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T r i b u n a c h i l e n a

Apuntes básicos sobre la estrategia y táctica del socialismo de los trabajadores y los pueblos del mundo entero.

Apuntes básicos sobre la estrategia y táctica del socialismo de los trabajadores y los pueblos del mundo entero. “Los participantes de cada controversia se dividen en escuelas -conservadora o radical- y la ideología se inclina a rezumarse en la lógica. En economía, los argumentos están principalmente consagrados, como en teología, a sostener doctrinas más que a testar hipótesis.” (Joan Robinson) (1)

“El trabajo es la fuente de toda riqueza, afirman los especialistas en Economía Política. Lo es, en efecto, a la par que la naturaleza, proveedora de los materiales que él convierte en riqueza. Pero el trabajo es muchísimo más que eso. Es la condición básica y fundamental de toda la vida humana. Y lo es en tal grado que, hasta cierto punto, debemos decir que el trabajo ha creado al propio hombre.” (Federico Engels) (2)

“Para poder vender una cosa, basta con que esta cosa sea monopolizable y enajenable” (Carlos Marx) (3)

1.- El punto de partida de la acción y la investigación
Si partimos de la hipótesis, que tiene que ser demostrada en la práctica política –en el proceso de articulación del movimiento real, de la organización, movilización y formación de un nuevo proyecto histórico de emancipación social para Chile-, de que la alienación capitalista en sus formas materiales, en sus raíces genealógicas, se encuentra en las profundidades de una separación consecutiva y consecuente, a saber:

a) la separación del hombre de su ser histórico-social y su ser en y formando parte de la naturaleza misma,

b) de la separación del trabajo asalariado del producto del ejercicio de su capacidad social transformadora y

c) de la separación del estado capitalista y el conjunto de la sociedad entre “sociedad política” y “sociedad civil”, despojando a las grandes mayorías de su propia identidad en tanto trabajadores y género humano.

En resumen, la separación por la fuerza de la triada: naturaleza, trabajo y género humano, transformado en objetos monopolizables y enajenables por el sistema capitalista moderno, es el punto de partida para la investigación y la acción transformadora de las fuerzas revolucionarias de los pueblos y los trabajadores. El movimiento real sólo es separable transitoriamente y es producto de la historia concreta de la humanidad, de la actividad histórica y social de los seres humanos, de la larga historia de la sociedad dividida en clases, la cual tiene un principio, un desarrollo y un final, si todo sigue su curso natural. Estamos frente a un acto de violencia extrema que se oculta tras bambalinas en la puesta en escena de la sociedad capitalista actual, cuyo sujeto es el capital y se consensua en la aceptación de un Estado de naturaleza clasista que declara ser garante de un “bien común”. No hay nada menos “rentable” para el conjunto de la humanidad que la sobrevivencia de la propiedad capitalista, la cual permite que una minoría que no trabaja decida sobre la mayoría efectiva de los que trabajan y con su actividad vital se ven obligados a pagar un precio elevadísimo para mantener justamente los privilegios de esta minoría. En conjunto con ello no hay nada menos sustentable que el desarrollo del capitalismo, que en su fase imperialista entra en contradicción irreconciliable con el desarrollo del género humano y de la sobrevivencia del planeta mismo. Es esta la base material de la identidad entre los intereses de los trabajadores, los pueblos del mundo entero y los intereses del género humano en su conjunto. Esta es la base material del horizonte de la transición socialista de la humanidad a la sociedad sin clases en el siglo XXI. Esta es la base histórica sobre la cual los trabajadores y los pueblos del mundo – objetos de la dominación, la explotación extrema y el despojo- se transforman en sujeto de las transformaciones profundas que la sociedad humana ha de realizar para garantizar su propia existencia y su consecuente emancipación.

Si partimos del hecho real de que el desarrollo capitalista y su ideología del progreso -el “progresismo” no es más que un reflejo de esas profundas raíces de clase-, entonces la superación de las relaciones sociales capitalistas sobre las que se erige la reproducción de la vida misma de la humanidad, tiene que ver con el ejercicio concreto de naturaleza socialista – humanismo concreto- de los trabajadores y los pueblos del mundo entero, frente y en oposición antagónica e irreconciliable con la barbarie capitalista y la bestialidad del imperialismo.

