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Izquierda Chilena y Bolivia: Un doble discurso

Izquierda Chilena y Bolivia: Un doble discurso

El aislamiento político internacional de Chile en América Latina y el Caribe frente a la demanda marítima de Bolivia se constata con claridad en las fuerzas de izquierdas, gobiernos progresistas, movimientos sociales y populares de nuestra América. Ello va más allá de las simpatías y solidaridad ante la reivindicación marítima boliviana y la exitosa campaña informativa internacional sobre la salida al mar para Bolivia, impulsada por el gobierno del Presidente Evo Morales Ayma.

 

 

La falta de apoyo y simpatías hacia Chile tiene mucho que ver con la concepción de política exterior chilena en la región y en el mundo, la cual no se ha modificado en lo esencial. Una política exterior y de relaciones internacionales que ha priorizado como eje central las inversiones extranjeras, la desregularización y liberalización del comercio y la expansión regional de las inversiones de los grandes grupos económicos chilenos, por sobre la política y los mecanismos de integración, la regulación y complementariedad de las inversiones, y el comercio y la cooperación entre los Estados. Chile destaca también en la región por sus altos gastos en compra, renovación y manutención de armamentos.

 

Chile tiene la economía más liberalizada y privatizada de la región, y es el país que más Tratados de Libre Comercio (TLC'S) ha suscrito (con EEUU, la UE y una extensa lista de países), en desmedro de su soberanía económico productiva y en favor de las grandes corporaciones transnacionales. La activa participación del gobierno de la Nueva Mayoría de la Presidenta Bachelet en las reservadas negociaciones en el cuestionado Tratado Transpacifico (TPP), confirma estructuralmente esta constatación.

 

Cuando el 2005 en Mar del Plata, Argentina, los principales Presidentes progresistas de la Región, encabezados por Néstor Kichner, Hugo Chávez y Lula da Silva, decían No al Área de Libre Comercio de las Américas ( ALCA ) promovida por los EEUU, el entonces Presidente de Chile, Ricardo Lagos, militante destacado de los Partidos Socialista y PPD promovía infructuosamente el ALCA, buscando salvarlo del rechazo de sus pares progresistas. El balance es claro: los llamados gobiernos "Progresistas" que han gobernado Chile, y a pesar de su incorporación formal en los procesos de integración, como UNASUR y CELAC, no han modificado en lo esencial nuestra política exterior, y en la práctica se trata de la misma que expresan las elites y grupos de poder dominantes hacia la región y ante la demanda marítima Boliviana.

  

El fallo adverso del Tribunal de La Haya frente a la errónea objeción de competencia presentada por el Canciller Heraldo Muñoz, abonó aun más al aislamiento de la política exterior.La elite político empresarial sorprendida, sobrereaccionó con expresiones chauvinistas y bravatas pintorescas, encabezadas por algunos de sus voceros como Moreira UDI, Edwards RN, Tarud PPD y el ex Ministro de Lagos y también de Piñera, Jaime Ravinet.  

  

Pero quizás como nunca la política internacional de los partidos de izquierda del gobierno de la Nueva Mayoría, es un buen ejemplo del aislamiento y las contradicciones que enfrentamos en el país y en el ámbito internacional:  Los partidos Socialista (partido de la Presidenta Bachelet),Comunista, MAS e Izquierda Ciudadana, son miembros junto al PH, Socialismo Allendista, MIR y RD del Foro de Sao Paulo. El Foro es hoy la instancia más importante de confluencia y agrupamiento plural de la izquierda de América Latina y el Caribe. Muchos de sus partidos y movimientos integrantes son hoy gobierno en países como Brasil, Argentina, Ecuador,Uruguay, Bolivia, Cuba, El Salvador y Nicaragua. Lo anterior también podría ser extendido a Chile, aunque claramente no es así en relación a la demanda Boliviana.

 

En los últimos años los partidos y movimientos de la izquierda chilena, tanto de la Nueva Mayoría como de oposición integrantes del Foro de Sao Paulo, aprobamos en los Encuentros anuales del FSP, resoluciones explícitas en apoyo y solidaridad con la demanda de salida al mar de Bolivia, llamando a un diálogo franco y fructífero a Chile y Bolivia.

 

Sin ir más lejos, en el XXI Encuentro anual realizado en Ciudad de México los días 29 de julio al 1 de agosto de 2015, el Foro de Sao Paulo, con una masiva participación de representantes de más de 100 partidos y movimientos de izquierda de nuestra América, aprobó por unanimidad, en la Plenaria final la siguiente Resolución:

 

Apoyo a la salida al mar de Bolivia.

 

"El Foro de Sao Paulo, en el marco de la integración de la patria grande, espera una solución a la justa demanda boliviana de acceso su verano al mar, mediante el diálogo, que sea razonable, equitativa y duradera."

"El Foro de Sao Pablo saluda el mensaje del Papa Francisco en relación a la mediterraneidad de Bolivia y la justa demanda de este país, la cual dime cuál ma a través del diálogo franco y abierto como ma encontrar soluciones razonables, equitativas y duraderas. Es el diálogo el único mecanismo que va a resolver esta histórica demanda que limita los derechos de un pueblo a acceder al mar."*

  

Poca coherencia política se tiene cuando se suscribe resoluciones en el Foro de Sao Paulo, que expresan principios de solidaridad Latinoamericanista y voluntad de diálogo con Bolivia, si el gobierno chileno, del que forman parte expresa todo lo contrario y rechaza de plano la existencia de temas pendientes o en diferendo con Bolivia? Aquello agrava aun más la crisis institucional y de representación política que vivimos, pues hace perder coherencia  y credibilidad en las fuerzas de izquierda y movimientos sociales en el debate nacional.

 

Es que acaso la solidaridad internacionalista y Latinoamericanista de las y los trabajadores, movimientos sociales y los partidos populares de Chile se diluye inmediatamente cuando se estrella con el chauvinismo y el falso nacionalismo que descalifica todo diálogo frente a la demanda marítima del pueblo Boliviano?

 

Acaso no sería necesario sincerar las posiciones de cara a la ciudadanía, y dejar de tener una postura en el exterior y otra distinta en Chile, cuando se es gobierno, argumentando que la correlación de fuerzas y un mal pretendido realismo impiden explicitar estas convicciones?

 

Es la hora que la izquierda y sectores progresistas chilenos sinceremos nuestras posiciones para enfrentar un debate ideológico, cultural y político necesario sobre nuestra política exterior, sobre nuestras relaciones vecinales y de integración, aún a riesgo de partir desde posiciones minoritarias, producto de la visión única y hegemónica que han logrado imponer los grandes medios de comunicación. Quienes pretenden hacernos creer que hay una postura homogénea en el país, sobre la cual las élites esgrimen en nombre de todos su rechazo a todo diálogo que busque encarar con voluntad política y con transparencia, un diálogo real entre chilenos y bolivianos para encarar conjuntamente como pueblos hermanos y desde la integración y la cooperación recíproca una salida al mar con soberanía para Bolivia en el siglo XXI.

 

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Esteban Silva Cuadra.

 

 

1 de octubre de 2015

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