoca prácticas poco edificantes], con la voz de la experiencia y de los números que permiten valorar la ganancia per cápita de estudiante.

Los estudiantes nunca se hicieron ilusiones acerca de esta Comisión, fueron claros en decir que por ahora volvían a clases, pero que se reservaban sus banderas de lucha según fueren los resultados. Manifestaron que la representación que les daba el gobierno era inadecuada. Segundo, cuestionaron a miembros de la Comisión que en los últimos 16 años sostuvieron sistemáticamente lo que hoy pretenden modificar. Por último, otorgaron a la comisión presidencial un plazo de dos meses para evacuar sus resultados.

No cabe duda que los comisionados han trabajado duro. Al menos, dan cuenta que celebraron 49 sesiones, 6 plenarios y escucharon a 22 organizaciones. El 2 de octubre pasado entregaron un informe preliminar a la presidenta y la opinión pública conoció por primera vez los resultados. Agreguemos que la Comisión declaró la existencia de 13 temas pendientes. Lo sorprendente es que nunca los comisionados se abocaron al fondo del problema, y para el cual fueron llamados, o al menos para lo que los estudiantes y el público en general entendieron que era su tarea: producir un vuelco en la educación que consagrara principios democráticos elementales en su concepción y gestión. En resumen, todas sus conclusiones se enmarcan dentro de un sistema que ha hecho crisis desde hace mucho tiempo y que a todas luces el gobierno no tiene ninguna intención de cambiar, concretamente la LOCE.

Los comisionados, se explayan sobre el sistema curricular; concuerdan en la necesidad que el Ministerio de Educación, y una eventual Superintendencia, representen la voluntad de fortalecer la responsabilidad del Estado. Se menciona aún, una “entidad administradora de educación pública”.

Sin embargo, resulta inexplicable que la Comisión separe roles entre la Municipalidad como administradora del sistema y el Ministerio de Educación en cuanto responsable de lo pedagógico y de lo técnico. Con lo cual reconoce implícitamente que la mejoría en cada una de esas competencias – lo administrativo y lo curricular – dará un resultado final que mejorará, por una parte, la calidad de la educación y por otra la gestión.

Pregunto: ¿Qué se entiende por gestión educativa?: ¿Manejar bien las platas? ¿Producir utilidades? Para mi se trata de crear un ambiente donde las prioridades educativas jueguen un papel central; donde la administración deberá seguir el programa curricular y los métodos pedagógicos y todo eso no puede estar sino en una sola mano. Ese es el meollo del asunto, que la Comisión no ha querido o simplemente no ha podido abordar por la diversidad de intereses de sus componentes. Aquella sola mano no puede sino ser el Estado: ente rector y responsable de la educación que se imparte.

Dos sistemas de gobierno, Pinochet y la Concertación, apostaron a la privatización de la enseñanza. Por eso cuando la Comisión propone acrecentar el rol del Estado, esto debe entenderse como un fortalecimiento dentro del sistema, creado y desarrollado por la dictadura y la Concertación. Por ello, no son posibles otros resultados que los ya conocidos: aplicación de currículos diferenciados según el poder económico; desigualdad de oportunidades; en fin, elitismo mantenido por el poder del dinero.

Como tantas veces se ha dicho: “tú puedes democratizar el poder político, pero tú no puedes democratizar el dinero”. El dinero obedece al mercado y este, en el actual sistema, se organiza según los actores decisivos incorporados inicialmente por la dictadura y refrendados por la Concertación: municipalidades y sostenedores. En cuanto a la educación, ciento por ciento privada, y que se imparte en el mercado según el poder económico del usuario; y sobre cuya existencia nunca han existido dudas, no queda más que decir: ¡Quien tiene el dinero puede financiar para sus hijos la educación que le plazca!

En resumen, los resultados propios del dinero son inaceptables para el movimiento estudiantil. Siempre he entendido que los estudiantes secundarios tomaron la iniciativa y la responsabilidad por la flagrante dimisión de sus mayores. Objetivamente, la dictadura y la Concertación han caminado de la mano en la vía de la privatización. Recientemente, el CEP, publicó el 30 de agosto 2006, los resultados de una encuesta donde 73% de los chilenos rechazaron la ingerencia de las municipalidades en la educación. Un actor que la Comisión ha reflotado bajo nuevas modalidades de administración.

Sin la clase política, la misma que ha escondido desde hace 32 años, las leyes secretas de la dictadura negociadas con la Concertación, esta connivencia de intereses entre la política y los negocios, no sería posible. Por eso los estudiantes secundarios se enfrentan a enormes presiones. Se amenazó a los dirigentes de la movilización con cancelación de matrículas. Se les advirtió que muchos alumnos de cuartos medios en huelga no podrán presentarse a rendir la PSU por inasistencias y aquellos que se presenten estarán mal preparados, precisamente por dedicarse a paros y protestas, y deberán pagar las consecuencias...

La Agencia Nacional de Inteligencia [ANI] hace su tarea, digna sucesora, por sus medios y sus intenciones de la CNI de Pinochet, época en la cual la fuerza bruta policial y militar se volvió contra el mismo pueblo que los armó para su protección. Las acciones se han centrado en el Liceo Aplicación [véase la investigación al grupo anarquista Apliapuchas] y el Instituto Nacional. Colegios emblemáticos y parte misma de la historia de Chile.

El 16 de octubre 2006 Poetas del Mundo, organización de 1700 poetas de todo el planeta, y que participan en un seminario internacional [“Octubre: tras las huellas del poeta”], se reunió frente al Instituto Nacional con participación de los alumnos y público en general. La conclusión fue clara: la lucha continúa. Sea cual fueren las consecuencias del movimiento surgió un nuevo actor de cambios, los estudiantes secundarios, que ante el fracaso de sus mayores tienen ahora la responsabilidad de retomar banderas que parecían olvidadas.

EPILOGO



Cuando la esperanza de vida en el mundo no pasaba de los 45 años, los 15 era edad de madurez y de grandes acciones.

Hoy en Chile, cuando el mercado marchita a hombres y mujeres a los 20, ¿cómo sorprenderse que niños y niñas de todas las edades, tomen el lugar que sus mayores desertaron?

* Ex alumno del Instituto Nacional

16/10/06

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