2.- La evidencia histórica, la práctica política de los trabajadores y los pueblos, verifica y realiza las hipótesis que dan cuerpo al programa de transformaciones sociales
La evidencia histórica se encuentra en la construcción política y la reflexión teórica sobre ella. La unidad indisoluble de presente-pasado y presente-futuro, ha de permitir la comprobación, verificación y realización de las hipótesis que dan cuerpo al programa de transformaciones sociales y se manifiesta en la práctica política de los trabajadores y los pueblos para sostenerlas sobre sus hombros, como construcción heroica. Por medio del intelecto, del trabajo intelectual colectivo, se han de verificar las distintas dimensiones en que se contextualizan y ocurren los hechos sociales, en su interacción concreta entre los aspectos económicos, políticos, culturales, bélicos, etc.

La lucha -multiforme, compleja y dinámica-, como una totalidad histórico-social en movimiento contradictorio, y con el horizonte de la emancipación social, coincide plenamente con los intereses más inmediatos de la humanidad, los intereses históricos de las grandes mayorías del pueblo trabajador y su unidad orgánica con las luchas de resistencias y por la sobrevivencia de los pueblos del mundo. Esto implica que no existe una separación a raja tabla entre lo táctico y lo estratégico, sino sólo como distinción abstracta entre un momento inmediato y un momento referido a un salto cualitativo concreto: la conquista del poder político y económico por parte de las grandes mayorías trabajadoras. Salto que sólo puede realizarse como producto de la acumulación cuantitativa de una correlación de fuerzas favorables a las transformaciones sociales, en tanto resultado y producto del accionar planificado, sincronizado y consciente de las grandes mayorías y su construcción política.

3.- El carácter de las luchas y la unidad de la táctica y la estrategia
Desde estas premisas se desprende que la lucha inmediata está signada por sus contenidos socialistas, por su horizonte emancipador. Sobre estas bases como presupuestos básicos, entonces, la pregunta tendría que ser ¿Cuál es el contenido socialista de estas luchas que se requiere potenciar? Ello nos lleva a significar el propio socialismo, marcar con tinta indeleble el horizonte del restablecimiento de la identidad históricamente amenazada. Desde este punto de vista, de esta “toma de partido” por la parte antagónica al sujeto dominante, el capital y por tanto una “toma de partido” por las fuerzas del trabajo, el ser humano y su hábitat natural, el planeta; el socialismo es básicamente la expropiación de la propiedad privada capitalista y su consecuente socialización, colectivización, que se expresa en primera fase en su forma de propiedad estatal, y por tanto, el asunto se traduce políticamente en el control de la economía y el Estado por parte de sus verdaderos propietarios, los productores de las riquezas, es decir, en manos de los trabajadores y la sociedad en su conjunto. Socialismo implica un proceso de sinceramiento del verdadero carácter social de la producción de los medios de vida, las riquezas, de las grandes mayorías y las naciones del mundo. Implica el control de los destinos del decurso de la vida en manos justamente de esas grandes mayorías y, por tanto implica, el desarrollo del control real sobre la economía y el Estado. La estatización socialista, que opera prima facie, no comporta la creación de más burocracia, sino la descentralización de las labores del Estado en manos de la ciudadanía organizada, movilizada y en proceso de aprendizaje del autogobierno por medio del despliegue de la democracia participativa que erosiona las bases materiales de la que emana la lógica de la representación y la sustitución.

4.- La indisoluble unidad de teoría y práctica es la fuente y el producto de la conciencia de clase
Bien sabe la burguesía, núcleo del bloque en el poder, que tiene sobre su cuerpo las heridas de una innumerable cantidad de revoluciones, que no es posible sostener un sistema social y traspasar las fronteras de un modo de producción a otro, sin la acción combinada de fuerza y consenso. Los procesos revolucionarios no pueden llevarse adelante sin adquirir una conciencia respecto del rol histórico que le compete a una clase que pretende dirigir los destinos del ser humano y el planeta. Es decir, sin conciencia de clase no es posible adquirir o sostener un sistema de dominación social de una clase sobre el conjunto de la sociedad, por lo tanto tampoco lo es el movimiento subversivo de la emancipación del género humano. Bien lo sabela burguesía, pues sin ello no podría sostener su poder. Por esto tiene que negar el derecho a la conciencia crítica del conjunto de la sociedad sobre sus propios destinos, de ahí la necesaria alienación que termina afectando a sus propios intereses, pues la ignorancia es una peste que termina afectando a los propios apestadores. La alienación social es una bomba que en su explosión no respeta los límites de clases y revienta como ideología, negando el propio desarrollo de las fuerzas productivas que tiene que seguir propiciando para sostener su dominación en el tiempo.

