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EL PAIS › STIUSO BUSCO COMPLICAR A CRISTINA KIRCHNER Y A CARLOS ZANNINI Un testimonio con idea fija

Página/12 reconstruyó las casi 17 horas de testimonio del ex director de Operaciones de la SIDE ante la jueza Palmaghini. Buscó involucrar a la ex presidenta en la muerte de Nisman y avaló la teoría del fiscal fallecido.

Por Irina Hauser

 

En sus casi 17 horas de declaración, Antonio Horacio Stiuso se cuidó de no mencionar su nombre. “Ella”, decía una y otra vez. Dejaba la duda de si era una cábala o un recaudo jurídico. Aludió tantas veces a “ella”, Cristina Kirchner, con reparos, que quedó en evidencia la intención de implicarla en lo que sea y a como dé lugar, más que de aportar algo concreto para esclarecer la muerte de Alberto Nisman. Esto se hizo más claro a medida que se conocieron los detalles del testimonio, que Página/12 reconstruyó. El ex jefe de operaciones de la ex SIDE dijo que en cierto punto de la investigación del atentado a la AMIA, cuando el material recolectado apuntaba a Irán, la ex presidenta les ordenó a él y Nisman detenerse debido a negocios que había en marcha con los iraníes. El dice que siguieron adelante igual, y que eso les costó caro: amenazas y atentados con mensaje a plena luz del día. Toda esta versión encastra y hasta comparte argumentos con la denuncia que presentó Nisman contra la ex mandataria por supuesto encubrimiento de los iraníes, pese a que Stiuso asegura que desconocía esa presentación que, como ya cantan los rumores, no sería extraño que alguien intente desarchivar pese a que fue rechazada por inexistencia de delito por jueces de todas las instancias.

“Esta locura es obra de ella, (Carlos) Zannini y Aníbal Fernández”, despotricó Stiuso al declarar ante la jueza Fabiana Palmaghini. En el medio aprovechó para cuestionar a funcionarios y salpicó con énfasis a la procuradora Alejandra Gils Carbó, a quien describió como instrumento de otros. Y también al intendente de José C. Paz Mario Ishii.

Venía en la línea de introducir su teoría de que a Nisman “lo mataron”, que se debió a su investigación del atentado a la AMIA, y que fue “un grupo” ligado al gobierno anterior, del que no podía precisar si era nacional o internacional. Luego insistió en mencionar a Zannini como una de las personas que le transmitieron a él: “no avances”, cuando apuntaban hacia Irán. También afirmó que Francisco Larcher, ex número dos de la ex SIDE, le hizo llegar la misma advertencia como un mensaje de Cristina. “Sáquenme de encima a Javier Fernández, a Larcher y a Stiuso”, es otra de las frases que le atribuye. Fernández, cuyo cargo visible es el de auditor general en la AGN, es un histórico operador en el Poder Judicial y en especial en el fuero Federal porteño, que es el más permeable a las operaciones políticas y de inteligencia. Allí es donde desde un comienzo intentó que tramite la causa la ex esposa de Nisman, Sandra Arroyo Salgado, con lo que finalmente contribuyó la declaración de Stiuso al hablar de un asesinato ligado al trabajo del fiscal.

La declaración de Stiuso no puede ser leída como la de cualquier otro testigo, no sólo porque era una agente de inteligencia y porque fue muy influyente en toda actividad de Nisman durante una década, sino porque ya había declarado una vez en febrero del año pasado, y se había esfumado del país rumbo a Miami, donde se resguardó de varias investigaciones en su contra que tramitan aquí, en la que se le imputa desde contrabando, irregularidades en AMIA hasta enriquecimiento ilícito. Desde que llegó a la Argentina hace más de dos semanas, ningún juez planteó medidas que lo afecten. La primera vez que testificó en la fiscalía de Viviana Fein, Stiuso no dijo casi nada de lo que ahora relata. Es más, decía que para él fue “sorpresiva” la muerte de Nisman y que “no lo hubiese esperado” de una persona tan apasionado con su trabajo como él, como quien desliza la idea de que se quitó la vida. Para poder sostener esta vez que lo mataron, dijo que la fiscal no había incluido en el acta todo lo que él había dicho. Fein terminó denunciada penalmente. Aunque le leyeron y leyó la transcripción, recién lo denunció ahora, con más de un año de demora.

