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T r i b u n a c h i l e n a

Los números rojos en la bolsa política

escrito por Rafael Luis Gumucio Rivas   
miércoles, 07 de marzo de 2007
Isaiah Berlin, en su  libro Contra la corriente, ensayo sobre la historia de las ideas, hace un paralelo entre las concepciones y biografías de Benjamin Disraeli y Carlos Marx. Estos dos gigantes judíos optaron por clases completamente opuestas: el primero, se acercó a la aristocracia británica de la época victoriana y, el segundo, se convirtió en el profeta del proletariado. Disraeli despreciaba el sufragio universal y, sarcásticamente, le propuso a su cochero que ambos se abstuvieran de votar, pues su sufragio valía lo mismo.

Según el primer ministro de la reina Victoria, hay tres tipos de mentiras que se pueden distribuir en las simples, las malditas y las estadísticas. No me culpen, estimados lectores, por comparar la política con las finanzas, porque vivimos en un país de bolicheros cartagineses: en la antropología neoliberal la persona humana es solamente un sujeto del mercado y como ésta se ha convertido en la utopía de políticos, tanto de la Alianza, como de la Concertación, me es imposible no referirme al determinismo economicista.
 
Como no hay elecciones en este año las encuestas reemplazan, en el pequeño mundo político, a la voluntad de la soberanía popular. Tiene razón Disraeli cuando dice que no hay nada más mentiroso que las estadísticas. El diario reaccionario La Tercera se dedica, de tiempo en tiempo, a publicar encuestas telefónicas, que son comentadas por sus columnistas. Si equiparáramos estas encuestas con el mercado financiero tendríamos que decir que, al menos en el período del 28 de febrero al 5 de marzo, todas las bolsas políticas y financieras muestran números rojos y una alta volatilidad, es decir riesgo.
 
El primer mercado que se analiza lo llamaremos “la feria de vanidades”: nada peor para un político que no aparecer en la plantilla, aunque sea con el premio limón. Hubo unos cuantos personajes que son desconocidos por los encuestados; siempre encabezan la lista los presidenciables: en el sondeo Publicado el 4 de marzo del presente año José Miguel Insulza desplazó al ex presidente Ricardo Lagos; este hecho es perfectamente explicable, pues Insulza está en la OEA, lejos de los avatares de la política chilena, aunque a veces viene de vacaciones y hace hablar mucho de él. Ricardo Lagos, durante los meses que se realizó la encuesta recibió las intencionales andanadas de la derecha, que pretenden convertirlo en un chivo expiatorio, a causa de Chiledeportes, Transantiago y las carreteras concesionadas. El ex presidente baja doce puntos con relación a la anterior encuesta de este mismo Diario, Insulza seis y Soledad Alvear tres puntos; parece que el destino de la presidenta del partido demócrata cristiano es ser segunda, a pesar de los esfuerzos de Pepe Auth y de Ricardo Núñez, que quieren levantarla como candidata presidencial. Como ocurre en Zorba el Griego, todos se quieren repartir los bienes de Bubulina.
 
Pablo Longueira, en todas las encuestas de este medio, gana el premio limón, aquel que tiene más rechazo entre los encuestados. Ahora se le acercó Guido Girardi, que es explicable por la presunta implicancia en el lío de facturas para justificar gastos electorales. A la derecha le peor que a la Concertación: Sebastián Piñera, el mejor ubicado, ocupa el magro séptimo lugar y perdió nueve puntos con respecto a la encuesta anterior (eso le pasa por mezclar la política con los negocios y, presuntamente, haber utilizado información privilegiada para comprar acciones de su propia empresa, Lan). Si volvemos al tema de las Bolsas, todos aquellos que han perdido más de nueve puntos podrían ser considerados mercados financieros volátiles, es decir, que conllevan mucho riesgo pero, como dicen los analistas económicos, aún los indicadores fundamentales no han variado, es decir, equivaldría a una corrección del mercado. Esta apreciación me parece perfectamente válida para Ricardo Lagos.
 
En el tema del apoyo de los partidos de la Concertación a la presidenta Michelle Bachelet, los números rojos son aún mayores: el 17% considera que su colaboración ha sido nula y el 70% estima que han colaborado muy poco. Si sumamos “muy poco con nada”, el 87% piensa que han abandonado a la Presidenta. Esto de las palabras es algo equivalente a la última corrección de Alan Greenspan, que en vez de emplear el concepto “posible”, lo cambió por “probable”, respecto a la recesión en Estados Unidos.
 
Afortunadamente, en Chile tenemos la derecha más antidiluviana del mundo: jamás se sacarán el peso de la herencia de Daniel López Pinochet, hoy en las cenizas del olvido. El 39% responde que la oposición lo ha hecho mal y muy mal y el 36%, ni bien ni mal, lo que equivale a mal,. Sobretodo considerando las circunstancias favorables del actual momento, (Chiledeportes, Transantiago ...), sólo el 23% piensa que lo ha lecho bien y muy bien.
 
Dejemos de lado las engañadoras cifras y preguntémonos dónde están, qué piensan, qué hacen los soberanos (los ciudadanos). Al parecer, pasan viajando en buses Transantiago la mayor parte del día y perorando contra Iván Zamorano, Ricardo Lagos o cualquier autoridad o periodista que le ponga al frente. La política-mercado no les interesa para nada y el diario La Tercera lo usan para empaquetar mercancías.
 
Confieso que escribir este artículo no me produce ningún placer, pues no es bueno que la política esté llegando a este nivel de desprestigio. No concibo la democracia sin partidos, menos que estos no apoyen al gobierno. Me desagrada que los asuntos de la polis se reduzcan a la libertad de vender y comprar, emplear y explotar y firmar Tratados por doquier, sólo para comerciar y no para proteger los intereses de los trabajadores.
 
He leído en los Diarios que, producto de las engañadoras encuestas, tanto la Concertación, como la Alianza harán “termales-cónclaves”. La palabra clave será la autocrítica, seguramente Camilo Escalona regañará a sus huestes por dejar sola a Michelle Bachelet; el colorín Zandívar y Soledad Alvear se culparán mutuamente y, en la Alianza, el negro Romero y el guatón Moreira condenarán a algunos de sus camaradas por haber abandonado el legado del “tata” Pinochet.
 
Rafael Luis Gumucio Rivas

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