De la práctica y la reflexión colectiva sobre estos múltiples aspectos se puede llegar a construir un movimiento autónomo que comprende el profundo carácter democrático de la revolución socialista, parte consustancial al proceso definitivo de emancipación social al alcanzar la destrucción de las condiciones materiales para la existencia de las clases y su forma política, el Estado, como lo hemos conocido hasta ahora.

El proceso de construcción de este “control social” en manos de los trabajadores y los pueblos, conllevaría necesariamente a una dualidad de poder entre los actuales propietarios jurídicos de los medios de vida, medios de producción y de las fuentes de la vida misma, la naturaleza, y los verdaderos propietarios, puesto que las riquezas son propiedad de quienes las producen. Tal cual hemos luchado por la propiedad de la tierra para el que la trabaja, hoy tenemos que luchar por la propiedad de las inversiones productivas para quienes verdaderamente las trabajan, garantizando su ritmo y dirección en función de los intereses de las grandes mayorías y no de las empresas transnacionales como ha ocurrido hasta hoy. Hoy desalambrar las conciencias de las grandes mayorías, este movimiento real que no puede encorsetarse en modelo alguno, es lo que llamamos socialismo.

Las clases dominantes, ociosas, corruptas y parasitarias, usufructúan de un proceso social de producción de riquezas, y su poder se sustenta en una realidad jurídica impuesta por la fuerza (el monopolio del poder militar, político y económico) y es mantenido por fatuos consensos, por medio de la alienación capitalista, por medio del consumismo y el individualismo, la guerra psicológica, en fin, por el ejercicio de una hegemonía cultural que les garantiza la anuencia de las grandes mayorías que aceptan disciplinadamente ser despojadas de lo que ellas mismas producen y les pertenece.

Así como de las fuentes de valores de cambio de productos que no tienen valor, pues son ofrecidas al ser humano gratuitamente por la naturaleza, e igualmente son monopolizados y enajenados, se concesiona la vida de los trabajadores y el pueblo a quienes no tienen la necesidad de responder más que a la capitalización del excedente económico producto de la explotación del trabajo, la enajenación de los recursos naturales y el esfuerzo de las grandes mayorías, que luego son acumulados en forma privada. Los destinos de los chilenos y chilenas están determinados por la ganancia capitalista, la acumulación por despojo y por sobre explotación se convierte en propiedad de una minoría sin patria ni bandera.

5.- La participación efectiva es la base de toda democracia real, cuyo movimiento es el socialismo de los pueblos y los trabajadores que señala el camino de victorias a transitar
La participación efectiva de los trabajadores y el pueblo es el camino de victorias para la conquista del poder real por y para las grandes mayorías del país, explotadas, despojadas y disciplinadas por el control social ejercido por el Estado subsidiario del capital financiero, que es, en definitiva, el sujeto activo de la dominación capitalista y del orden actual. El Estado es el mediador entre el rentismo y las fracciones industriales modernas. El Estado capitalista en la fase actual del desarrollo del capitalismo, tanto en el país como en el mundo entero, es garantía de la unidad política de las clases dominantes mundializadas.

La táctica debe incorporar un acompañamiento estrecho de la lucha en el campo de las ideas, en la preparación de los trabajadores y la organización popular, el pueblo, para asumir las tareas del gobierno del Estado y del conjunto de la sociedad. Hay que vencer por una parte, a los ideólogos orgánicos al servicio de los intereses económicos de las clases dominantes y por otra parte, vencer la propia resistencia de buena parte de la militancia social y política que ha sido asimilada por las ideas dominantes del bloque en el poder. Nos enfrentamos a un verdadero silogismo compuesto entre ideólogos, ideotas e idiotas de tomo y lomo. Los primeros al servicio de las castas en el poder que están obligadas a defender sus privilegios hasta las últimas consecuencias; los que deshojan margaritas anunciando la muerte del marxismo, supuestamente difuminado en la multitud de interpretaciones al uso; más los que honestamente piensan que es posible seguir desarrollando el pensamiento y la acción revolucionaria, cantando loas pre-marxistas, cantinelas que no tienen más originalidad que la repetición de la idiota ignorancia del que, teniendo una pala a mano, pretende cavar la sepultura del capitalismo con cucharas de palo.