–¿Cómo se enteró de la denuncia de Nisman contra la presidenta? –fue una de las preguntas que le hicieron a Stiuso.

–Por un amigo –contestó.

Luego de dos repreguntas contestó que se trataba de Javier Fernández, nexo con los tribunales, cuya relación con Stiuso no es reconocida públicamente. Entonces la siguiente pregunta, apoyada en que Stiuso trabajaba con Nisman en el caso AMIA desde hacía años, fue: “¿Por qué no lo llamó después de la presentación de la denuncia de encubrimiento?”. Estaba en Uruguay, dijo, donde no tenía Nextel, su medio de comunicación habitual para esta cuestiones. Al rato acotó que siempre le daba un consejo al fiscal para preservarse de tareas de espionaje: “No tengas mail y hablá por teléfono de línea”. El Nextel era otra opción. Igual que la primera vez, dijo que no contestaba los llamados de Nisman el fin de semana de su muerte porque tenía el celular sin sonido.

Stiuso logra cautivar a quien lo escucha, aunque nadie entiende cómo lo hace. Para esta ocasión, como informó Página/12, construyó una larga explicación que entregó por escrito sobre su vínculo con Nisman y el devenir de la investigación del atentado, que la jueza Palmaghini leyó en voz alta. Todo sonaba coherente, un relato casi perfecto que el ex agente continuó por sí mismo, ya con preguntas de por medio.

Un punto nodal en su versión es la firma del Memorándum de Entendimiento con Irán, en enero de 2013, que el gobierno de Cristina Kirchner ideó como un camino para lograr la declaración indagatoria de los iraníes. Nisman lo cuestionó y al final sería parte de su denuncia la teoría de que ese pacto estaba pensado para exculpar a los iraníes. La deducción del fiscal, que Stiuso toma como propia, era que había negocios en danza con los iraníes. Ahí es que el ex agente alude a presiones para que dejen de investigar esa línea, que era la de la CIA y el Mossad, a los que Stiuso reportaba, según dijo ayer el ex titular de la AFI, Oscar Parrilli. Stiuso detalla además reuniones que habría tenido el ex canciller Héctor Timerman con autoridades iraníes por esta cuestión. No hubo beneficio económico, aclaró, porque el acuerdo no se perfeccionó y el Memorándum cayó.

Entre sus acotaciones llamativas, Stiuso habría dicho que la denuncia de Nisman tomó como base las escuchas de un imputado en AMIA, el dirigente iraní Yusuf Khalil, pero sugiere que había otras que podrían haber sido “útiles” en las que aparece el sheij Abdul Karim Paz.

Como parte de ese clima de advertencias, dijo que él y Nisman eran “un obstáculo”, con lo que asociaba también distintos tipos de amenazas recibidas. El fiscal, ejemplificó, recibió un mail que decía que iban a matarlos a él y su familia. En un momento contó que a él lo amenazaron cuando salió a desayunar con su esposa y su hija por Palermo. Dijo que una pareja se sentó cerca y que la mujer, antes de retirarse se acercó, lo felicitó por la hija y le dijo: “cuídela que se la pueden robar”. Toda la cuestión de las amenazas quedó radicada en 2012 en el fuero federal, en el juzgado de Luis Rodríguez, cuya hija tiene de padrino a Javier Fernández. Las especulaciones apuntan a que podría atraer el expediente de Nisman.

“A Nisman lo mataron por ir siempre para adelante”, insistió. Hay tres episodios que Stiuso dice tomar como advertencias hacia él y su política: el asesinato del Lauchón Viale, un espía de su confianza (en 2013), el secuestro de Alfonso Severo, testigo en el juicio del asesinato de Mariano Ferreyra (en 2012) que derivó en una investigación contra Stiuso, y el tiroteo, tiempo antes, al auto de Fernández. El ex agente, apunta con énfasis al intendente Ishii, a quien asegura que CFK le pidió que se “encargue de Fernández, Stiuso y Larcher” y que él lo reconoce.

Uno de los que mejor parado salió en la declaración de Stiuso es Diego Lagomarsino, el dueño del arma de la que salió el disparo mortal. No sólo ubica la muerte después de su salida del departamento sino que dice que los asesinos usaron su arma ya que estaba ahí en el departamento y que quisieron simular un suicidio y les salió mal.

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