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T r i b u n a c h i l e n a

La arrogancia de un inutil, Viera-Gallo: “El orden se va a imponer por la razón o la fuerza”

La arrogancia de un inutil, Viera-Gallo: “El orden se va a imponer por la razón o la fuerza”

Aquí se refleja que el gobierno sigue demostrando que no
es capaz de anticipar las necesidades del pueblo,
especialmente en situaciones tan dramáticas como este
brutal terremoto. El que varios miembros del gobierno hayan
demostrado preocupación, incluso afectuosa, queda nublado
por esta actitud.

Si hubiesen tomado el peso de lo que sucedía, de no
pretender que no se necesitaba ayuda y hubiesen reconocido,
como lo iban mostrando paso a paso los periodistas, que el
pueblo estaba realmente sufriendo de hambre, de sed, de
falta de luz, de protección adecuada, no habría sidonecesario recurrir, en números masivos a las fuerzas
militares para ir, como dice el aún Ministro Viera-Gallo, a
poner orden "por la razón o la fuerza" con tanquetas que
recuerdan otros tiempos. Nótese que para esas fuerzas sí
se preocuparon, desde el primer momento, de alimentarlas,
hidratarlas, protegerlas de la intemperie y de trasladarlos,
lo que no sucedió con los damnificados, heridos y
sufrientes. De haber respondido a lo que todos veíamos en
el eficiente trabajo de los medios, esto no habría
sucedido. En su error y frivolidad han caido en el error
permanente de poner en riesgo la vida de muchos chilenos.
Preferir reprimir a prevenir. Pretenderse infalible hasta
en la muerte de los desprotegidos no es aceptable. En ese
momento no eran esos presos sino individuos aterrados cuyas
vidas estaban en peligro y que actuaron como cualquiera lo
hubiese hecho.

Militarizar y criminalizar es una tendencia perniciosa que
no corresponde. Las declaraciones actuales del Ministro
Viera-Gallo (de usar un lema caduco y retrógrado, de "que
lo harán por la razón o la fuerza"), quien jamás ha
pedido disculpas por otros muertos "en democracia" -como el
caso de los comuneros mapuche- son reflejo de una muy
particular y errada visión de la democracia, de la justicia

y del respeto por la vida.


En un país en el que no hay pena de muerte debemos saber
respetar ese principio. Cuando los presos de la cárcel de
Chillán, a las 3:34 hrs del 27 de febrero vivieron lo que
nadie jamás podrá olvidar, ellos "tenían que salvarse" de
una muerte que para todos nos parecía inminente. Más para
ellos que viven en condiciones tan dramáticas y donde no se
les proveía la seguridad de sobrevivir, ellos vieron una
luz de vida en el muro derrumbado por el terremoto. Era
lógico, humano, legítimo y legal permitirles "salvarse" en
vez de dispararles dando muerte a tres de ellos. Doscientos
se fugaron y "tres fueron abatidos" -como si fuesen animalos
hidrófobos- según tranquila y lógicamente, sin
remordimiento alguno, lo explicó el Subsercretario del
Interior, Patricio Rosende. Y no vengan a justificar esos
muertos con el saqueo que se produjo por la falla de
prevision en las primeras 48 horas del terremoto. Eso no lo
justificaría jamás.

Todo esto sucede en un país que se permite encarcelar
"preventivamente" y donde se ha demostrado que las
detenciones y acusaciones en muchos casos no están basadas
en evidencia -a menudo, en realidad, provienen de montajes-
es una manera de mantener una pena de muerte que no podemos
tolerar.

¿Este acto de lesa autoridad, error con consecuencias
irreversibles, será, como tantos otros, escondido en la
impunidad acostumbrada, olvidado? Ningún preso tenía una
condena de muerte pero el sistema fue demasiado rápido para
ejecutarlos. Si no son capaces de proveer un lugar seguro
para sus vidas no es con la muerte de dichos presos, -sometidos a la inminencia de una muerte segura-, los
responsables de dichos presos no tienen derecho alguno a
matarlos.

¿Tomará el Estado, el Ministerio de Justicia y el nuevo
gobierno esta tarea de investigar y juzgar, importantísima
para avanzar por caminos genuinamente democráticosy
responsables? ¿Quedará todo en el silencio porque los
muertos "bien muertos están" y son, después de todo, seres
aberrantes de esta perfecta sociedad chilena? Los
presidentes, saliente y entrante, tienen la responsabilidad
en sus manos.

José Venturelli, Médico
Portavoz del Secretariado Europeo de la Comisión Ética contra la Tortura

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