6.- ¿Cuál es el nudo que no nos permite tomar la pala y nos impone seguir cavando con cucharas de palo?
Debido a los retrocesos generales en el desarrollo del método científico -síntoma de la senilidad del sistema de reproducción capitalista y aspecto que no afecta a una clase determinada, sino al conjunto de la sociedad-, se puede señalar la tendencia a la simplificación –vulgarización- del método de aproximación a los procesos que interactúan en su conjunto en la constitución de la realidad histórico-social. Sumémosle a esto, la desesperación por no lograr ver una salida del laberinto que genera la supremacía del capital como sujeto en la sociedad actual. Ello produce un miedo razonable a la victoria de los procesos emancipatorios de los pueblos y los trabajadores.

Corresponde a una época de dispersión y de iconización de las incertidumbres una tendencia a operar mentalmente a través de un pensamiento simplificante, una esclerotización que termina en la formalización que no permite ver la conjunción dinámica de lo uno y de lo múltiple. El principio de no-contradicción y de tercero excluido se apodera del sentido común y se tiende a la unidad o identidad abstracta, desalojando la diversidad, la multiciplidad de las determinaciones y las intermediaciones entre el concepto y la realidad, o bien, se fetichizan las distinciones, las diferencias. Y al perder la visión de la globalidad de los procesos, se pierden igualmente las contradicciones vitales de las partes sobre el todo. Es así como abundan las aproximaciones fragmentadas a la realidad y esta pierde su cualidad de totalidad contradictoria en movimiento, es decir, su transitoriedad y su devenir histórico concreto. Al perder las referencias a la unidad o identidad de lo múltiple, la dispersión política e ideológica resulta en fogonazos fragmentados y las odiosidades absurdas terminan siendo funcionales al sistema mundial de dominación capitalista.

Me recuerda este escenario a los animales perdidos en la cordillera que terminan comiéndose la cola para no morir de hambre hasta quedar petrificados en el hielo andino. Un viento helado que golpea los cuerpos sólo puede ser contrarrestado con la actividad más enérgica.

Por más que insistamos en que para lograr un horizonte de sentido, este esfuerzo por despojarse de los prejuicios adquiridos y de toda suerte de manifestación religiosa –de creyentes y no creyentes- hace falta igual algo de fe. La fe en los trabajadores y los pueblos. Es en la fuerza de nuestras raíces que mantendremos vivo el árbol de la libertad.

El socialismo surge de los límites mismos del capitalismo, y este será resuelto a favor del capital o el trabajo. Es con nuestra actividad política integral e integradora que haremos posible que esta necesidad histórica sea una realidad o una nueva experiencia sin el debido éxito. Quien tema a la victoria, jamás podría estar en condiciones de vencer.

Hoy más que siempre aquello de que la emancipación social de los pueblos y los trabajadores es su propia obra, es la base de la confianza política de nuestro movimiento, es la base de nuestra concepción del mundo y del método revolucionario para la transformación del orden actual.

7.- A modo de resumen
No hay nada tan complejo en realidad, nada misterioso, sólo se requiere terminar de comprender que es necesario un trabajo teórico-práctico de carácter colectivo para demostrar las hipótesis respecto de la verdadera naturaleza del desarrollo del capitalismo en Chile. De ahí, comprender su entramado de clases y sus luchas, para luego deducir de ello, y de su permanente comprobación en la práctica política -nuestra peculiar forma revolucionaria. Esto es, encontrar las evidencias empíricas para la superación definitiva del desarrollo del capitalismo e invertir con ello el proceso basado en el des-orden actual- en función de resolver los destinos del país según los intereses de las grandes mayorías trabajadoras, productivas e improductivas.

Postulo la hipótesis de que en un país dependiente del capital financiero transnacional, donde la producción organizada según una determinada división internacional del trabajo, división social e internacional que determina su naturaleza en cuanto producción primaria exportadora, la oferta no crea su propia demanda y la ganancia extraordinaria arrebatada por estos medios no beneficia más que a los capitales que deciden invertir según sus propios intereses inmediatos. Esta es la base material de la insuperabilidad de la crisis estructural del capitalismo sin una revolución socialista.

Sostengo que la ausencia de una política independiente de los trabajadores y el pueblo, y la inexistencia de una burguesía nacional, hace que en Chile no exista una estrategia nacional de desarrollo propio, no tiene soberanía política, su modo dependiente de operar se encuentra en una camisa de fuerza impuesta por el capital transnacional y las organizaciones internacionales a su servicio. Naufragamos en una arquitectura cuasi-estancacionista, y sus temporales animaciones y auges económicos dependen de las animaciones de los precios y posibles auges de las materias primas. Y como estas no son renovables, sólo consumibles, nuestro futuro está signado por una suerte de ruleta rusa y en cualquier momento saldrá el tiro mortal. Es vergonzoso que el monopolio de las armas esté en manos de sectores que dicen estar comprometidos con la defensa y la seguridad del país, educados en una suerte de “nacionalismo chauvinista” –suficiente para defender otrora el patrón de acumulación débilmente desarrollista- y, por tanto, tan mal educados en la defensa de la soberanía y el patrimonio nacional y tan antipopulares como la propia Concertación responsable de la transición entre el gobierno dictatorial a la actual forma democrático-burguesa. Ante el baldón del entreguismo de nuestras clases dirigentes, el pueblo, con los trabajadores -productivos y no productivos- a la vanguardia de un nuevo proyecto histórico, dará por el suelo con las ficciones que hoy nos gobiernan.

La actual campaña contra la privatización del mar –paradigmática y de identica laya respecto de la minería, los bosques, los recursos hídricos en tierra, la agricultura, la banca, la seguridad social, la salud, la educación, la vivienda, la cultura, el desarrollo y la investigación científica, entre otros tantos aspectos de la vida nacional- arroja esclarecedoras luces sobre la naturaleza depredadora del patrón de reproducción capitalista en Chile. No estamos dispuestos a aceptar sin resistencia los ofertones del patrimonio de todos los chilenos y chilenas al capital financiero transnacional. Nuestro objetivo político emancipatorio, de carácter estratégico, es poner a los trabajadores y el pueblo como sujetos de toda soberanía. En ello hemos de concentrar toda nuestra capacidad subversiva y toda nuestra inteligencia socialmente adquirida por años de lucha que van desde las resistencias al conquistador, pasando por los fundación del movimiento obrero y popular, hasta nuestros días. Largos siglos de combate contra las distintas formas de colonización, de una violencia que no se puede ocultar con la retórica oficialista y oficiosa.

Junto con ello, no queda otro camino que preparar una fuerza político-social que sea capaz de llevar adelante, desde un gobierno de los trabajadores y el pueblo, un salto cualitativo a la socialización colectivista. El socialismo de los pueblos y los trabajadores es el contenido esencial de nuestra opción anticapitalista y antiimperialista. Es decir, en sí mismo, nada de negación maniquea, sino proposiciones integrales para la superación definitiva del desarrollo capitalista en Chile.

Los trabajadores y los pueblos tienen todos los elementos necesarios para comprender que, en el siglo XXI, o seguimos siendo yunque o tomamos la firme decisión de ser martillo.

¡Barbarie capitalista y bestialidad imperialista, o socialismo de los trabajadores y los pueblos del mundo entero!

¡Viva el pueblo! ¡Vivan los trabajadores!

Amador

¡Luchamos y estudiamos para vencer!

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Notas:

(1) Joan Robinson, economista inglesa aguda investigadora y polemista fustigó a los intelectuales orgánicos del capitalismo que autoinvestidos con arrogancia de un cierto saber “científico” supo junto a otros compañeros de aventura sostener una fuerte lucha ideológica. Entre otras frases para el bronce que he podido leer en controversias con ideólogos yanquis y europeos, entre otros tantos, señalaba: “Cuando dos teorías difieren en su ideología, la diferencia más importante entre ambas se establece en el terreno de la acción política” (“Hacia una economía dinámica” (Towards a Dynamic Economics). Si bien estas frases están fuera del contexto en que fueron expresadas dan igualmente una idea de la agudeza de sus indagaciones y el sentido práctico que tienen sus investigaciones y análisis. Audacia intelectual digna de imitar por los militantes revolucionarios en el presente siglo.

(2) Federico Engels, “El papel del trabajo en la transformación del mono en hombre”. Una versión en internet puede encontrarse en: http://www.marxismo.cl/mod/forum/discuss.php?d=1325

(3) Carlos Marx, Tomo III de El Capital, Sección Sexta: “Cómo se convierte la ganancia extraordinaria en Renta del Suelo”, Capítulo XXXVII. Fondo de Cultura Económica, México. Hay una versión en internet que puede ser leída en http://www.ucm.es/info/bas/es/marx-eng/capital3/MRXC3837.htm

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